¿Coincidencias o síntomas?

Imagen: Hamilton Grimaldi
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por JOSÉ COSTA JUNIOR*

Cuatro historias narradas en películas recientes retratan las tensiones y consecuencias de la vida en sociedades muy desiguales, situación que impacta en la vida de las personas de manera decisiva

Las coincidencias son curiosas. Estimulan nuestra curiosidad por buscar formas de explicar situaciones similares o parecidas. Como vivimos en sociedades que han pasado por el “desencantamiento del mundo”, como lo describe un teórico antiguo, la mayoría de nuestras explicaciones sobre el mundo y los eventos que nos rodean involucran investigaciones basadas en evidencias y razones. Este proceso disminuyó considerablemente el papel de las explicaciones sobrenaturales en nuestras explicaciones, incluidas las emocionantes coincidencias que notamos. Y es dentro de esta expectativa, que es posible reunir evidencias y razones para ofrecer una explicación, que se intenta abordar una coincidencia temática de algunas producciones cinematográficas actuales. Este intento involucra cuatro producciones audiovisuales realizadas en diferentes países y con gran protagonismo en la actualidad, junto con algunas hipótesis sobre las dificultades de nuestros modos de vida contemporáneos. No buscamos aquí una última palabra sobre los temas abordados, sino pensar en posibilidades, y tal vez contribuir a la comprensión de un fenómeno que actualmente es muy discutido. Pero, antes que nada, conozcamos las historias narradas en estas producciones (que puede ser solo una), con algunas revelaciones sobre sus tramas.

“Se ven saludables. Son bastante saludables, simplemente desempleados”.

La película Parásitos (Corea del Sur, 2019), dirigida por BongJoon-ho, retrata la vida y el encuentro de las familias Kim y Park en la ciudad de Seúl. Los cuatro miembros de la familia Kim están azotados por el desempleo, sin grandes expectativas y viven en una “casa semisubterránea” en pésimas condiciones. Con dificultades básicas para la supervivencia, sin acceso a alimentos básicos y servicios estructurales. La familia Park vive en una casa grande y bien estructurada, con empleados y servicios disponibles en todo momento. Sus cuatro integrantes viven con recursos provenientes del trabajo bien remunerado y reconocido del cabeza de familia y sus preocupaciones van más allá de la básica supervivencia. Este escenario tan diferente llama la atención porque tiene lugar en un país rico como Corea del Sur, un centro de desarrollo tecnológico y sofisticación. También llama la atención el hecho de que, aun siendo talentosos y competentes, los jóvenes de la familia Kim no tendrán muchas oportunidades de mejorar sus condiciones de vida a través de la educación y el trabajo, como se espera tradicionalmente en las sociedades de producción y consumo. Sin embargo, en la película, todo parece estar en su debido lugar, donde la sociedad funciona con normalidad aún con las distancias sociales existentes; “Todo es tan natural”, nos dice uno de los personajes. Sin embargo, éste no es el caso.

La situación de parasitismo que implica el título comienza cuando estas familias se encuentran. Gradualmente, a través de un ajuste menos que honesto, la familia Kim se infiltra en la casa de la familia Park como sirvientes. Entonces pasan a vivir la vida cotidiana de la familia y aprovechan sus recursos, ya sea en forma de salario o en forma de uso de bienes y servicios. Y todo ello sin el conocimiento de la adinerada familia que les acoge. Curiosamente, la desconfianza surge cuando uno se da cuenta de que los empleados huelen igual, lo que apunta a las malas condiciones de vivienda y de vida. A lo largo de la película surgirán y crecerán las tensiones entre las dos formas de vida representadas por las familias, como destaca una frase de la madre de la familia Kim: “Si yo tuviera todo este dinero, también sería amable”. Los “fantasmas” de la relación entre tipos de vida tan diferentes, donde unos no tienen casi nada y otros lo tienen todo, hacen que la violencia y la brutalidad surjan de la humillación y el resentimiento. “Ahora solo van a ver”, dice el padre de la familia Kim, en una escena donde exige respeto y alguna forma de reparación en relación a lo que vive y siente.

