claudio santoro

El Lissitzky, Parte del entorno mecánico, 1920–21, publicado en 1923
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por CAMILA FRESCA*

La trayectoria del compositor de música clásica a partir de sus canciones

No sorprende afirmar que Claudio Santoro es uno de los más grandes compositores brasileños. Sin embargo, a pesar de la importancia de su producción y del prestigio internacional que gozó durante su vida, hoy en día pocas de sus obras están en circulación. Este escenario parece estar cambiando por su centenario, celebrado en 2019, y también por grandes proyectos, como el de la grabación de sus 14 sinfonías.[i].

Pude participar en uno de estos proyectos, un doble CD dedicado a las canciones para piano de Santoro. El álbum fue lanzado en 2020 por Selo Sesc, con el barítono Paulo Szot y el pianista Nahim Marun. El compositor dejó una expresiva producción en el género, que suma unos 60 títulos, distribuidos a lo largo de todo su período productivo. A partir de las canciones es posible seguir las distintas fases creativas por las que pasó Santoro.

Sin embargo, con excepción de los dos ciclos realizados en colaboración con Vinícius de Moraes, los dos volúmenes de la Canciones de amor e los tres canciones populares – las otras canciones nunca habían sido grabadas. El disco en cuestión trae, además de las 13 canciones en sociedad con el poeta, otras 18 en la primera grabación mundial.[ii].

Después de un período de aprendizaje fuertemente influido por Francia –y del que sobrevivieron algunas composiciones que Santoro prefirió no incluir en su catálogo de obras–, el comienzo de la década de 1940 está marcado por experimentos con el atonalismo y la música dodecafónica, reforzados por el contacto con Koellreutter, con quien Santoro estudia los métodos compositivos de Hindemith y Schoenberg, así como la estética y el contrapunto. También participó en la creación del Grupo Música Viva, movimiento liderado por Koellreutter con la intención de promover la música de vanguardia.

Las primeras canciones de su catálogo datan de esa época y por tanto forman parte de la fase dodecafónica. Fueron realizados en colaboración con Oneyda Alvarenga (1911-1984), periodista, ensayista y folclorista brasileña. Fue alumna de Mário de Andrade en el Conservatorio Dramático y Musical de São Paulo, donde se graduó. Por invitación de él, se convirtió en directora de la Discoteca Pública de São Paulo en 1935. Oneyda, responsable de organizar y publicar la obra de Mário después de su muerte, también era poeta y en 1938 publicó “La niña tonta”. De este libro son los cinco poemas musicalizados por Santoro, uno de los cuales quedó grabado en el disco. La niña agotada II fue compuesta en 1945 y, como algunas canciones del ciclo, fue revisada en la década de 1970[iii].

Según el músico Alessandro Santoro4, hijo del compositor y hoy responsable del mantenimiento y edición de sus obras, de vez en cuando Claudio Santoro rehacía y actualizaba su catálogo, a menudo con la ayuda del Ministerio de Relaciones Exteriores.

En una de estas ocasiones encontró algunas de las canciones del ciclo la niña tonta incompletos y, animado por su mujer, Gisèle Santoro, acabó completándolos. Es curioso que, cuando volvió a terminar estas piezas tanto tiempo después, se mantuvo fiel a la estética de la época en que fueron creadas.

A finales de la década de 1940, Claudio Santoro abandona la música dodecafónica por un lenguaje tradicional, buscando la comunicación directa con el público. El cambio estético provino de su visión política, ligada a los ideales comunistas – luego de participar en el II Congreso Internacional de Compositores Progresistas en Praga, en 1948, Santoro abrazó de una vez por todas los principios del realismo socialista.

Una de las implicaciones de esta participación fue no poder disfrutar de una beca otorgada por la Fundación Guggenheim, ya que el gobierno de los Estados Unidos le negó la visa. Sin embargo, Santoro termina siendo becado por el gobierno francés, por recomendación del director de orquesta Charles Münch. Se fue a París el 8 de septiembre de 1947, donde estudió composición con Nadia Boulanger y dirección con Eugène Bigot.

