Tarjeta roja

Imagen: Marcio Costa
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por ANDRÉ CANTANTE*

La promesa de Bolsonaro de que no permitirá el retiro de beneficios a los más pobres indica un punto de inflexión en el rumbo del gobierno

Jair M. Bolsonaro dijo, durante la semana, que sacará tarjeta roja a cualquiera, dentro de su equipo de gobierno, que hable de recortar beneficios. De esta declaración se pueden inferir algunos indicios de las intenciones del presidente. Lo primero a destacar es el estilo del lenguaje, la elección de una metáfora futbolística dirigida a una forma de comunicación fácil de entender, la opción por un discurso muy directo y quizás efectivo.

Bolsonaro se refiere a la noticia de que el equipo económico tenía estudios que proponían como fuente de recursos para el programa Renda Brasil congelar las prestaciones tanto para los necesitados con necesidades especiales como para los ancianos que reciben pensiones, medida que produciría ahorros en los próximos dos años de 10 mil millones de reales.

Le está advirtiendo a la población de menores recursos que no les va a quitar recursos, que es algo nuevo. Hasta entonces, durante su mandato como presidente, Bolsonaro nunca se había comportado de esa manera. Todo indica que está reorientando su accionar de acuerdo a los resultados de las encuestas de popularidad, pues demuestra visiblemente que está preocupado por las elecciones de 2022 y con el hecho de que, para ser reelegido, deberá garantizar el apoyo. de la mayoría Creo que este es un punto de inflexión dentro del gobierno de Bolsonaro.

Esto no significa que este problema esté resuelto. Hay un cambio de lenguaje, la elección deliberada de un lenguaje popular dirigido a la población de menores recursos, para esa porción que no fue objeto de especial preocupación por parte del gobierno de Bolsonaro hasta hace muy poco tiempo. Sin embargo, desde un punto de vista efectivo, aún queda por resolver el problema económico para que el cambio no se quede sólo en el discurso.

Para cambiar la situación en la práctica, es necesario garantizar fuentes de recursos para esta parte de la población. El presidente Bolsonaro ha dicho que a pesar de ser un programa establecido en el gobierno de Lula, el programa Bolsa Família se mantendrá. En la situación en la que nos encontramos -bajo los efectos de una grave crisis económica, producto de la pandemia- no bastará con mantener este programa, habrá que ampliarlo, si es que el actual presidente busca realmente el apoyo de la baja -población de ingresos.

Para ello, el gobierno necesita nuevos recursos. Bolsonaro tendrá que enfrentarse a su propio equipo económico, comprometido con una política liberal en la que no hay espacio para ampliar programas como Bolsa Família.

*andré cantante es profesor de ciencia política en la USP. Autor, entre otros libros, de Lulismo en crisis (Compañía de Letras).

Texto elaborado a partir de una entrevista concedida a Gustavo Xavier, en la radio USP.

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