por ALEJANDRO DE FREITAS BARBOSA*
Prefacio a la nueva edición del libro de Paul Singer
El intelectual se entrena en el combate.
Los textos que componen este libro fueron escritos en la primera mitad de la década de 1960, cuando Paul Singer, recién licenciado en Economía por la USP en 1959, participó con soltura del debate nacional. Cuando revisamos artículos periodísticos de este período en la colección del IEB/USP,[i] nos encontramos ante el reconocimiento obtenido por la joven docente en un corto espacio de tiempo. Si en abril de 1961 aparece en el diario de la tarde como el economista “Paul Zinger”,[ii] o Noticias Agosto de 1968 tiene el siguiente titular: “Paul Singer habla de 'juventud y política'”.[iii] El entrevistado, al parecer, ya no necesita presentación.
A Hoja de la tarde, del 30 de diciembre de 1968, se refiere a él como alguien “todavía joven – 36 años”, pero ya “muy conocido en el ambiente universitario brasileño”.[iv] Luego, trae tu impresionante currículum. Además de ser profesor de la FEA-USP y de las Facultades de Rio Claro y Araraquara,[V] El joven Paul Singer es doctor en Ciencias Sociales por la Facultad de Filosofía de la USP y trabaja como profesor de estadística aplicada en la Facultad de Higiene y Salud Pública de la misma universidad. Entre sus obras, aparecen en el artículo Desarrollo y crisis, publicado por Editora Difel, y Política y revolución social en Brasil por Editora Civilização Brasileira, en colaboración con Octávio Ianni, Gabriel Cohn y Francisco Weffort.[VI]
Estos son los textos ahora reeditados – en el segundo caso, su artículo “La política de las clases dominantes”, que aparece en el libro organizado por profesores de la USP. En ellos ya podemos identificar al intelectual que habló “simplemente sobre los temas más difíciles del pensamiento económico”,[Vii] según la prensa de la época.
Sin embargo, será leído por los lectores de hoy, sesenta años después de que se escribieran estas páginas. Lectores que probablemente conozcan a Paul Singer a través de algunos de sus muchos personas: el intelectual del Cebrap, con sus interpretaciones de la economía brasileña y sus trabajos en el campo de la economía política marxista; el destacado y desinteresado economista del PT, con sus prolijas síntesis; y el activista y teórico de la economía solidaria, que se arremangó para implementar su versión del socialismo democrático “aquí y ahora”.
Es imposible recuperar la complejidad histórica del momento en que se escribieron los ensayos, sobre todo porque el libro mismo Desarrollo y crisis Es una colección de textos creados en diferentes épocas y con diferentes propósitos. Conforman –junto con el autor y su contexto– una intrincada red, siendo nuestra intención únicamente tirar de algunos hilos, con el fin de dilucidar conexiones y tensiones que le dan significado histórico. Con ello buscamos rendir homenaje al gran maestro que nos dejó en 2018 y habría cumplido 90 años en 2022.
¿Con quién debate el joven Paul Singer? ¿Cómo afina los conceptos, sus instrumentos, para el choque de ideas? ¿Cuál es su concepción de la economía? ¿Y cuál es el papel de la política? ¿El traje (estilo) que usa es el mismo en los distintos textos? Este prefacio pretende lanzar algunas hipótesis sobre estas cuestiones.
Antes de continuar, vale la pena enfatizar que una parte importante de la trayectoria política e intelectual del joven Paul Singer tuvo lugar fuera de la universidad. Entre 1946 y 1961 estuvo vinculado a varias organizaciones políticas como el Partido Socialista Brasileño (PSB), la Liga Socialista Independiente (LSI) y la Organización Revolucionaria Marxista – Política Obrera (ORM-Polop). Paul Singer también fue uno de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de São Paulo en la histórica huelga de 300 mil en 1953.
Leyendo el periodico vanguardia socialista de Mário Pedrosa y su contacto con Febus Gikovate, Antonio Cândido, Fúlvio Abramo y Paulo Emílio Salles Gomes resultaron decisivos para su iniciación en los estudios marxistas.[Viii] Así como la participación en el grupo de lectura. La capital, creado en 1958, junto con otros profesores de la USP, cuando él era el único economista del grupo y aún estudiaba la licenciatura.
El curso en la FEA-USP y su actuación como economista en el debate público, poco después, lanzaron su activismo a un nuevo nivel: no sólo por el prestigio y reconocimiento que obtuvo, sino sobre todo por la forma en que condujo su carrera teórica y argumentos prácticos, como veremos a continuación.
En diversos medios de comunicación, durante la primera mitad de la década de 1960, Paul Singer aparece frente a Dorival Teixeira Vieira, profesor de teoría económica de la USP, sobre la Instrucción 204 del SUMOC, de 1961, que trajo cambios a la política cambiaria del país.[Ex] debatiendo con Ignácio Rangel, importante economista del BNDE, sobre agricultura y desarrollo,[X] o viajar por todo el país en eventos que aborden el desarrollo regional y la desigualdad social.[Xi]
El joven Paul Singer que aparece en estas páginas tiene pleno conocimiento no sólo de los temas tratados en los ensayos –economía y desarrollo, política y democracia– sino también de la diversidad de orientaciones teóricas que existen en Brasil y en el contexto internacional. Ensaya una forma de posicionarse en el debate, de manera innovadora en relación con quienes lo precedieron y ofreciendo interpretaciones alternativas acordes con los intereses de la clase trabajadora. Este es su puesto de observación, que influye en sus diagnósticos y propuestas políticas.
