por FERNANDO NOGUEIRA DE COSTA*
Las altas tasas de interés dificultan el apalancamiento financiero y, en última instancia, el deudor paga
Los ciudadanos bien informados, para seguir el debate público al comienzo del tercer gobierno de Lula, necesitan algún conocimiento de las finanzas públicas. ¡Apriorísticamente lo acusan de irresponsabilidad fiscal y alientan altas tasas de interés por defender políticas sociales activas y un programa de crecimiento económico!
Véase, en la siguiente tabla, la Tabla Fiscal recibida. En 2022, el déficit público nominal – también llamado Necesidades de Financiamiento del Sector Público (NFSP, por sus siglas en inglés), refleja la demanda del gobierno en el mercado financiero –, incluidos los gastos por intereses, totalizó R$ 460,4 mil millones, equivalente al 4,7% del PIB. Pasó de BRL 383,7 mil millones en el año anterior (4,3% del PIB), pero fue mucho más bajo que el año del distanciamiento social: BRL 1,015 billones o 13,3% del PIB.
En los últimos dos años hubo un pequeño superávit primario (componente negativo). Los ingresos fiscales han superado el gasto público a raíz de la pandemia.
Las elasticidades de la Deuda Neta del Sector Público (DLSP) -con reservas internacionales descontadas en relación a la Deuda Bruta del Gobierno General (DBGG)- y de ésta a variaciones en el tipo de cambio, tasa de interés e índices de precios revelan sus impactos. La depreciación del 1% de la moneda nacional disminuye -R$ 6,9 mil millones en el DLSP (-0,07 puntos porcentuales del PIB) y aumenta en R$ 9,6 mil millones en el DBGG (+0,10 pp del PIB).
Estos son impactos menores, si se comparan con el aumento de 1 punto porcentual en los índices de precios, respectivamente, R$ 17,2 mil millones (0,18 pp del PIB) y R$ 17,1 mil millones (0,17 pp del PIB). Con el aumento de 1 punto porcentual en la tasa de interés Selic, los impactos se duplicaron: R$ 38,0 mil millones (0,39 pp PIB) en la DLSP y R$ 35,8 mil millones (0,36 pp PIB) en la DBGG.
El gasto en intereses de la deuda pública aumentó y alcanzó el nivel más alto en relación con el PIB desde 2017. Los intereses nominales del sector público consolidado alcanzaron R$ 586,4 mil millones (5,96% del PIB), contra R$ 448,4 mil millones (5,04% del PIB) en 2021.
El jefe del Departamento de Estadística del Banco Central de Brasil, Fernando Alberto Rocha, de quien estoy orgulloso, ex asesor académico, informó: el aumento del stock de deuda nominal y la suba de la tasa básica (Selic) el año pasado fueron predominante en la cuenta de interés. En el período, la tasa básica acumulada pasó de 4,42% en 2021 a 12,39% en 2022.
La caída en la variación del IPCA [Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio] implica una reducción de los intereses sobre la porción de la deuda indexada al índice de precios. Por lo tanto, la reducción de la inflación del 10,06% en 2021 al 5,78% en 2022 ayudó a contener el impacto del aumento de los gastos por intereses el año pasado.
Además, hubo una apreciación del tipo de cambio del 6,5%. Esto generó ganancias para el Banco Central con swaps de R$ 92,3 mil millones y tuvo un efecto bajo en el costo de la deuda. El país es acreedor en dólares y el volumen de reservas internacionales es mayor que la deuda. Así, la apreciación del tipo de cambio (disminución del tipo de cambio del dólar) conduce a un aumento de la deuda neta.
Las reservas internacionales totalizaron US$ 324,7 mil millones en diciembre de 2022. El año pasado, las reservas internacionales disminuyeron US$ 37,5 mil millones. ¡Incluso en esto, el gobierno populista de extrema derecha fue un revés, ya que los recibió en US$ 375 mil millones!
La Deuda Bruta del Gobierno General (DBGG) alcanzó el porcentaje más bajo del PIB desde julio de 2017. El nivel de endeudamiento cayó, en diciembre de 2022, al 73,5% (R$ 7,225 billones). En el conjunto del año pasado, la reducción fue de 4,8 puntos porcentuales del PIB. Considerando el cierre del año, el nivel anual es el más bajo desde 2016, cuando cerró en 69,8% del PIB, antes de entrar en una trayectoria de crecimiento.