Todos estos choques presentados en Parásitos son cada vez más frecuentes en el mundo contemporáneo. Como señala el economista serbio Branko Milanovic en Desigualdad global: un nuevo enfoque para la era de la globalización (2016), si bien en las últimas décadas la desigualdad económica ha disminuido en el mundo en su conjunto, las distancias materiales y sociales han aumentado al interior de los países, como se muestra en el escenario de Corea del Sur presentado en Parásito. Esta situación paradójica se da por la dinámica de cada país, donde los que tienen más recursos tienen más oportunidades y acceso y los que menos tienen pierden el control de sus vidas. Tales situaciones pueden contribuir al aumento de tensiones políticas y desequilibrios sociales como los que vemos en la película. Milanovic defiende la adopción de políticas públicas que busquen limitar el alcance de la desigualdad y el desequilibrio. Tales acciones son necesarias por (i) razones instrumentales (ampliar las posibilidades de formación y calificación de las personas para que produzcan y consuman mejor), (ii) razones de equidad (ampliar las oportunidades y el acceso, para que las personas puedan ejercer derechos) y (iii) razones políticas. (aumentar la participación de las personas en los procesos de toma de decisiones). Para Milanovic, es a través de estos reconocimientos de ciudadanía y derechos que se puede reducir el impacto de las crecientes desigualdades en nuestras sociedades. Pero queda una pregunta: y si no se hace nada?

"¿Qué comeremos? Es obvio. Las sobras de la gente de arriba.

La película El pozo (España, 2019) explora un escenario que también implica desigualdades, pero recurriendo a una situación insólita, cercana a las distopías. En esta película, dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia, tenemos una prisión dividida por pisos, en la que la gente pasa meses viviendo de una manera muy peculiar. Diariamente son alimentados por una plataforma, que desciende por los diferentes pisos, donde cada uno come lo que queda de los pisos superiores. Así, cuanto más bajo sea el piso, peores serán las condiciones de existencia. Otra característica de la situación es que la gente cambia de piso cada período. El personaje principal, por ejemplo, pasa por los niveles 33, 202 y 6, en una situación que trae aún más inseguridad a los involucrados. Se desconoce literalmente dónde estará en el próximo período. No estamos seguros de qué se trata esta estructura, si es un experimento social o una institución penal, y aún así, la historia es atrapante y estimula reflexiones sobre el papel de las desigualdades. En un entorno de incertidumbre, en el que construir vínculos es siempre un desafío y la lucha por la supervivencia es constante, pensar en la calidad de vida es un ejercicio imposible.

A lo largo de la historia surgen episodios de violencia y brutalidad, especialmente en los pisos inferiores. Los intentos de construir prácticas cooperativas y organizadas se ven obstaculizados por el miedo y la incertidumbre sobre el futuro, y el personaje principal pasa por todas estas etapas. Intenta no dejarse llevar por las circunstancias, pero reconoce las dificultades de mantener sus valores en medio de un contexto donde nunca brota la “solidaridad espontánea”. Surgen viejos debates: ¿La naturaleza humana es mala? ¿Las condiciones a las que estamos expuestos determinan nuestras acciones? ¿Cómo fomentar la cooperación? Un punto interesante es que la comida se prepara con refinamiento, en una cocina limpia y sofisticada y luego baja a los pisos inferiores. Al principio, no se sabe con certeza cuántos pisos bajará, pero una certeza es posible: terminará mucho antes del final y muchas personas se quedarán sin comida. Esta situación hace que se produzcan acciones extremas y que se planifiquen rebeliones. Pero, ¿cuál sería la mejor manera de llamar la atención sobre esta terrible situación de inseguridad, dificultades de supervivencia y brutalidad? ¿Cómo vivir allí?

