por DENILSON SE ELEVA CORDERO & MARIAN ÁVILA DE LIMA DÍAS*
Comentario sobre el libro de Stephen Ball.
“El subtexto tácito y generalmente no examinado del neoliberalismo no es la doctrina sino el dinero, particularmente y crucialmente en forma de ganancias” (Stephen Ball).
Los siete capítulos del libro. Global Education SA Las nuevas redes políticas y el imaginario neoliberal (Global Education Inc.: redes de políticas y edu-negocios[i], publicado originalmente en 2012), de Stephen J. Ball, abordan el tema de las políticas públicas en educación en el neoliberalismo, adoptando la idea de red como concepto central y rastreando el camino tomado por el dinero como método. Los capítulos son: 1. Redes, neoliberalismo y movilidad política; 2. Hacer neoliberalismo: mercados, estados y amigos con dinero; 3. Redes transnacionales de influencia y emprendimiento en políticas públicas: Indiana Jones, negocios y educación de los pobres; 4. “Nueva” filantropía, capitalismo social y Política Educativa; 5. Pólizas como Beneficio: Pólizas de Venta y Exportación; 6. La educación como gran negocio; y 7. Dinero, significado y conexiones políticas. También hay una sección importante al final del libro dedicada a las Referencias Bibliográficas, que sirve como una excelente guía para los investigadores en el campo de las Políticas Públicas.
Las preocupaciones de este libro explicitan e identifican una nueva generación de políticas educativas globales, apuntando a la necesidad de pensar las ambiciones y límites del neoliberalismo, el cambio de formas y modalidades del Estado en relación al “neoliberal”, la ruptura de límites entre lo social y lo económico, y lo político, lo económico y la mezcla de racionalidad política y formas de regulación y gobernanza actualmente en juego. Tales preocupaciones sustentan la necesidad de seguir y examinar ejemplos “realmente existentes” de reestructuración neoliberal y su versatilidad geográfica, que el libro lleva a cabo con rigurosa competencia.
Desde el principio, el autor nos advierte que se trata de “un libro de trabajo, un intento de desarrollar un método de análisis de políticas ajustado al contexto actual de la política educativa global” (BALL, 2014, p. 23). Basado en la idea de Beck de “sociología cosmopolita”, Ball, con el objetivo de “aprehender la dinámica de una realidad cada vez más cosmopolita”, identifica oportunamente un tipo de enfoque adecuado a sus propósitos: “La cosmopolitización es un proceso no lineal y dialéctico en el que lo universal y lo particular, lo similar y lo diferente, lo global y lo local deben ser concebidos, no como polaridades culturales, sino como principios interconectados y recíprocamente interpenetrados” (BALL, 2014, p. 10).
Al dirigirse al lector, Ball presenta una investigación rara por lo que contiene, por la forma en que trata y por el cuidado de la elucidación y la honestidad intelectual que asume: “lo que trato de hacer aquí es brindar herramientas y métodos para pensar neoliberalismo, mientras que más que decir lo que creo que se debe pensar al respecto. (…) Todavía sabemos poco sobre 'lo que realmente está pasando'. (…) Los datos están aquí para ser explorados, no están ocultos en los archivos de mi computadora. Puede probar la idoneidad de mis informes y análisis, puede encontrar más ejemplos y ver el progreso más reciente”. (BALÓN, 2014, pág. 23)
Ahora, una especie de carácter distintivo de investigación basada en la explicitación de supuestos, en el respeto y la generosidad hacia el lector, que no se adhiere a la superficialidad repetitiva de la moda intelectual dominante y está dispuesto a explicitar, refiriéndose -con precisión de datos y fuentes- a las condiciones objetivas que caracterizar el fenómeno estudiado merece ser destacado, pues refuerza la confianza del lector y predispone mejor la atención a lo que será expuesto. Es importante subrayar esta cautela, ya que las investigaciones en los posgrados brasileños con atractivo sociológico (dado que los más variados campos del saber pueden ser abordados sociológicamente) por lo general se quedan cortas en cuanto a la prueba teórico-metodológica de su devoción por la seriedad, investigación rigurosa y responsable. Como tal, el libro de Ball puede leerse como una gran cantidad de sugerencias perspicaces para estructurar una lógica de investigación, mientras acompaña sus resultados, con múltiples consecuencias.
