Diarios de la caja negra

Fotograma de "Diarios de la caja negra" / Divulgación
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por JOÃO LANARI BO*

Comentario sobre el documental dirigido por Shiori Ito

Diarios de la caja negra, finalizado en 2024, ocupa un lugar sui generis en la constelación cinematográfica de los tiempos en que vivimos. Sui generis: sin semejanza con ningún otro, único en su género; original, peculiar, singular. Claro, no es el primer documental íntimo, de esos que buscan ofrecer una exposición sin censura del autor/director.

En el propio Japón, país de origen de Shiori Ito, el valiente director, existe una tradición que piensa el discurso cinematográfico como una investigación íntima: en 1974, Hara Kazuo rodó Canción de amor extremo de Private Eros 1974, mostrando fragmentos de la relación con su pareja, Miyuki, sonido directo e imágenes captadas en 16 mm.

El vértigo digital que nos asola ha añadido un voltaje cuántico a este impulso. Hoy en día, la cantidad de cámaras que registran la profundidad de las experiencias y relaciones humanas es simplemente incontable. Los teléfonos móviles equipados con cámaras, capacidades de almacenamiento y edición de imágenes se han vuelto extremadamente accesibles.

Hacer que estos discos alcancen cotas más altas, tengan capacidad expresiva y, en definitiva, sean nominados al Oscar en la categoría de documental –en este caso, Diarios de la caja negra – Es otra historia, como dice la sabiduría popular. Shiori Ito logró esta hazaña al hacer preguntas sobre su propia agresión sexual, su lucha por llevar a su agresor ante la justicia y, de paso, al exponer el anacronismo del sistema judicial japonés. No es poca cosa.

Su ilustre predecesor, Hara Kazuo, es uno de los documentales más viscerales que el cine haya producido jamás. Para él, la cámara puede amenazar al sujeto del documental al revelar sus vulnerabilidades. Pero también puede revelar las propias debilidades del director, en la puesta en escena o en el montaje, en la misma manera en que captura el objeto. La cámara, resume, es un dispositivo por donde transitan las vulnerabilidades del sujeto y del objeto: una mejor manera de comprenderlos, un instrumento de descubrimiento (y de autodescubrimiento).

Estas afirmaciones se aplican también a Shiori Ito y sus diarios; quizá a todos y cada uno de los proyectos que tienen como premisa el registro cotidiano, literario o audiovisual.

Los hechos: Shiori Ito era pasante en la agencia de noticias Reuters En 2015, cuando se puso en contacto con Noriyuki Yamaguchi, entonces jefe de la oficina de Washington de la cadena de televisión privada “Sistema de radiodifusión de Tokio". La idea era indagar sobre una posible oportunidad laboral. La invitó a cenar: su último recuerdo es el mareo que sintió durante la reunión. El siguiente recuerdo fue despertar en una habitación de hotel con Yamaguchi, mientras él la violaba, encima de su cuerpo. Lo único que podía recordar era que ya eran más de las 5:30, pero no eran más de las 6:53; esas fueron sus palabras. Salió apresuradamente del hotel, humillada y ofendida. Yamaguchi, de XNUMX años en el momento del incidente, niega las acusaciones.

A partir de ese momento, la vida del director entró en una espiral traumática. Pronto tomó la decisión de registrar todas sus reacciones, su dolor, sus obstáculos. Como periodista, tenía experiencia en reportajes y minidocumentales, pero el nuevo frente –un registro íntimo del abismo que se había abierto en su vida– era, obviamente, una novedad radical.

Diarios de la caja negra no oculta los sucesivos momentos de debilidad, vacilación y agotamiento que acompañaron este proceso. El encuadre, los testimonios, la edición: todos los dispositivos lingüísticos capturan estas vulnerabilidades y las sacan a la superficie, impactando la fluidez narrativa del documental. La película se desarrolla mientras Shiori Ito profundiza en su problemática historia personal.

La historia incluye el entorno legal cuasi feudal de Japón para los casos de violación, que requiere pruebas abrumadoras. Los fiscales afirmaron que no había pruebas suficientes para sustentar un caso penal: la única opción era presentar una demanda civil. Yamaguchi era amigo y biógrafo del ex primer ministro Abe, lo que dificultaba cualquier avance: en Japón, la jerarquía patriarcal es compleja y efectiva. Mientras filmaba todo y a todos con su celular, Shiori Ito comenzó a escribir un libro, y lo hizo público en una conferencia de prensa sin precedentes, en 2017, cuando tenía 28 años. Se convirtió en una figura pública.

Shiori Ito ahora vive entre Londres y Berlín. Uno de sus proyectos es visitar el Amazonas y filmarlo… con su celular.

*João Lanari Bo Es profesor de cine en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Brasilia (UnB). Autor, entre otros libros, de Cine para rusos, cine para soviéticos (Bazar del tiempo). [https://amzn.to/45rHa9F]

referencia


Diarios de la caja negra (Diarios de caja negra)
EE.UU., Japón, documental, 2024, 103 minutos.
Dirigida por: Shiori Ito.


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