Pero, como escribe en el ojo del huracán, las coordenadas del sistema, llenas de zigzags, no se ajustan a tendencias estructurales, hay tantas posibilidades abiertas. Si Paul Singer es ya un intelectual maduro, el movimiento de la historia resulta poco propicio para las síntesis analíticas.[Xii]
La consolidación del marco político y económico en los años 1970 le permitirá desentrañar aún más las contradicciones del sistema capitalista que avanza a todo vapor. Cebrap proporciona un mínimo de estabilidad institucional y espíritu de grupo para que su contribución crítica sea bienvenida por las nuevas legiones de investigadores y activistas. Plantará en terreno previamente sembrado.
Una consideración adicional se refiere al estilo del cronista de la escena económica y política, característica que será uno de los rasgos llamativos de su carrera. Esto queda patente en dos artículos de carácter cíclico.
En el capítulo 5 de Desarrollo y crisis, escrito con Mário Alves, Paul Singer busca no sólo “traducir” y “didácticar” el lenguaje técnico y “esotérico” del Plan Trienal, sino señalar “sus implicaciones políticas, económicas y sociales” para el “brasileño común” (págs. 101, 105). El texto es un análisis del plan, encargado y publicado por la UNE, que se centra en la estructura de las cuentas públicas y la balanza de pagos, y que aún puede desempeñar un papel importante en la enseñanza de cursos de economía y ciencias sociales.
En el capítulo 7, describe el debate mantenido por la prensa en torno al PAEG, iniciado en agosto de 1964. Su informe incluye al entonces Ministro de Planificación, Roberto Campos, Carlos Lacerda, Herbert Levy (propietario de Gazeta Mercantil y diputado federal por la UDN), representantes del CNI y críticos “burgueses” del gobierno. Paul Singer desmantela irónicamente los distintos argumentos.
Nuestro economista busca comprender el plan del gobierno militar en el contexto de la crisis actual del sistema; y resaltar el papel estratégico del Ministro, quien encarna “la visión global del proceso desde la perspectiva de la burguesía (nacional y extranjera), que no tiene por qué temer el papel del Estado que sabe servirles” (p. .168).
Desarrollo y cambios estructurales.
En el prefacio de la primera edición de “Desarrollo y crisis”, su autor considera necesario dar algunos mensajes a los lectores. Se refiere a los capítulos del libro como “ensayos”, marcados por “diferencias de énfasis”. Luego afirma que, a pesar del conjunto relativamente “armonioso”, son parte de la “evolución” de su pensamiento durante el período. Es, por tanto, un pensamiento –no listo y acabado– que se nutre de la práctica para comprender teóricamente el objeto de investigación en su totalidad.
Es revelador que, en la primera página del Prefacio, el adjetivo estructural aparezca tres veces, como “contradicciones estructurales” o “transformaciones estructurales”. Después de todo, el elemento unificador es “la preocupación por los cambios estructurales que ocurren en la economía cuando ocurre el desarrollo”.
Un segundo punto que vale la pena señalar es la necesidad de esbozar un “panorama de la teoría del desarrollo”. Singer sitúa su surgimiento después de la crisis de 1930, con el nacimiento de la contabilidad nacional e internacional, pero especialmente con los intentos de aplicar la macroeconomía a los “países subdesarrollados”.
El autor destaca cómo la teoría marginalista (neoclásica) sólo hace uso esporádicamente de la historia económica. La integración entre historia y teoría es un sello distintivo de los marxistas. Keynes, por su parte, se centra en un análisis de la economía capitalista centrado en el corto plazo. En sus inicios, la teoría del desarrollo identifica, por analogía, la relativa escasez de capital como “la principal causa del subdesarrollo”.
En este contexto, los jóvenes marginalistas de los países subdesarrollados se vuelven marxistas, y muchos de ellos se vuelven keynesianos, generando un eclecticismo saludable que proporciona la base de la escuela estructuralista. Para Singer, se pudo demostrar “que no basta que los 'nuevos' países aprendan las lecciones resultantes de la industrialización que tuvo lugar antes de 1914, para poder repetir el proceso hoy”.
Sin embargo, pronto se diferencia del análisis estructuralista. Esto no habría llevado su premisa hasta sus últimas consecuencias, lo que habría significado enfrentar “la nueva economía producida por el desarrollo como una economía capitalista”.[Xiii] En opinión del autor, demarcando aquí la frontera que lo separa de Celso Furtado y otros teóricos –a quienes rara vez nombra como si prefiriera no enfrentarlos directamente–, el carácter apologético del capitalismo les impide situar las “reformas estructurales” más allá del estructura central del sistema, es decir, “la economía de mercado”.
Su vena crítica aborda también teorías del imperialismo, de corte marxista, para quienes no habría industrialización sin romper con la economía internacional. Para el joven economista, el desarrollo de los acontecimientos habría llevado a una revisión de los fundamentos tanto de los teóricos como de los académicos marxistas.