Fue en el mismo año que compuso no me despido, el primer canto de la llamada fase nacionalista y una sociedad con otro connotado comunista, el escritor Jorge Amado (1912-2001). Las canciones hechas con el periodista Ary de Andrade (1950-1913) también son de esa misma etapa, pero ya en la década de 2002 – Canción de la fuga imposible, canción irremediable e tomaste el amanecer – y con el escritor y político Celso Brant (1920-2004) – Mi destino e a una mujer.

Todos estos autores compartían ideas similares. Según Alessandro Santoro, su padre se reunía con artistas de diferentes ámbitos vinculados a los ideales socialistas y al PCB. “Las piezas nacionalistas de esa época son casi música de coyuntura”, dice. Si en la época del Grupo Música Viva Claudio Santoro escribía pocas canciones, ahora éste estaba demostrando ser un género ideal. El medio estaba en consonancia con el mensaje, haciendo que se transmitiera directamente, con música aliada al texto. Como apunta José Maria Neves, “por coherencia, Santoro simplifica su lenguaje, con miras a hacerlo más inmediatamente inteligible y eficaz” (NEVES, 2008, p. 152).

El tema de las canciones de la fase nacionalista se divide básicamente en dos: el amor (casi siempre fracasado, que implica dolor y soledad) y, en menor medida, la lucha política. “Tú llevaste el alba, el pan, la rosa y la lucha / Fuiste un simple camarada, como el viento en alta mar / Sabías que la estrella roja no se hizo esperar: ahí está / La luz que venció al la tempestad guiará a nuestro pueblo”, dicen los primeros versos de tomaste el amanecer.

“Vierte a Lía”

A finales de la década de 1950, Claudio Santoro escribiría las que serían sus canciones más famosas. Desde principios de la misma década regresa con cierta regularidad a Europa, especialmente a los países socialistas, para realizar sus obras y participar en eventos. El compositor siempre ha pagado un precio por esa conexión. En 1953, por ejemplo, fue despedido de la dirección musical de Rádio Clube do Brasil, en Río de Janeiro, luego de participar en el “Congresso da Paz”, en Moscú, y terminó mudándose a São Paulo en busca de trabajo. Regresaría a Río de Janeiro algunos años después, para asumir el cargo de director musical en Rádio Ministério da Educação.

En 1957, Santoro estuvo nuevamente en Moscú para participar en el II Congreso de Compositores. También tenía compromisos en la dirección de sus obras y en la organización de la edición del Sinfonías norteo 4 y No 5. En mayo de ese año escribió, en lo que entonces era Leningrado (San Petersburgo), los dos primeros preludios para piano solo de la Segunda serie/Primer cuaderno. Originalmente, las obras tenían el subtítulo de Tus ojos (Tus ojos) No 1 e No 2. O preludio no.o 3 de la misma serie, escrita en Moscú en marzo de 1958, lleva el nombre de tes yeux SUST.o 5 e incluso “Adieux” (adiós) en el manuscrito[iv].

Los tres estaban dedicados a Lia: la partitura autografiada simplemente decía "pour Lia". Pero, ¿quién sería tan dedicado? Lia (cuyo apellido se desconoce) fue la intérprete de Santoro durante su estancia en Rusia. De ella dependía estar siempre al lado del compositor como traductora. De la interacción entre ambos nació una pasión que, al ser descubierta, hizo que las autoridades soviéticas invitaran a Santoro a abandonar el país. (De Lia no se sabe mucho hasta el día de hoy, pero todo indica que era la esposa de un empleado de la KGB, la policía secreta soviética. No solo por la reacción de las autoridades en ese momento, sino también porque Santoro nunca fue invitado. volver a visitar la Unión Soviética.[V]).

