por JOSÉ GERALDO COUTO*
Comentario sobre la película de David Cronenberg, actualmente en cartelera
Si el cine de David Cronenberg es una reflexión continua sobre las interacciones y contaminaciones entre lo orgánico, lo mecánico y lo humano, crímenes del futuro es su obra más radical y madura, al menos hasta ahora, ya que este canadiense casi octogenario no deja de sorprendernos.
En esta ocasión, se cuenta la historia de Saul Tenser (Viggo Mortensen), un hombre cuyo cuerpo comienza a desarrollar nuevos órganos por sí solo. Con su compañera Caprice (Léa Seydoux), elimina anomalías en actuaciones públicas llenas de gente. En torno al dúo de artistas, emerge una red kafkiana de inspectores de órganos, policías aduaneros y grupos clandestinos, comprometidos con el desarrollo de una nueva humanidad adaptada a la degeneración natural del planeta.
Al menos en parte, lo que hace que la nueva película sea aún más desconcertante que las anteriores, a riesgo de desagradar a muchos espectadores, es su inexacta ambientación espacio-temporal y psicológica. Trataré de explicar.
Em La mosca (1986), por ejemplo, la rareza surgió de una experiencia de teletransportación fallida; en eXistenZ (1999) era un juego de realidad virtual; en almuerzo desnudo (1992) el absurdo nació de la mente de un escritor alterada por las drogas, etc.
Em crímenes del futuro nos encontramos en un terreno espacio-temporal incierto, en el que la tecnología digital más avanzada se ejerce en un entorno oscuro y “viejo”, marcado por ruinas arquitectónicas y por muebles y electrodomésticos obsoletos. A diferencia de un Blade runner, en el que esta discrepancia confería un encanto negro al drama policiaco y la ciencia ficción, aquí la atmósfera es de pesadilla, acentuada por la ambientación nocturna y sombría, en la que buena parte del espacio (y de los propios cuerpos) está siempre sumergido en la oscuridad.
cirugía y sexo
Los dispositivos más avanzados de crímenes del futuro –desde la cama que se adapta al cuerpo hasta la silla que la alimenta, pasando por la consola que controla las intervenciones quirúrgicas– tienen componentes aparentemente orgánicos, parecidos a extraños animales. Un precursor de esta simbiosis es el eXistenZ, que estaba hecho de huesos y cartílagos de animales y tenía dientes humanos como proyectiles.
En el peculiar universo de David Cronenberg, el hombre es un ser en mutación, al igual que su entorno natural y artificial. La pregunta central es saber quién controla esta metamorfosis: ¿el individuo, el Estado, el mercado del arte, el poder económico? Es, en el fondo, un problema político, además de moral y estético. Lo más inquietante de todo es quizás la dimensión erótica que el cineasta ve y nos hace ver en la transformación del cuerpo, algo ya anunciado en Gemeos (1988) Crash (1996) y eXistenZ y en la novela consumado (Alfaguara), pero que ahora parece llegar a un clímax, por no decir al éxtasis.
“La cirugía es el nuevo sexo”, dice lascivamente Timlin (Kristen Stewart), un pervertido vestido de creyente neopentecostal. El desajuste entre el vestuario y el comportamiento del personaje Timlin no es la única ambigüedad en la escena. El propio Saul Tenser, experimentador biológico, artista de vanguardia y defensor de la libertad individual, viste el hábito con capucha de un monje inquisitivo, que recuerda incluso a la tradicional personificación de la muerte. En rigor, todo es ambiguo y elusivo en crímenes del futuro, y ningún significado puede ser aprehendido inequívocamente.
El cuerpo humano, para David Cronenberg, es una máquina de movimiento propio con voluntad propia, de la que su propietario no siempre es consciente. “Para mí, el arte es siempre una experiencia carnal. Siempre trato de mostrar eso en la pantalla de una manera, digamos, metafórica. Lo que quiero es que volvamos al cuerpo. Decir: 'No olvidemos nuestros cuerpos'”, declaró la cineasta en una entrevista con Folha de S. Pablo en 1999. crímenes del futuro es la etapa más nueva de esta búsqueda, una de las más coherentes, integrales y valientes del cine contemporáneo.
*José Geraldo Couto. es crítico de cine. Autor, entre otros libros, de Andrés Bretón (Brasileño).
Publicado originalmente en BLOG DE CINE
referencia
Crímenes del futuro (Crímenes del futuro)
Canadá, Grecia, Reino Unido, Francia, 2022.
Dirigida por: David Cronenberg
Reparto: Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Welket Bungué.