Esto nos lleva al capítulo 2 de su obra.[Xiv] Paul Singer señala dos concepciones básicas de la teoría económica. Uno que trata “desarrollo” como sinónimo de “crecimiento”. Los países subdesarrollados son aquellos que crecen por debajo de su potencial, al no aprovechar su oferta de factores productivos. Para esta concepción, la dinámica económica es “invariablemente la misma” en cualquier tiempo y espacio, sin diferencias entre sistemas económicos. Aquí no existe una “visión integrada de la economía subdesarrollada”, ya que se deriva de la combinación de características aisladas.
El autor pasa luego a la concepción estructuralista. Aquí el desarrollo se considera “el proceso de pasar de un sistema a otro”. Según este enfoque, el funcionamiento de las economías está condicionado por las estructuras existentes, sin las cuales no tienen validez histórica.
Para Paul Singer, incluso partiendo de una reflexión sobre “sistemas, regímenes y estructuras” históricamente condicionados, “el método inductivo del estructuralismo” no logra articular estructuras dentro de un sistema más amplio. Por tanto, “las estructuras desconectadas de los sistemas no son más que abstracciones sin sentido”. Es el movimiento opuesto, del sistema que “se desdobla en estructuras”, el que permite captar la totalidad de la realidad histórica, concebiendo lo particular como manifestación de lo universal, la unidad en la diversidad.
El joven economista probablemente se basa en Marx de Contribución a la crítica de la economía política, que recomienda la siguiente actitud metodológica: concebir lo concreto como un “proceso de síntesis”, ya que “las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto a través del pensamiento”, y no a través de la observación y representación inmediata.[Xv]
Los autores clasificados como “estructuralistas” son todos franceses y la limitación de su horizonte teórico hace que, en términos de recomendaciones de política económica para el desarrollo, en el mejor de los casos proporcionen “buenos consejos”, genéricos y “acacianos”. Sus argumentos dualistas no permiten desentrañar cómo se da la articulación, en los países subdesarrollados, entre un “sistema capitalista” y un “sistema precapitalista”, esto se debe a que las estructuras son superpuestas e independientes.
Después de ofrecer ejemplos históricos de regiones desarrolladas –Europa, Estados Unidos y Japón– y contrastar la experiencia estadounidense, que estableció “una estructura industrial completa” en el siglo XIX, con la experiencia de trasplante desde países con una “economía colonial” – El autor avanza por otro campo metodológico: “el método de enfoque estructural, que adoptamos”, sin descuidar la inducción, es parte del movimiento integrado del sistema, que no se detiene en el “examen externo de los hechos”.
De ahí la necesidad de “un análisis estructural coherente –y por tanto globalizador- del proceso en su totalidad”. Sólo así puede concebirse el desarrollo, en el marco de la división internacional del trabajo, “como la reorientación de estas economías” (coloniales o subdesarrolladas) “en función de su mercado interno”.
Una pregunta no dejará de intrigar a los lectores del joven Paul Singer. ¿Por qué no menciona a Celso Furtado, entonces uno de los estructuralistas más destacados del panorama internacional -y cuyas obras, economía brasileña (1954) y Formación Económica de Brasil (1959)[Xvi] ¿Te conoce tan bien? En la introducción de su doctorado, Singer también cita a Ignácio Rangel, de quien difiere en términos analíticos, pero sin precisar el contenido de la divergencia, pues su objetivo es “revelar ciertos aspectos significativos del desarrollo” en Brasil.[Xvii]
¿Por qué citar a los franceses, evitando el debate con aquellos autores que ya habían aplicado el método estructural al análisis de la formación histórica brasileña? ¿Es esto una omisión deliberada o una negativa a confrontar ideas? Creemos que la primera opción es la más plausible. Y aun así, no se trata de una omisión total, ya que Singer se apropia de los aportes de Furtado y Rangel para enmarcarlos en un nuevo marco teórico.
¿Economía colonial, subdesarrollada o capitalista?
¿Cuál es el desafío de Paul Singer? Comprender “cómo funciona el sistema económico de los países subdesarrollados, un sistema que llamamos, no tanto por su origen sino por su funcionamiento global, 'economía colonial'”.
Inicialmente, el autor se muestra reacio a utilizar el término subdesarrollo. Quiere ubicar a las “economías coloniales”, que precedieron a las llamadas “economías subdesarrolladas”, como parte de un proceso histórico, ya que sólo existen porque están integradas a la economía mundial.
En este sentido, son necesarias dos conclusiones: primero, no hay desarrollo posible en el sistema de economía colonial. En segundo lugar, el desarrollo sólo es posible a través de transformaciones estructurales que resulten en la sustitución de la economía colonial por otra de tipo industrial, es decir, por otra diferente, “capitalista o de planificación centralizada en las condiciones históricas del mundo contemporáneo”. Este es el núcleo de su argumento, que es similar al de Caio Prado Jr.[Xviii]
En los capítulos 3, 4 y 6, Paul Singer analiza el funcionamiento de la “economía de un país subdesarrollado que está incluido en el sistema económico liderado por naciones capitalistas industrializadas”.
