¿Y ahora Rodrigo Maia?

Imagen: Ciro Saurio
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por LEONARDO SACRAMENTO & IGOR GRABOIS*

Sin bancada, sin candidato, sin voto: ¿qué queda del llamado centro político?

Incluso en la izquierda, el bolsonarismo incluso acordó tratar a los oficiales militares como miembros de un club selecto de postura y rectitud, lo que implica que no se mezclarían con la notoria "vieja política". La convención siempre ha sido falaz. Henrique Saboia, invitado a ser Ministro de Marina por Tancredo, y mantenido por Sarney, explicó, en entrevista con Celso Castro y Maria Celina D'Araújo,[ 1 ] en 1998, la relevancia del Centrão en la Asamblea Constituyente para bloquear la agenda de la izquierda y lo que los oficiales de las tres fuerzas llamaron “revanchismo”.

Según el almirante, todo fue muy difícil, pero “después de la creación del 'Centrão', nos resultó más fácil” (2001, p. 61). Peor era “la gente de izquierda, con un revanchismo loco, siempre”; en cambio, “los más fáciles eran los que tenían más afinidad, la gente del 'Centrão', con los que era más fácil dialogar, entenderse” (2001, p. 63). El Centrão en el constituyente fue una solución para completar la transición lenta, gradual y segura de los militares. La “vieja política” fue la solución de las fuerzas conservadoras en la Constituyente, como lo fue en el Golpe de 2016, en el gobierno de Temer y, ahora, en el gobierno de Bolsonaro. Hoy, el ministro Ramos, general recién vestido, declara que los militares “entienden la alianza con Centrão”, reafirmando la antigua afinidad.[ 2 ]

Si Centrão es sinónimo de formación de un grupo conservador apartidista, vinculado a las demandas de la clase dirigente y de los grupos políticos hegemónicos, como los militares, sin hacer que esas demandas exógenas sean paradójicas con las demandas internas de los partidos y grupos (exitos endógenos). ) que la componen, debe Se puede concluir que la Asamblea Constituyente nos dio, además de la primera bancada evangélica de la historia, financiada por la Asamblea de Dios, el Centrão como actor político de la Nueva República. Incluso se pueden señalar algunas diferencias entre el Centrão de la Asamblea Constituyente y el Centrão actual, pero, analizadas en su esencia, que es otorgar cierta gobernabilidad, las diferencias desaparecen como nubes después de una tormenta de verano. El Centrão es producto de la transición democrática, junto con la amnistía para torturadores y asesinos contra el “revanchismo” de izquierda.

Centrão siempre disputó el papel de ente rector con el MDB, que se encargó de dar la mayoría al supuesto bipartidismo socialdemócrata entre el PSDB y el PT. Con el golpe de 2016, el MDB tomó un vuelo para el que no estaba programado. Le correspondía al gobierno negociar con el nuevo pilar de la gobernabilidad, continuando la alianza establecida en la destitución de Dilma a través de Eduardo Cunha. Es importante señalar que la huida de Centrão es directamente proporcional a la huida del MDB al gobierno, ya que el pacto electoral y de gobernabilidad de la Nueva República fue roto por fuerzas liberal-conservadoras vinculadas al mercado financiero, para quienes la inmediatez del saqueo era anula el proceso político y la estabilidad institucional. Por eso, el surgimiento del Centrão, antiguo bajo clero, sólo pudo ocurrir con la bendición del MDB.

Las acciones de Eduardo Cunha no son las únicas pistas y evidencias. Las acciones de muchos actores del partido transmiten una posición única, repetida al unísono. De Michel Temer a Eunicio Oliveira, de Lobão a Fernando Bezerra, de Baleia Rossi a su padre. Y es en la relación entre padre e hijo que hay un importante documento de ese momento, escrito por Roberto Rodrigues en octubre de 2015. El exministro de agricultura del gobierno Lula, cercano a la agroindustria del biodiesel y dirigido por Wagner Rossi, también exministro de agricultura y excoordinador de la Conab (Companhia Nacional de Abastecimento) en el gobierno de Lula, escribió, ya como Coordinador del Centro de Agronegocios de la FGV, Embajador Especial de la FAO para las Cooperativas y Presidente de LIDE Agronegócio – Thinktank de João Dória –, artículo titulado el nuevo centro.[ 3 ] Este texto, repercutido en espacios académicos, como FGV, y en medios de mercado, como Valor Econômico, del Grupo Globo, hizo una retrospectiva del papel del Centrão en la Nueva República, desde la Asamblea Constituyente hasta el papel que debe jugar desde 2015 en adelante.

