por MARCOS FRANCISCO MARTÍNS, JOSÉ GONÇALVES GONDRA & LUCIANO MENDES DE FARIA FILHO*
El dilema de la transición es político y se hace más claro en el campo de la educación
Cada transición de gobierno tiene sus propias particularidades. El que adelanta la candidatura Lula-Alckmin es quizás uno de los más complejos en la historia republicana de Brasil, pues se caracteriza como un “frente muy amplio”, que engloba fuerzas sociales de las más diversas (¡e incluso antagónicas! ) matices político-ideológicos, de izquierda a derecha. La claridad política de Lula al asumir esta complicada tarea se expresa en sus discursos, como en São Paulo (24/10/22), cuando dijo que “Nuestro gobierno no será del PT, sino de todos los que nos apoyan”. Constituida así la victoria, el Equipo de Transición se ha consolidado como un espacio de disputa, en particular, en el núcleo que ha asumido la tarea de impulsar el trabajo relacionado con la educación.
Formalmente, las cosas van bien, porque una vez finalizadas las elecciones, Chapa Lula-Alckmin se está articulando para asumir la Presidencia y apoyándose en las garantías de la Ley 10.609/2002 para el pleno funcionamiento del Equipo de Transición: 50 Cargos Especiales de Transición Gubernamental (CETG ), acceso a datos de cuentas públicas, programas, proyectos y actividades gubernamentales. Excepto por el hecho hilarante de que el espacio habilitado para recibir el Equipo de Transición (Centro Cultural Banco do Brasil – CCBB) estaba previamente ocupado por equipos y cerca de 40 empleados de la ABIN (Agencia Brasileña de Inteligencia), no radica en la formalidad enfriar la problema de la transición.
El dilema de la transición es político y gana claridad solar en el campo de la educación. Cabe señalar que se esperaba que Fernando Haddad asumiera el Núcleo de Educación durante la transición, con base en el historial de trabajo realizado en el MEC, tanto que Lula expresó interés en tenerlo nuevamente en la cartera. Pero, parece que otros inmuebles de la Explanada brillaron con más fuerza en los pupilos del exministro y hoy se habla de que podría entrar en economía o en planificación, si se reconfigura la cartera.
A pesar de su interés por otros ministerios, el capital político de Fernando Haddad le permitió articular el Núcleo de Educación que trabaja con el Equipo de Transición. La información disponible indica que nombró al exsecretario ejecutivo del MEC (2006-2014) y el ex ministro (2014-2016), Henrique Paim, para coordinar el referido Núcleo, además de componer un colectivo de 46 escaños para producir el diagnóstico de la realidad educativa nacional, indicar prioridades al gobierno, sugerir público políticas y acciones normativas para implementarlas, algunas a ser formalizadas el primer día de gobierno: 01/01/2023.
Y ahí es donde la situación se complicó, porque la composición del Centro de Educación no representa políticamente las fuerzas del “frente muy amplio”, ya que los “empresarios reformadores de la educación” (financiados por Itaú/Unibanco, Natura y el empresario Jorge Paulo Lemann – ver Rodrigo Ratier: https://www.uol.com.br/ecoa/colunas/rodrigo-ratier/) tiene 18 de los 46 escaños, FGV (Fundação Getúlio Vargas) tiene 7, algo completamente desproporcionado para los 3 representantes de las 107 universidades e institutos federales. Además, hay ausencias importantes e inimaginables, como las organizaciones estudiantiles (UNE - Unión Nacional de Estudiantes - y UBES - Unión Brasileña de Estudiantes Secundarios), la CNTE (Confederación Nacional de los Trabajadores de la Educación), sindicatos de docentes y técnicos administrativos, ANFOPE (Asociación Nacional para la Formación de Profesionales de la Educación), ANPED (Asociación Nacional de Posgrado e Investigación en Educación) y movimientos sociales que trabajan y aportan a la educación: colectivos LGBTQIA+, estudiantes, gremios de docentes, científicos, quilombolas, tierra, educación infantil, EJA (Educación de Jóvenes y Adultos) y pueblos indígenas.
A primera vista, parece que las organizaciones y movimientos ausentes del Núcleo de Educação estuvieron muy ocupados en la difícil campaña por la elección de Chapa Lula-Alckmin, mientras que los “empresariales reformadores de la educación”, muchos de los cuales fueron golpistas en 2016 , espacios articulados en las instancias que realizarían un diagnóstico de la educación y orientarían acciones a partir de él. Esto es lamentable, porque aún considerando la amplitud política e ideológica de la boleta, es inaceptable la infrarrepresentación del sector que, a lo largo de la historia, especialmente en los últimos seis difíciles años, luchó contra el desmantelamiento de los servicios públicos, gratuitos, laicos y calidad socialmente referenciada en nuestro país.