En un primer esfuerzo analítico, divide la economía brasileña, “colonial” o “subdesarrollada”, en dos sectores: mercado y subsistencia. En el caso del latifundio esclavista, ambos forman parte de un mismo complejo productivo, basado en la gran finca. Incluso en el régimen de colonización de las fincas cafetaleras, los trabajadores están divididos entre la producción para el mercado y la de subsistencia. En el Nordeste, los sectores aparecen en territorios diferentes, ya que el sector de mercado se concentra en el área forestal, siendo el agreste y el sertão desempeñando el papel de sector de subsistencia. La descripción de las diversas situaciones concretas se basa en la investigación de su tesis doctoral.
Una de las innovaciones del libro es precisamente investigar los flujos económicos entre los distintos sectores: economía de subsistencia, economía de mercado y mercado exterior. Como destaca el autor, el movimiento del sector de mercado comanda la división interna del sector de subsistencia, ya que una parte se produce para el autoconsumo y otra para el sector de mercado.
Paul Singer utiliza el concepto de “economía natural” tomado de Ignacio Rangel,[Xix] para nombrar a la producción de la economía de subsistencia orientada al autoconsumo. Y la noción de articulación entre sectores se remonta al análisis realizado por Celso Furtado, cuando describe la formación del complejo nororiental a través de la articulación entre ganadería y producción azucarera en el período colonial.[Xx]
En segundo lugar, Paul Singer mejora el modelo para comprender la dinámica de una economía subdesarrollada, al dividir el sector de mercado en una economía de mercado interna y una economía de mercado externa. Al mismo tiempo, comienza a denominar al “mercado externo” como “economía (o sector) capitalista”. El esquema de flujos entre los distintos sectores gana en complejidad.
Su objetivo es mostrar cómo el sector del mercado interno tiende a reemplazar las importaciones realizadas por los otros dos sectores, mientras que al mismo tiempo concentra para sí la moneda destinada a la adquisición de bienes de producción. Cuando esto sucede, se completa la etapa 1 de desarrollo.
Pero no podemos perder de vista el “contenido político-social” del desarrollo. Porque lo que está en juego es “la expropiación del excedente que, para ser real, debe pasar de las manos de los terratenientes, comerciantes y banqueros, vinculados al comercio exterior, a las de los empresarios del sector del mercado interno”.
No sorprende que el proceso desencadenado en la etapa 1 sea un resultado directo de la acción del Estado y “sólo pueda tener lugar en condiciones políticas que, por regla general, también sean revolucionarias”. En este sentido, “el estudio del desarrollo no puede limitarse únicamente al campo de la especulación económica”.
La autonomización del sector del mercado interior no es espontánea ni inevitable. Paul Singer destaca que éste se presenta como un sector proveedor de servicios complementarios al mercado exterior, teniendo un carácter auxiliar. De momento, todavía no tiene “capacidad de expansión propia”.
La etapa 2 de desarrollo ocurre cuando el sector del mercado interno avanza en la producción interna de bienes de capital. El mercado externo deja de ser el motor y también el principal factor limitante de la expansión de la economía con diferenciación productiva. Ahora surgen otras preocupaciones: el alcance del mercado interno y el capital disponible para inversión. Sin embargo, en la práctica, como explica el autor, las etapas 1 y 2 se superponen, sin “un límite claro entre ellas”.
Paul Singer destaca que antes de la etapa 1, cuando la expansión económica es liderada por el sector del mercado externo y predomina la economía colonial, el país se encuentra en una “situación de completo subdesarrollo”. Está claro, por tanto, cómo a lo largo del texto los conceptos se unen y adquieren una nueva caracterización.
El siguiente cuadro nos ayuda a seguir su esquema teórico e histórico, a medida que la economía brasileña subdesarrollada adquiere una apariencia “cada vez más capitalista”.
Marco analítico
La sucesión de etapas sirve como recurso analítico, pues el autor destaca que el desarrollo implica “una sucesión de desequilibrios”. En nuestra opinión, Singer busca ampliar el horizonte analítico presentado por Ignácio Rangel en su obra de 1957. La correspondencia entre los siguientes extractos nos parece esclarecedora.
Para Paul Singer, “el mercado interno, suficiente en la etapa 1, se vuelve demasiado estrecho” en la etapa 2. Es, en este contexto, que “el sector de subsistencia se vuelve antagónico al desarrollo”. Esto se debe a que “una parte entera del país está 'cerrada' al sector del mercado interno, que encarna el desarrollo y cuyas barreras deben ser superadas".
Para Rangel, “estas actividades extramercantiles ocupan mucho más de la mitad de la fuerza laboral efectiva de una nación subdesarrollada. De ello se deduce que la economía de mercado no es más que una corteza ligera que flota en un inmenso océano de fuerza de trabajo a la espera de una mejor ocupación”.[xxi]
El economista de Maranhão también divide la economía brasileña en tres estratos: la economía natural, la economía de mercado y el comercio exterior, que establece el vínculo con la economía mundial bajo el dominio del capitalismo monopolizado.[xxii] Con la creación del mercado nacional se desarrolló el “capitalismo”, que pasó a depender del “monopolio del comercio exterior” del Estado. En este contexto, la apertura del “complejo rural” debe estar en consonancia con el desarrollo industrial.
