por BENEDICTO NUNES*
Comentario a la novela de Sérgio Sant'anna
As Memorias Sentimentales de João Miramar, de Oswald de Andrade, abrió el camino para el presente libro de Sérgio Sant'Anna en 1924. Personaje-narrador, Ralfo cuenta con una progenie ilustre. Tiene el pariente más cercano en Miramar, del cual Serafim Ponte Grande, del mismo Oswald de Andrade, fue continuador emérito. Pero, si no es más que el último renuevo de una estirpe diversificada (a la que también pertenecen Brás Cubas y Tristram Shandy), es ciertamente la primera de nuestra literatura que subvierte las costumbres de la familia literaria tradicional a la que pertenece.
Porque, al darlo a luz en un prólogo que precede a la portada del libro, el autor de la obra se descubre en el personaje, situándose, en él y con él, en el espacio literario mismo, donde, como si todo se abolió la distancia entre uno y otro, ambos evolucionan bajo una sola figura libre y ambigua. Parecería que Ralfo narra su propia historia, escribiendo la autobiografía imaginaria de Sérgio Sant'Anna, y que Sérgio Sant'Anna escribe las confesiones de Ralfo, narrándose a sí mismo a través de ellas.
Al hacer de su personaje un autor, A. se convierte en un personaje: “En resumen, digamos que este libro trata sobre la vida real de un hombre imaginario o la vida imaginaria de un hombre real. Sobre todo quiero divertirme -o incluso emocionarme- viviendo y escribiendo este libro y tomándome diferentes libertades con él, como objetivizarme, a veces, en tercera persona del singular, o a través del discurso de terceros” (del Prólogo). De hecho, Sérgio Sant'Anna se toma muchas libertades con este libro, el suyo y el del otro, dividido en doce pequeños libros que compone el autor-personaje, ordenando el curso de los acontecimientos que constituyen la materia inventada de estas confesiones, cuya unidad, a pesar de El carácter fragmentario de la narración, sustentada en los más diversos estilos, no está sólo en el nivel paródico en el que se ubica, sino también en el juego de identidad que la sustenta.
Ahora bien, este juego de identidad, del novelista con su personaje y del novelista consigo mismo, se traslada a la novela misma, a través de la ironía de su forma memorialista, dispersa en la forma, en diversos especímenes del lenguaje literario, que Ralfo, estrictamente hablando, más un haz de acontecimientos, proyecciones y expectativas que un personaje, produce, como episodios de un libro o como capítulos de una vida, dentro de los cuales, igualados por el humor que desmitifica, todas las situaciones son equivalentes.
Amante de dos estrellas de la televisión (“Dias Tranquilos”), pasajero transatlántico (“Diário de Bordo”), fundador y víctima de un nuevo régimen (“Eldorado”), exiliado político en la maldita Ciudad – qué “folleto turístico” de propaganda presenta nosotros (“O Ciclo de Goddamn”)–, un mendigo torturado por la policía en un interrogatorio burlesco (“Delincuencias, Degradaciones y Deterioros”), luego un conejillo de indias en un laboratorio de reacondicionamiento de conducta (“DDD 2 – Documentos”), y , todavía, vagabundo en París, amante de la Alicia de Lewis Carroll, injertada en el cuerpo de la Lolita de Nabokov ("Suicidios, Personajes"), o actor de espectáculos sadomasoquistas y estrictamente realistas ("Au Théâtre") – Ralfo siempre camina, de libro en libro como de farsa en farsa, mientras el autor se hace pasar por un personaje, pretendiendo componer la novela autobiográfica, estos mismos confesiones, del cual el autor es el Otro.
Quienes pretenden ser otros y se proclaman como otros mantienen, de sí mismos, de sí mismos y de la realidad que les rodea, un régimen de distancia permanente, que rechaza la ficción completa. Es este desapego, contrario a la evasión, lo que permite al escritor, en este libro de Sérgio Sant'Anna, confrontar la literatura con la existencia, ver y hacer ver, a través de los ojos del humor, la crueldad, la locura, la locura, el engaño y la violencia de vuestro mundo y del nuestro.
Pero por ese camino, la autobiografía imaginaria de Ralfo nos devuelve la densa capa histórica del memorialismo documental, que bordea lo novelístico. Y documenta tanto el vacío de la juventud frustrada (Ralfo, “concebido de la nada, con una realidad física y mental de veinteañero”), el repliegue de la utopía, el dominio de los clichés y Slogans, megalópolis la inhumanidad y el pisoteo de lo humano, así como los desengaños de la literatura y las ilusiones del experimentalismo artístico, atrapados en el ciclo de la publicidad y la propaganda. Pero todo eso, como diría Brás Cubas en su célebre prólogo, está escrito “con pluma de broma empapada en la tinta de la melancolía”, que rezuma de los “materiales” de la época recogidos en estas memorias de Sérgio Sant'Anna.
* Benedito Núñez (1929-2011), filósofo, profesor emérito de la UFPA, es autor, entre otros libros, de La clave poética (Compañía de Letras).
Referencias
Sergio Sant´anna. CLas confesiones de ralfo (una autobiografía imaginaria). Río de Janeiro, Civilización Brasileña, 1975 (https://amzn.to/3KLCPqs).