El neoliberalismo en Educação Global SA no es tratado ni como una doctrina económica concreta ni como un conjunto definido de proyectos políticos. Por el contrario, trato al neoliberalismo como un conjunto de prácticas complejas, a menudo incoherentes, inestables e incluso contradictorias, que se organizan en torno a una cierta imaginación del "mercado" como base para "la universalización de las relaciones sociales basadas en el mercado, con la correspondiente penetración en casi todos los aspectos de nuestras vidas, el discurso y/o la práctica de la mercantilización, la acumulación de capital y la generación de ganancias”. (BALÓN, 2014, p. 25)
Esta forma de concebir el concepto refuerza la decisión del autor de dejar “hablar” a los datos, lo que significa crear disposiciones ideológicas para, evitando juicios precipitados, buscar y examinar la información para constituir los contornos mínimos de la vaguedad señalada anteriormente. O modus operandi significa también que constituir una especie de atmósfera conceptual puede remediar muchas confusiones y arbitrariedades de definiciones estrictas, mucho más al gusto de la rigidez que del rigor. La red de convergencias así aceptada puede incluso permitir un campo heurístico más fértil, al liberarse para composiciones de variado matiz conceptual.
La investigación aborda, examina y profundiza “estudios de filantropía, privatización y reforma política en Educación y áreas afines”. El método adoptado se denomina “etnografía en red” (BALL, 2014, p. 27). Se trata básicamente de realizar “un mapeo de la forma y el contenido de las relaciones políticas (…) en el campo de los “análisis etnográficos de la gobernabilidad en acción”. Al justificar la adopción de tal metodología, Ball escribe: “este método se define dentro de un amplio conjunto de cambios ontológicos y epistemológicos en las ciencias políticas, la sociología y la geografía social que implican una disminución del interés en las estructuras sociales y un énfasis creciente en los flujos. y movilidades (de personas, capitales e ideas)” (BALL, 2014, p. 28). Para el autor, estos flujos y movilidades forjan un “tejido conectivo” que representa la materialidad más duradera de estas formas fugaces; él llama a esto una "red", "un modo clave y un dispositivo analítico". En esta perspectiva, las redes políticas son vistas como “comunidades políticas, generalmente basadas en concepciones compartidas de los problemas sociales y sus soluciones”, con la salvedad: “en ninguna parte se encontrará un entendimiento común de qué son las redes políticas y cómo funcionan” (BALL , 2014, pág. 29).
El modelo de organización jerárquica del poder en los Estados se ve en el libro en crisis y dando paso cada vez más a la concepción de metagobernanza, en lugar de gobierno. Las principales responsabilidades de los gobernantes se transfieren de las cuestiones de gestión de personas y programas a la organización de recursos para producir valor público. Según Ball, es en el peculiar dinamismo de esta nueva forma de jerarquía del poder que se conciben, operan y difunden las técnicas y tecnologías del Estado neoliberal, que, en consecuencia, proveen y garantizan el funcionamiento de la política contemporánea del Estado. tipo “talla única”, de percha. De ahí el título del libro, Global Education SA
El mercado es analizado por Ball, inicialmente, a partir del caso de estudio de la empresa Red Atlas Libertad, cuya misión es, en palabras brutales de uno de sus directores: “ensuciar el mundo con think tanks del libre mercado” (BALL, 2014, p. 50). Estos think tanks son redes de conocimiento estratégico con el propósito de producir efectos previamente establecidos, en este caso la defensa de los principios del libre mercado. Según Ball, citando el sitio web de Atlas, “las perspectivas de sociedades libres en todo el mundo dependen de empresarios intelectuales de la sociedad civil que quieran mejorar los debates sobre políticas públicas a través de una investigación sólida” (BALL, 2014, p. 50). Para ello, la empresa en mención cuenta con centros de formación para la libre empresa, es decir: escuelas de principios de mercado. La investigación de esta empresa permitió al autor construir un diagrama que explica la relación de Atlas con sus asociados, socios, beneficiarios y proveedores en todo el mundo. Se cita a Brasil, ya que aquí están instalados siete de los miembros de esta gran corporación: Instituto Liberdade Brasil, Instituto Millenium, Instituto Liberal, Instituto Atlântico, Instituto Mises, Instituto de Estudos Empresariais y una iniciativa denominada Educación para todo Brasil.