Como destacamos, Paul Singer sigue el proceso económico sin perder de vista su contenido político-social. Destaca, por ejemplo, la transferencia de poder de los empresarios del sector del mercado exterior al equipo de “desarrollo”. Pero también para los empresarios de las ramas potencialmente “autónomas” del sector del mercado interno (el origen de la “industria nacional”).
Los dilemas del proceso de desarrollo se enumeran en el capítulo 4. El sector del mercado interno pasa de ser un productor complementario a un competidor de la industria extranjera. También es necesario aumentar la productividad del sector de subsistencia mediante la pequeña propiedad (reforma agraria) o mediante la formación de cooperativas. No menos importante es garantizar la demanda, ya que el proceso de transformación debe dar como resultado una “economía industrial completa”.
El desafío desde el punto de vista de la política económica es canalizar una masa de superávit a través del sector público sin comprometer al sector privado, alojado en el sector del mercado interno. El sector de subsistencia todavía está inmerso en la economía natural y algunos recursos pueden movilizarse a través del sector del mercado externo manipulando los tipos de cambio. Sin embargo, al final, la inflación y la entrada de capital extranjero proporcionarán financiación para la expansión.
En el capítulo 6, el sistema económico de Brasil en el período posterior a 1930 se describe como un caso en el que la economía subdesarrollada “aún no ha adquirido plenamente características capitalistas”. Sin embargo, al seguir el proceso de sustitución de importaciones, Paul Singer sugiere que “la economía ya no tiene su dinámica ligada a la de los países industrializados”. A su vez, el sector del mercado interno, “que es capitalista, se convierte en un foco autónomo de variaciones cíclicas”.
No sólo se está construyendo la pirámide industrial de arriba a abajo (bienes de consumo y luego bienes intermedios y de producción), sino que también aparecen cuellos de botella por todas partes: escasez de electricidad y combustible, de infraestructuras de transporte, de mano de obra cualificada, etc.
Para no frenar el proceso, el gobierno recurre a las emisiones, manteniendo la economía en expansión, así como los márgenes de ganancia de los empresarios y la parte destinada a bienes de producción. Todo parece indicar la inexistencia de ciclos económicos, propios de las economías desarrolladas.
En la práctica, el ahorro forzoso está garantizado por dos mecanismos: la confiscación de divisas, que transfiere parte del excedente del sector del mercado exterior a la burguesía industrial; y confiscación de salarios, debido al reajuste de los salarios durante períodos más largos en comparación con los precios de los artículos de consumo de la clase trabajadora. Una vez rotas las dos “represas” que protegen la generación de “ahorro forzoso”, entró en juego la inflación de costos y la espiral inflacionaria avanzó a partir de 1959.
Se trata de una interpretación original, creada en el calor del momento, justo después del golpe de 1964. Paul Singer describe la crisis como “de coyuntura”, que no puede confundirse con la “crisis de estructura” –resultante del “choque entre el impulso desarrollista y las estructuras arcaicas”, caracterizado por la inmovilidad tecnológica en la agricultura y el papel del capital extranjero como obstáculo a la expansión de los servicios públicos.
La crisis actual se refiere a la naturaleza misma de la economía capitalista, resultante de la anarquía de la producción, debido a la incapacidad del mercado para generar la asignación necesaria de inversiones en vista de las necesidades reales de la economía. El estancamiento, promovido por el gobierno, hace que la crisis estructural se atenúe y los residuos coloniales aparentemente dejen de ser un problema.
En opinión del autor, la raíz del problema radica en la concepción de que las reformas básicas podrían liberar una serie de obstáculos estructurales, “dejando intacta la anarquía de la producción y sus consecuencias cíclicas”.
Ahí radica su verdadera diferencia con los estructuralistas brasileños. Porque, a su juicio, tanto la crisis de situación como la crisis de estructura -que se superponen- deben afrontarse "operando cambios profundos en la economía, en un sentido anticapitalista", a través de una planificación económica integral.
Esto explica la omisión deliberada de Furtado en el texto. Algunos de los libros del economista aparecen marginalmente citados, aunque él los utiliza, como en el caso de Rangel, para formar su estructura teórica original. Furtado también participa en el análisis crítico del Plan Trienal.
Para volver expresamente al final del libro, cuando el joven economista se refiere a la “escuela estructuralista” como la “versión económica del reformismo”. En su opinión, el uso de “remedios monetaristas” –léase el Plan Trienal– puede explicarse por la dificultad de comprender que las crisis estructurales no están disociadas de las crisis económicas, propias de una economía capitalista donde prevalece la anarquía productiva.
Antes del golpe de 1964, Celso Furtado y Paul Singer cumplían, respectivamente, posiciones sociales diferentes: uno era el intelectual de estadista y el otro, el intelectual de las clases populares.[xxiii] Esto explica sus diferentes concepciones del desarrollo como proceso histórico del país. Por mucho que persistan las diferencias, actuarán en la misma trinchera en los años 1970, componiendo el rico mosaico de variantes teóricas del estilo de interpretación histórico-estructural en Brasil.