El pozo puede interpretarse como una alegoría de las sociedades contemporáneas y sus grandes desigualdades en recursos y acceso. Además, destaca un dato importante: el hecho de que las diferencias y desigualdades acaban impactando en la vida de todos en una sociedad. Esto se debe a los constantes riesgos sociales, además de la incertidumbre presente en la vida cotidiana. Los investigadores de epidemiología social Richard Wilkinson y Kate Pickett presentan en El nivel de burbuja: por qué a las sociedades más igualitarias casi siempre les va mejor (2009) datos que muestran cómo las sociedades con más desigualdad ofrecen una peor vida a sus miembros. Según su argumento general, rasgos sociales importantes como la confianza y el establecimiento de lazos sociales se ven impactados en sociedades muy desiguales, lo que dificulta construir respuestas comunes a los desafíos de las sociedades y esto impacta en la vida de todos, independientemente de su condición social. Este es el caso de la violencia, que tiene consecuencias para todas las clases, con la inseguridad y los conflictos subyacentes, como vemos en El pozo. Allí, independientemente del piso ocupado, la tensión y el riesgo son un rasgo común de la vida.

Más recientemente, Wilkinson y Pickett publicaron El nivel interno: cómo las sociedades más igualitarias reducen el estrés, restauran la cordura y mejoran el bienestar de todos (2019), en el que destacan las formas en que las sociedades más igualitarias promueven el bienestar colectivo de manera más efectiva. Retoma su argumento de que las sociedades desiguales tienen más tensiones y dificultades sociales, con el consiguiente aumento de la violencia, el consumo de drogas y enfermedades psicosociales, como la depresión y la ansiedad. Menos desigualdad no traerá el “Cielo a la Tierra” ni la solución a todos los problemas humanos, pero ampliará las posibilidades de realización y organización de la vida de las personas. Mientras seguimos en El pozo, la ausencia de estabilidad y las grandes incertidumbres sobre el futuro son elementos determinantes para el surgimiento de la inestabilidad y la violencia, en una situación en la que las posibles respuestas y enfrentamientos requieren acciones y actitudes drásticas para el desarrollo de alguna organización de la vida. Así, la película y la investigación de Pickett y Wilkinson estimulan nuestra reflexión sobre las formas en que se organiza nuestra sociedad y sobre la necesidad de construir medios más eficaces para que todos podamos disfrutar un poco más de la vida, independientemente del lugar que ocupemos en ella. sociedad escala social.

"No les importa un carajo la gente como tú y como yo".

Para quienes siguen las historias de superhéroes, el Guasón es uno de los villanos más interesantes. En cada historia donde aparece con su rival Batman, hay varias posibilidades abiertas, debido al carácter anárquico e inusual del personaje. Gran parte de lo que asusta del Joker tiene que ver con esta inestabilidad, en comparación con el Ordenado, coherente, objetivo y predecible Batman. Joker se ríe mientras ataca y es atacado, bromea sobre las estrategias y principios del héroe, distorsiona los planes y es capaz de las más variadas actitudes, comprensibles o no, para traer un poco de "alegría" a los contextos de Batman. Sin embargo, existen diferentes formas de actuar y ser el Guasón: un Guasón “clásico”, que cae en una tina de químicos y se convierte en un loco, o un Guasón “anárquico”, que aparece de la nada y no tiene grandes objetivos. aparte de mostrar la irracionalidad del sistema social en el que vivimos. Una tercera posibilidad se nos presenta en la propia película del personaje, titulada así como Joker (Estados Unidos, 2019) y dirigida por Todd Philips.