Esta primera investigación de la red Atlas permite identificar, ya por los nombres de las empresas involucradas, el variado grado de recursos y campos de acción: institutos, fundaciones, universidades, centros de investigación, centros de filantropía e, indirectamente, bancos. El punto de convergencia, en palabras de Ball, “es hacer del mercado la solución obvia a los problemas sociales y económicos” (BALL, 2014, p. 59). Estos miembros producen investigaciones, estudios y artículos, difunden y difunden sus ideas, realizan reuniones periódicas, promueven bienes y eventos culturales y educativos, financian grupos de presión y participan en los gobiernos, siempre basados en valores como "derechos individuales", "gobierno limitado". y “derecho a la propiedad privada y contratos de libre empresa”.
Según Ball, las empresas “están trabajando para cambiar la percepción del público sobre los problemas sociales en Brasil, incluida la Educación” (BALL, 2014, p. 60). Por ejemplo, uno de los programas, del Instituto Liberdade, es el conocido “Todos pela Educação”, presidido nada menos que por el presidente de Gerdau SA, industria de productos siderúrgicos, Jorge Gerdau Johannpeter, y también miembro del directorio. del Instituto Millenium. La acción de esta red política “implica la transformación de las relaciones sociales en cálculos e intercambios, es decir, en forma de mercado, y por tanto, en la mercantilización de la práctica educativa (…). Las tecnologías neoliberales trabajan en nosotros para producir profesores y estudiantes dóciles y productivos, y profesores y estudiantes responsables y emprendedores” (BALL, 2014, p. 66). Es decir, esta tecnología de estandarización penetra en la institución escolar y/o universitaria a través de una racionalidad políticamente calibrada que hace que sus públicos y sus servidores actúen como si estuvieran en un mercado, como si produjeran bienes y compitieran por la ampliación de los márgenes de ingresos, objetivo audiencia y ganancias. En este sentido, el Estado que se ha “quebrado” debe “naturalmente” emular el modelo del sector privado.
En este punto, el argumento invoca dos temas principales: las escuelas para los pobres, como foco de interés para las inversiones y base de la acción neoliberal en la política educativa y de la injerencia en los gobiernos, y la actuación de James Tooley, un “policyenterprise” apadrinado por este conglomerado y quien es profesor de Políticas Públicas en una reconocida universidad inglesa. Considerado como una especie de Indiana Jones [sic] del siglo XXI, mientras viaja por el mundo en busca de “escuelas que sirvan a los pobres”, también es conocido en la literatura neoliberal como “pensamiento líder”, algo así como un “líder pensante”.
La fama de este personaje y sus libros, investigaciones y reportajes resulta de una megaproducción basada en la entrega de premios promovida por las mismas entidades pertenecientes al entramado político (y empresarial) en el que participa. Su actuación se basa en la identificación detallada de necesidades sociales y educativas específicas, muchas veces forjadas por un sistema sutil y abrumador de producción social de necesidades, como el consumo, por ejemplo. Entonces, mediante una maniobra siniestra, se ofrece un plan de soluciones innovadoras, igualmente específicas. La maniobra implica convocar a otros miembros del entramado político (y empresarial), como bancos de microcrédito, servicios de asesoría en gestión de capital, consultorías de evaluación de desempeño y una serie de entidades que monitorean el uso de los beneficios. Ball no deja de señalar que el trabajo de estas redes políticas y empresariales a favor del capitalismo neoliberal es un proyecto supranacional capaz de promover cambios políticos (generando más ganancias) y nuevas oportunidades de negocios.
A continuación, Ball examina el trabajo de James Tooley en la India y su investigación sobre las escuelas para los pobres como nichos de inversión privilegiados y áreas potenciales para la expansión empresarial cuyos informes se venden a asociaciones filantrópicas en la red política global en la que participa.
Ante impasses e interrogantes sobre cómo resolver la difícil ecuación de ganar dinero con escuelas para pobres en India, este profesor recibió una beca de US$800 para pensar en la expansión mundial de la acción que realizó en India con una investigación comparativa en Ghana , en Nigeria, Kenia y China. El ensayo que produjo a raíz de estos viajes se conoció con el sugerente y perverso nombre de “ensayo de oro”. Cínicamente, Andrew Coulson del Instituto Cato afirmó sobre el trabajo de Tooley: "Es mejor dar ayuda a los estudiantes y a los padres que una limosna, y la ayuda debería venir de la 'mano invisible' de Adam Smith, el libre mercado" (BALL, 2014, p. 86).