Claudio Santoro deja la URSS rumbo a París, donde espera en vano que Lia logre escapar para reunirse con él. Intercambian cartas apasionadas, pero el plan no funciona. Mientras esperaba ansiosamente la posible llegada de Lia, Santoro escribió el conmovedor Canciones de amor en sociedad con el poeta y diplomático Vinícius de Moraes (1913-1980), quien también estuvo en la ciudad. Además de las diez canciones, divididas en dos volúmenes, el dúo también compondría el tres canciones populares, que también trata del amor (más tarde el propio compositor afirmaría que la división en dos ciclos tenía fines meramente comerciales).

La combinación de la angustia amorosa de Santoro y el siempre intenso Vinícius (que en ese momento vivía otra de sus pasiones) resultó en algunas de las canciones más hermosas del repertorio de cámara brasileño. Algunas de estas canciones no solo están inspiradas en los preludios de Second Series / First Notebook, sino que son versiones de las piezas originales para piano. Este es el caso, por ejemplo, de escucha el silencio, versión de preludio no.o 1 e En algún lugar, versión de preludio no.o 2.

Todos Canciones de amor del primer volumen están dedicados a Lia. De la segunda, también son “pour Lia” Alma perdida (Alma perdida / tu canto llano / tan lejos, tan sola / me alcanzó) y La más dolorosa de las historias. (Silencio, silencio / Quiero decirte mi tristeza, / Mi añoranza y el dolor, el dolor que está en mi rincón).

Integrando el segundo volumen de canciones, jardin de noche usa música de una canción anterior de Santoro, La nuit n'est Nunca complète. Había sido compuesta poco antes, en 1957, en Sofía, Bulgaria, sobre versos del francés Paul Éluard (1895-1952), autor de poemas contra el nazismo que circularon clandestinamente durante la Segunda Guerra Mundial. El texto original de la canción era el siguiente:

La nuit n'est Nunca complète.

Il ya toujours puisque je le dis,

Puisque je l'afirme, Au bout du chagrin, une fenêtre ouverte, une fenêtre éclairée.

Il ya toujours un rêve qui veille, désir à combler, faim à satisfaire, un cœur généreux,

une main tendue, une main ouverte, des yeux attentifs, une vie : la vie à se partager7.

Una posible aproximación, que ya ha sido señalada varias veces, se puede hacer entre estos conjuntos de canciones con Bossa Nova. El vínculo musical más evidente entre las canciones de Santoro y el movimiento iniciado en 1958 (con el sencillo sencillo de João Gilberto que contiene las canciones basta de anhelo e bien bien) en Río de Janeiro es Vinícius de Moraes, pero no sólo.

Musicalmente, la armonía de estas canciones se acerca a las innovaciones de la Bossa Nova, aunque fueron compuestas unos años antes.[VI]. Además, Santoro guió a su amigo, el pianista Heitor Alimonda, en el sentido de que los preludios de la Segunda Serie eran piezas “sencillas”, que “deben tocarse muy cómodamente, dando toda el alma. Nada cuadrado […] Deben estar bien cantables […] Son pequeñas improvisaciones que surgieron espontáneamente del corazón” (SANTORO, 2018, p. 17). A su vez, la escasa indicación de dinámica en la mayoría de las canciones de estos dos ciclos corrobora esta característica, acercándolas a la libertad de ejecución característica de la música popular.

Con respecto al texto, sin embargo, es interesante notar que en la letra de la Canciones de amor Vinícius de Moraes utiliza ideas que luego serían exploradas en algunas de las canciones más famosas de Bossa Nova. En Mucho peor que la muerte (primer volumen del ciclo) el yo lírico afirma: “Ay, ven conmigo / Allá donde hay gran paz / Amor en paz”. La idea de "amor en paz" sería el título de una famosa canción, el amor en paz, sociedad con Antonio Carlos Jobim, de 1960, en la que desarrolla el tema: “Fue entonces / Que de mi infinita tristeza / Pasaste / En ti encontré / La razón de vivir / Y de amar en paz”.

