De Gilmar a Gilmar

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por IGOR GRABOIS & LEONARDO SACRAMENTO*

Cómo cambiar la estructura de la coyuntura

Al momento de escribir este artículo, el número de muertos por Covid-19 en Brasil se acerca a los 4.000 diarios. El colapso sanitario va acompañado de un desastre económico sin precedentes. Desempleo batiendo récords cada mes, desarticulación del mercado laboral, aceleración inflacionaria, cierre de empresas y crisis de oferta. Para completar, hay un apagón de los servicios públicos, que van desde la inspección del trabajo hasta la emisión de pasaportes, pasando por la postergación del censo y el desmantelamiento de las agencias ambientales.

En medio de la entropía generalizada, los actores políticos hacen cálculos electorales para 2022, como si el país viviera en condiciones normales de temperatura y presión. El recrudecimiento de las crisis combinadas -sanitaria, económica y social- aparece como un dato más en una estrategia política de supervivencia.

La tensión social, debido al recrudecimiento de la pandemia y la crisis económica, va en aumento. El aislamiento derivado de la pandemia no permite que esta tensión se traduzca en manifestaciones. Esta tensión se refleja en el desquiciado capitán y la pérdida de apoyo social de su gobierno. De manera difusa, amplios sectores de la población ven en la permanencia de las políticas neoliberales del ministro Guedes una bola de hierro clavada en el pie en medio de un naufragio. Encuestas como XP/Ipespe muestran insatisfacción con la actual política económica y con el manejo de la epidemia por parte del gobierno. Por otro lado, es cierto que la pandemia permitió sobrevivir al capitán, en tanto suspendió las manifestaciones en las calles, pues cualquier aglomeración es una sentencia de muerte para varias personas. Incluso con la suspensión del factor calle, la pérdida de la base social de los ocupantes del Planalto es clara.

El año 2021 comenzó con victorias para el capitán, con la elección de aliados nominales en las presidencias de la Cámara y el Senado. El capitán también logró reducir los espacios de otro agente del gobierno, el ministro Paulo Guedes. Guedes perdió dos joyas de la corona, Petrobrás, con la caída de Castelo Branco y el nombramiento del general Silva y Luna a la presidencia de la empresa, y el Banco do Brasil, con la posterior caída de su socio Rubens Novaes y su reemplazo André. Brandão y la elección de un oscuro empleado bolsonarista para comandar el banco.

Estos cambios terminaron la relación de Bolsonaro con los operadores financieros con sede en la Avenida Faria Lima, Wall Street de São Paulo. Este mercado acepta muertos, pero no acepta injerencias en la política económica del Presidente de la República. Tras los avances del actual representante sobre el terreno de Guedes, pululan los análisis de economistas bancarios y periodistas sobre la veracidad del credo liberal del capitán fascista. Hasta entonces, el liberalismo fue de la mano de las políticas fiscales en la pandemia, que retrasaron la exigua ayuda de emergencia, aprobándola con otro ajuste fiscal de una Enmienda Constitucional, y boicotearon las inversiones en salud, como se evidencia en la disminución del financiamiento de camas UCI por el gobierno federal en enero, justo después del colapso de Amazonas.

En los círculos de la industria, la insatisfacción, antes silenciada, está comenzando a mostrar signos. Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de la Industria, publicó un artículo en el sitio web Poder360, alarmado por la deshidratación del BNDES, única fuente de crédito a largo plazo para la industria.[ 1 ] Capital soñaba con Alkmin, pero era de Bolsonaro y creía que el equipo de Guedes era el 'dream team'. Ahora contabiliza pérdidas por la pandemia y la política fundamentalista del ministro de Economía. Apuestan por el ultraliberalismo y la reducción forceps de los costes laborales. Cosechan las pérdidas de esa apuesta. La canibalización del Estado y la superexplotación del trabajo ya no pueden garantizar ganancias continuas.

Los muertos de la pandemia y la voracidad con la que Paulo Guedes avanza sobre pedazos de propiedad pública abren una disfuncionalidad inmanejable, al punto que banqueros y economistas vinculados al sector financiero publican cartas abiertas cuestionando al gobierno, pero sin tocar la política económica. . Prueba de ello es la interpretación positiva que el equipo de Guedes tuvo de la carta, según un reportaje de Folha de São Paulo del 23 de marzo.[ 2 ] La carta defiende, como alternativa a la pobreza extrema, la fusión de programas sociales con un programa de ingresos mínimos, que defiende Guedes y su equipo y siempre ha defendido Milton Friedman. La carta neoliberal conserva el neoliberalismo de Guedes, responsable del aumento de la desigualdad y la expansión de la pobreza.