La participación de estas injerencias en las escuelas y en los sistemas educativos públicos y privados alcanza el nivel de desarrollo de los currículos, la pedagogía y el sistema de evaluación y recompensas de los estudiantes. Esta es la llamada “política de la información”, diversificada y difundida por los puntos clave de la articulación de la reforma del Estado, la redefinición de sus objetivos económicos privilegiando el mercado y el intento de cambiar la percepción pública sobre temas de política.
La llamada “nueva” filantropía, o “filantropocapitalismo”, ocupa lo que Ball llama “microespacios globalizadores”, un espacio privilegiado para la producción política y la acción en red, y, por tanto, también una oportunidad para que diversas iniciativas respondan a las demandas de una sociedad seria y problemas urgentes de los pobres del mundo. La novedad señalada en el nombre se refiere a la expectativa de resultados financieros de inversiones antes tomadas como donaciones. Para ello, existe tanto una red que funciona como canalizadora de dinero para las causas, como otras que funcionan como consultores, asesores, asesores y evaluadores, todos guiados por el beneficio que se obtiene de la filantropía.
Existen otras especialidades en este tipo de filantropía que trabajan, por ejemplo, en la planificación y, en su caso, en la redistribución y transferencia de acciones filantrópicas. Una de las denominaciones centrales producidas en esta nueva era es “filantropía de riesgo”, pero, por supuesto, siempre debidamente protegida para obtener los impactos y resultados esperados. Uno de los libros sagrados de este tipo de inversión se llama “El sistema arte de dar”, de Bronfmann y Solomon, 2009. Según Ball, las soluciones a las demandas del filantropocapitalismo deben ser rápidas y enfocadas en problemas difíciles. Tienen tres componentes básicos: “son técnicos (generalmente basados en la aplicación de una sola tecnología nueva); son genéricos (es decir, de aplicación universal, independientemente de la diversidad de contextos locales); y pueden expandirse (sujeto a 'expandirse' del ámbito local al nacional e incluso internacional)” (BALL, 2014, p. 123).
La fundación privada más grande de este tipo de filantropía que opera hoy en los EE. UU. es Bill y Melinda Gates, conocida como “la marca líder en soluciones rápidas”. A través de la acción filantrópica, es posible que personas ricas, familias y empresas ricas participen en acciones públicas, fomentando una especie de “esfera parapolítica”. En los EE.UU., el Clinton Global Initiative concentra, gestiona y distribuye estas acciones. El principal patrocinador y financiador es la Fundación Bill y Melinda Gates, pero también participan en la red actores/actrices desde Hollywood hasta Rupert Murdoch, multimillonario en la industria de la información.
Estos clústeres "promueven la investigación sobre las mejores soluciones de mercado para los grandes desafíos de la humanidad", según la web de la Clinton Global Initiative. Con este fin, la política pública se reduce a una mera, pero valiosa, oportunidad de lucro. Como si eso no fuera suficiente, también se exporta como mercancía y finalmente se vende directamente a los gobiernos interesados.
Este es el momento del libro en el que Ball tematiza el peculiar modo de privatización de los bienes públicos operado por las redes políticas neoliberales. Según él, “las privatizaciones son complejas, multifacéticas e interrelacionadas. Pueden entenderse por el desarrollo de un conjunto de relaciones complejas y simultáneas entre: (1) cambios organizacionales en las instituciones del sector público (recalibración y mejora); (2) Nuevas formas y modalidades de Estado (gobernanza, redes y gestión del desempeño); (3) Privatización del propio Estado; (4) Los intereses del 'capital inquieto' y los procesos de mercantilización (servicios públicos como oportunidad de lucro y provisión de servicios públicos 'eficaces')” (BALL, 2014, pp.155-156).
Este es el mecanismo clave que promueve la interferencia cultural y, al producir un diagnóstico de falla estatal, prepara el terreno para la venta de soluciones rápidas y eficientes por parte del sector privado. Esto es lo que Ball caracteriza como “colonización de las infraestructuras de la política” o “la venta al por menor de soluciones políticas y mejoras sociales” (BALL, 2014, p. 156). En este punto, el autor llama la atención de los investigadores de políticas públicas al advertir: es necesario prestar más atención a este “tipo de actividad empresarial en el ámbito escolar (colegio y universidad), [que] incluye la venta de educación continua, servicios de consultoría, formación, soporte, 'mejora' y gestión, así como una amplia gama de servicios técnicos, de soporte y back office(BALÓN, 2014, p. 157).