Desarrollo, política y clases sociales en Brasil
leyendo el articulo La política de las clases dominantes, a raíz de Desarrollo y Crisis, demuestra la corrección de los editores. El estilo es ensayístico, pero sin proselitismo. Paul Singer ejerce su pedagogía política con primacía. Ya en la introducción anuncia su punto de vista: “no se trata de investigación y no pretende probar las afirmaciones hechas”. El autor quiere “aclarar, en cierta medida, a quienes participan en la lucha del pueblo brasileño por su liberación qué son los partidos de derecha”.
Sólo hacemos una reparación. El intelectual no es un participante “ocasional” en la vida política del país, ya que participa activamente en el activismo partidista y en la organización sindical durante todo el período.
En este ensayo cubrimos el período comprendido entre 1945 y 1964 desde una perspectiva que inserta la economía en la política y las ideologías en las clases sociales. Si el foco está en las clases dominantes y los partidos “burgueses”, PSD y UDN, su objetivo es comprender las opciones y errores de la izquierda durante la crisis de los años 1960.
Esta es una lectura obligatoria para comprender el Brasil desarrollista, tras su progreso contradictorio y matizado. El disfraz de politólogo no le sienta bien al autor, ya que la situación sólo puede explicarse a partir de las relaciones de clase de este capitalismo que avanza de forma peculiar.
En la práctica, Paul Singer construye un esquema analítico para desentrañar el funcionamiento de las instituciones políticas en el período. En lugar de centrarse en los estatutos y programas de los partidos, o cuestionar su “autenticidad”, va directo al grano: ¿qué papel desempeñan los partidos de la clase dominante en la vida política del país?
En primer lugar, Singer caracteriza a los “políticos profesionales” que desempeñan funciones en los poderes Ejecutivo y Legislativo en los distintos niveles de la federación. Utilizando el razonamiento weberiano, el autor clasifica tres “tipos puros”: el coronel, el representante del grupo económico y el político cliente.
Si el coronel recuerda a un político tradicional con raíces en el pasado, en el contexto del Brasil urbano sufre ajustes y trabaja cada vez más en empresas capitalistas. El político clientelista, vinculado a sectores del electorado, destaca por su estrecho horizonte político y su actitud oportunista. También se ve envuelto por redes empresariales. Por lo tanto, el desarrollo de la economía capitalista en Brasil tiende a tener repercusiones a nivel político, convirtiendo “al representante del grupo económico en la figura central del proceso”.
La pregunta decisiva para nuestro ensayista político es la siguiente: ¿cómo encajan estos grupos políticos en los partidos de las clases dominantes? No se puede sobreestimar su homogeneidad, nos dice. Lo que a un politólogo de pura sangre puede parecerle inestabilidad de los partidos de derecha, lo concibe como un recurso para dar “la máxima flexibilidad a sus estructuras”.
En el punto 5 del texto, Paul Singer ofrece una recuperación histórica del accionar de los partidos burgueses en el período analizado. Sugerimos que los lectores de este prefacio sigan este informe detallado y confiable, ya que nos centraremos en algunos aspectos de su análisis estructural, priorizando el entrelazamiento de las dimensiones política y económica.
El PSD y la UDN tienen orígenes diferentes. El primero surge de la agrupación de líderes políticos locales en torno al Estado Novo. El segundo tiene su unidad sellada por el antivarguismo. Reconfigurados en el período posterior a 1945, garantizan la sostenibilidad del proceso de acumulación de capital, a pesar de orientaciones ideológicas aparentemente diferentes y de diferente participación en los sucesivos gobiernos.
Como nos dice Paul Singer, “la política obrera es siempre la piedra de toque para determinar el contenido de clase de un gobierno”, claramente burgués en el gobierno de Dutra. En el segundo gobierno de Vargas, con el “renacimiento obrero”, el contenido de clase se vuelve menos evidente. En el gobierno de JK, la política laboral sigue “activa”, “bajo el patrocinio del PTB, sin que la burguesía tenga ningún motivo de preocupación”.
Durante el gobierno de JK, dos procesos relacionados cambiaron la situación económica y política. En primer lugar, cambia la composición de la burguesía. El proceso de centralización del capital, liderado por el capital extranjero, abre una brecha entre la gran y la pequeña burguesía, esta última más “nacionalista”, aunque cada vez más proclive a confundir “capitalismo de Estado” con “socialismo”.
En segundo lugar, es evidente la inaplicabilidad de los métodos habituales para estimular el desarrollo. La burguesía se enfrenta a dos tipos de solución: transformaciones productivas en la propia estructura económica o deflación. Prefiere la primera solución, pero su posición de clase “sólo le permite elegir la segunda alternativa”.
Al mismo tiempo, en el plano político, entre agosto de 1961 (dimisión de Jânio Quadros) y enero de 1963 (victoria del presidencialismo con João Goulart), por primera vez desde 1945, “la gran burguesía y el capital extranjero se enfrentaron a una izquierda al mando de poderosas organizaciones de masas y con influencia real sobre los poderes constituidos”.