Según Roberto Rodrigues, ante el “fiasco” de la polarización entre derecha e izquierda, había surgido un grupo suprapartidista que habría dado apoyo a Ulysses Guimarães. Frente a este ejemplo, consideró, en 2015, que el momento requería algo similar, ya que “el tema político contamina lo económico y lo social, generando desvíos como el regreso de la indeseable inflación y el peor flagelo moderno, que es el desempleo”. Para superar la polarización político-partidista, este grupo podría “garantizar la gobernabilidad con un programa serio y responsable, aunque con algunos remedios amargos para curar los males causados ​​en los últimos años por los errores del gobierno”. Probablemente, el documento del exministro sabía de la producción del programa. Un puente hacia el futuro, ya que conocía las acciones tras bambalinas de Michel Temer y Eduardo Cunha para el golpe. Además, el manifiesto del MDB se publicó poco después del artículo de Roberto Rodrigues. Según Cunha, en un intento de influir en la elección para la presidencia de la Cámara de Diputados a favor de Artur Lira, Baleia Rossi articuló los pasos de juicio político en el departamento de Rodrigo Maia, y no hay nada que le pase a la familia Rossi que Roberto Rodrigues. no participar ni enterarse, y no hay nada de lo que escribe Roberto Rodrigues sobre política que Wagner Rossi no dé su bendición, es la posición de una parte relevante del agronegocio.

Con la destitución de Dilma, vino el derrocamiento del PSDB, registrado en el pobre voto de Alckmin. Sin el MDB como base prioritaria para el apoyo institucional y la gobernabilidad, ya que pasó al gobierno, Centrão se quedó para jugar el papel que jugó en la Asamblea Constituyente para las fuerzas conservadoras. El deseo de Roberto Rodrigues se hizo realidad, mediado por Eduardo Cunha. O sea, mediada por el propio MDB, ya de cabeza en Centrão. El DEM acabó asumiendo, con Maia y Alcolumbre, el papel que le correspondía al MDB, como principal articulador del Centrão, tras la detención de Eduardo Cunha. Pero esta disposición implosionó el arreglo de la Nueva República, ya que el MDB no pudo, o mejor dicho, no puede imponer un nombre viable al ejecutivo federal. El vacío fue dado. Ante el antiPTismo y el ataque udenista y lavajatista contra la izquierda, sacando a Lula de las elecciones con otro golpe institucional, avalado por el STF, solo podía haber un candidato de derecha fuera de la derecha institucional. Llegó Bolsonaro.

Ya en 2018, la derecha institucional fue derrotada, más que la izquierda, que aun bajo ataque logró llegar a la segunda vuelta, permitiendo al PT imponer una bancada vigorosa en la Cámara y garantizando una parte importante del fondo electoral. Como estrategia de defensa institucional, el PT terminó, a pesar de todo, como vencedor. No es un gran ganador, pero un ganador. La derecha institucional, especialmente el PSDB, fue destruida a nivel nacional, garantizando peso electoral solo en Tucanistán, especialmente en el interior de São Paulo vinculado al agronegocio. Si hubiera sido una elección sólo para el Gran São Paulo, Marcio “Cuba” habría salido victorioso.

En este nuevo arreglo institucional, que abraza la barbarie del genocidio, la violencia de los grupos paramilitares (milicias), los pesticidas, el acaparamiento de tierras y los lumpemburgueses al por menor y al por mayor, como el superhéroe habanero, se dinamitó la derecha institucional. La elección a la presidencia de la Cámara de Diputados mostró plena y didácticamente la tierra arrasada, lo que explica la desesperación de la búsqueda del candidato de la derecha que asume la apariencia de un “centro democrático”. Este centro, que involucra a los grandes bancos y medios de comunicación, excluidos de los espacios de decisión a los que estaban acostumbrados desde la Dictadura Cívico-Militar, propone lo imposible: ser antibolsonarista y lavajatista, con los dos pies en el rentismo y en el sentimentalismo identitario de la representación del “no” incluido” para controlar a la masa hambrienta. Luciano Huck sería, de hecho, el candidato ideal.

Pero la realidad es dura. La elección de la Cámara de Diputados demostró que este derecho no tiene nada. No tiene base social popular, copada por el bolsonarismo y la izquierda, ni diputados. ¡No hay diputados! Bolsonaro se llevó a los diputados de esa derecha. Baleia obtuvo 145 votos. Hay 122 diputados de siglas de izquierda. De estos, 16 votaron por Erundina. Se estima, analizando la evolución en la elección de los demás cargos de la mesa, 20 deserciones a favor de Lira, quedando 86 diputados de izquierda. Eso dejó 59 diputados del MDB, DEM y PSDB obedientes a Maia y Baleia (Temer), como máximo. Este es el balance actual de la derecha institucional y pro mercado en la Cámara de Diputados, con mucha buena voluntad.