También el texto de jardin de noche (segundo volumen de Canciones de amor) es similar, sobre todo al principio, a una canción popular posterior: Primavera, de La noche nunca es completa. / Siempre existe mientras lo digo, / Mientras lo digo, / Al final de la tristeza, / Una ventana abierta / Una ventana iluminada. / Siempre hay un sueño por delante, / un deseo por llenar, / un hambre por saciar, / un corazón generoso, / una mano tendida, / una mano abierta, / una mirada atenta, / una vida: una vida para compartir.

Carlos Lyra, con texto del mismo Vinícius de Moraes y compuesta en 1962 como una de las canciones del musical “Pobre Menina Rica”: “Solo mi amor / Es como un jardín sin flores”, inicia el lamento de Primavera. En jardin de noche, tenemos: “Si mi amor lejano / soy como un jardín de noche”.

A pesar del encuentro entre Claudio Santoro y Vinícius de Moraes en París, Alessandro Santoro cree que solo trabajaron juntos de manera efectiva en una minoría de estas piezas y, en general, el compositor escribió a partir de poemas enviados por Vinícius. Además, si creemos en algunos indicios (correspondencia de Santoro y material de la Editora Ricordi), habría otras canciones escritas por el dúo, o al menos la intención de continuar con la sociedad.

En cuanto al ciclo tres canciones populares, otra sociedad con Vinícius, también cabe mencionar una curiosa afinidad entre canción de los ausentes y toada por ti, de Lorenzo Fernandez, escrito en 1928 a partir de un texto de Mário de Andrade. La similitud está en el ritmo de apertura y el diseño melódico del piano de ambas canciones. En melodía, la figura (decimosexta media corchea) es una testarudo que organiza toda la pieza. En canción de los ausentes, la figura (corchea-negra-semibreve) que marca la introducción al piano vuelve en unos instantes. ¿Sería una cita consciente, una especie de homenaje de Santoro? No está de más recordar que Lorenzo Fernández fue su primer profesor de armonía en Río de Janeiro.

Durante el prolífico período nacionalista, se compusieron varias otras canciones que no integraron el proyecto del CD. Son ellas Poema (texto de Nair Batista, 1950); La elegancia (texto de Lila Ripoi, 1951); Canción de la libertad (texto de Claudio Santoro, compuesto en Berlín para conmemorar la Revolución Soviética, 1957); Canción de la melancolía (texto de Claudio Santoro, 1958); Nana (sin autor identificado, 1958); el caballo de batalla (sin autor identificado, 1958); volar y volar (texto de Nicolás Guillén, 1958); El estreno del comerciante de sable. (texto de Françoise Jonquière, 1958); cancion del marron (texto de Françoise Jonquière, 1959); En la acera de la calle[Vii] (texto de Jeannete H. Alimonda, 1960); Es vas al mar (texto de Claudio Santoro, 1961).

Autoexilio y vuelta al frente

Fue en 1960 cuando Claudio Santoro conoció a la bailarina Gisèle, con quien se casaría tres años después y que sería su compañera hasta el final de su vida. La empatía, sin embargo, parece haber sido inmediata, pues una canción de ambos es del mismo año: mi amor me dijo adios. Claudio Santoro usaría esta misma música en la ópera Alma, de 1985 – a dúo en el tercer acto e instrumentalmente al final del cuarto acto. Una vez más, los preludios de piano reflejan momentos de la vida del compositor: las últimas cuatro piezas de la misma Segunda Serie / Primer Cuaderno (Nos 9 a 12) son “para Gisèle”.

Musicalmente, mi amor me dijo adios todavía forma parte del universo tonal, en lo que puede considerarse el final de su etapa nacionalista, que pronto daría paso a experimentos con la música aleatoria y electrónica. Cronológicamente, la siguiente canción grabada en el disco es Yo no sé 1966, sociedad con el jurista y escritor Ribeiro da Costa (18971967-XNUMX)[Viii]. Pero, en ese momento, el compositor se estaba moviendo claramente en otra dirección, dejando atrás esta estética.

