por VERA LUCIA AMARAL FERLINI*
Prefacio al libro recientemente publicado de Caio Prado Júnior
¿Quién, en la trayectoria intelectual de comprensión de la realidad brasileña, no tuvo su iniciación en los libros de Caio Prado Júnior? Estudios esenciales que aún hoy se debaten y que indican investigaciones y posiciones académicas y políticas. Entre estos esta este Esquema de los fundamentos de la teoría económica., de 1957, que revela el universo erudito del autor, permitiendo comprender las opciones teóricas de sus análisis de la historia de Brasil.
Intelectual de múltiples facetas, militante comunista heterodoxo, Caio Prado Júnior contó con un vigoroso apoyo de la filosofía, la sociología y la geografía, aunque la historia fuera su base. A través del marxismo analizó Brasil, buscando comprender su formación y orientar su futuro. Se destacó por crear un poderoso paradigma en la historiografía nacional, y la historia fue el instrumento para cumplir su gran pasión: la acción política. No una acción política cualquiera, sino una capaz de llevar a Brasil a la autonomía y a la igualdad social.
Sus orígenes en la élite paulista y su preocupación por el agotamiento del juego oligárquico explican, todavía en los años 1920, recién licenciado en derecho, su adhesión al liberal Partido Demócrata. Entusiasmado por las posibilidades de cambio, participó en el movimiento que llevó a Vargas al poder en 1930. Sin embargo, decepcionado con la dirección del vargasismo, en 1932 se unió efectivamente al Partido Comunista. En 1933 publicó La evolución política de Brasil, un texto con una interpretación materialista de la historia brasileña que innovó el enfoque de los estudios históricos.
Y este momento de impasse constituye, en el pensamiento nacional, un redescubrimiento para encontrar las bases de nuestra identidad y encaminar un proyecto de nación, como ya lo había intentado Oliveira Vianna.
Junto a Gilberto Freyre, quien en Casa Grande y Senzala expuso las relaciones raciales que sustentaban el patriarcalismo político, y de Sérgio Buarque de Holanda, quien en Raíces de Brasil destacó la identidad cultural del colonizador, Caio Prado Júnior señaló la identidad política basada en la explotación comercial, la esclavitud y un sistema de clases imperfecto.
A partir de 1933, el escenario político se polarizó; Caio Prado Júnior, en 1935, participó activamente en la Alianza de Liberación Nacional (ANL) y fue detenido. Liberado en 1937, se exilió y profundizó sus estudios de historia. La madurez de sus posiciones frente a la nación se evidencia en Formación del Brasil contemporáneo, de 1942, obra en la que articula su axioma para comprender Brasil: el significado de la colonización. Sentido perceptible en la duración, en la diacronía que subyace a la especificidad de nuestra historia como elemento estructurante. Esta obra, hasta hoy paradigma de discusiones académicas y lineamientos políticos, puso de relieve las deficiencias de nuestra formación social, heredera de la esclavitud, pero que había dejado fuera del polo orgánico amo/esclavo a la gran masa de población libre que, aparte de los elementos sinérgicos del derecho y de la cultura dominante, harían de Brasil, como decía Louis Couty, un país que tuviera población, pero no pueblo.
En 1945, el foco económico pasó a ser el centro de la producción de Caio Prado Júnior, con la publicación de Historia económica de Brasil, un libro que expone las estructuras de la economía nacional, enfatizando su inserción ancestral en el capitalismo y su vulnerabilidad ante el imperialismo.
El fin del Estado Novo y la legalización del Partido Comunista estimularon la candidatura y elección de Caio Prado Júnior a la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo, en 1947. Ese año, sin embargo, el PCB volvió a ser ilegalizado y, A principios de 1948, a Caio se le revocó el mandato y fue detenido poco después. Después de su liberación, su activismo y su trabajo intelectual cobraron impulso: Caio, por ejemplo, dirigió, para Brasiliense, entre 1948 y 1955, la revista Fundamentos, con un fuerte sesgo nacionalista y vinculado al PCB.
