por JOSÉ PAULO NETTO*
Lea un extracto de la "Presentación" del libro de cartas recién editado de Karl Marx y Friedrich Engels.
“En el método de análisis, algo me hizo un gran favor […]: volví a hojear el Lógica de Hegel” (Marx, 16/01/1858).
“Lo que les falta a todos estos señores es dialéctica. […] ¿Que hacer? – si, para ellos, Hegel no existiera” (Engels, 27/10/1890).
La correspondencia entre Marx y Engels, ya sea el número total de cartas intercambiadas entre ambos a lo largo de casi 40 años de una amistad y asociación teórico-política únicas, o las que enviaron y recibieron de terceros, constituye un indiscutiblemente extraordinario. colección textual. . A principios del siglo XXI se calcula que escribieron unas 4 cartas, de las que se intercambiaron unas 2500 entre ellos, y que habrían recibido 10 misivas de otros.
Todavía a fines del siglo XIX, después de la muerte de Engels (1895), el movimiento comenzó a hacer públicos los documentos epistolares (pero no solo) de Marx y Engels: el paso inicial recayó en la hija menor de Marx, la militante Eleanor Marx, de hecho, su albacea literario (junto a Engels). El movimiento fue alentado por la dirección del Partido Socialdemócrata Alemán y terminó convirtiéndose en una tarea colectiva de la organización. En el caso específico de las cartas de Marx y Engels, un primer esfuerzo institucional-partidista de difundirlas fue realizado por August Bebel (1840-1913) y Eduard Bernstein (1850-1932): los dos organizaron los volúmenes, publicados en septiembre de 1913 , que reunió 1386 cartas, escritas entre 1844 y 1883.
Un solitario Vladimir I. Lenin (1870-1924), entonces exiliado en Suiza, examinó atentamente los cuatro volúmenes y, en diciembre de 1913/principios de 1914 (año en que se dedicaría a estudiar la ciencia de la logica, de Hegel), mientras criticaba los criterios editoriales adoptados por Bebel y Bernstein, extrajo en gran medida varias de las cartas marx-engelsianas y pronunció un juicio lapidario sobre su contenido: “Si se intentara definir el foco en una sola palabra, por así decirlo , de toda esta correspondencia, el punto central al que converge todo el cuerpo de ideas expresadas y discutidas – la palabra sería dialéctico. La aplicación de la dialéctica materialista a la reconfiguración de toda la Economía Política, desde sus fundamentos, su aplicación a la historia, a las ciencias naturales, a la filosofía ya la política y táctica obrera, esto fue lo que más interesó a Marx y Engels. Con ello aportaron lo más esencial y nuevo, constituyendo el magistral avance que ofrecieron a la historia del pensamiento revolucionario”.
El lector que hojee las páginas de este volumen podrá examinar algunos de los textos cuya relevancia llevó al que sería el gran líder de la Revolución de Octubre a expresarse con tanta precisión.
1.
Precisamente a raíz de la Revolución de Octubre, se crearon las condiciones para la idea de reunir todo el acervo literario marxista-engelsiano y ofrecerlo a la luz pública, involucrando lo que antes eran textos inéditos, incluida su correspondencia, pero también recuperando los materiales. ya lanzado – ganó el estatus de un proyecto cuidadoso. Tales condiciones fueron propiciadas por el apoyo del joven Estado soviético (con Lenin a la cabeza), que ofreció los medios para la organización, en enero de 1921, del Instituto Marx-Engels (luego, a veces rebautizado), bajo la dirección de Davod Riazánov (1870-1938). Este intelectual revolucionario calificado, al frente de un grupo de investigadores, planeó y comenzó a implementar lo que deberían ser las obras completas de Marx y Engels (la colección Marx-Engels Gesamtausgabe, conocida como MEGA).
El proyecto liderado inicialmente por Riazánov, luego dirigido por VV Adoratsky (1878-1945), no se completó, interrumpido con la agresión nazi (1941) contra la Unión Soviética. Pero las investigaciones realizadas en el instituto creado en 1921 de alguna manera continuaron: especialistas soviéticos trabajaron, entre 1928 y 1946, para ofrecer la primera edición rusa de lo que sería el trabajos completos [Sochineniya] de Marx y Engels; a pesar del título general y de lo que entonces se materializó en el proyecto (28 tomos en 33 tomos), era evidente la incompletud del material publicado en este lapso de tiempo. En todo caso, en esos años creció la colección epistolar de Marx y Engels, que salió de la novedad.
Fue sólo con la documentación reunida, primero en los tomos de Karl Marx-Friedrich Engels Werke (Edición alemana conocida por el acrónimo MEW, 39 volúmenes + 2 suplementos, publicados por cada Dietz, Berlín, entre 1956 y 1968), y posteriormente en los de Obras completas de Marx-Engels (Obras Completas de Marx y Engels, conocido por las siglas MECW –50 volúmenes editados, entre 1975 y 2005, por Lawrence & Wishart/Londres e International Publishers/Nueva York)–, sólo entonces el legado epistolar de Marx y Engels sacado a la luz adquirió mayor dimensión, pero, aun así, sin ser, en su totalidad, disponible para examen público.
El caso es que, desde mediados de la década de 1940, en Europa y América (y también en Oriente), han salido a la luz colecciones y selecciones, de lo más variadas, de cartas de los dos revolucionarios. No es posible, en esta ocasión, enumerar mínimamente tales colecciones, pero cabe señalar que el interés por el intercambio epistolar de Marx y Engels sigue vivo en la actualidad.