Incluso con la erosión de la base de apoyo del capitán, ningún candidato del "centro" pretendido logra hacerse viable. Dória, debido a los magros índices de las encuestas, admite presentarse a la reelección de gobernador de São Paulo. Pero incluso para este reclamo menor, el camino está garantizado. Según una encuesta de GovNet/Opinião Pesquisa, encargada por el Grupo Gazeta de São Paulo, Dória quedaría fuera de la segunda vuelta para el Palácio dos Bandeirantes. Peor aún, el candidato con más posibilidades del PSDB sería Geraldo Alckmin, lo que permite que el grupo tucán opuesto a Doria, hoy liderado por Bruno Covas, impugne su elección para las elecciones de São Paulo. Actualmente está intentando una mudanza con Butanvac, pero está perdido en los medios y panfletos, como muestra un reportaje en Folha de São Paulo el mismo día sobre el anuncio, con derecho a la cortina del teatro, sobre la nacionalidad de la investigación. . La nacionalidad de la producción fue una gran noticia. Sin embargo, al igual que hizo cuando anunció la tasa de eficiencia general de Coronavac (50,48%), en la que no la dio a conocer el mismo día que la tasa de eficiencia en hospitalizaciones y muertes (100%), convirtiendo la noticia positiva en negativa. y refugiándose en Miami, Dória anunció deliberadamente – con la aprobación de Butantã, por cierto – una “vacuna nacional”, permitiendo exponer contradicciones que, a la luz de la producción científica internacional, son irrelevantes. Poco importa si la investigación preclínica se inició en otro país o si la técnica no se creó aquí; lo que importa es la estructura de producción y la capacidad de producción de API (Ingrediente Farmacéutico Activo).

Huck, por su parte, parece contentarse con una candidatura para el horario dominical de la Rede Globo. Esta es la fuerza de esta candidatura.

Sin candidatura de “centro”, sin voto y sin organización partidaria, los dueños del dinero se encuentran en un dilema: cómo deshacerse del capitán y de Paulo Guedes, sin cambiar la política económica. Cómo mantener los dedos sin entregar los anillos. La burguesía brasileña ha puesto dos cabras en su salón y no sabe cómo sacarlas. He aquí, el gran juez de la Corte Suprema y líder político Gilmar Mendes decide crear un nuevo hecho político. Volver a poner a Lula en la carrera política. Gilmar sacó a Lula de la foto cuando quiso. Ahora estaba llamado a traer de vuelta al frente al expresidente, uno de los pocos productos de la Nueva República aún políticamente vivos.

El 25 de junio de 2019, Gilmar Mendes votó en contra del Habeas Corpus que cuestionaba la decisión monocrática del lavajatista Felix Fischer, del STJ, contra Lula. Lo acompañó el ponente, Edson Fachin. Sin embargo, en esta sentencia, a pesar de la negativa, hay una inflexión por parte de Gilmar que ya se venía concretando en declaraciones públicas: conceder la libertad a Lula hasta la decisión final e inapelable, indicando que había cambiado de postura sobre la detención en segunda instancia. , cuya mayoría había dado con el voto de la ministra y la confundida Carmen Lúcia.

En octubre del mismo año, Gilmar declaró en Roda Viva que dudaba si bloquearía la nominación de Lula en la Casa Civil, realizada en medio de la filtración ilegal de escuchas telefónicas a la presidenta Dilma por parte de un ex juez de primera instancia. Vale la pena considerar que, hoy, se sabe que la escucha se realizó en un período no autorizado por el juez que la autorizó y que la conversación fue descontextualizada a propósito para ayudar al entonces candidato Jair Bolsonaro, con quien el ex juez formaría gobierno como Ministro de Justicia. Pero también es importante resaltar que Gilmar Mendes fue uno de los principales agentes del antiPTismo en el STF, con discursos airados y desproporcionados, como en el juicio sobre financiamiento privado de campaña en 2015, cuando escribió en su voto y gritó que el desvío se debió a financiar blogs “con el objetivo de promover propaganda encubierta del Partido de los Trabajadores y sus candidatos, además de empañar la imagen de los partidos y candidatos competidores”. Gilmar fue uno de los artífices del Golpe de 2016, y es uno de los artífices de la rehabilitación de Lula y, en consecuencia, del PT como actor principal en las elecciones presidenciales de 2022. Según las encuestas y el sentido común, la derecha institucional , autoproclamado al estilo de Guaidó y Áñez de “centro”, tiene remotas chances de llegar a la segunda vuelta solo si logra deshidratar a Bolsonaro, y no a Lula. No hay posibilidad de que grupos que apoyaron y estuvieron con Bolsonaro retiren votos a Lula. Fotos y videos abundan: como dice Bolsodoria.

Pero, ¿qué explica el cambio de postura de Gilmar? Los arrepentimientos en la política son construcciones políticas. Aparecen como producto de algún proceso político inconcluso o inesperado. El Golpe de 2016 no logró poner un tucán en la presidencia de 2018. Eligió un gobierno protofascista ultraliberal con gran apoyo de la burguesía brasileña, pero, como todo movimiento protofascista, en cierto punto se desprende del control inmediato de fracciones de la burguesía para aplicar la su agenda. Gilmar Mendes representa fracciones de clase y grupos políticos tradicionales y razonablemente institucionalizados. Son notorias sus conexiones con el mercado financiero y cómo benefició al banquero Daniel Dantas en sucesivas decisiones. Como representante político de estos sectores, Gilmar viene señalando la necesidad de una salida institucional desde 2019. Y, de todos los políticos tradicionales de la Nueva República, sólo quedó Lula. Sin duda, Gilmar es el intelectual orgánico más destacado de la burguesía que prestó atención a la necesidad de recuperar el control institucional sobre el proceso de acumulación y dominación del capital, mientras una parte importante de la burguesía se pierde en los miles de millones que recibe en ganancias y dividendos, a pesar del daño institucional y las consecuencias incontrolables.

Gilmar tiene una lógica simple: construir caminos institucionales viables para la clase dominante y sectores estratégicos de la política. Por eso, se presenta como alguien que vislumbra la salida de Lula, al mismo tiempo que juzga favorablemente toda la agenda de Paulo Guedes. Así fue con la reducción de salarios y jornadas sin intermediación de sindicatos en 2020, la Reforma Laboral de 2017 y la privatización de las refinerías de Petrobras. En este sentido, Fachin se opuso a Gilmar y Barroso en todas las votaciones.

En línea con la actuación de Gilmar, abundan en los medios declaraciones de representantes del mercado en aceptación del 'factor Lula'. Thais Oyama, en un reportaje del 05 de marzo en el Portal do Uol, relata que un empresario, en offEso sí, habría votado al “diablo” -Lula- en detrimento del capitán. El especulador germano-estadounidense Marc Moebius cuestionó por qué los mercados vetaron a Lula, dado que su período de gobierno fue de crecimiento económico y que “aprendió la lección de la corrupción”. Artículos de todos los diarios cuyos dueños están vinculados al mercado financiero muestran cómo Faria Lima ya “tarifica” el regreso de Lula. Según un artículo de O Globo del 21 de marzo, un director de un banco internacional dice que todo está bien para Lula, siempre y cuando renuncie a actitudes radicales, como la renacionalización de BR Distribuidora (sic).

Para gran parte de las clases dominantes, el capitán y su ministro Guedes ya fallecieron. Al mismo tiempo, saben que no hay viabilidad para un candidato de pura sangre de la derecha tradicional, autodenominado “centro”, aunque algunos sectores lo sigan buscando. Deponer al capitán es una maniobra arriesgada, pues pondría en peligro la política económica que propugnan, pero no descartada del todo, como demuestra el discurso de Artur Lira, en el que recurre a soluciones “amargas”. Lo que está por hoy es la táctica de socavar a Bolsonaro, incluso usando a Lula, para aumentar las escasas posibilidades de un candidato de mercado de pura sangre en la segunda vuelta.

Las clases dominantes buscan una composición para 2022. Esta composición aislaría al bolsonarismo, al lavajatismo uniforme y desmoralizado. Su objetivo sería dar un mínimo de razonabilidad a la acción del gobierno, sin tocar el núcleo de las políticas liberales. Para aplicar este programa vale todo, como la renta básica universal, el 30% de los ingresos de privatizaciones para políticas sociales y medidas efectivas para combatir la pandemia.

Quedan en el escenario político dos personajes capaces de articular un mínimo de base social, Lula y Ciro Gomes. El primero llama con un pacto nacional, abriendo el diálogo y sin señalar “estallidos” reformistas. El segundo busca representar al llamado centro, incluyendo una derecha más a tono con el mercado, como el PSDB y el DEM, lo que chocaría con su construcción política basada en lo que él mismo llamó un “proyecto desarrollista”. El resto, por ahora, implosionó. Gilmar previó.

*Ígor Grabois, economista, es director de Grabois Olímpio Consultoria Política.

*Leonardo Sacramento Doctor en Educación por la UFSCar. Autor de La Universidad Mercantil: un estudio sobre la relación entre la universidad pública y el capital privado (Apris).

Notas

[ 1 ] Disponible https://www.poder360.com.br/opiniao/economia/o-brasil-nao-pode-prescindir-de-um-bndes-forte-diz-robson-braga-de-andrade/.

[ 2 ] Carta de economistas suena a guiño a Guedes y crítica a Bolsonaro, evalúa el equipo económico, de Bernardo Caram. Disponible http://www1.folha.uol.com.br/amp/mercado/2021/03/carta-de-economistas-soa-como-aceno-a-guedes-e-critica-a-bolsonaro-avalia-equipe-economica-.shtml.

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