Chico Rei

Imagen: Marcelo Guimarães Lima
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por Débora Mazza*

Comentario al libro recién publicado, de Maria José de Souza

Tomos I y II de Chico Rei: 50 años (1963- 2013), de María José de Souza, conocida popularmente como Tita, describe medio siglo de actividad de esta entidad de negros, en el municipio de Poços de Caldas (MG), que, a través de altibajos, logró mantener incansables a sus compañeros fundadores. Líderes e incondicionales negros que sumaron varios nombres y varias instituciones encaminadas a la inclusión de los negros en la sociedad.

Tita nació en Poços de Caldas, en 1939, y permaneció allí hasta hoy. Hija de Francisco Pinto de Souza, albañil semi-educado, y Maria das Neves Balbino, lavandera analfabeta, siempre ha vivido con la comunidad pobre, negra y periférica de la ciudad. Su padre, influenciado por las ideas del Partido Comunista, tenía una aguda visión de la explotación que impregnaba las relaciones laborales y de clase. Licenciada en Filosofía, Historia y Pedagogía, maestría en Ciencias Sociales, por la Universidad Federal de Bahía, estudió la maestría en Antropología en la Unicamp dirigida por Carlos Rodrigues Brandão.

Vale la pena recordar algunos pasajes anecdóticos de la vida de Tita. Cuenta que, siendo niña, viviendo en el barrio Macacos, en Poços de Caldas, vio varias veces a Luiz Gonzaga (1912-1989), compositor y cantante brasileño, conocido como el Rey de Baião, nacido en Exu, Pernambuco, y que fijaron residencia por algún tiempo en el municipio. Una niña pequeña, dice recordar haberlo visto montando a caballo en la plaza Dr. Pedro Sanches y en la calle Assis Figueiredo, vestido con pantalones y chaleco de cuero, sombrero de bandido, broches, cintas de colores, cartuchera e imbornales bordados.

Relata que conoció a la familia que trabajaba para Luiz Gonzaga, la misma que luego pasó a trabajar para la familia de Antonio Candido (1918-2017), cuyo padre, el reumatólogo Aristides Candido de Mello e Souza (1885-1942), era contratado por el gobierno del Estado de Minas Gerais, a finales de la década de 1920, para instalar y administrar las Termas Antônio Carlos en la ciudad de Poços de Caldas.

El inicio del proceso de trabajo del Dr. Aristides se produjo en los años 1928 a 1929 cuando la familia permaneció en Europa, más específicamente en Francia, Alemania, Italia y Checolovaquia, con el objetivo de conocer la organización de los grandes balnearios en estos países. . En Francia, realizó cursos avanzados en las áreas de Hidrología, Fisioterapia y Reumatología en Vichy, habiendo sido alumno de Marie Curie en París.

Cuando regresó, la familia vivía en el municipio y mantenía la casa en la que vivió durante décadas el hermano de Antonio Candido. Tita, en la década de 1980, por diferentes motivos y oportunidades, desarrolló una relación epistolar con Antonio Cándido, siendo la encargada de traerlo al municipio para varios eventos especiales. Sus misivas, siempre escritas a mano, le llevaron a regalarle una máquina de escribir, ya que ni ella ni la entidad de la que era presidenta disponían de este equipo.

Tita se hizo docente y trabajó durante veintiséis años en escuelas municipales de Poços de Caldas, enseñando materias de humanidades, como historia, filosofía y sociología, para la enseñanza secundaria, la educación de jóvenes y adultos y la educación superior. No tenía coche y ni siquiera aprendió a conducir, lo que la llevó a caminar por las calles de la ciudad, utilizar el transporte público a diario y adoptar los cafés del centro de la ciudad como oficina para atender a la población.

Es una mujer popular que se involucró en proyectos culturales que subsidiaron cuadras de carnaval, proyectos educativos como Analfabetismo Cero, proyectos de paisajismo y urbanismo inclusivos y también se desempeñó como concejal (2001-2004), por el Partido de los Trabajadores (PT). ).

