Destacados – XII

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por BENICIO VIERO SCHMIDT*

Comentario sobre hechos recientes.

Uno de los destaques de esta semana fue la presentación al Congreso del Proyecto de Ley de Presupuesto anual, el famoso PLOA 2021, que entrará en vigencia en 2021. En Brasil, por regla general, el Presupuesto es casi una ficción. Tras la presentación del ejecutivo, las negociaciones son tan pesadas que al cierre del año el resultado poco tiene que ver con lo planteado. Pero, en todo caso, llama la atención en esta comunicación el irrisorio aumento del salario mínimo, de R$ 24, y la ausencia de indicación del origen de los fondos del anunciado programa Renda Brasil, que reemplazaría al Bolsa Família.

Además, los recursos para el pago de los jubilados y la nómina del servicio público no se incluyen en su totalidad, es decir, con gastos reales hasta el final del año. Esto significa que por tercer año consecutivo el Ejecutivo deberá ponerse en contacto con el Congreso para negociar sus propuestas. La proyección más optimista, más cercana a la austeridad, es una emisión de bonos por 248 mil millones de reales por parte del Gobierno Federal. Son situaciones a debatir a lo largo del año que revelan claramente la disyuntiva que enfrenta el gobierno entre (a) mantener el techo de gasto y gasto en inversiones y otros gastos o (b) romper el techo para cubrir algunas demandas de carácter social, especialmente en el encaje de Brasil.

El gobierno oscila entre las pretensiones políticas del presidente que quiere mantener la ayuda de emergencia -que será de R$ 300 en los próximos cuatro meses y no de R$ 600 como ha sido hasta ahora- y luego garantizarla en un flujo permanente y los intereses del sector económico que dice que esto constituye, en la práctica, un desacato a la ley que establece un tope de gastos. Bueno, no es como esto o aquello. El artículo de Arminio Fraga, del 30 de agosto, publicado en la prensa convencional, propone una estrategia reflexiva para controlar el resultado final. En todo caso, todo indica que seguiremos en la disputa entre los “desarrollistas” y los que quieren mantener el techo de gasto, como se votó en el gobierno de Temer, que simplemente se corrige con la inflación del año anterior.

El segundo destaque es la situación de Río de Janeiro, que involucra a dos de sus principales líderes. El gobernador Wilson Witzel fue destituido del mando del gobierno por decisión casi unánime del STJ. El alcalde Marcelo Crivella ganó la noticia por haber instalado una guardia pretoriana itinerante para mediar en las relaciones entre el público atendido, es decir, los pacientes y la prensa en los hospitales municipales de Río de Janeiro. Una restricción, una indebida intervención, que merece la plena protesta de la opinión pública.

En el caso del gobernador Witzel, independientemente del contenido de las acusaciones sobre desvíos en el área de la salud y otros, queda una importante cuestión jurídica: ¿fue legítima la intervención del STJ? Quedan dudas sobre su legitimidad, ya que el proceso de destitución del gobernador ya se estaba ejecutando en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. Todo hace pensar, tanto en el caso de Witzel como en el de Crivella, que está presente la mano de Jair Bolsonaro, que pretende controlar Río de Janeiro nombrando al vicegobernador para el ejercicio del fin del mandato de Witzel, contando con la nombramiento por parte del gobernador interino del nuevo Fiscal General del Estado en sintonía (así como el mando de la policía local) con los intereses de Bolsonaro y familia.

La tensión en la relación entre el general Mourão, presidente del Consejo Nacional de la Amazonía, y el ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles, se hizo pública a fines de la semana pasada. Mientras la Amazonía está en llamas, el Pantanal tiene un aumento del 40% en el total de sus incendios con respecto al mes anterior, el gobierno discute ferozmente quién controla los recursos y quién retiró 66 millones de reales del presupuesto del Ministerio del Medio Ambiente. El general Mourão dijo que la denuncia del ministro Salles fue precipitada y constituyó una metedura de pata. Queda por ver si las operaciones serán reanudadas por los órganos del Ministerio, el IBAMA y el ICMBio.

Una ordenanza del Ministerio de Salud apunta a un retroceso en cuanto al derecho constitucional al aborto en situaciones de violación. Obliga a médicos y autoridades hospitalarias a informar detalladamente a la Policía el operativo general para abortar a las presuntas víctimas. Se trata de una clara intimidación a los médicos y especialmente a las víctimas. Todo apunta a que esta situación, de persistir, incrementará el número de víctimas producto de la práctica de abortos clandestinos. El derecho al aborto en este caso fue consagrado en el Código Penal hace 80 años. El presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, se opuso con vehemencia a esta ordenanza y dijo que habrá recursos en el Poder Judicial. Si no tienen éxito, la Cámara Federal se pronunciará sobre esta medida, tratando de retomar los antiguos procedimientos.

Finalmente, cabe destacar el comunicado oficial de que Brasil se encuentra en recesión técnica con una caída del PIB del 9,8% respecto al trimestre anterior. Hay una paralización de las funciones económicas, y el único sector que presentó superávit fue la agricultura.

*Benicio Viero Schmidt es profesor jubilado de sociología de la UnB. Autor, entre otros libros, de El Estado y la política urbana en Brasil (LP&M).

 

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