Cabe señalar que esta correspondencia sólo adquiere su significado efectivo cuando está debidamente contextualizada, tanto en el marco de la biografía de sus firmantes como en el contexto histórico preciso en el que se escribieron sus piezas. Escritas en diferentes idiomas (especialmente alemán, inglés y francés, a menudo mezclándolos en una misma misiva), las cartas aquí recogidas son propias de una correspondencia privada, propiamente privada, comprensiblemente filtrada sin preocupaciones formales, en tono coloquial (a veces con el significado de - incluso en términos vulgares) e, inevitable y frecuentemente, expresando opiniones y juicios que el calor del momento eventualmente hizo erróneos e incluso estados de ánimo momentáneos y pasajeros. Es evidente que estos aspectos adjetivos importan cuando se trata de signatarios cuya talla teórico-intelectual y política alcanzó perdurable relevancia mundial –y Marx y Engels encarnan, como pocos, escritores de cartas de tales características. Pero tales aspectos no dejan de ser adjetivos.
Significativos son algunos rasgos generales que siempre están presentes y reiterados en lo que, de hecho, es más objetivo y expresivo en la correspondencia entre Marx y Engels, y que contribuyen a componer el perfil de los dos compañeros de ideas y de luchas. Resaltemos cinco de estos rasgos (cuya visibilidad, en este volumen, seguramente comprobará el lector atento):
– la viva referencia al patrimonio cultural de la Antigüedad (grecorromana), enriquecido y redimensionado con el Renacimiento (allí, por supuesto, incluida la Reforma) y actualizado con la Ilustración, cuyos contenidos Marx y Engels dominaron con extrema seguridad;
– el dominio exhaustivo y crítico de las manifestaciones teóricas, culturales y científicas que les fueron contemporáneas en los más diversos campos del saber (Historia, Filosofía, Economía Política, Arte/Literatura, Ciencias y Tecnologías…), demostrando – más allá de toda erudición/ enciclopedismo: la acumulación y el procesamiento de un impresionante universo de información;
– la aguda conciencia de la necesidad permanente de la investigación para formular/probar cualquier juicio sobre la realidad, concibiendo su conocimiento como históricamente condicionado, por lo tanto, sujeto a ampliación, rectificación y revisión;
– la investigación sistemática de las relaciones –de autonomía y dependencia– entre las diversas formas de conocimiento desarrolladas históricamente (Filosofía, Arte, Ciencia, etc.) y los soportes económicos, sociales y políticos específicos que las sustentan;
– el rechazo explícito de las modalidades explicativas/comprensivas de la vida histórico-social basadas en el reduccionismo analítico, conduciendo a soluciones simplistas y esquemáticas.
Sin embargo, sin menospreciar lo que se encuentra en estos (y aun en otros) rasgos de la correspondencia marxista-engelsiana que ya se hace pública, lo que nos parece esencial para el estudioso que la examina hoy debe buscarse en sus pasajes que se refieren estrictamente y directamente a las motivaciones de las iniciativas políticas más importantes de los firmantes y, muy especialmente, al desarrollo de su proyecto teórico.
Justifica esta priorización, frente a lo que ya sabemos de las biografías de Marx y Engels, por una razón elemental: en ambos casos, contamos con criterios objetivos para valorar documentalmente los resultados de lo registrado en la correspondencia como intencionalidad –es decir, Diga: hoy tenemos muchos más elementos fácticos y textuales que los contenidos en las cartas de Marx y Engels para juzgar las conexiones entre sus intenciones y lo que realmente sucedió.
Señalemos que estas últimas observaciones son pertinentes para lo que más nos interesa al presentar esta edición del Letras sobre “Capital”. Tanto en 1948, fecha de su primera recopilación en un solo volumen, como en 1954, cuando se publicó una edición más amplia en alemán y a partir de mediados de la década de 1960, con su mayor publicidad (sus ediciones se publicaron sucesivamente en volúmenes específicos en francés, español , italiano e inglés), al menos los tres libros d'La capital ya eran de dominio público. Hasta entonces, cartas como las recogidas en este volumen eran prácticamente el único material autográfico significativo que podía contribuir a esclarecer la génesis y elaboración del buen trabajo marxista.
Ahora, actualmente no solo tenemos ediciones completas deLa capital –y otras obras relacionadas con ella–, pero aún materiales preparatorios de la gran e inacabada obra. Actualmente, por lo tanto, el estudioso deLa capital tiene a su disposición un conjunto textual que le brinda mejores condiciones para seguir y comprender el desarrollo del proceso teórico-analítico que, objeto de la correspondencia marxista-engelsiana aquí resumida, se presenta luego en formato global. Así, el estudioso puede examinar el contenido de la correspondencia y evaluarla considerando lo que resultó objetivamente de ella.
Ahora, al finalizar la segunda década del siglo XXI, a la luz de los materiales relacionados con La capital ya conocidas, las cartas reunidas en este volumen pueden (y deben) ser apreciadas de una manera nueva, más rigurosa y mejor razonada, que estuvo fuera del alcance de los principales estudiosos que las analizaron hasta las décadas séptima y octava del siglo pasado. Pensamos, sin embargo, que, sometidos al filtro crítico contemporáneo, conservan todavía una importancia muy especial.
* José Paulo Netto Es profesor emérito de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Autor, entre otros libros, de Carlos Marx: una biografía (Boitempo).
referencia
Carlos Marx y Federico Engels. Letras sobre “Capital”. Traducción: Leila Escorsim. Revisión técnica y presentación: José Paulo Netto. Edición: Miguel Yoshida. São Paulo, Expresión Popular, 2020, 480 páginas.