Durante su gestión como concejala, Tita presentó 22 Proyectos de Ley, 04 Proyectos de Modificación, 72 Indicaciones, 03 Mociones, 08 Proyectos de Decreto Legislativo, 01 Proyecto de Modificación a la Ley Orgánica, 01 Proyecto de Ley Complementaria, 26 Solicitudes. Entre ellos, destaco: los Proyectos de Ley que prevén la creación de: registro municipal de entidades y movimientos sociales, Parque Cultural y Ambiental Afrobrasileño, Plan de empleo y remuneración de los funcionarios públicos como presidentes del Consejo Municipal, “poemas sobre la Programa “Bus”, Programa “Mujer Sana”, Servicio de Asistencia a reclusas de la cárcel pública municipal, Sistema de notificación obligatoria en casos de violencia contra la mujer, SOS discriminación, Consejo Comunitario Municipal de Apoyo a la Ciudadanía Escolar, Escuela Municipal de Educación con Tiempo Completo, Parque Recanto Cultural dos Orixás, Aplicación obligatoria de medicamentos que inhiben la transmisión del virus VIH al feto en hospitales y maternidades de la red de salud pública y privada de Poços de Caldas, Reestructuración del Instituto de Seguridad y Asistencia Social a los Servidores Públicos Municipales (ISPAM).

Se desempeñó como presidenta del Consejo Municipal de Cultura de 2005 a 2008 y como Secretaria del Consejo Municipal de Educación desde su instalación en 2003 a 2004, en representación de los grupos populares de la ciudad.

Su trayectoria social y política gravitó también hacia las acciones del Chico Rei, entidad que representó en momentos significativos y que movilizó, localmente, agendas y debates relevantes que tuvieron lugar en todo el país en torno a cuestiones raciales, las condiciones concretas de existencia de la población negra y las manifestaciones culturales afrobrasileñas, a partir de la década de 1970.

Tita empezó a actuar en Chico Rei en 1974, pronto se convirtió en miembro de la junta y permaneció allí hasta 2009. Movilizó a la entidad y a otras asociaciones para numerosos actos de sensibilización racial en la ciudad, como la conmemoración del 300 aniversario del asesinato de Zumbi, ocurrido en 1995, con la ayuda de la participación del Instituto Moreira Salles y otros patrocinadores.

Incorporó a la agenda y eventos de la ciudad a varios intelectuales de renombre, como el historiador Francisco Iglésias, el poeta paulista José da Silva (Cuti) y el crítico literario Antonio Candido, quien no rechazó la invitación y apoyó una de las remodelaciones del espacio. Club transfiriéndole la cantidad de mil dólares. Perteneció al Consejo Estatal de Participación y Desarrollo de la Comunidad Negra de Minas Gerais y creó el Consejo Municipal de la Comunidad Negra de Poços de Caldas. No se autodenomina investigadora, pues afirma que sus escritos “corresponden únicamente al registro de sus actividades diarias” (Tomo 1, segunda edición).

Los volúmenes I y II conforman una obra colectiva. El objetivo inicial fue recopilar biografías fundamentales de mujeres negras insurgentes de la generación de Sueli Carneiro que colaboraron en la construcción del Movimiento Negro con el objetivo de transformar las condiciones de vida de la población negra. Sin embargo, el trabajo va más allá de los límites biográficos y ofrece fuentes documentales primarias para investigadores involucrados en luchas antirraciales.

El volumen I, con 462 páginas, está dedicado a alrededor de trescientos hombres y mujeres, hombres y mujeres negros, compañeros en la trayectoria y el activismo político de exposición pública y conciencia de la cultura y el pensamiento de los negros. Muestra, a través de la reproducción de actas, el día a día de la entidad fundada en 1963 como Club Chico Rey, cuyas actividades finalizaron en 1988, cuando se cambió el nombre de la empresa a Centro Cultural Chico Rei, buscando cumplir con las nuevas pautas sugeridas por las familias negras. Así, el trabajo puede ser tomado como fuente de investigación sobre manifestaciones culturales y resistencias.

La intención de la entidad era congregar a la población negra del municipio, convirtiéndose, en estos 25 años iniciales de existencia, en un instrumento de unidad y representación de la comunidad que asumió la organización del Festival de São Sebastião.

Además, la Club Chico Rey llevó a cabo la labor lúdica de organización de los bailes de coronación de la Reina, almuerzos, cenas y, también, labor filantrópica con la “alta sociedad de las damas sociales”, saliendo de la oscuridad y convirtiéndose en socia de movimientos sociales vinculados a otros colectivos y otras pautas.