Allí conocemos a Arthur Fleck, un tipo corriente que hace de payaso en las calles de Gotham City en 1981. Es una figura frágil, que sufre una serie de violencias y abusos a lo largo de la historia: en el trabajo, en las calles, en el pasado. . Vive con su madre en muy malas condiciones, en una ciudad sucia y lúgubre, abandonada por quienes pudieron dirigirla. No tiene control ni sobre sí mismo (una enfermedad inquietante lo hace reír vergonzosamente) ni sobre su vida (no puede mantener su trabajo ni su vida personal). Fleck ya no tiene acceso al servicio de salud que lo atendía, por la falla de los servicios públicos, ni a los medicamentos que necesitaba. Es incapaz de construir lazos sociales, ni de concebir objetivos y metas con precisión. Sin oportunidades, accesos ni recursos, comienza a vivir en una oscilación entre los delirios y la realidad y empezamos a no distinguir más entre estos dos frentes a lo largo de la historia. También llama la atención la resignación de Fleck a sus circunstancias; pero parece que no hay nada que hacer. “Así es la vida”, dice un comediante de televisión a quien Fleck admira en todo momento.

Pero él reacciona. En una de las escenas más interesantes de la película, dentro de un metro, tiene contacto con tres individuos bien vestidos y adinerados. “Ahora verán que existo”, dice Fleck en una de las secuencias posteriores. Su condición de inferioridad construida por el abandono y el descuido da lugar a un “payaso” lleno de rencor y brutalidad. Sus objetivos principales son aquellos que lo despreciaron, sobre todo un representante rico de la élite local que puede o no tener vínculos más directos con Fleck. Pero no se sabe, ya que Arthur ya se está convirtiendo en el Joker y la realidad parece estar cada vez más distorsionada. Sus acciones ya inspiran otros actos en la ciudad, en los que la organización social es caótica. Surgen más preguntas: ¿Joker es un loco o un asesino? ¿Qué se podría haber hecho para evitar que la figura pacífica de Fleck se convirtiera en este “agente del caos”? ¿Cómo promovieron esta situación las estructuras sociales de Gotham? ¿Le debemos algo a Fleck o necesitamos eliminarlo lo antes posible? Mientras reflexionamos, Joker ya está bailando en las escaleras, inspirando a tantos otros “payasos” abandonados a su suerte, que sienten su impotencia ante el mundo que les rodea y que asustan a Ciudad Gótica.

Joker dialoga con la dificultad de mantener el control de la propia vida en el mundo contemporáneo. Las crisis sociales, económicas y políticas limitan la autonomía de las personas, que ven su vida impactada por circunstancias que no entienden y que socavan los sistemas sociales. Las grandes diferencias sociales y económicas resultantes de tales crisis aumentan la complejidad del escenario. El filósofo Thomas M. Scanlon desarrolla un análisis del impacto de las diferencias económicas y políticas en ¿Por qué importa la desigualdad? (2018). Scanlon ofrece cuatro razones para defender la preocupación por la desigualdad: (i) los participantes de una sociedad tienen derecho a disfrutar de lo que se construye colectivamente, ya que nadie crea o enriquece solo dentro de una red interdependiente de productores, trabajadores y consumidores; (ii) las personas nacidas en familias más pobres no pueden desarrollar su potencial simplemente por la “lotería de nacimientos”, que es injusta; (iii) las personas más ricas llegan a tener cada vez más poder e influencia sobre la vida de otras personas, tanto económica como políticamente; (iv) en conjunto, tales diferencias terminan impactando el funcionamiento de la democracia, con consecuencias en el grado de ciudadanía atribuido a las personas según su situación social.

Para Scanlon, estas cuatro razones apuntan a la necesidad de que las sociedades se preocupen por la desigualdad, ya que, en conjunto, las bases sociales y democráticas pueden verse severamente impactadas, como se observa en la historia de Joker. La falta de consideración por la ciudadanía y los derechos hace inviable la vida en Ciudad Gótica, fomentando tensiones y conflictos violentos y brutales. Por lo tanto, las políticas públicas que reducen este impacto son necesarias para mejorar las condiciones de convivencia en las sociedades contemporáneas. No se trata de la adopción de sistemas opresores que buscan la igualdad a través de la supresión violenta de las libertades, sino de la construcción de acciones encaminadas a otorgar derechos y ciudadanía para que las personas puedan disfrutar de la vida en sociedad, a partir de la construcción de vínculos sociales que propicien esta dinámica. La historia de la transformación de Arthur Fleck en Joker nos invita a reflexionar sobre las posibles consecuencias de vivir en sociedades donde estos lazos no son considerados, donde el resentimiento, la falta de confianza, la brutalidad y la violencia se vuelven rasgos comunes. O, en las palabras del mismo Joker: “¡Piensan que nos sentaremos y lo tomaremos como buenos chicos! ¡Sin enojarse y romperlo todo!”

