Por Solange Reis*
En editorial, el principal diario del mundo toma posición sobre las elecciones estadounidenses y las primarias del Partido Demócrata
A fines de enero, The New York Times (NYT) publicó su respaldo a las primarias demócratas. Elizabeth Warren y Amy Klobuchar fueron elegidas como las mejores candidatas. No solo para derrocar a Donald Trump en las elecciones generales, sino para resolver los problemas que llevaron al republicano al poder.
El respaldo fue sorprendente en algunos aspectos. A pesar de apoyar a los candidatos desde su fundación en 1851, el periódico nunca había presentado dos candidatos simultáneamente. Los internautas no perdonaron la ambigüedad, diciendo que el periódico estaba “en la cima de la pared”. Otros enfatizaron la irrelevancia del respaldo, que tendría una influencia mínima en la masa. Hay quienes acusan al diario de sexismo por haber apoyado desde 2008 solo a mujeres en las primarias. Finalmente, los partidarios de Bernie Sanders – El principal competidor de Warren – afirmar que el NYT es parte del sistema que intenta expulsar al único candidato genuinamente de izquierda.
Por otro lado, los moderados quedaron asombrados por el hecho de que el diario no señalara a Joe Biden, el candidato de la maquinaria demócrata y probable favorito de Barack Obama. Otra sorpresa fue la defensa de las propuestas progresistas como forma de restaurar la estabilidad y la democracia. A pesar de no ser un medio conservador, no es ningún secreto que el periódico aboga por políticas económicas liberales.
Para los editores, Estados Unidos se enfrenta a tres puntos de vista marcadamente divergentes. El primero es el del presidente y candidato a la reelección, Donald Trump. “Nativismo blanco”, “unilateralismo en el extranjero”, “corrupción flagrante”, “guerras culturales”, un poder judicial ideologizado y la veneración de una sociedad jerarquizada son aspectos abiertamente promovidos por el actual titular. El periódico, que hizo un respaldo anti-Trump en 2016, no oculta que lo ve como un peligro para la democracia.
Otras dos visiones competirían por los corazones y las mentes del electorado, así como por el futuro del Partido Demócrata. El primero vería a Trump como una aberración pasajera, luego de lo cual la política volvería a la normalidad. El otro, escéptico, creería que el presidente heterodoxo es el resultado de un sistema político y económico podrido que necesita ser cambiado. Para sorpresa de muchos, es con la segunda perspectiva que el diario se ha alineado.
El Partido Demócrata debe optar por una de estas dos últimas visiones para convencer a la población y restaurar la república, dice el editorial. Si alguna vez hay un momento para abrazar nuevas ideas, es ahora. No se trata de considerar una “rigidez ideológica”, por ejemplo, para la nacionalización del sistema de salud o para la despenalización de las fronteras, advierte el NYT. Sin embargo, se insta a los votantes a hacer una elección progresiva. Menos de lo que harían con Bernie Sanders; más que los centristas Biden y Pete Buttigied.
Elizabeth Warren, senadora por el estado de Massachusetts, tendría un discurso para tocar a las masas, incluidos los votantes de Trump en el cinturón rural del país, argumenta el diario. Al atacar el sistema económico corrupto que solo favorece a los ricos, Warren podría ganarse a las personas descontentas en ambos espectros políticos. Quizás haya un optimismo exagerado por parte de la junta editorial, ya que el candidato ha sufrido un declive e inestabilidad en las encuestas entre los propios demócratas.
Inversiones en construcción, energías limpias y beneficios sociales, y la lucha por el poder de negociación de los trabajadores frente a las grandes corporaciones, son algunas de sus banderas. En política exterior, sin embargo, Warren es más de lo mismo. Aboga por restaurar alianzas, fortalecer la OTAN y llevar la democracia donde falta. A través de las guerras, si no hay alternativa diplomática. Progresista en economía y costumbres, intervencionista en política internacional.
A pesar del difícil apellido – lo que puede ser una desventaja cuando los votantes deben deletrear correctamente el nombre del candidato en la boleta – Amy Klobuchar es una especie de avatar aceptable de Warren para el electorado moderado. En teoría, incluso podría ganar votos entre los republicanos moderados, los pocos que están indignados por la reacción moral que representa Trump. De ahí a la práctica, lo imponderable se impone.
Su plataforma tiene algunos temas comunes a los de Warren, aunque difiere en cuanto a intensidad y formas de ejecución. Beneficios sociales, lucha contra el cambio climático, fomento de infraestructuras, intervencionismo en el exterior, todo eso está en la agenda. Lo que no entra es la campaña contra las ganancias desenfrenadas de las grandes corporaciones y Wall Street. Al menos, no abiertamente, como lo hace su correligionario.
Indicar que es capaz de promover una agenda progresista es forzar demasiado el argumento. Menos que un respaldo al senador de Minnesota, la nominación de Klobuchar parece servir como una advertencia a Warren de que el periódico está listo para jugar la carta de la moderación en caso de "rigidez ideológica".
También fue un chubasco de agua fría para Biden y Sanders, ya sea por su edad o por sus respectivas polémicas. Sanders está acusado de machismo y falta de compromiso con la comunidad negra. Biden está directamente relacionado con el proceso de juicio político de Trump, ya que, según los informes, el presidente pidió ayuda al gobierno ucraniano para reanudar una investigación sobre una posible corrupción en Ucrania que involucra al hijo de Biden cuando aún era vicepresidente.
Klobuchar, sin embargo, tendría una ventaja sobre Warren en habilidades de negociación. El diario destaca su historial de bipartidismo con sus pares en el Congreso, aunque también destaca casos de acoso moral contra sus asistentes. En ese sentido, no parece haber sido una elección prometedora.
Apoyar a los precandidatos es ciertamente importante. Los internautas se equivocan cuando desprecian la capacidad de influencia de un gran periódico. En medio de las habladurías en las redes sociales y las exageraciones del propio vehículo, una frase de la editorial merece ser destacada. “En los albores de 2020, algunas de las ideas más convincentes están surgiendo no del centro sino del ala izquierda del Partido Demócrata”. Si 2019 fue un año incomprensible en la política mundial, el actual promete hacer un nudo en la cabeza de los analistas. Vivimos para ver cómo The New York Times pide una salida por la izquierda, aunque sea una izquierda adaptada a los límites de la sociedad estadounidense.
*Solange Reyes Doctor en Ciencias Políticas por la Unicamp y profesor colaborador del Programa de Posgrado en Relaciones Internacionales San Tiago Dantas.
Artículo publicado originalmente en el sitio web Observatorio Político de los Estados Unidos (OPEU).