Al servicio de la comunidad negra, el Club trabajó para fortalecer la identidad afrobrasileña a través de la cultura y el derecho al ejercicio de la ciudadanía a través de diversas actividades y relaciones establecidas, como la recuperación de grupos de congada y kayak en el Festival de São Benedito (del 3 al 13 de mayo), que se convirtieron en emblemáticos y una expresión de la cultura religiosa de la mayoría de la población de la ciudad.

La propuesta de producción cultural con matriz afrobrasileña llevó a Chico Rei Dar visibilidad a los rituales religiosos de la Umbanda a partir del trabajo de sensibilización sobre la identidad negra y la lucha contra el racismo a través de la valorización de otras producciones culturales que aparecieron marginalmente en la ciudad. Y también, el fortalecimiento de la confrontación política en defensa de la población de ascendencia africana, que estuvo esclavizada durante mucho tiempo en la región, para que pueda rehacerse y reconstruirse como agente consciente y transformador de la statu quo.

El volumen II, con 642 páginas, está dedicado a once mujeres que afrontaron con valentía los retos de la entidad durante 25 años. El agradecimiento está dirigido a la profesora Glaúcia Costa Boaretto, directora de la APAE en el municipio, “responsable de colaborar y compartir en la nutrición de niños y adolescentes del Quilombo do Ambrósio” (p. 5).

El segundo volumen registra la nueva denominación social asumida a partir de 1988, respondiendo como Centro de Cultura Afrobrasileña Chico Rei. Recoge las principales fuentes documentales del Acta y señala la expansión del debate político sobre cuestiones raciales en consonancia con la discusión política nacional, que atravesaba un período de apertura y recuperación de los principios y ambientes democráticos. Sin descuidar el aspecto festivo de los bailes, la coronación de la Reina y la colaboración social filantrópica, sumó nuevas inquietudes en torno a los derechos sociales que tuvieron como máxima expresión la instalación y trabajo realizado en la “Casa de Apoyo a la Infancia y la Adolescencia en situación de de riesgo: Quilombo do Ambrósio” (1995-2000).

Esta nueva etapa contó con la participación activa de la juventud, asumiendo la constitución de varias mesas y acciones. El ala joven, hijos e hijas de ex directivos, se sintió investida del poder ciudadano y se apoderó del espacio de lucha, educación y ocio. Muchos jóvenes han huido a Estados Unidos, pues en la región hay empresas privadas que asesoran en la emisión de pasaportes, solicitud de visa y colocación en el mercado laboral. Sin embargo, una parte de los que se quedaron abrazaron la causa de la lucha contra el racismo y la participación política como estrategia para vivir y sobrevivir. En ese contexto, en 2000, se lanzó la candidatura por el PT de la profesora Tita, que se convirtió en la concejala más votada de la ciudad.

Estos hechos sugieren que la Chico Rei creada y dirigida por hombres y mujeres, hombres y mujeres negros, supo durar medio siglo en una ciudad conservadora, con un pasado esclavista, en un país excluyente, contribuyendo a una formación humana antirracista llena de fiestas, bailes, atabaques, comidas típicas, danzas de valorización de la belleza negra y creación de otras marcas éticas, estéticas, identitarias y de pertenencia, que se impusieron al margen del estereotipo blanco hegemonizado por los medios de comunicación.

El Tomo III busca patrocinadores y está en proceso de publicación, ya que mostrará fotografías de las actividades narradas en las actas contenidas en los Tomos I y II. De esta manera, será posible identificar los rostros, nombres, expresiones, emociones de un grupo que se formó con lucha y libertad, límites y posibilidades, “colaborando para combatir los prejuicios, la discriminación y, principalmente, el racismo en la sociedad brasileña” ( segundo oído, Tomo II).

Así, espero despertar en las personas el deseo de acercarse a este trabajo y, al igual que el Chico Rey, llevar de los márgenes al centro el reconocimiento de la presencia y contribución de la población negra en la constitución de nuestra brasilidad.

* Débora Mazza Es profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Educación de la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Paulo Freire, cultura y educación (Editorial Unicamp). Elhttps://amzn.to/3tGt7jw]

referencia


SOUZA (TITA), María José de. Chico Rei: 50 años. Volumen I y Volumen II. Belo Horizonte, Mazza Edições, 2023.


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