“¿Cómo pueden ser como nosotros?”

Ya Bacurau (Brasil, 2019), dirigida en conjunto por Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, narra los acontecimientos del futuro cercano en un pequeño pueblo en el interior profundo del noreste de Brasil, cuyo nombre es el título de la película. Conocemos la vida en este pequeño lugar, que “no está en el mapa”, donde no hay saneamiento básico ni servicios públicos estructurados, por lo que los habitantes necesitan organizarse mutuamente para tener agua y recursos. No hay muchas oportunidades laborales ni grandes empresas, pero tampoco una preocupación constante por el “crecimiento” o el “desarrollo”, sea lo que sea. Se rechaza la presencia de políticos tradicionales, pero la autogestión de la vida y del espacio parecen garantizar condiciones de existencia mínimamente dignas, con fuerte pertenencia comunitaria. Un maestro, un médico, un grupo de protectoras, niños y ancianos, artistas, prostitutas, entre otros, resisten en la comunidad, con algún acceso a la tecnología, pero sin dejar de lado las experiencias comunitarias y tradicionales. La vida es simple, pobre y dura, pero parece paradójicamente buena.

Sin embargo, en algún momento, cosas extrañas comienzan a suceder. Llaman la atención visitas sin precedentes y la presencia de un dron sospechoso, sobre todo cuando se bloquea el intercambio de información vía celular en Bacurau y comienzan a llegar noticias de muertes violentas. Esta es una invasión. La vida pacífica se la lleva la tensión, pero, contrariamente a lo que sugiere la situación, la sencillez de la gente de Bacurau no deja lugar a la victimización. No sabemos cómo ni por qué, pero el intento de invasión extranjera implica una “búsqueda del tesoro” de seres humanos por parte de extranjeros bien armados, que se organizan en un juego donde se premia a quien mata más, con el objetivo de eliminar a los población local. . Los invasores se sienten cómodos con su objetivo, ya que esas vidas no son consideradas y no están “en el mapa”, lo que hace que sus muertes sean “triviales”. De hecho, en la interpretación de uno de los invasores, todos en ese país eran, de alguna manera, inferiores a ellos. No es posible confiar en la seguridad pública, ya que “no hay policía” allí, pero Bacurau sabe cómo defenderse.

La historia de Bacurau está abierto a diferentes interpretaciones, pero un rasgo común implica la diferencia entre los que llegan y los que están. Esta forma de desigualdad hace que la muerte de estos últimos sea aceptada como natural e incluso necesaria por los invasores, en base a criterios raciales y sociales. Las vidas en Bacurau son desechables. Y la práctica de la muerte tiene apoyo de la política local y de gente del mismo país. Respecto a esta situación, la “gestión de la muerte”, con naturalización y aceptación de que algunas vidas son prescindibles, fue identificada por el filósofo camerunés Achille Mbembe (2003) como “necropolítica”, donde el Estado y su estructura definen “quién debe vivir y quién”. debe morir." En términos generales, esta definición involucra el lugar de las personas dentro de la escala social, donde es "natural" que algunos mueran, dadas las formas en que nos organizamos. Dentro de estructuras cada vez más desiguales, esta lógica impactará en la vida de quienes no encajen en la lógica de producción y consumo. “Pobres”, “desocupados”, “bandidos”, “vagabundos”, “inferiores”, entre otras categorías etiquetadas desde su participación en la “marcha del desarrollo”, mueren en todo momento, y esto se naturaliza dentro de la necropolítica.

