por BENTO PRADO JR.*
Comentario al libro de Rubens Rodrigues Torres Filho
Publicado, en su primera edición, en 1987, quizás recién ahora estos Ensayos ilustrados de filosofía, de Rubens Rodrigues Torres Filho, pueden revelar toda su finura y brillantez. Lo inmediatamente contemporáneo no se deja ver con claridad: con el paso del tiempo, ciertos manierismos, algunos dogmas de fondo, un velo de ideología se disuelve, haciendo más visible la originalidad de estos escritos. Para llegar directamente a nuestro tema, no basta leer, es necesario releer, es decir, leer a una distancia que devuelva la resistencia a la escritura, para que la lectura no la disuelva en sus expectativas más o menos conscientes. Eso es lo que aprendí releyendo este libro y aprendiendo a leerlo como si fuera la primera vez.
Tampoco es otro –ahora queda claro– el tema del libro o el hilo conductor que recorre todos los ensayos: el tránsito constante, siempre en metamorfosis, de la escritura a la lectura, de la lectura a la escritura. ¿Una hermenéutica? Tal vez esa sería una buena palabra, si la filosofía del siglo XX no la hubiera imbuido de metafísica y teología. Quizá sería mejor la filología, en la medida en que no se entienda en su sentido técnico, en la medida en que se entienda en su ósmosis con la filosofía: en una ósmosis que modifica el sentido erudito de ambas palabras. el amor por Logos, el cuidado con la escritura, la constante interrogación por el sentido de la significación…
No es por modestia que el autor se sitúa a cierta distancia del filósofo. No se puede entrar en la filosofía sin alejarse un poco de ella, como es más claro hoy que en los años 1970, cuando imperaba la ideología del estructuralismo, entre otras, u otras que igualmente hacían de la filosofía una Fuerza Wissenschaft. Es la univocidad misma de la filosofía -su identidad- lo que se cuestiona precisamente en la primera página del libro, el comienzo de la hermosa conferencia “El día de la caza”, a la que tuve el placer de asistir (sentado, por camino, junto a Gérard Lebrun, que no pudo contener, durante la audición, la continua expresión de su entusiasmo y admiración). Entre la filosofía antigua, la medieval y la del siglo XVIII, en efecto, hay abismos, y la figura del filósofo nunca es la misma. Y nosotros, que estamos separados de ellos por la filosofía crítica y el idealismo alemán, ¿cómo podemos identificarnos? ¿Cómo calzar la máscara del sabio sobre nuestros rostros? Ella necesariamente resbala y cae.
¿Nos “enredamos” con la filosofía? Ciertamente no queremos ser sólo maestros, pero tampoco queremos ser filósofos profesionales, como está de moda. ¿Qué es esta extraña figura contemporánea –el técnico de la filosofía– sino la réplica actual del filisteo, tal como la diseñaron los críticos del siglo XIX? Ya en el siglo XVIII, el sobrino de Rameau ponía en aprietos al filósofo seguro de su tarea, revelando un mínimo de oscuridad en el corazón de las Luces triunfantes.
Pero es con Kant y Nietzsche –el lector no debe sorprenderse por esta inesperada conexión– con quien nos adentramos en nuestra atmósfera y descubrimos la raíz de nuestra inestabilidad, de nuestra inseguridad, pero también de la nueva figura, si no de la verdad, de el significado que nos rodea y enmarca. “Vermöge eines Vermögens”, ¿solo una tautología? ¿Fue Kant el personaje cómico de Molière? Después de todo, a través de Nietzsche (y, quizás, a pesar de él) Kant se sitúa, como es justo y necesario, más allá de la alternativa entre dogmatismo y escepticismo.
Pero, sobre todo, Kant se sitúa en la historia de una forma distinta a la indicada en los manuales, lo que permite una lectura original y seminal del idealismo y romanticismo alemanes. Y la inclusión del ensayo “¿Por qué estudiamos?”, que no estaba presente en la primera edición del libro, nos ayuda a formular nuestra pregunta principal, modificando ligeramente su última oración, para acercarla al primer verso de “ Himnos de noche”: ¿por qué, incluso hoy (a principios del siglo XXI), “debe volver siempre el reinado del romanticismo alemán?”. Porque es en este horizonte donde surge con toda su fuerza la pregunta: “Esto de leer y escribir”.
Cuestión bellamente examinada en la encrucijada entre las filosofías de Fichte y Schelling, que se oponen simétricamente en la descripción de la lectura, como se oponen encontrar e en honor de, encontrar e inventar. Es así, volviendo al “Día de la caza”, que podemos encontrar la raíz filosófica de las dos concepciones inversas de lo que es la lectura en dos ideas distintas de la esencia de la libertad. En el caso de Fichte, una libertad pura que permite establecer un saber en ruptura con el pasado; en Schelling, una libertad que se completa en el redescubrimiento y reconciliación con el pasado.
Dos relaciones distintas con la historia de la filosofía que son dos relaciones distintas con el lenguaje. En el caso de Fichte, el texto, en su objetividad, se reduce (como lo reducirá Sartre) a la materialidad de signos que la libertad del lector necesita revivir y dotar de sentido. En el caso de Schelling, el significado del texto precede a la lectura en la inmanencia de un lenguaje presubjetivo por así decirlo (como la esfera de expresión precederá a la cogito reflectante para Merleau-Ponty).
Tampoco sería imposible cruzar, de manera productiva, esta hermenéutica sin metafísica y sin teología (o esta filosofía) con la filosofía contemporánea del lenguaje. Una aproximación al lenguaje desprovista de toda ambición reduccionista o fundacional, cuyo método se reduce al imperativo wittgensteiniano de “leer despacio” para poder (nada más) describir el “estilo” de producción de sentido.
Es así como, querido lector, con el libro de Rubens Rodrigues Torres Filho, tenemos una entrada privilegiada en el universo de la filosofía, libre de los prejuicios de la escuela y de la ideología, la apertura de un camino que, multiplicando las paradojas para disolver mejor ellos, tal vez nos permita leer, escribir y respirar libremente de nuevo.
*Bento Prado Jr. (1937-2007) fue profesor de filosofía en la Universidad Federal de São Carlos. Autor, entre otros libros, de algunos ensayos (Paz y Tierra).
Publicado originalmente en el diario Folha São Paulo, sección “mais!”, el 11 de julio de 2004.
referencia
Rubens Rodrigues Torres Filho. Ensayos ilustrados de filosofía. São Paulo, Iluminuras, 2004, 192 páginas.