Eso es porque ahí se mete la mayor parte de la mercadería y el mensaje neoliberal. Y Ball no deja de subrayar lo más decisivo: “lo que se vende son las necesidades de cambio” (BALL, 2014, p. 158). El texto pasa a analizar casos en los que se dan este tipo de injerencias –o golpes de estado, para ser más explícitos. Esto significa que organizar un curso de formación basado en la ideología neoliberal representa el poder de determinar qué paisajes ideológicos se pueden visitar y cuáles no. Significa esbozar a priori la mentalidad de los estudiantes definiendo valores, dominios, habilidades y comportamientos.
La mentalidad, lo sabemos, es el polo desde el que vemos, pensamos y participamos del mundo. Teniendo diferentes límites y configuraciones, es también desde donde dejamos de ver, pensar y participar del mundo. Luego de formarse y formarse en la productividad, entendida como la búsqueda de metas establecidas por el currículo y con base en la idea de optimizar el desempeño, los estudiantes sometidos a este sistema se van acostumbrando poco a poco a querer de sí mismos lo que el currículo pretendía. Considerados sólo como vulnerables, los estudiantes dóciles son transformados por la conformación pedagógica y académica neoliberal en productores de resultados y desempeños, susceptibles de ser auditados, inspeccionados, evaluados y corregidos. En caso de ser aprobados, serán considerados aptos para el ejercicio profesional eficiente. Es decir, por la reproducción de lo sufrido, llamándolo aprendizaje.
La estrategia básica de estos programas es capitalizar los temores y deseos de la audiencia objetivo. Los discursos de reforma llevan su tinta y prometen salvar escuelas, docentes, estudiantes y padres de familia del terror y las incertidumbres que el Estado no ha podido resolver. el folleto de Escuelas de Edison, en Reino Unido, trae el siguiente texto: “Trabajamos con escuelas que no se contentan con quedarse quietas, brindamos a las escuelas potentes herramientas educativas, consultoría, desarrollo profesional y apoyo y capacitación pedagógica” (BALL, 2014, p. 160). ) .
Es necesario prestar atención a la maniobra retórica que implica la privatización de todo un vocabulario que, luego de fertilizar debidamente la imaginación, es adoptado, propagado y hasta reivindicado como correspondiente a las necesidades que ostenta. Se vuelven tan plausibles (o mejor dicho, entran de tal manera en la dimensión de lo plausible) que cualquiera que demuestre lo contrario asumiría rápidamente el papel de loco. Ball afirma que una vez que el vocabulario ha sido “rutinizado”, el recurso por sí solo neutraliza posibles resistencias o bloqueos a las iniciativas.
El programa enseñar primero, por ejemplo, se creó como uno de los especialistas en la “rutinización de las innovaciones”. Es “un programa de educación continua y reclutamiento de docentes que tiene como objetivo ubicar a docentes graduados de universidades de élite en escuelas socialmente desfavorecidas” (BALL, 2014, p. 179). En otra de estas drásticas circunstancias de privatización de la esfera política, Ball cita el caso de la empresa Bertelsmann, en cuyo sitio web es posible elegir una póliza, “ponerla en el carrito de compras y hacer su pedido en línea” (BALL, 2014 , p.181 ).
Para los legos es difícil entender cómo estas megaoperaciones financieras transforman cualquier situación en un negocio lucrativo, más aún cuando se trata de soluciones educativas para poblaciones pobres. En este capítulo, Ball analiza el caso de educación Pearson, el más grande en el campo de los llamados edu-negocios. Acerca de las inversiones, escribe: “los activos de interés primario son formas de los llamados capital blando (capital tangible), es decir, patentes, licencias, cuota de mercado, marca, equipo de investigación, métodos, base de clientes o cultura” (BALL, 2014, p. 189).
En el mundo, esta ha sido una rama de actividad empresarial en rápido crecimiento. Suecia tiene, por ejemplo, el 20% de sus estudiantes educados en escuelas que son gratuitas pero que pertenecen y son administradas por proveedores privados. Hay 900 de estas escuelas, con 80 mil alumnos entre 1 y 18 años. El grupo más grande de estas escuelas está dirigido por la misma persona, John Bauer, en 20 ubicaciones. Todos se especializan en educación vocacional, capacitación en TI, medios de comunicación, emprendimiento, salud y estado físico, administración y aprovisionamiento de hoteles. También dirige escuelas en España, India, Noruega, China y Tailandia. Solo en Suecia, en 2007, la iniciativa de este emprendedor tuvo ingresos de SEK 757 millones (más o menos US$ 90 millones).
