por OTÁVIO AUGUSTO CUNHA*
Bajo la lógica empresarial, cada uno debe ser su propia empresa, capaz de actuar en una sociedad marcada por la tragedia social.
La pandemia de la Covid-19 afloró a principios de 2020 y, desde entonces, ha agudizado los graves problemas económicos del capitalismo contemporáneo, especialmente en países periféricos y dependientes, como Brasil. La intensa desigualdad social, seguida del aumento exponencial del número de desempleados, demuestra que la dimensión de la crisis en la que nos encontramos es trágica para la clase trabajadora. Según el IBGE, 12,4 millones de brasileños estaban desempleados en la cuarta semana de junio; 2,6 millones más que lo registrado en la primera semana de mayo. A principios de septiembre, el número de trabajadores desocupados se estimaba en 12,8 millones de brasileños[i].
Sin embargo, aún en el momento más crítico del inicio de este siglo, el discurso capitalista y empresarial intenta negar su responsabilidad en la tragedia social y busca imponer su agenda de marketing como solución a los problemas más urgentes, principalmente de la población más pobre. y más afectados por el caos social. De esta forma, hemos asistido a la masificación de la palabra emprendimiento como sinónimo de solución, modernidad y progreso, especialmente en lo que se refiere a los rumbos de la educación pública.[ii] y formación de jóvenes. Pero, después de todo, ¿qué es ese espíritu empresarial?
En primer lugar, cabe señalar que lo que hoy se propaga como emprendimiento no tiene nada que ver con el concepto schumpeteriano de “destrucción creativa”. [iii] y ni siquiera en el acto de innovar, por el contrario, se encuentra en una posición mucho más simplista y contradictoria que el debate propuesto entre el autor austriaco como materialismo histórico de Marx y Engels. Para entender lo que hoy propaga la ideología capitalista y neoliberal como emprendimiento, es necesario observar cómo la colaboración de la llamada corriente austroamericana[iv] (en las figuras de autores como von Mises y Hayek) se utiliza como base de concepciones de odio al Estado y creencia ciega en el funcionamiento del mercado como sinónimo de libertad y bienestar. Como afirman Dardot & Laval (2016), esta noción tiene su origen en el esfuerzo –principalmente– de von Mises por querer hacer “que la ciencia económica descanse sobre una teoría general de la acción humana, una praxeología”. En cierto modo, es esta perspectiva la que crea figuras como Murray Newton Rothbard.[V] y su idea de un “anarcocapitalismo”, adorado por la extrema derecha, defensora de una verdadera guerra contra el Estado y guiada por una agenda ultraliberal y violenta, con características claramente neofascistas.
A diferença em relação ao liberalismo clássico dado por autores como von Mises e Hayek consiste em ver a concorrência no mercado como um verdadeiro processo de descoberta da informação, trata-se de uma certa atitude do sujeito que supera os outros na busca por novidades e lucros todo el tiempo. El mercado se concibe, por tanto, como necesario para la formación del sujeto económico, esta es la novedad subjetiva presente en estos autores y lo que conformará el concepto de emprendimiento actualmente difundido. Uno de los principales impulsores de este concepto que actualmente triunfa (frente al concepto schumpeteriano) y discípulo directo de von Mises es Israel Kirzner, quien, entendiendo el mercado no como un lugar de intercambio, sino como un espacio de formación de sujetos , afirma: “todo actor social es siempre un emprendedor”. De esta manera, el emprendimiento se configura como una ética, una forma de pensar y actuar, de ser, una forma de colocarse en el mundo.
Siguiendo esta línea de razonamiento, es posible señalar que el emprendedor es el único ser social posible dentro de la perspectiva de marketing propuesta. Según Kirzner, tras la aversión que mostró von Mises contra todo lo que pudiera ejercer algún control sobre la acción del mercado, se trata de la elección correcta, hecha por el sujeto económico que se formó dentro de este tipo de sociedad y aprendió la mejor manera de extraer sus beneficios en base a sus acciones prácticas. Es lo que se ha llamado, dentro de esta tradición, “democracia de consumo” frente a la “dictadura de la presencia del Estado”. Es decir, el empresario en la sociedad actual –imaginando el mercado como un proceso de formación en sí mismo– ya no es el capitalista ni siquiera el innovador del concepto clásico de Schumpeter, que cambia incesantemente el proceso de producción a través de su “destrucción creativa”, es un sujeto alienado de los problemas sociales y dotado de un espíritu estrictamente comercial que siempre está atento a las oportunidades de lucro gracias a la información que tienen y otros no (Dardot & Laval, 2016).
No es casual que esta ideología del emprendimiento aparezca en comunión directa con el avance conservador en todo el mundo, acompañada de la retórica del peligro comunista (a través del marxismo cultural) del Estado y de la adhesión irrestricta a una agenda ultraliberal, de marketing. , que tiene como objetivo la privatización total de la vida y la transformación de todos los sujetos en empresas de sí mismos, educados por las leyes del mercado y atentos a cualquier oportunidad de lucro. El sujeto, en un viaje solitario y sin apoyo de nadie, excepto de su propia perspicacia comercial, debe ser necesariamente un experto en el orden y totalmente alienado de las contradicciones estructurales del capitalismo.
El interés por los escritos de von Mises, Hayek y sus discípulos (como Kirzner) se justifica en la actualidad por la estrategia de desinformación y fake news difundida por una extrema derecha con valores cada vez más medievales, que básicamente consiste en la idea de que todo lo que es estado- propiedad sería sinónimo de comunismo, dictadura, corrupción y desviaciones éticas que no “existirían” en la completa -y sin restricciones- libertad de mercado en la anhelada “democracia de consumo”. Esta dimensión del discurso neoliberal tiene a los grandes vehículos de comunicación como agentes que juegan un papel fundamental en el convencimiento de las conciencias.[VI] que ese es el único horizonte posible, no hay alternativas. Esta acción también está presente en los programas desarrollados por APHE (aparatos privados de hegemonía empresarial)[Vii] y sus propuestas de política al relacionarse directamente con el Estado, visando su reestructuración empresarial.
La exaltación de la lógica del emprendimiento en la sociedad actual busca afirmar que, al ejercer esta función, el sujeto está por encima de las relaciones de clases sociales. Es un discurso peligroso, que se fundamenta en el carácter funcional que tiene este tipo de exaltaciones para el mantenimiento de la sociedad capitalista y sus contradicciones estructurales e irreparables. Para los partidarios de la solución a través del “emprendimiento”, no importa si es un trabajador asalariado o un capitalista, todos tienen que estar educados para ejercer la función empresarial. Para ello basta con tener “voluntad”, “determinación”, “flexibilidad”, “resiliencia”, “proactividad”, “persistencia”, “iniciativa”, etc. Porque es el sujeto en su singularidad el único responsable de su éxito o fracaso económico. La ideología de mercado, como sinónimo de eficiencia frente a la ineficiencia de la intervención estatal, es vista como lo “formador” del sujeto económico y empresarial y, por tanto, es la mejor forma de sociabilidad, educación y disciplina de las acciones individuales. Dardot & Laval (2016) afirman: “el proceso de mercado construye su propio sujeto. Es autoconstructivo".
Sin embargo, lo que percibimos en el contexto actual, y la propagación de la lógica del emprendimiento, es una teoría completamente desplazada de la realidad concreta de los sujetos, de la historia y de la consecuente lucha de clases cotidiana. Desde el punto de vista de un análisis realista comprometido con la transformación de la sociedad, no podemos identificar a los “nuevos” empresarios como sujetos aislados y desplazados de la realidad política en la que están insertos, por el contrario, este conjunto de trabajadores empobrecidos se ven arrojados a sus propios dispositivos[Viii] por el discurso de marketing del emprendimiento cuando se convierten en los únicos responsables de resolver los problemas sociales que les rodean. La flexibilización de las relaciones laborales y la falsa sensación de libertad deben ser analizadas teniendo en cuenta su articulación directa con los lineamientos propuestos por organismos internacionales, como el Banco Mundial[Ex], BID, FMI, ya que el ataque a los derechos laborales y el retiro de la protección social de los trabajadores (como el seguro de desempleo, seguro de accidentes, enfermedad y jubilación) es una característica de este discurso neoliberal que difunde la lógica empresarial como solución.
Sin embargo, el ideario empresarial está presente en programas de los más variados aparatos privados de hegemonía empresarial (APHE's) y ha ganado cada vez más espacio en las políticas públicas y, de esta manera, redefiniendo el rol del Estado, principalmente en lo que se refiere al acceso a la educación y cultura en países dependientes como Brasil. Con el falso discurso de la “responsabilidad social empresarial”, se invita al sujeto a alejarse de los problemas estructurales de la sociedad para enfocarse en el desarrollo de sus habilidades de marketing para que pueda crear sus propias oportunidades en un mercado de trabajadores cada vez más escaso. .derechos sociales.
La centralidad de problemas, como la desigualdad de ingresos y el desempleo, se desplaza del ámbito económico al ámbito de la vida privada de cada individuo. Con esto, es posible advertir que la función práctica de la ideología empresarial en la sociedad actual es borrar los conflictos inherentes a la contradicción entre el capital y el trabajo y su consecuente lucha de clases, y mostrarse como la solución de los problemas sociales en un manera engañosa. Esta noción privatizadora y mercantilista, que tiene al emprendimiento como bandera, está siendo difundida a diario por la narrativa empresarial, como es el caso del diario “O Globo” en un editorial reciente.[X], reafirmando la necesidad de promover la lógica del emprendimiento, incluso dentro del Estado, como una solución para que Brasil enfrente la actual crisis económica y social. La perspectiva de convertir a todos y cada uno de los ciudadanos en un hombre de negocios (DARDOT, P; LAVAL, C, 2016), es decir, en una empresa en sí misma, entiende en consecuencia el conocimiento y la educación como algo puramente técnico, vinculado a la gestión y control de riesgos que, por lo tanto, sería el único conocimiento necesario para resolver los problemas graves de la sociedad.
Tal solución empresarial es, por tanto, aquella que enseña, desde temprana edad, al sujeto a valerse por sí mismo, a no depender de nadie, a alienarse políticamente ya construir su propia historia de fracaso o de éxito. El emprendedor es el modelo a seguir. El empresario sería el ejemplo de un sujeto de alta tecnología, es decir, en sintonía con las nuevas tendencias globales. Se ignora por completo la brutal desigualdad social en la que estamos insertos. Al reafirmar conceptos erróneos como la idea de meritocracia, la verdadera cara del emprendimiento es mucho más un problema que una solución para tiempos futuros.
Finalmente, vale la pena reafirmar los objetivos de la ideología del emprendimiento hoy: el deseo de convencer a todos de que estamos en una sociedad sin contradicciones estructurales, en la que el Estado es la raíz de todos los problemas, el trabajador necesita convertirse en su propia empresa y se le hace responsable cruelmente de su futuro. Esta ideología cumple la función social de intensificar las desigualdades, reafirmar lo existente y consolidar la hegemonía empresarial y mercantil sobre el conjunto de la sociedad.
* Octavio Augusto Cunha es candidato a doctor en el Programa de Posgrado en Historia de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
Referencias
MÁS ABAJO, Tom. Diccionario del pensamiento marxista. Río de Janeiro: Jorge Zahar, 2001.
CALAZANS, Roberto Balau. La lógica de un discurso.: el empresario schumpeteriano. Porto Alegre: FEE Ensayos, 1992.
DARDOT, P.; LAVAL, C. La nueva razón del mundo: ensayo sobre la sociedad neoliberal. São Paulo: Editora Boitempo, 2016.
FUENTES, Virginia. En: Apuntes para el estudio del imperialismo contemporáneo: Marx, capital monetario y capital funcional.
FUENTES, Virginia. Brasil y el capital-imperialismo: teoría e historia. Río de Janeiro: Editora UFRJ, 2010.
GRAMSCI, Antonio. Cuadernos de la Prisión, Vol(s), 1, 2 y 3. Carlos Nelson Coutinho et al. (Eds.) Río de Janeiro: Civilización Brasileña, 2012.
LIMA, Jacob Carlos Lima. Participación, emprendimiento y autogestión: ¿una nueva cultura del trabajo? Sociologías, Porto Alegre, v. 12, núm. 25, sep./dic. 2010.
LUKACS, G. El ideal y la ideología. En: Hacia una ontología del ser social II. São Paulo: Boitempo, 2012.
SCHUMPETER, José Alois. teoría del desarrollo económico: una investigación sobre las ganancias, el capital, el crédito, el interés y el ciclo económico. San Pablo: Nova Cultural, 1997.
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MARX, Carlos. La capital: Crítica de la Economía Política. Libro I. São Paulo: Nova Cultural, 1996.
MARX, Carlos. ENGELS, Friedrich. Manifiesto del Partido Comunista. Porto Alegre:L & PM, 2010
MISES, Ludwig von. [ed. braz.: La acción humana: un tratado de economía, 2ª ed., Río de Janeiro, Instituto Liberal, 1995].
NEVES, Lúcia (org.), La nueva pedagogía de la hegemonía. Estrategias de capital para educar el consenso, São Paulo, Xamã, 2005.
KIRZNER, Israel. El significado del proceso de mercado: ensayos sobre el desarrollo de la economía austriaca moderna, Londres, Routledge, 1992.
VALENTÍN, Erika. PERUZO, Juliane. Ideología empresarial: ocultación de la cuestión de clase y su funcionalidad al capital. En: Temporalis, Brasilia (DF), año 17, n. 34, julio/dic. 2017.
Notas
[i]Fuente: IBGE
[ii][ii]Stauffer, Anakeila de Barros (Org.) Hegemonía burguesa en la educación pública: problematizaciones en el curso TEMS (EPSJV/PRONERA) / Organización Anakeila de Barros Stauffer, Caroline Bahniuk, Maria Cristina Vargas y Virgínia Fontes. – Río de Janeiro: EPSJV, 2018.
[iii]También es necesario señalar que, a pesar de que la idea de emprendimiento aparecía en trabajos anteriores al siglo XX[iii], fue con Joseph Schumpeter (1934) que el concepto ganó una contundente categorización con el objetivo de reafirmar los preceptos de el liberalismo y el modo de producción capitalista en su conjunto.
[iv]El adjetivo “austroamericano” designa aquí a los economistas que emigraron a los Estados Unidos o a los estadounidenses que se alinearon con la escuela austriaca moderna, cuyas dos figuras teóricas e ideológicas más importantes son Ludwig von Mises y Friedrich Hayek. Además de las teorías de este último, también es importante la colaboración de Israel Kirzner, discípulo directo de von Mises.
[V]Murray Newton Rothbard fue un economista estadounidense heterodoxo de la Escuela Austriaca y discípulo de von Mises. Historiador y filósofo político que ayudó a definir el concepto moderno de libertarismo.
[VI] https://www1.folha.uol.com.br/mpme/2020/08/brasil-ganha-600-mil-microempreendedores-durante-aquarentena
[Vii] Lúcia Neves (org.), La nueva pedagogía de la hegemonía. Estrategias de capital para educar el consenso, São Paulo, Xamã, 2005.
[Viii]El caso más grave actualmente, sin duda, es el de los proveedores de aplicaciones como Rappi ou comida. Los trabajadores totalmente precarios no tienen derechos ni ningún tipo de relación laboral.
[Ex]el Banco Mundial, además de préstamos masivos, también brinda asesoramiento y asistencia técnica a estados y municipios, así como investigaciones económicas sobre el desarrollo capitalista.
[X]“La oportunidad de reconstruir el país y no repetir los errores”, editorial. Periódico O Globo, 13/04/2020.