En 1960, por invitación del gobierno de la República Federal de Alemania, Santoro pasó un tiempo en Berlín Oriental investigando la música electroacústica. Al año siguiente, regresa a la ciudad para participar en el Congreso de Compositores Alemanes. Y, en 1966, tras dejar la Universidad de Brasilia en solidaridad con el despido de cientos de profesores (Santoro había asumido los cargos de profesor titular de composición y dirección y jefe del Departamento de Música de la Universidad de Brasilia en 1962), aceptó la invitación de la Fundación Ford y el gobierno de Alemania para actuar como artista en residencia de la Programa Küenstler en Berlín. A partir de entonces, profundizó su investigación sobre la música aleatoria y electrónica, que continuó hasta la década de 1970 – en 1970 asumió el cargo de profesor titular de dirección en la Escuela Superior de Música del Estado de Mannheim, Alemania, donde se dedicó a las experiencias con música electroacústica.

De acuerdo con tales experimentos, Santoro escribe el Ciclo de Brecht, compuesta por cinco canciones con texto de Bertold Brecht, dos para voz y piano y tres para voz acompañadas de cinta magnética. Esta es una parte de su producción que aún está pendiente de recuperación para que podamos conocerla, ya que falta localizar algunas partes vocales y restaurar las cintas.[Ex].

Con el debilitamiento de la dictadura militar, que terminaría en pocos años, Claudio Santoro decidió regresar a Brasil en 1978, para retomar su trabajo en el Departamento de Música de la Universidad de Brasilia. Este regreso coincide con un abandono de la música electroacústica y una nueva etapa, considerada su última etapa creativa, que sería una suerte de sublimación de todas las anteriores.

Nuevamente, las canciones juegan un papel destacado: entre 1980 y 89, año de su muerte, se compusieron alrededor de 20 canciones para voz y piano, incluido el himno oficial del estado de Amazonas. Pertenecen a esta fase, además del himno, náyades (texto de Camões) y las nueve canciones del ciclo el soldado, escrito en 1988 a partir del libro homónimo del escritor griego Alexis Zakythinos (1934-1992)12.

Una sociedad se remonta a 1982 con el poeta Santos Cassiano Nunes (1921-2007), que estudió en la Universidad de Heidelberg, donde también enseñó literatura brasileña, además de enseñar en la Universidad de Brasilia. El ciclo Cuatro canciones en la mañana consta de cuatro piezas breves que tratan sobre el amor.

A Fantasía América del Sur Es una canción sin texto. Se trata, en realidad, de un conjunto de obras escritas en 1983 por Santoro para diferentes instrumentos solistas, por encargo del Concurso Sudamericano de Jóvenes Instrumentistas (luego creó partes orquestales). La versión cantada va acompañada de piano.

Poeta, diplomático e historiador, Alberto da Costa e Silva fue socio de Claudio Santoro en la tríptico, de 1985. Las tres canciones – vigilia, Fragmento de Réquiem e El amante – lidiar con el amor y la muerte.

Musicalmente, todas estas canciones tardías son densas, oscuras e incluso pesadas. Ya no estamos en el campo de la tonalidad, se puede hablar de un post-tonalismo, una estética madura y muy original. El período está marcado por un cierto eclecticismo, mezclando lenguajes musicales previamente desarrollados.

La última composición de Claudio Santoro también fue una canción. El poema Wanderers Nachtlied, de Goethe, es una de las más conocidas del autor alemán y también fue musicalizada por Schubert. Según lo informado por Alessandro Santoro, su padre estaba de vacaciones en Alemania a principios de 1989. Al regresar a Brasil, se detuvo en diferentes ciudades para visitar amigos, una especie de despedida inconsciente. En febrero, escribió una canción que habla de una quietud consoladora, y le dice a su interlocutor que “pronto, él también descansará”. El 27 de marzo de 1989, en el podio del Teatro Nacional de Brasilia, donde dirigía la Orquestra Nacional de Brasilia (que él creó) en el primer ensayo de la temporada de ese año, Claudio Santoro sufrió un infarto masivo.