Otro ejemplo proporcionado por Ball es el del Socios de equidad de providencia, un grupo de inversores de capital privado estadounidense que en 2009 compró Grupo de estudio, un “Proveedor de Educación Privada Global” de Australia, por $570 millones. O ESTUDIO tiene 38 campus, 55 estudiantes en el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y los EE. UU. La firma, según el sitio web, administra fondos con $23 mil millones en compromisos y ha invertido en más de 100 empresas en todo el mundo. Dado que el centro de estas actividades es la expansión del capital financiero independiente de su actividad principal, la Blackboard, el brazo del grupo, trabaja con universidades, gobiernos e incluso militares (!) en todo el mundo.
El grado de cinismo en la introducción a la cartera de "productos" en el sitio web de la empresa es impactante. Blackboard: “Trabajamos con nuestros clientes para desarrollar e implementar tecnología que mejore todos los aspectos de la educación. Empoderamos a los clientes para involucrar a más estudiantes de formas nuevas y emocionantes, acercándonos a ellos y a sus dispositivos, y conectándonos de manera más efectiva, manteniendo a los estudiantes informados, comprometidos y colaborando juntos” (BALL, 2014, p.192).
En más de un sentido, por lo tanto, es necesario comprender el concepto de red movilizado por Ball. Los estudiantes son capturados y hechos colaboradores por un elaborado sistema de señuelos y símbolos cargados de ideología neoliberal. Se convierten en actores que reproducen las ideas neoliberales en Educación como autores. Estas prácticas forjan no solo un mercado de materiales, servicios e ideas, sino un verdadero mercado global para las instituciones educativas, una “economía del conocimiento”. A Educación Laureate, por ejemplo, un gigante en el campo, posee al menos dos instituciones en Brasil, Universidade Anhembi-Morumbi y UniPB. Estas formas institucionales ofrecen formación profesional económica y satisfacen la gama de mercado de aquellos que necesitan una cualificación profesional rápida. Y aún así, en ocasiones, tienen la validez “diferencial” del título más allá de las fronteras nacionales, lo que acaba funcionando como reclamo de marketing. Para Ball, esta es la marca indiscutible de “un nuevo colonialismo educativo”.
Para comprender mejor el dinamismo y la complejidad de estas redes políticas, es necesario seguir el rastro de las reorganizaciones de las instancias locales y globales para comprender las conexiones entre las reformas políticas parciales/locales y los discursos neoliberales más amplios. Se trata de relaciones complejas de interdependencia e interferencia mutua y reparto de poder y centros de decisión que demandan la creación de métodos y técnicas adecuadas para investigar estas prácticas. Sobre todo, es necesario “seguir el dinero”, “los investigadores de políticas tienen que convertirse en lectores regulares del Financial Times y Wall Street Journal, informes bursátiles, y debe aprender a leer las cuentas de las empresas” (BALL, 2014, p. 221). Esta es también una indicación válida para aquellos interesados en construir un camino de investigación en cualquier área de las humanidades en una sociedad capitalista.
Mientras tanto, la agenda que guió la lucha y las reivindicaciones de los movimientos de izquierda parece haber sido tan envilecida y desustanciada que, además de la falta de iniciativa para sentar las bases de la crítica al capitalismo y su versión ideológica y aún más dañina en neoliberalismo, ahora solo se limitan a exigir el absurdo de que el sistema, por lo menos, funciona. La apuesta de estos movimientos parece ser que exigir que el sistema funcione es lo mismo que mitigar los efectos de sus inherentes crisis y catástrofes cíclicas. Y eso, apostaría Ball, no es más que una de las consecuencias perniciosas de lo que Marx describió como las sutilezas teológicas y sutilezas metafísicas propias de un mundo gobernado por el capital.
*Denilson Soares Cordero Profesor de Filosofía de la Universidad Federal de São Paulo, Campus Diadema.
*Marian Ávila de Lima Días Profesor del Departamento de Educación de la Universidad Federal de São Paulo.
referencia
Stephen J. Bola. Educación SA global Las nuevas redes políticas y el imaginario neoliberal. Traducción: Janet Bridon. Ponta Grossa, Editora UEPG, 2014, 270 páginas.
Publicado originalmente en revista miradas, v. 3, noo. 2 de noviembre 2015.
Nota
[i] La traducción más literal del título original sería algo así como: Global Education SA: redes políticas y edu-negocios.