Dos libros

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por LEONARDO BOFF*

“La medida correcta” puede salvar la vida y el planeta Tierra

La justa medida es un valor universal, presente en todas las culturas y representa uno de los puntos más importantes de todos los caminos éticos. Estaba inscrito en los pórticos de los templos o edificios públicos, ya sea en Egipto, Grecia, el Imperio Romano o en otros lugares. La virtud del promedio justo significa el camino del medio, ni demasiado ni demasiado poco y la dosis correcta. Se opone a todo exceso y a toda ambición exagerada (hybris en griego). Recomienda el autocontrol, la capacidad de desprendimiento y renuncia.

Estamos convencidos que una de las principales causas del caos actual, con el desequilibrio del planeta Tierra, con la devastación de casi todos los ecosistemas, con el calentamiento global que introdujo irreversiblemente un nuevo régimen climático más cálido, que se manifiesta en los eventos extremos a nivel mundial, con la intrusión de varios virus, el peor de ellos hasta ahora, el coronavirus, diezmando millones de vidas, con el estallido de guerras en 18 lugares diferentes de la Tierra, particularmente la guerra letal entre Rusia y Ucrania (detrás de la cual se encuentran la OTAN y los EE. UU. ) es consecuencia de la falta de justa medida.

Esta falta de justa medida es intrínseca al paradigma de la modernidad, formulado en los siglos XVII/XVIII por padres fundadores como Galileo Galilei, Isaac Newton, Francis Bacon y otros. Para estos, el eje estructurador del nuevo mundo a construir se basaba en la voluntad de poder o de poder, como ya lo identificaba Friedrich Nietzsche y toda la Escuela de Frankfurt. Según este nuevo paradigma, el ser humano se entiende a sí mismo como amo y dueño de la naturaleza en la expresión de René Descartes. No se siente parte del todo natural. Esto no tiene sentido en sí mismo, ni finalidad, sino en cuanto está ordenado al ser humano que lo trata según su placer.

En nombre de este paradigma, se rompió por completo la justa medida. Los países europeos ejercieron la voluntad de poder, dominando pueblos enteros como en América Latina, África y, en parte, Asia. Dominaron la naturaleza, extrayendo de ella bienes y servicios ilimitados. Dominaban la materia hasta las últimas partículas. Dominaron el secreto de la vida, el código genético y los genes. Todo llevado a cabo con furia sin ningún sentido de la justa medida.

Aportaron innumerables e innegables ventajas a la vida humana. Pero al mismo tiempo, por haber enviado la justa medida al limbo, crearon para sí mismos el principio de la autodestrucción con todo tipo de armas, al punto que, si se usaran, no quedaría ni un alma viviente. Cuenta la historia.

Para no quedarnos solo en conceptos, damos un ejemplo concreto: la irrupción del Covid-19 que solo afectó a la humanidad y no a otros seres vivos. Es consecuencia directa de la voluntad de poder, de la agresión sistemática de nuestra forma de habitar el planeta Tierra, destruyendo el hábitats de virus Sin sus nichos vitales, avanzaron sobre los seres humanos provocando la muerte de millones de personas. Por tanto, carecíamos del justo equilibrio entre la necesaria intervención en la naturaleza para garantizar nuestros medios de vida y la exagerada ambición de sobreexplotar los bienes y servicios naturales, más de lo que necesitábamos, con vistas a la acumulación y el enriquecimiento.

De esta forma, la Tierra viva ha perdido su equilibrio dinámico y nos ha enviado a través del coronavirus un llamamiento a la justa medida, un mensaje de cuidado, autocontrol y superación de todo exceso. Ese fue el significado del confinamiento social, el uso de mascarillas y la urgencia de utilizar las vacunas adecuadas. Todo parece indicar que no hemos aprendido la lección, ya que la gran mayoría ha vuelto a la normalidad.

Bien decía el pensador italiano Antonio Gramsci: “la historia es maestra, pero prácticamente no tiene alumnos”. En todo caso, nos queda la lección de que debemos incluir la justa medida en todo, cultivar en todo una relación amistosa y justa, si queremos garantizar un futuro para la vida humana y para nuestra civilización.

Yendo directamente a la cuestión de fondo: la causa más inmediata y visible de la ruptura de la justa medida está en el capitalismo como modo de producción y en el neoliberalismo como su expresión política. Conocidos son los mantras de ambos: el lucro por encima de todo, la competencia como motor, la explotación ilimitada de los recursos naturales, el individualismo, la flexibilidad de las leyes para poder llevar a cabo sin trabas su intención de dominación/enriquecimiento.

Si hubiéramos seguido tales mantras, una gran parte de la humanidad se habría visto gravemente afectada o incluso habría desaparecido. Lo que nos salvó fue darle centralidad a la vida, interdependencia entre todos, solidaridad entre todos, cuidado de la naturaleza y de las leyes y normas que limitan los oligopolios, que generan pobreza para gran parte de la humanidad.

Preocupados por este tema último, el de la vida y la muerte, hemos escrito dos libros, fruto de una extensa investigación a nivel mundial, pero escritos en el lenguaje más accesible posible para que todos puedan darse cuenta de la gravedad que significa la ausencia de la justa medida de la vida. personal, para las comunidades, para la sociedad, para los gobiernos, para la economía, para la cultura y para nuestra relación con la naturaleza, en definitiva con la Tierra.

El primero se publicó en 2022 – El pescador ambicioso y el pez encantador: la búsqueda de la medida justa. En él preferimos el género narrativo con el uso de cuentos y mitos ligados a la justa medida. En la segunda que continúa la primera, La búsqueda de la justa medida: cómo equilibrar el planeta Tierra Traté de manera más reflexiva de ir a las causas que nos llevan a perder la justa medida o el relativo óptimo.

Ambos libros plantean la angustiosa pregunta: ¿es posible vivir en la justa medida dentro de este sistema capitalista y neoliberal, ahora globalizado? Respondemos, con cierta esperanza, que es posible, a condición de que pasemos de la cultura del exceso a una cultura de la justa medida, desarrollando una nueva forma de habitar la Tierra, sintiéndonos parte de ella y hermanos de todos los demás. seres En el lenguaje del Papa Francisco en la encíclica fratelli tutii operando el cruce dominus (propietario) de la naturaleza para el Frater (el hermano y la hermana) entre nosotros y entre todos los seres de la naturaleza.

Para ello es importante una ética de la justa medida a nivel personal y comunitario, en la política y la economía, en la educación y la espiritualidad. O organizamos nuestras sociedades dentro de los límites del planeta Tierra, viviendo en todo en la justa medida, o estaremos poniendo en riesgo el futuro de nuestra vida y de toda la vida en la Tierra.

Leonardo Boff es ecologista, filósofo y escritor con varios textos sobre ecología integral y los riesgos que enfrenta la humanidad.

*Leonardo Boff Es ecologista y filósofo. Autor, entre otros libros de Cuidando la Tierra-Protegiendo la Vida: Cómo Evitar el Fin del Mundo (Record).


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