La derecha del calzado no tiene diputados, ni base social, ni votos ni candidato. Dória, que pretende ser el Oswaldo Cruz de Berrini, no despegó. Peor aún, perdió apoyo en el interior de São Paulo con el aumento del ICMS, lo que indica una crisis fiscal en el estado de São Paulo en los próximos dos años, y con el cierre del comercio, revelando que el bolsonarismo ganó, en la práctica, el narrativa de la economía versus el aislamiento social, al menos entre los empresarios del comercio. Brotan manifestaciones en las montañas contra Dória por el estado de São Paulo. Sin el Estado, y con su dificultad para vender fuera del Sudeste, sus posibilidades reales son muy bajas, como reveló recientemente la encuesta Atlas. Huck, por su parte, presenta el problema de que, si acepta ser candidato, arriesgando su futuro profesional si pierde (y la posibilidad es muy grande), no tiene una plataforma fuera del Caldeirão, lo cual es corroborado por las deserciones del DEM, PSDB y MDB al bolsonarismo. En la práctica, lo ideal para este derecho sería sacar a Bolsonaro del juego con un juicio político, ya que es poco probable que lleguen a la segunda vuelta con él en el campo. La derrota de Baleia, por ahora, tiró esa alternativa a la papelera.

Fruto de este proceso y de la anticipación de estas derrotas, brilló el intento de maniobra de Gilmar Mendes para la reelección de Maia y Alcolumbre, catapultado por el lavajatismo de Barroso, Fux y Fachin. La actuación de los garantes de la Segunda Sala sobre Deltan y Moro debe ser vista no solo como una corrección a los crímenes contra la patria de los citados esbirros, sino como una acción para aislar judicialmente a los lavajatistas, que impiden una salida institucional viable. Gilmar Mendes es el actor político que tiene la dimensión real de la crisis política. Por lo tanto, la acción y prisa de Gilmar Mendes, guiando la sospecha de Moro a favor de Lula, no es inapropiada, ya que puede ser una salida a la crisis que ha creado la derecha. De ser así, dependerá de muchos factores que aún estarán en disputa a lo largo de 2021.

La derecha fue enterrada por Bolsonaro. El presidente se llevó todo: policía federal, TCU, CGU (ya resuelta en el gobierno de Temer), PGR, policías estatales, Ministerios Públicos, Poder Judicial y, ahora, Congreso. Es muy probable que Centrão haya venido ahora para quedarse. Sin embargo, se debe señalar que el Centrão no es un gobierno, ni proporciona la gobernanza que el MDB le dio al PSDB y al PT, especialmente en el gobierno de Lula. Pero proporcionará suficiente gobernabilidad para las reformas. Parece que la lógica del gobierno de Bolsonaro es tratar a Brasil como tierra arrasada. Toma todo lo que puedas para 2022. ¡Así de simple! Y ese proyecto se combina con el quinteto de base social bolsonarista: iglesias, grupos paramilitares (milicias), ejército, agroindustria y mercado.

El mercado reaccionó positivamente a la elección de Artur Lira y Rodrigo Pacheco, ya que entiende el Centrão de la misma manera que lo entendieron los militares en la Asamblea Constituyente: un facilitador, un solucionador de problemas, que, pagando, entrega lo acordado. Fue lo que aseguró la aprobación relámpago de la Reforma Laboral con Temer y Cunha. No hay desacuerdo entre Centrão y el bolsonarismo, ya que Centrão está dominado por el bolsonarismo y el bolsonarismo está organizado en Centrão. La gobernanza serán privatizaciones, reformas y algunas directrices caras al bolsonarismo, pero también caras a una parte del Centrão, como la legalización del acaparamiento de tierras y la minería, incluso en tierras indígenas. La tierra arrasada, llevándose todo lo posible, refinerías, bloques petroleros, Eletrobrás, Casa da Moeda, estuvo representada en la fiesta de Lira. No importa la situación, no importa la pandemia, ni los muertos y la crisis económica y alimentaria de los brasileños. La escena, a semejanza del baile de la Ilha Fiscal, muestra a un grupo político amplio y cohesionado celebrando una victoria que proporciona botín, como si fueran soldados que ganaron una guerra y sometieron al enemigo.

*Leonardo Sacramento Doctor en Educación por la UFSCar. autor de La Universidad Mercantil: un estudio sobre la relación entre la universidad pública y el capital privado (Apris).

*Ígor Grabois, economista, es director de Grabois Olímpio Consultoria Política.

Notas


[ 1 ]CASTRO, Celso; D'Araujo, María Celina. Militar y política en la Nueva República. Río de Janeiro: Ed. Fundación Getúlio Vargas, 2001.

[ 2 ]El ministro Ramos dice que “no tiene vergüenza” de articular con Centrão y que los militares entienden el momento. O ESTADÃO, 10 de febrero de 2021.

[ 3 ]RODRIGUES, Roberto. un nuevo centro. GLOBO RURAL, octubre de 2015.

 

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