Si la mirada del historiador diseccionó el pasado, el intelectual militante, al pensar en el presente, descubrió las posibilidades del futuro. El destino de Brasil y de las naciones en formación colonial tuvo que encontrar cambios estructurales propios de su desarrollo. La Segunda Guerra Mundial, al sacudir al mundo e indicar un nuevo orden, abrió perspectivas de libertad y socialismo. Comprender la naturaleza de estas áreas y sus posibilidades de desarrollo era una cuestión incipiente y candente. La ola descolonizadora posterior a 1945 señaló el horizonte de acción y sus reflejos, y lideró el debate sobre el subdesarrollo y las direcciones específicas de estas economías.
La década de 1950 trajo a la escena política mundial las luchas por la descolonización libradas en el contexto de la Guerra Fría y la disputa imperialista. Una vez más, las posiciones de Caio Prado Júnior sobre la especificidad de los países coloniales resaltaron la necesidad de autonomía política para el desarrollo económico. Un tema central en las discusiones de las recién creadas Naciones Unidas y que, inspirados en Raúl Prebisch, desembocaron en la instalación de la CEPAL. El nuevo instrumento teórico para unir el problema sería el concepto de dualismo, a esbozar dentro del pensamiento de la comisión, cuyo marco analítico se centró en la idea de desarrollo desigual de la economía mundial, en el que la agricultura precapitalista y de gran escala Representaba el sector tardío y el núcleo industrial identificado con la fracción capitalista de la economía.
En relación con la Cepal, Caio Prado Júnior tuvo dos desacuerdos. La estrategia de desarrollo, señalada por el organismo, se basó en los modelos del capitalismo hegemónico, lo que implicó el fortalecimiento de la burguesía frente a una estructura temporalmente retrasada y la negación del carácter específico de estas sociedades periféricas de formación colonial. De hecho, el significado dado a estas sociedades por la colonización, su inserción originaria en el proceso capitalista, había colocado a Caio Prado Júnior desde los años 1930 en desacuerdo con las tesis del PCB, que señalaban a las antiguas colonias, sometidas al imperialismo y por su estructura arcaica, como expresión de una economía feudal o semifeudal. Posición reiterada por el partido en 1943, en la Conferencia de Mantiqueira, y defendida explícitamente por Prestes en el Programa de 1954, sobre el peso de los restos feudales y el apoyo al carácter progresista de la burguesía, dentro de la estrategia escénica de la revolución.
En 1954 postuló para ser profesor de economía política en la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo. En el concurso celebrado en 1956 recibió el título de profesor, pero no el cargo. Tu tesis, Lineamientos para una política económica brasileña, presentó la imposibilidad de repetir en Brasil y otros países de formación colonial el desarrollo autosostenido de los centros imperiales. Esta posición marcó la lucha de Caio Prado Júnior por una revolución que, junto con los cambios sociales y la estructura colonial, fundó políticas económicas específicas, basadas en la trayectoria y especificidades históricas, posiciones posteriormente defendidas vigorosamente en la revolución brasileña (1966) Historia y desarrollo (1968) y la cuestión agraria (1979).
Firme en su posición de que el desarrollo de los países periféricos no se debía a un desfase temporal, sino a su génesis como colonias, y que las soluciones debían corresponder a la afirmación nacional, Caio Prado Júnior lanzó la Revista Brasiliense, periódico que reunió a figuras académicas y militantes entre 1955 y 1964, y que fue un importante medio de difusión de las discusiones nacionalistas y las controversias políticas e ideológicas de la época.
Lineamientos para una política económica brasileña e Esquema de los fundamentos de la teoría económica.surgieron al mismo tiempo y responden a los desafíos planteados por la política y la economía del país. Al final de la era Vargas, los proyectos de desarrollo y el plan de objetivos apuntaban, en la ola populista, al crecimiento y al progreso industrial.
En medio de una vasta producción de historia y acción política, este libro corresponde a un verdadero curso de introducción a la disciplina, estructurado a partir del supuesto de que el desarrollo económico de los países periféricos está bloqueado por la situación de dependencia y subdesarrollo en la que se encuentran. Por tanto, es necesario reestructurar sus economías a nivel nacional.