En este contexto, el PSD desempeña un doble papel. Por un lado, representa el ala de la gran burguesía que confía en la solución de la crisis, con Jango, a favor de sus intereses de clase. Por otro lado, se opone a las “pretensiones reformistas” del gobierno, que conducen a la división de las clases dominantes en un contexto de intensificación de los “enfrentamientos con el movimiento obrero y campesino”. Para complicar el escenario, las “soluciones burguesas a la crisis económica”, probadas con el Plan Trienal, refuerzan la unidad de clase de los poseedores de riqueza.
Nuestro economista-politólogo finaliza su texto intentando comprender por qué las clases dominantes perdieron el control del proceso político. En su opinión, el período posterior a la Revolución de 1930 revela la idea errónea de que la función del Estado “es simplemente servir de árbitro en la lucha de intereses privados”. Para luego enmendar: “resulta que Brasil es un país subdesarrollado”, y el Estado debe intervenir vigorosamente en el progreso económico, lo que conduce no sólo a conflictos entre fracciones de la propia burguesía, sino también entre éstas y la clase trabajadora.
En este sentido, la intervención militar representa “la quiebra de la política partidaria burguesa”.[xxiv] Pero su vena crítica no perdona a la izquierda, que se mostró “inmadura para el pleno ejercicio del poder”: “al ser demasiado débil para conquistarlo, se contentó con desempeñar el papel de grupo de presión sobre quienes lo detentaban”.
Aquí vemos una de las señas de identidad de Paul Singer a lo largo de toda su carrera: el ejercicio de una autocrítica constante como tarea ineludible de los intelectuales y los movimientos sociales que desafían al capitalismo.
*Alejandro de Freitas Barbosa es profesor de economía en el Instituto de Estudios Brasileños de la Universidad de São Paulo (IEB-USP). Autor, entre otros libros, de El Brasil desarrollista y la trayectoria de Rômulo Almeida (Alameda).
referencia
Pablo Singer. Desarrollo y política: reflexiones sobre la crisis de los años 1960. São Unesp/ Fundação Perseu Abramo, 2023, 282 páginas. [https://amzn.to/3Rj2Ktn]
Notas
[i] La colección de Paul Singer fue donada por su familia al IEB-USP en 2018. Está compuesta por la biblioteca y el archivo de documentos personales. Los libros y documentos de Paul Singer pasaron por el protocolo de conservación que involucra el proceso de irradiación, realizado por el IPEN, desmetalización, higiene y preclasificación, actividades realizadas en 2019. Luego de la pandemia, entre 2022 y 2023, con el apoyo de pasantes, Becarios PUB (Programa Unificado de Becas) de la USP y estudiantes de posgrado, bajo la supervisión de la Biblioteca y Archivo del IEB, los libros y documentos comenzaron a catalogarse y describirse, estando disponibles, aún no en su totalidad, para consulta pública.
[ii] “El sistema económico actual podría impedir el desarrollo económico del país”, Informe de la participación de Paul (sic) Zinger en el “Seminario de Estudios de la Realidad Nacional”, realizado en São Paulo. Diario de la tarde, 25/04/1961. Archivo IEB, PS-FC-015.
[iii] “Paul Singer habla de 'juventud y política'”, Noticias, 01/07/1968, Archivo IEB, PS-FC-026.
[iv]“Un pueblo no crece al azar”. Entrevista con Paul Singer, Hoja de la tarde, 30/12/1968. Archivo IEB, PS-FC-027.
[V] Las dos Facultades de Filosofía, Ciencias y Letras, denominadas “Institutos Aislados de Educación Superior del Estado de São Paulo”, serían incorporadas a la Unesp en 1976. Paul Singer, entre 1963 y 1966, fue “Profesor Regente de la Cátedra de Economía”, impartiendo clases a estudiantes de Ciencias Sociales de ambas facultades. Su CV para este período se puede encontrar en el Archivo del IEB, PS-MEMO-002, p. 3.
[VI] “Un pueblo no crece al azar”, op. cit. 30/12/1968.
[Vii] “El desarrollo sólo se entiende como un fenómeno social y político”, Informe de la participación de Paul Singer en la “II Semana de Estudios Económicos”, en la Facultad de Ciencias Económicas (ex FEA) de la USP, diario de la tarde, 24/10/1960. Archivo IEB, PS-FC-007. En ese momento, Singer era profesor asistente en el Instituto de Administración del FCE por invitación del profesor titular Mario Wagner Vieira da Cunha, impartiendo las materias “estructura de las organizaciones económicas” y “ciencias de la administración”. Archivo IEB, PS-MEMO-002, pág. dos.
[Viii] FERREIRA, María Paula Quental. La trayectoria política e intelectual de Paul Singer: la “reinvención” de la economía solidaria como proyecto socialista para la transformación de Brasil. Informe de Calificación de Máster. São Paulo, IEB/USP, 21/12/2022, p. 14-16, 26-35, 62-64.
[Ex] “Profesores de economía debaten la instrucción 204”, Folha de São Paulo, 12/04/1961. Archivo IEB, PS-FC-012.
[X]"El sistema económico actual podría impedir el desarrollo económico del país". Diario de la tarde, 25/04/1961. Archivo IEB, PS-FC-015.