La necropolítica, tal como la presenta Mbembe en Necropolítica: Biopoder, soberanía, estado de excepción, política de la muerte, implica aceptar el carácter desechable de algunas vidas y, como vemos en Bacurau, parece seguir el “orden natural de las cosas”. En general, esta caracterización necesita implicar un proceso de deshumanización, que hace inferior a algunas personas por el lugar que ocupan. En sociedades desiguales, donde los recursos y el acceso que cada uno tiene determinan sus condiciones de existencia, algunas vidas también parecen desechables. En el análisis de Mbembe, la organización política termina legitimando este proceso, a través de organizaciones y prácticas que contribuyen a su efectividad y es una situación recurrente en la historia. La historia de Bacurau nos invita a observar y reflexionar sobre estos aspectos. Un rasgo que llama la atención de la película es el papel constante de los procesos educativos para la resistencia en la ciudad, ya sea en la escuela, en las actividades del docente, en el médico que guía y en el talento para la escritura del principal defensor. Esta característica parece ser fundamental para la protección de la ciudad, en la que la participación ciudadana en las decisiones locales es recurrente y decisiva. Incluso se puede decir que la educación y la ciudadanía salvan vidas en Bacurau.

Los síntomas

De alguna manera, las historias narradas en estas recientes películas retratan las tensiones y consecuencias de la vida en sociedades muy desiguales, situación que impacta en la vida de las personas de manera decisiva. Los análisis económicos, sociales, históricos y filosóficos abordados muestran que este rasgo no es sólo una coincidencia, sino un síntoma de nuestro tiempo. Según el lugar que ocupen en la escala social, las vidas que llevan las personas son cada vez más diferentes. Y esto tiene varias consecuencias, sobre todo cuando muchas personas pierden el control sobre sus vidas, y es común la falta de expectativas que promueve este descontrol. Paradójicamente, todo esto tiene lugar en un mundo intensamente conectado y tecnológicamente desarrollado, que promueve aproximaciones virtuales, pero socialmente distante. No es casualidad que veamos tanto resentimiento y negatividad en las redes, sentimientos y emociones que desbordan el campo político y social, configurando sociedades fracturadas y polarizadas. Muchos acabamos recurriendo a discursos de poder, con apelaciones a la violencia, para organizar “todo lo que hay”. Sin embargo, no hay respuestas fáciles a preguntas estructurales y profundas de nuestras formas de vida. Comprender estos procesos y pensar en formas de limitar sus impactos es uno de los principales desafíos de nuestro tiempo.

*José Costa Junior es profesor de filosofía y ciencias sociales en IFMG –Camp Nuevo puente.

Referencias


chotacabras. Dirigida por Kléber Mendonça Filho. 131 minutos. Brasil, 2019

Joker. Dirigida por Todd Phillips. 122 minutos. Estados Unidos, 2019.

El pozo. Dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia. 95 minutos España, 2019.

Parásitos. Dirigida por Bong Joon-ho. 132 minutos. Corea del Sur, 2019.

MBEMBE, Aquiles. Necropolítica: Biopoder, soberanía, estado de excepción, política de la muerte. Traducción de Renata Santini. São Paulo, n-1, 2019. (2003)

MILANOVIC, Branko. Desigualdad Global: Un nuevo enfoque para la era de la globalización. Cambridge: Prensa de la Universidad de Harvard, 2016.

SCANLON, Thomas. ¿Por qué importa la desigualdad? Oxford: Prensa de la Universidad de Oxford. 2018.

WILKINSON, Ricardo; PICKET, Kate. The InnerLevel: Cómo las sociedades más igualitarias reducen el estrés, restauran la cordura y mejoran el bienestar de todos. Nueva York: Pingüino, 2019.

WILKINSON, Ricardo; PICKET, Kate. El nivel de burbuja: por qué a las sociedades más igualitarias casi siempre les va mejor. Londres: Allen Lane, 2009.

 

 

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

Suscríbete a nuestro boletín de noticias!
Recibe un resumen de artículos

directo a tu correo electrónico!