Con una introducción y ocho capítulos, el autor conduce al lector a la tesis principal de la especificidad de las economías coloniales. Desde el principio defiende el carácter histórico de la economía y su comprensión dentro del proceso sociotemporal del capitalismo. Enfatiza las relaciones entre la historia económica, la historia de las doctrinas económicas y la economía política. Y destaca: “El punto de vista de la historia sería […] el de la simple sucesión de esos hechos. […] Pero la historia económica no es simple cronología, sino también interpretación y sistematización lógica – por mucho que sea ilusoria la pretensión de la economía política de abstraerse de las contingencias temporales”[i]. Partiendo del supuesto de unidad entre teoría y práctica, el autor introduce sus reflexiones, afirmando que la teoría no puede entenderse ni explicarse sin la experiencia, pues la teoría es la teorización de la experiencia, pero también la práctica, la acción.
Explora la teoría económica para presentar las mejores herramientas para comprender la época en la que la economía, en conexión con la historia de Brasil, asume un papel central. En cinco capítulos, se analiza la importancia de la historia en la construcción de la teoría económica, se realiza el análisis de la economía política como producto histórico del capitalismo e instrumento de su acción. Señala la génesis de las relaciones económicas en el proceso de apropiación de productos y cómo la división y especialización del trabajo resultan en el comercio y el establecimiento del valor de cambio de los bienes económicos. Este sistema mercantil en el que se produce la generalización de los bienes económicos e incluso de la fuerza de trabajo es el capitalismo tal como lo interpretan y explican Smith y Ricardo. Pero es en Marx, en sus consideraciones, en la crítica de los límites de la economía clásica, donde encontramos la mejor teoría del análisis. La fuerza del marxismo, destaca Caio Prado Júnior, es resultado de su origen histórico y de su rigurosa objetividad, extraída del dinamismo natural.
Con datos empíricos y agudeza crítica, este trabajo analiza, en los dos capítulos finales, la relación entre el capitalismo hegemónico y las economías periféricas, que reiteran su dependencia y subdesarrollo. El desarrollo económico en estas áreas no consiste sólo en adoptar técnicas modernas o reemplazar importaciones. Es necesario crear las condiciones para la implementación de estas técnicas y orientarlas hacia objetivos específicos. Critica así la visión simplista que sólo considera la
la difusión de la tecnología como solución, señalando que el verdadero desafío es utilizar esta tecnología de manera estratégica para el beneficio nacional.
Caio Prado Júnior propone una teoría económica que no ve a estos países sólo como miembros del sistema capitalista internacional, sino que busca la emancipación económica y la construcción de una economía nacional autónoma. Esta perspectiva implica opciones complejas entre integrarse al sistema capitalista internacional o buscar un camino independiente de desarrollo. Las políticas de integración generalmente promueven la apertura de mercados y la atracción de inversión extranjera, pero resultan en dependencia económica y desigualdad social. A su vez, el enfoque de emancipación prioriza el fortalecimiento de las capacidades productivas internas, la protección de los mercados locales y un papel activo del Estado en la economía. La elección entre estos caminos involucra factores históricos, políticos, sociales y económicos, así como la estructura de poder interna y la dinámica de las relaciones internacionales. La teoría propuesta por Caio Prado Júnior sugiere que esta elección no es estática, sino adaptable a las circunstancias cambiantes y específicas de cada país, permitiendo la construcción de un camino de desarrollo que responda a las necesidades y aspiraciones nacionales.
La publicación de este libro es oportuna ya que resalta la importancia de la historia en la constitución y acción de la economía. Una obra sugerente que nos enfrenta al dilema del desarrollo nacional y cuestiona nuestra inserción periférica en el capitalismo; lo que resalta la necesidad de crear caminos, además de acciones episódicas y cíclicas. Sobre todo, una obra fundamental para comprender la evolución del pensamiento caiopradiano y su columna vertebral: el significado de colonización.
[i] Ver pág. 20 de este volumen. (NORDESTE)
*Vera Lucía Amaral Ferlini Es profesora del Departamento de Historia de la FFLCH de la USP, directora del Monumento Nacional Ruínas Engenho São Jorge dos Erasmos de la USP y presidenta del Comité Gestor de la Cátedra Jaime Cortesão de la FFLCH/USP/Instituto Camões. [https://amzn.to/4dHZ4sX]
referencia

Caio Prado Junior. Esquema de los fundamentos de la teoría económica. São Paulo, Boitempo, 2024, 280 páginas. [https://amzn.to/4h2fgIi]
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