La variación anual de esta deuda bruta se explica, sobre todo, por el crecimiento del PIB nominal de R$ 8,9 billones para R$ 9,8 billones, considerando tanto el crecimiento del producto real como la evolución de la inflación. Debido al aumento de la recaudación tributaria y de la relación con la deuda bruta, ésta se redujo en 7,5 puntos porcentuales del PIB.
Además, las amortizaciones netas de títulos de deuda pública incidieron a la baja 4,5 puntos. En sentido contrario, la incorporación del interés nominal sumó 7,5 puntos al total.
La deuda neta (DLSP), como se indicó, descuenta los activos del gobierno como las reservas. Se elevó al 57,5% del PIB en diciembre. En el año, el aumento fue de 1,7 puntos. El monto finalizó 2022 en BRL 5,658 billones.
En el año, la suba estuvo influenciada principalmente por (i) los intereses nominales apropiados (aumentaron el porcentaje seis puntos), (ii) la variación en la paridad de la canasta de monedas que componen la deuda externa neta (aportando +1,4 puntos), ( iii) efecto de la apreciación del real de 6,5% en el año (aumento de un punto). Cuando el tipo de cambio del dólar baja, la deuda neta crece por el efecto de que las reservas internacionales pierden valor en moneda local (reales). En sentido contrario, la deuda redujo: (a) el crecimiento del PIB nominal, en 5,3 puntos, y (b) el superávit primario, en 1,3 puntos. ¡Está claro, de una manera maniquea, que el interés es malo, el crecimiento es bueno!
La siguiente tabla proporciona una descripción histórica de la influencia de la evolución de Selic en la estimación del costo promedio del DBGG. En una “cuenta del panadero”, sumando las cargas financieras de 2007 a 2022, en estos dieciséis años, se gastaron R$ 5,672 billones en intereses nominales o, en términos generales, ¡más de un billón de dólares! ¿Cuánto vale? Considere que el PIB brasileño alcanzó los US$ 1,6 billones en 2021 y que ese valor es prácticamente el mismo que el DLSP, ya que alcanzó R$ 5,658 billones en 2022.
Luego de un período de tendencia a la baja en las tasas de interés de 2017 a 2020, a partir de marzo de 2021, dada la suba del tipo de cambio del dólar y la inflación importada por los quiebres de oferta en las cadenas productivas y comerciales globales, el Banco Central de Brasil utilizó su única arma (aumento de la tasa selic para controlar la demanda agregada) de manera desenfrenada. Alcanzó una tasa de interés equivalente al 1% mensual (13,75% aa), en agosto de 2022, la tasa de inflación bajó a 5,8% a fin de año, y él, presionado por O Mercado (“Faria Lima”) y guiado por el periodismo económico neoliberal, ¡se niega a bajarlo!
¿Quién se beneficia del aumento de las tasas de interés? A primera vista, sería la base de tenedores de DPMFi (Deuda Pública Interna Federal): instituciones financieras (29%), fondos (24%), seguridad social (23%), no residentes (9%), gobierno (4 %), aseguradoras (4%) y otros (7%), entre los que destacan los inversores de la Tesorería Directa.
Sin embargo, el cálculo es mucho más complejo. Por ejemplo, cuando la tesorería de Caixa estaba bajo mi gestión, se convirtió en el banco más grande. Obtuvimos el 68% del beneficio de Caixa y devolvimos buena parte con el pago de dividendos a Hacienda.
Otro problema en ejemplo personal: tengo mi dinero en CDB 100% DI. Recibo intereses referenciados a la Selic y sobre esta tasa de fondeo el banco pone una spread a prestar. Las altas tasas de interés dificultan el apalancamiento financiero y, en última instancia, el deudor paga. ¿Se debe contabilizar? ¿Cómo calcular sin contar dos veces? ¿A través de los balances de todos los bancos?
*Fernando Nogueira da Costa Es profesor titular del Instituto de Economía de la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Red de apoyo y enriquecimiento.
Disponible https://fernandonogueiracosta.wordpress.com/2022/09/20/rede-de-apoio-e-enriquecimento-baixe-o-livro/
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