por LORENZO Vitral*
Lo que hemos visto hasta ahora en el conflicto en Europa muestra que los ánimos no han cedido en ninguno de los lados..
Ya hemos retrocedido unos días, desde la invasión rusa a Ucrania, para intentar rastrear alguna inteligibilidad en los hechos y versiones de lo ocurrido. Mucho se ha hablado de un nuevo orden, de un mundo multipolar, con la inclusión, en efecto, de la alianza ruso-china como segundo polo. Así, restablecemos lo que ya existía, con la delimitación de esferas de influencia de los países militarmente más poderosos y no, en cuanto a dónde debíamos avanzar, en un mundo en el que efectivamente se respetara la autodeterminación de los países y pueblos.
La omisión de la ONU en el conflicto demuestra lo que acabamos de decir. En ese nuevo viejo mundo, ya que hay un retorno, Brasil y todo el sur global, como ya se mencionó, podrá beneficiarse, permitiendo, se imagina, “elegir” su esfera de influencia, que sería variable según sus intereses Por supuesto, nuestros "rusos" son estadounidenses. Uno de ellos incluso se postula para presidente este año.
Poder tejer las frías consideraciones anteriores se nos permite, probablemente, por el también repliegue, que funda una posición que apunta a lo racional, de la situación de conflicto geopolítico-militar que asolaba la vieja Europa, donde se pensaba que las guerras eran cosas del pasado. Por lo que he visto, la razón, o incluso el sentido común, parece estar ausente del debate.
Una mirada superficial a la prensa europea de las últimas semanas es suficiente para convencernos de ello. Mirando la prensa francesa, particularmente la Le Monde y el Libération, se infiere la reproducción del relato anglosajón de que “Ucrania es libre de elegir ser miembro de la OTAN”; “La OTAN está por la paz”; “Putin es un dictador loco que quiere restablecer el imperio soviético”; “la guerra es algo que ya no se hace” y otros tópicos.
Una de las preguntas formuladas en una entrevista, en la edición de Libération El 26 de febrero, al aguerrido exdiplomático francés Michel Duclos, el diario le pregunta cómo explicar que esta guerra fue mal anticipada por los países occidentales y, en particular, por los europeos. La respuesta dada por Duclos incluye la afirmación de que los líderes europeos no querían creerlo… ¡Asombroso! ¿Como asi? ¿No te diste cuenta?
El diario de Mayo del 68 (hola!) repercute en la opinión pública media respecto a los hechos, lo que increíblemente parece ser también la posición –probablemente conveniente– de los sectores punteros europeos. Las palabras que intentan incluir alguna comprensión de la posición rusa en el debate son, la mayoría de las veces, tímidas, furtivas e irónicas. Toda la intrincada historia de los lazos entre Rusia y Ucrania; el hecho de que el gobierno ucraniano fue implementado con apoyo estadounidense y por contingentes neonazis, los más grandes de Europa; el abandono de los acuerdos de Minsk -apoyados por la ONU- por parte del gobierno ucraniano; La expansión sin límites de la OTAN… son despreciados. Vale una especie de “libertad” para que Ucrania haga lo que quiera, lo que acabó concediendo la misma “libertad” a Putin.
Podríamos pensar que la realidad de Putin haría que los europeos, dado que la guerra es en la hermosa Europa y no en los teatros de guerra liberados del sur global, busquen una posición conciliadora. Sin embargo, por ahora, esto no es lo que ves: Alemania, Francia y otros se apresuran a armar a Ucrania; EE.UU., que parece estar en estado de shock al principio, envía dinero -poco- a Ucrania y promueve las anunciadas y terribles sanciones económicas.
La resistencia ucraniana ha sido fuerte hasta ahora, lo que con la gasolina arrojada por los europeos promete hacer que la guerra sea más larga de lo que le gustaría a Rusia, lo que, como quizás calculan los occidentales, podría debilitar a Putin y, ¿quién sabe? – también te hará daño internamente.
Una eventual escalada del conflicto es, por razones obvias, bastante peligrosa y encuentra cobijo en la propia resistencia civil a los rusos. No hay nada como un enemigo externo para unificar un país: incluso los opositores al gobierno de Zelensky y los críticos de la OTAN se ofrecen como voluntarios para luchar contra el invasor (ver el artículo “A Letter to the Western Left from Kiev”, de Taras Bilous, publicado en Jornal GGN).
Lo que hemos visto hasta ahora muestra que los ánimos no han disminuido en ninguno de los dos lados. Nos preguntamos qué debe suceder todavía... Nos parece que una especie de niebla ha descendido sobre el viejo continente que oscurece el riesgo que todos corremos, como manifestando un deseo de aniquilamiento que se está compartiendo. Después de todo, sobrevivimos a una pandemia y volver a la vida puede parecer demasiado arduo.
*Vitral de Lorenzo Profesor de Lingüística de la Facultad de Letras de la UFMG.