por JORGE LUIZ SOUTO MAYOR*
La sucesión de hechos ocurridos los días 16, 17 y 18 de junio no nos autoriza a tener ningún tipo de euforia y constituye, por otra parte, una gran oportunidad histórica para que todo este proceso de manipulación sea, finalmente, comprendido.
El 18 de junio de 1940, Charles de Gaulle lanzó, directamente desde los estudios de la BBC, el “Llamamiento del 18 de junio”, instando a los franceses a no capitular ante la invasión alemana. La Resistencia francesa, ya existente en la clandestinidad, se fortalece.
Utilizo el dato por la coincidencia cronológica, ya que el presente recurso dista mucho de corresponder a la grandiosidad del protagonista del recurso ya la extrema gravedad de la situación por la que atravesaba.
En todo caso, conservando las debidas proporciones, el presente texto no deja de ser un recurso, como se verá.
La preocupación central aquí es advertir sobre los problemas que genera la inversión de valores que, sin darnos cuenta, acabamos reproduciendo e incluso legitimando.
He visto mucha gente optimista ante la “pospandemia”, creyendo que las revelaciones de males sociales serán más que suficientes para generar conciencia en torno a la adopción y aceptación de las medidas que puedan ser necesarias para su corrección.
Nada en contra de ser optimista, pero es necesario que el optimismo no se desprenda de las condiciones materiales dadas.
Concretamente, lo que se ha ido consolidando entre nosotros, sin la debida percepción, es el éxito de la estrategia de manipular la información para que, en medio de tantas desgracias, la gente todavía encuentre motivos para estar eufórica y hasta para sentirse feliz.
La sucesión de hechos ocurridos los días 16, 17 y 18 de junio no nos autoriza, sin embargo, a tener ningún tipo de euforia y constituye, por otra parte, una gran oportunidad histórica para que todo este proceso de manipulación sea finalmente comprendido. . .
Vayamos a los hechos:
– 10 de junio: incluso ante una curva ascendente de casos de COVID-19 (en ese momento los números apuntaban a 39.797 muertos), se anuncia, en São Paulo, la reapertura de centros comerciales. Esta es una falsa preocupación económica, porque sin dinero en circulación, las ventas no aumentarán. El foco es desviar la atención cambiando las noticias;
– 12 de junio: Brasil supera a Reino Unido y se convierte en el segundo país con más muertos por COVID-19 en el mundo, alcanzando un total de 41.828 muertos y 829.902 contagiados, pero los centros comerciales abiertos tienen colas y aglomeraciones de personas[i];
– 16 de junio: el IBGE PNAD, trayendo datos de la última semana de mayo, indica que de los 169,9 millones de brasileños en la población económicamente activa, apenas 84,4 millones tenían algún trabajo, y de estos, 29,961 millones estaban en la informalidad, que incluso sufrieron una reducción de 870 mil personas con relación a la última evaluación, no porque entraron a la formalidad, sino porque perdieron incluso la alternativa de subsistencia a través del trabajo informal. En mayo, el número de personas que ni siquiera busca trabajo aumentó de 16,5 millones a 25,6 millones;
– 16 de junio: Ordenanza n. 545 del Ministerio de Educación, sin mayor aclaración, en medio de la movilización contra el racismo estructural, deroga la Ordenanza Normativa n. 13 del mismo Ministerio, que fijó un plazo de 90 (noventa) días para que las Instituciones Federales de Educación Superior, en el ámbito de su autonomía y observando los principios de mérito inherentes al desarrollo científico, tecnológico y de innovación, presenten propuestas sobre la la inclusión de negros (negros y pardos), indígenas y personas con discapacidad en sus programas de posgrado (Maestría, Maestría Profesional y Doctorado), como una forma de políticas de acción afirmativa;
– 16 de junio: mientras tanto, en el Senado Federal, se aprobó la MP 936, que precariza aún más las relaciones laborales y, buscando beneficiar a las empresas, bajo el falso argumento de la conservación del empleo (que en realidad ya no era el caso visa – en mayo solo el aumento del paro fue del 10,8%, es decir, 1 millón de personas más que a principios de mes[ii]) propone una reducción de los salarios y la suspensión temporal de los contratos de trabajo (incluso por ajuste individual). El efecto de esta reducción general de los ingresos de los trabajadores[iii] repercute negativamente en la ansiada reapertura del comercio, ya que, sin dinero, los trabajadores no consumen[iv];
– 16 de junio: con todas estas derrotas ya consagradas, muchos representantes de la clase obrera y de quienes defienden los derechos sociales se sintieron eufóricos y consideraron que el resultado fue una gran victoria[V] porque en la MP 936 se habían incluido varias tortugas, que revigorizaron términos de la MP 905, y estos dispositivos, cuya inserción (e incluso el contenido) violaba flagrantemente la Constitución, fueron retirados del texto final del proyecto por acuerdo de los líderes de la partidos políticos;
– 16 de junio: a raíz de todo esto, el STF, que el 16 de abril, en la ADI 6363, ya había dado una indicación de la constitucionalidad de la posibilidad de reducción de jornada y salario a través de un acuerdo individual, incluso rechazando los requisitos establecido en la medida cautelar otorgada por el ministro Ricardo Lewandowski (que ya era una gran derrota, pero que, ante algo peor, fue fuertemente defendida por algunos segmentos laborales), para evaluar las ADI 5686 y 5695, declaró constitucionales los términos de la Ley n. . 13.429/17, incluido el procedimiento legislativo (claramente irrespetado), que habría ampliado la tercerización con el fin de alcanzar igualmente el core business de las empresas[VI];
– 17 de junio: en medio de la euforia de parte de la representación formal de la clase obrera por la “victoria” lograda, la Cámara de Diputados aprueba la MP 927, que instituye el pacto individual como forma de regulación de los derechos laborales, superando la acción sindical y que, en su redacción final, incluso autorizó la suspensión del pago de las liquidaciones judiciales. Y nada se dijo al respecto;
– 17 de junio: sin sentir ningún tipo de objeción más contundente a las medidas para aumentar la precariedad de las condiciones laborales en medio de la pandemia, el Presidente de la República, en un discurso en el Palácio do Planalto, durante la ceremonia de lanzamiento del Plan de Cultivos 2020/2021, se sintió tan cómodo que terminó dejando escapar la sensación que tienen muchos de los grandes “emprendedores” del país, de que un verdadero trabajador es el que trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin quejarse de cualquier cosa[Vii];
– 18 de junio: cuando cabría esperar que algo se dijera en los grandes medios al respecto o incluso que hubiera manifestaciones de repudio desde el ámbito laboral o desde la izquierda políticamente organizada, la noticia que se apodera desde temprano de los diarios es que de la detención de Queiroz, y lo que se ve, desde allí, son sólo explicaciones de euforia entre aquellos de quienes cabría esperar alguna indignación ante tantos reveses sociales y humanos;
– 18 de junio: y para que no quede ninguna duda de que la euforia adormecerá las mentes y evitará los sentidos y las manifestaciones críticas de la realidad, Flamengo, el nuevo prototipo de un modelo de éxito, al que poco le importan las pasiones o incluso las vidas humanas, confirma su regreso a los céspedes, en un estadio que acopla un Hospital de Campo para enfermos de Covid-19, para practicar un partido sin gente (incluso a la distancia, ya que tampoco se transmitirá), pero con la presencia oportuna de algunos gobernantes y muchos menos aficionados, entre ellos, con extrema tristeza, yo.
El hecho es que los días 16 y 17 de junio pasarán a la historia como los días en que se produjeron algunos de los mayores desmantelamientos laborales en Brasil, y es inconcebible, por tanto, que esto no sea visto y aceptado como tal. Es fundamental percibir cómo la forma manipuladora de revelar estos mismos hechos, intercalados con otros que dan una apariencia de consuelo, está cumpliendo la función de forjar una capitulación velada.
80 años después, por diversas razones, se renueva la pertinencia de un llamado, ¡para que la falsa euforia no nos desvíe de la realidad histórica y nos haga aliados de quienes manipulan, oprimen y sobreexplotan al pueblo brasileño!
*Jorge Souto Mayor es profesor de derecho laboral en la Facultad de Derecho de la USP. Autor, entre otros libros, de Daño moral en las relaciones laborales (estudio editorial).
[i]. https://g1.globo.com/jornal-nacional/noticia/2020/06/11/com-reabertura-de-shoppings-sao-paulo-tem-filas-e-aglomeracao.ghtml
[ii], https://valor.globo.com/brasil/noticia/2020/06/16/desemprego-cresceu-108percent-entre-a-primeira-e-a-ultima-semana-de-maio.ghtml
[iii]. https://www1.folha.uol.com.br/colunas/monicabergamo/2020/06/quase-metade-das-industrias-brasileiras-suspenderam-contratos-ou-reduziram-salario.shtml
[iv]. https://economia.uol.com.br/noticias/redacao/2020/06/18/reabertura-fraca-do-comercio-em-sao-paulo-preocupa-lojista.htm
[V]. https://www.cut.org.br/noticias/mp-936-aprovada-com-mudancas-no-senado-vitoria-da-unidade-e-articulacao-politica-baa7
[VI]. https://economia.uol.com.br/noticias/redacao/2020/06/16/por-7-votos-a-4-stf-considera-lei-da-terceirizacao-constitucional.htm