[Xi] Paul Singer participa del Curso sobre Problemas Agrarios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Minas Gerais (UMG) en Belo Horizonte (Diário de Minas, 28/04/1960, Archivo IEB, PS-EXP-PROV-027); el Seminario de Estudios del Nordeste en Recife (Jornal do Comércio, 25/03/1961, Archivo IEB, PS-FC-10); y realiza una conferencia sobre el desarrollo de la Amazonia en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Pará en Belém (Folha do Norte, 18/09/1967, Archivo IEB PS-FC-024).
[Xii] El propio autor se dio cuenta de ello a principios de los años 1980. En cuanto al “esquema teórico” de este libro, habría servido en varios de sus trabajos posteriores, “hasta que su esencia fue modificada cuando intenté desarrollar una teoría estructural del empleo, en los años 1970”. .” CANTANTE, Pablo. Militante por una utopía. São Paulo, COM-ARTE, 2013, p. 32. Este libro contiene la totalidad de su memoria académica por la obtención del cargo de Profesor Titular de Macroeconomía en la FEA/USP en 1983. El texto al que se refiere anteriormente se titula “Elementos para una teoría del empleo aplicable a los países no desarrollados”, publicado en Cadernos CEBRAP 18. Posteriormente componería la primera parte de su libro clásico. Véase CANTANTE, Paul. Economía política del trabajo. San Pablo: Hucitec, 1977.
[Xiii] Cabe destacar la originalidad de su propuesta teórica. En el momento en que escribe, por ejemplo, los economistas de su generación todavía tenían en su repertorio “la retaguardia teórica de 15 años de pensamiento de la CEPAL”, como atestigua Maria da Conceição Tavares en su clásico estudio de 1963, “Auge y decadencia del proceso de sustitución de importaciones en Brasil”. TAVARES, María da Conceição. De la sustitución de importaciones al capitalismo financiero. 2do. edición. Río de Janeiro: Zahar, 1973, pág. 16. La investigación del “subdesarrollo como formación capitalista y no simplemente histórica” alcanzará su punto máximo, en 1972, con la Crítica de la razón dualista de su colega del CEBRAP, Francisco de Oliveira, y luego con aportes de la Escuela de Campinas. Véase OLIVEIRA, Francisco de. Crítica a la razón dualista/El ornitorrinco. São Paulo: Boitempo, 2003, pág. 33
[Xiv] Este capítulo contiene la primera parte de una tesis doctoral en la FEA/USP, nunca terminada, “debido a circunstancias fuera de mi control”. Con el golpe de 1964, Mario Wagner Vieira da Cunha, con quien Singer trabaja en la FEA, pidió jubilarse. Al mismo tiempo, Florestan Fernandes lo invitó a realizar investigaciones en el ámbito del proyecto “Desarrollo Económico y Cambio Social”, vinculado a la cátedra de Sociología I de la USP, lo que le permitió a Singer completar su doctorado en Ciencias Sociales en 1966. , 2013, op. cit., pág. 33-34, 40-41.
[Xv] MARX, Carlos. Contribución a la crítica de la economía política. 4to. edición. São Paulo: Martins Fontes, 2011, pág. 246-249.
[Xvi] Estos libros se citan en Desarrollo y crisis, de lado (p. 146).
[Xvii] CANTANTE, Pablo. Desarrollo económico y evolución urbana. 1er. reimpresión. São Paulo: Compañía Editora Nacional, 1974, pág. 13. La Introducción a este libro, toda su tesis doctoral, fue escrita en 1966, antes de la publicación de Desarrollo y crisis.
[Xviii] Caio Prado hijo tiene la misma reticencia con el término “subdesarrollo”, utilizado generalmente con reservas o entre comillas. El historiador paulista también se mantiene alejado de la teoría del (sub)desarrollo. Ver PRADO JR., Caio. Historia y desarrollo. 3er. edición. São Paulo: Brasiliense, 1989, pág. 16-26. Durante su participación en un evento del FCE/USP, Singer contrasta los pensamientos de Caio Prado, Celso Furtado e Ignácio Rangel, y luego afirma que, a pesar de no tener “un modelo de desarrollo económico”, el primer autor “puede dar una mejor imagen de el verdadero proceso”. “El desarrollo sólo se entiende como un fenómeno social y político”, op. cit., Diário da Tarde, 24/10/1960. Archivo IEB, PS-FC-007.
[Xix] RANGEL, Ignacio. Introducción al estudio del desarrollo económico brasileño.. Salvador: Librería Progreso, 1957, pág. 46-51.
[Xx] FURTADO, Celso. Formación económica de Brasil. Río de Janeiro: Fundo de Cultura, 1959, capítulos 11 y 12.
[xxi] RANGEL, 1957, pág. 55-56
[xxii] Ídem, pág. 71-72, 90, 97.
[xxiii] BARBOSA, Alejandro de Freitas. Brasil desarrollista y la trayectoria de Rômulo Almeida: proyecto, interpretación y utopía. São Paulo: Almeida, 2021, pág. 27, 333-344, 401-405.
[xxiv] La última parte del texto contiene un Epílogo, escrito después del golpe de 1964.
la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR