por Pedro Benedito Maciel Neto*
La larga historia de la capital paranaense con el pensamiento de derecha y el autoritarismo
“Curitiba engendró a Bolsonaro. Curitiba tiene el germen del fascismo. Incluyendo todas las prácticas que desarrollan. Surrelf e investigaciones atípicas”
Gilmar Mendes
Recientemente Gilmar Mendes volvió a criticar a Sergio Moro como juez de la Operación Lava Jato en Curitiba. En su participación en el programa Roda Viva, de TV Cultura, relacionó la actuación de los integrantes del grupo de trabajo en Curitiba con el ascenso de la extrema derecha en el país.
Estoy de acuerdo con Gilmar, pero hay quienes no, así que investigué un poco.
Me enteré que en 1955 Curitiba le dio más votos a Plínio Salgado, figura emblemática del integralismo en Brasil, que a Juscelino Kubitschek en la elección presidencial, así es, el integralismo ganó JK en la capital de las araucarias.
Un poco de historia.
En la década de 1930, Brasil fue escenario de uno de los movimientos políticos de extrema derecha más significativos del país: la Acción Integralista Brasileña, cuyo surgimiento puede relacionarse con el conjunto de factores sociales, económicos, políticos y culturales de la época.
La combinación de la crisis económica mundial -con repercusiones en Brasil-, el desprestigio de la democracia liberal, el ascenso de las clases populares, simultáneamente con el surgimiento de movimientos políticos radicales o revolucionarios y el fortalecimiento de ideales autoritarios -teniendo como principales representantes a los época el nazismo y el fascismo- hizo fértil el terreno de la historia de la época para un movimiento que se proponía construir una “nueva sociedad”, cuyos pilares serían la armonía social, la renovación espiritual frente al capitalismo, la disciplina, la jerarquía y el fortalecimiento del Estado, destruyendo la vieja sociedad del “desorden”, del liberalismo desenfrenado, del individualismo egoísta y del débil poder político de corte liberal.
Pero, ¿quién fue Plinio Salgado y cuál fue el integralismo que sedujo a Curitiba?
Plinio Salgado fue un político ultraconservador, que fundó y dirigió la “Ação Integralista Brasileira”, un partido autodenominado “nacionalista católico”, inspirado en los principios del movimiento fascista italiano.
El fundador del partido integralista brasileño también era simpatizante de la dictadura de Vargas, pero, acusado de subversión, fue detenido por Vargas y se exilió en Portugal, apoyándose en Salazar, otro fascista, que había apoyado la dictadura de 1964.
Jorge Amado, opositor político e ideológico de Plinio Salgado, además de miembro del PCB, comentó la obra literaria de Plínio Salgado en O Cavaleiro da Esperança, biografía de Prestes, diciendo que: “Nunca en todo el mundo, incluido el futurismo de Marinetti en el fascio italiano, incluidas las teorías arias del nazismo alemán, tanta idiotez, tanta creencia, nunca se ha escrito en tanta mala literatura, como lo hizo el integralismo en Brasil. Fue un momento en el que la deshonestidad fue mayor que el ridículo. Plinio Salgado, “führer de la opereta”, mesías del teatro barato, tenía el microbio de la mala literatura…”[i].Fuerte crítica, no puedo estar de acuerdo o en desacuerdo porque no he leído ninguna obra literaria de Salgado.
¿Y el integralismo?
La Acción Integralista Brasileña, fue un movimiento político ultranacionalista, corporativista, conservador y de extrema derecha inspirado en el fascismo italiano y en la doctrina social de la Iglesia católica de principios del siglo XX, fundado por Plinio Salgado en 1932.
La relación entre integralismo y fascismo es evidente e innegable.
El integralismo es la manifestación brasileña del pensamiento fascista, que tuvo fuerte atractivo en la década de 1930. Aunque la mayoría de sus miembros nieguen la relación con el nazismo, hubo integralistas que defendieron ideales antisemitas. El integrista Gustavo Barroso, por ejemplo, responsable de movimientos antisemitas, hizo un aporte notable a la ideología de extrema derecha con la traducción y defensa del libro Los Protocolos de los Sabios de Sión, texto que influyó en el nazismo y que sigue en circulación hasta nuestros días.
La ideología integralista combate tanto al comunismo como al liberalismo económico, pues entiende que estas dos posiciones ideológicas son similares por su “unidad de raíces teóricas”, unidades de valores y unidad de fines, formando, para él, dos doctrinas igualmente materialistas.
Para a ideologia integralista, o materialismo histórico, ou seja, a busca da compreensão das relações entre o trabalho e a produção de bens materiais ao longo da história ou, considerar o ser humano exclusivamente sob seus aspectos econômicos e materiais, seria a base do que se llama "civilización burguesa” y es la gran influencia para la formación tanto del liberalismo económico como del comunismo.
Bastante tonto, ¿no?
Pues bien, para Plínio Salgado, la llamada “burguesía” no es una clase social o económica, sino un estado de ánimo, y, en palabras de Miguel Reale, padre del jurista que firmó el pedido de juicio político de Dilma Rousseff: “Desde el marxismo se convirtió en la crítica de la sociedad capitalista y (...) en un método conveniente para estudiar la sociedad burguesa, muchas ideas accesorias llegaron a unirse a la tesis fundamental de la limitación de la propiedad individual o su supresión. Hoy en día ya no es posible separarlos. El ateísmo, la abolición de la familia, el internacionalismo de los pueblos, el materialismo en todos los sentidos de la vida, todo está tan entrelazado con el ideal socialista que nos enfrentamos a una gran paradoja: se necesita tener un espíritu estrictamente burgués para abrazar el comunismo”.[ii]
Sí, es muy tonto.
En resumen, el Integralismo es una importación del pensamiento europeo autoritario de tipo nazi-fascista, es una expresión de la ideología autoritaria brasileña que utiliza el pensamiento europeo nacionalmente, llenándolo de contenido local. La importación de ideas ocurre porque es un pensamiento autoritario, ya que es parte de la lógica autoritaria buscar un “saber” que ya se ha realizado, evitando el riesgo de desarrollar conocimientos y temiendo lo nuevo y lo inédito. Así, se pone de manifiesto la debilidad teórica y la necesidad de importar ideas ya establecidas.
Es decir, Curitiba en 1955 le dio a un entusiasta del fascismo y el nazismo, un antisemita y racista, la victoria en la carrera por la presidencia de la república.
Y en la capital de las araucarias, algo aún más patético nacerá a fines de agosto de 2023, un llamado “Foro de Curitiba”, cuyo objetivo es “enfrentar la ideología comunista, trazando un camino que se extiende desde el Frankfurt Escuela y Antonio Gramsci al Foro de São Paulo”[iii].
El “Foro de Curitiba” aún no había nacido, pero ya repite la cantilena integralista y lavajatista, diciendo que tiene “sus raíces firmemente plantadas en valores éticos, morales y principios cristianos”, reforzando el derecho inalienable de todos los ciudadanos. A la Libertad.
Y, para que no queden dudas sobre de qué lado están los curitibaneses en ese foro, apoyan a Bolsonaro y abogan por su amnistía, además de agradecer a los “patriotas” que participaron en campamentos frente a los cuarteles y que salieron a las calles. por “libertad y democracia” (así llaman a la barbarie del 12/12, 24/12 y 8/1).
En resumen, Gilmar Mendes tiene razón, Curitiba engendró a Bolsonaro y tiene el germen del fascismo.
Estos son los reflejos.
*Pedro Benedito Maciel Neto Es abogado y tiene una maestría en procedimientos civiles de la PUC SP. autor de Reflexiones sobre el estudio del derecho (edición Komedi).
Notas
[i] Amado, Jorge. El Caballero de la Esperanza. Río de Janeiro: Récord, 34ª edición. 1987. págs. 270. 378 páginas.
[ii] De verdad, Miguel. El Estado Moderno. Río de Janeiro: Librería José Olympio, 1934
[iii] https://www.reporterpb.com.br/noticia/politica/2023/07/04/em-meio-a-crise-moral-brasileira-nasce-o-foro-de-curitiba/144960.html
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