Por cierto, la ausencia de estos sujetos en el Centro de Educación contradice el ítem 19 del documento “Juntos Brasil – Directrices para el Programa de Reconstrucción en Brasil – Lula 2023-2026”: “Nuestro objetivo es rescatar y fortalecer los principios de la proyecto de educación democrática, que fue desmantelado y degradado. Para participar de la sociedad del conocimiento es imprescindible rescatar un proyecto educativo que dialoge con el proyecto nacional de desarrollo. Para ello, es necesario fortalecer la educación pública universal, democrática, gratuita, de calidad, socialmente referenciada e inclusiva, con valorización y reconocimiento público de los trabajadores de la educación” (p. 6).
Dejando el Núcleo de Educación como está configurado, prevalecerá el que fue uno de los más citados por Lula como un buen ejemplo de gobiernos del PT, la educación, los intereses de los “reformadores empresariales”, que tienen su parte de responsabilidad en el mencionado desmantelamiento del “proyecto de educación democrática”. Cabe recordar que uno de los “empresarios reformadores de la educación”, “Todos pela Educação”, luchó hasta ayer contra iniciativas como el Costo de la Calidad del Estudiante (CAQ). Obviamente, actúan guiados por la concepción de que tienen la educación como un derecho privado, que se hace efectivo en forma de mercancía. Distinta es la concepción de las fuerzas ausentes en el Núcleo, pues conciben la educación como un derecho humano fundamental, que debe ser instrumentado bajo la forma de un bien público, algo adherente a lo anunciado por la fórmula Lula-Alckmin en las “Directrices para la programa para la reconstrucción de Brasil – Lula 2023-2026”.
Es interesante notar que este dilema en el ámbito del Centro Educativo fue observado por sujetos excluidos del mismo, pero que por prurito o ingenuidad política decidieron no manifestarse y/o aun articular acciones con miras a garantizar espacios en el proceso de transición. Los argumentos utilizados para justificar la ineficacia son los más “creativos”, tales como: (i) es necesario confiar en Lula y en el nuevo gobierno del PT, porque ya demostraron su compromiso con la educación pública; (ii) uno no debe precipitarse en acciones que podrían ser utilizadas por los enemigos para desgastar al gobierno recién elegido; (iii) es necesario dejar que el Equipo de Transición trabaje libremente, sin resistencias del campo que históricamente ha estado del lado de Lula y del PT; (iv) es necesario conocer las iniciativas del Equipo de Transición para poder posicionarse en relación a ellas y esto sólo ocurrirá a partir del 1 de enero.
Ahora bien, ¿estos sujetos olvidan, desconocen o se resisten a aceptar que la negación de la acción en política significa someterse a la fuerza de quienes lideran el debate y hegemonizan el campo? Se mantendrán “aceptando de antemano el predominio de las fuerzas de centro-derecha” (Luiz Carlos de Freitas – https://avaliacaoeducacional.com/2022/11/09/na-area-de-educacao-comeca-mal-a-transicao/), sem disputan el rumbo de la transición y del futuro gobierno?
La ineficacia de algunos valientes sujetos colectivos, que debieron estar en el Núcleo, por la lucha histórica a favor de la educación pública, debió ser recibida con aplausos entre los “empresarios reformadores de la educación”, porque cuando deciden actuar, los ya se habrá hecho un diagnóstico y, con base en él, se habrán definido prioridades y formulado políticas públicas, expresadas incluso en forma de medidas legales que serán firmadas por Lula el 1 de enero.
Muchos profesionales de la educación en todos los niveles, investigadores del área y activistas sintieron la necesidad de actuar, pero no lo hicieron, entre otras razones, por falta de dirección de los sujetos colectivos que los representan. Esto se expresó en la gran acogida que tuvo la “Nota pública de docentes, investigadores y activistas de la educación sobre la composición de la comisión de transición educativa” (https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdAHitLIDV9fic-oxMvFafTxQtJZcYvsgnX5flpNzzQUaAzYQ/viewform), que reconoce la desigualdad de representación en el Núcleo y llama a la ampliación con las fuerzas que lucharon contra el desmantelamiento de la escuela pública. Afortunadamente, parece haber movilizado a sujetos no representados en el Centro Educativo a buscar el espacio que les corresponde.
Para lograr una educación cada vez más pública e inclusiva, que dichas fuerzas democráticas sean capaces de trasladar el Centro Educativo del Equipo de Transición a un nivel democrático, incorporándose orgánicamente a él, para que también participen en la elaboración del diagnóstico de la educación y presenten propuestas, elaboradas a partir del rigor científico de la investigación y de una serie de valiosas experiencias, con miras a garantizar una educación pública de calidad para el conjunto de la población brasileña.
*Marcos Francisco Martín es profesor de la Facultad de Educación de la UFScar-campus de sorocaba.
*José Gonçalves Gondra Es profesor titular de la Facultad de Educación de la UERJ.
*Luciano Mendes de Faria Filho Profesor de la Facultad de Educación de la UFMG.
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