*Camila Fresca, periodista, tiene un doctorado en artes/musicología de la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP).

Publicado originalmente en revistacanción.

referencia


Jardim Noturno – Canciones y Obras para Piano de Claudio Santoro.

Intérpretes: paulo szot (canto lírico) y Nahim Marún (piano)

sello seco

 

Referencias bibliográficas


KATER, Carlos. Viva Music y HJ Koellreutter: movimientos hacia la modernidad. São Paulo: Musa Editora/Atravez, 2001.

NEVES, José María. música contemporánea brasileña. 2ª ed. Río de Janeiro: Contra Capa, 2008.

PICCHI, Aquiles. La intención nacionalista en la canción de cámara: toada por ti de Óscar Lorenzo Fernández. Música Teórica. Salvador: TeMA, 2017, pág. 95-111.

SALGADO, Michele Botelho da Silva. Canciones de amor de Claudio Santoro: análisis y contextualización de la obra. 105p. Ronaldo Miranda (asesor). Disertación (Maestría en Música). Facultad de Comunicaciones y Artes, Universidad de São Paulo, São Paulo, 2010.

SANTORO, Alejandro. Entrevista concedida al autor del texto en agosto de 2019. São Paulo, audio

SANTORO, Claudio. preludios para piano: edición completa. Alessandro Santoro (editor). Brasilia: Editorial Universidad de Brasilia, 2018.

______. sitio web dedicado al compositor. Disponible en: claudiosantoro.art.br. Consultado en agosto de 2019.

Notas


[i] La totalidad de las sinfonías de Claudio Santoro serán grabadas por primera vez por la Filarmónica de Goiás, como parte del Proyecto Brasil em Concerto, del Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores). Los CD serán lanzados internacionalmente por el sello Naxos.

[ii] El disco se completa con 13 piezas para piano solo, incluyendo, en la primera grabación del mundo, Baile regional, Batucada (En la Colina de los Dos Caños), Imitando a Chopin y el Estudio n.2.

[iii] Solo hay otra canción compuesta por Claudio Santoro en esta época: Margarita, de 1947, con texto del poeta francés Louis Aragon. Esta pieza faltaba y fue ubicada en julio de 2019, junto con otras cinco canciones, en la colección del tenor y pianista de Maranhão Hermelindo Castelo Branco (1922-1996). El descubrimiento se debió al trabajo de digitalización de este acervo, realizado por el Instituto Brasileño de Piano.  4 Alessandro Santoro concedió una entrevista al autor de este texto en agosto de 2019, para hablar de las canciones de su padre.

[iv] Para más detalles, consulte el libro recientemente publicado editado por Alessandro Santoro, con los preludios completos para piano de Claudio Santoro (cf. bibliografía).

[V] La información aparece en la disertación de Michele Salgado (p.27-28) y fue confirmada en declaraciones de Alessandro Santoro.

[VI] Un análisis más profundo de la relación armónica entre Canciones de amor y Bossa Nova se pueden encontrar en la disertación de Michele Salgado, Canciones de amor de Claudio Santoro: análisis y contextualización de la obra (cf. bibliografía).

[Vii]En la acera de la calle es otra de las canciones que faltaba y fue ubicada en la colección de Hermelindo Castelo Branco, a través del trabajo del Instituto Piano Brasileiro.

[Viii] El Magistrado Álvaro Moutinho Ribeiro da Costa fue Ministro del Supremo Tribunal Federal a partir de 1946. En octubre de 1965, siendo presidente del STF, escribió un artículo en el que afirmaba que, en los regímenes democráticos, los militares no tenían “el papel de mentores de la nación”. La declaración fue el detonante para que el gobierno militar emitiera el Acta Institucional N° 2, que aumentó el número de ministros del STF de 11 a 16.

[Ex] Parte de este trabajo de recuperación comenzó con la aparición de las partes vocales de cuatro de las canciones del ciclo, también ubicadas en la colección de Hermelindo Castelo Branco. 12 Estas piezas no forman parte del CD que motivó esta investigación.

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