por MANUEL DOMINGO NETO*
Es imposible subestimar la posibilidad de reelección del actual presidente. La mayoría de los brasileños no tienen idea de lo que esto significa para sus vidas.
Lula tuvo más votos que su oponente. Los gobernadores progresistas fueron elegidos en primera vuelta; otros, pueden ganar en el segundo. El PT aumentó su bancada en la Cámara... Las polianas apaciguan las almas inquietas, odian enfrentarse a los daños.
El caso es que un Hamilton Mourão sin carisma ocupa el lugar de un ícono de la resistencia democrática. El despiadado Eduardo Pazzuello es el campeón de votos en Río. Un exjuez que destruye empleos, capacidades técnicas e instituciones gana un escaño en el Senado. Un destructor de bosques y un astronauta que desprecia la ciencia están consagrados en el poderoso y civilizado estado de São Paulo. Un desconocido supera a Fernando Haddad al presentarse como cumpliendo la “misión del capitán”.
Es imposible subestimar la posibilidad de reelección del actual presidente. La mayoría de los brasileños no tienen idea de lo que esto significa para sus vidas. Mucho menos logra la trascendencia mundial de esta elección.
Lo que las encuestas de intenciones no logran capturar es la capacidad de articulación y movilización de una red vasta, intrincada y bien engrasada (rica en dinero) de actores políticos decididamente movilizados bajo una coordinación eficiente.
Con una capilaridad insuperable, repartida por cada terreno, capaz de responder en tiempo real a los estímulos de un emisor no claramente identificado, esta red conduce emociones colectivas. Incluso sabe cómo manipular a experimentados periodistas, académicos y líderes políticos.
¿Las calculadoras de intención de voto contienen el mapa de las calles brasileñas dominadas por milicianos? ¿Son conscientes de cómo funciona el control territorial extendido de norte a sur? ¿Medirían efectivamente el poder de miles de “iglesias” sobre millones de personas sin esperanza? ¿Tenían alguna idea de las densas y profusas correas de transmisión de la desconocida “familia militar”?
Los análisis de lo ocurrido giran en torno a “migraciones” de votos (quiénes se habrían beneficiado del “voto útil”), inclinaciones de la baronía financiera, comportamiento reaccionario de los ricos, reacciones de miembros de cortes superiores… Brasil? ¿Conoces este Brasil?
Los análisis tienden a suponer que las personas del Nordeste votan por Lula porque tienen hambre y pueden ser manipuladas por creencias. No plantean la hipótesis de que sea más reacio o resistente al shock cognitivo o al pánico moral bien programado por parte de los terroristas de Internet. Rechazan la idea de que Brasil se está volviendo políticamente nordestino.
Los análisis tienden a suponer un Brasil en el que los golpes de estado se dieron con el uso de tanques, no con el manejo de ansiedades y miedos colectivos. No entienden que los comandantes militares, además de los primeros mandos, fueron capacitados para realizar operaciones “psicosociales”.
La izquierda institucional dejó hace tiempo de llamar a los más sufridos a luchar. Se acostumbró a llamarlos a las urnas para consagrar la representación política prometiendo beneficios. Ahora, las urnas estaban dispuestas para mantener un orden inicuo. El presidente golpea el corazón de muchos cuando, encarnando el sistema en su esencia cruel, clama contra el sistema.
Contra este farsante, Lula debe llamar al pueblo a cambiar Brasil, a no volver a la época en que comían picanha, viajaban en avión y tenían la posibilidad de acceder a la educación superior.
La política contiene la promesa de un bien, decía Aristóteles. El bien que esperan los brasileños no es un quimérico regreso al pasado, sino una ruptura con el legado colonial.
Lula debe apostar por la inteligencia de la gente y describir tim-tim por tim-tim lo que pretende hacer para cambiar Brasil. Todavía hay tiempo.
*Manuel Domingos Neto es profesor retirado de la UFC, expresidente de la Asociación Brasileña de Estudios de Defensa (ABED) y exvicepresidente del CNPq.
O el sitio la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores. Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
Haga clic aquí para ver cómo