por JOSÉ DE PAULA RAMOS JR.*
Consideraciones sobre la situación actual y trece sugerencias para un eventual gobierno de Lula
Según estudio de la FGV, el próximo gobierno heredará la pérdida fiscal de R$ 430 mil millones. Casi el 6% del PIB. Solo este dato da dimensión a la verdadera debacle en la gestión de la economía del gobierno de Bolsonaro, que ostenta una tasa de desempleo de alrededor del 11% y empujó a millones de brasileños a la miseria y al hambre, que incluso buscan comida en la basura. La inflación alcanzó los dos dígitos, con la consiguiente erosión de los ingresos familiares y el deterioro de la calidad de vida.
En el campo de la educación, estamos perplejos por el intercambio de ministros problemáticos al frente del MEC. El primero fue Ricardo Vélez Rodríguez, seguidor del charlatán Olavo de Carvalho. En los tres meses que ocupó el cargo, su gestión estuvo marcada por la propuesta de reescribir los libros de historia para caracterizar el golpe de Estado de 1964 como un “contragolpe” para detener el comunismo.
Agotado por los roces con los militares, fue reemplazado por Abraham Weintraub, también discípulo de Olavo de Carvalho, que permaneció al frente del MEC durante un año y dos meses. Durante este período, se involucró en controversias. Fue el responsable de las preguntas sobre el Enem 2019 y trató de interferir en el nombramiento de los decanos de las universidades federales. Extrapolando sus funciones, participó en actos contra el STF llamando “vagabundos” a sus miembros, además de proponer la detención de algunos de ellos y pedir la clausura del Congreso.
Lo reemplazó Carlos Decotelli, quien no asumió, pues a tiempo se reveló el plagio en su tesis de maestría y la mentira en su plan de estudios, según el cual sería doctor en la Universidad del Rosario (Argentina) y posdoctorado. Fellow en la Universidad de Wuppertal (Alemania), títulos negados por las instituciones. Bolsonaro luego anunció el nombre del pastor evangélico Milton Ribeiro para el MEC. Su mandato duró dieciocho meses y estuvo marcado por declaraciones que llevaron a la Fiscalía General a denunciarlo ante el STF por el delito de homofobia. Se pronunció en contra de la convivencia de niños con discapacidad en las escuelas y fue blanco de acusaciones que llevaron a la Policía Federal a abrir una investigación para investigar corrupción, tráfico de influencias y prevaricación en su gestión. Varios servidores del Inep (Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas Anísio Teixeira) renunciaron alegando gestión inoperante, acoso moral e injerencia indebida en la autarquía. Exonerado de la cartera, Milton Ribeiro fue incluso detenido.
En el ámbito político-militar, Jair Bolsonaro está en el centro de una crisis sin precedentes en la historia de la República. El entonces ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva, fue despedido por negarse a irrespetar la Constitución, como quería Bolsonaro. Tras este episodio, los comandantes del Ejército (General Edson Leal Pujol), de la Armada (Almirante Ilques Barbosa) y de la Fuerza Aérea (Brigadier Antônio Carlos Bermúdez) presentaron sus renuncias, en solidaridad con el Ministro de Defensa exonerado.
En cambio, los soldados dóciles a Bolsonaro reciben pagos de supersalario, como es el caso del almirante Bento de Albuquerque, quien recibió más de un millón de reales brutos en dos meses de 2020. El general Walter Braga Netto, actual candidato a vicepresidente de la República, ganó recientemente más de R$ 900.000,00. Pero estos no son casos aislados. Hay una multitud de soldados que ganan super salarios, lo que es una burla para millones de brasileños con ingresos de un salario mínimo.
La minería ilegal, principalmente en la Amazonía, arrasa ríos, contaminados con mercurio. La devastación de los bosques ha alcanzado tasas récord, con la multiplicación de la tala ilegal y las quemas criminales. Extensiones equivalentes al área del estado de São Paulo se convierten en tierras devastadas.
Sin embargo, entre otros males del (mal)gobierno de Bolsonaro, se vislumbra el descuido de la salud de la población en tiempos de la pandemia del coronavirus. Declaraciones y acciones contra la vacunación de la población. El presidente se jacta de no haber sido vacunado y anuncia remedios ineficaces como la cloroquina. Con casi 700.000 (setecientos mil) víctimas del coronavirus, es innegable la responsabilidad de Jair Bolsonaro en este índice, que llevó a parte de la opinión pública a tildarlo de genocida.
Nunca se imaginó que Brasil sería vilipendiado por el Presidente de la República, como sucedió en la reunión con embajadores de varios países. Su ataque a las máquinas de votación electrónica, elogiado internacionalmente como un modelo, ha llegado a ser una vergüenza para la comunidad internacional, que se ha pronunciado en contra del discurso del presidente. Nunca Brasil estuvo tan deshonrado ante el concierto de las naciones.
Ciudadano Lula, ante tanta desgracia y tanta vergüenza, y en caso de que usted gane las elecciones a la presidencia de la República, en el año 2022, creo que tendrá la rara oportunidad de entrar en la historia de Brasil como un gran estadista. Para ello, debe afrontar enormes desafíos con valentía y competencia. En este sentido y como colaboración, simplemente hago trece sugerencias, entre otras que se pueden hacer.
(1) Que en los cuatro años del mandato, Brasil cumpla la meta del 100% de tratamiento de aguas residuales. El saneamiento puede ser entendido como medicina preventiva, en beneficio de millones de personas, lo que aliviaría mucho los costos del SUS.
(2) Contribución de recursos materiales para que el SUS presente un servicio de calidad y excelencia.
(3) Asignación del 20% del PIB a la educación, valorizando la profesión docente, cuyo salario mínimo debe ser, por lo menos (en 2023), R$ 8.000,00 (ocho mil reales) por semana de cuarenta horas: veinte horas por enseñanza ejercicio en el aula y veinte horas dedicadas al estudio, preparación de lecciones, preparación y evaluación de pruebas y trabajos de los alumnos, entre otras labores pedagógicas.
(4) Asignación de al menos el 5% del PIB a la investigación científica y tecnológica en las tres grandes áreas del conocimiento: humanidades, ciencias exactas y biología.
(5) Creación de un Ministerio dedicado a la agricultura, ganadería y pesca, con políticas que favorezcan dichas actividades.
(6) Activación de un Ministerio dedicado a la industria y el comercio, con políticas para fomentar el desarrollo y la generación de empleos formales.
(7) Tributación de las grandes fortunas e implementación de políticas públicas que reduzcan las disparidades sociales y favorezcan la generación de empleos formales.
(8) Extinción del servicio militar obligatorio, con la profesionalización de las Fuerzas Armadas.
(9) Fuerte inversión en transporte ferroviario.
(10) Fortalecimiento del IBAMA para una defensa radical de la biosfera (ecosfera), en la lucha contra la deforestación, los incendios y el calentamiento global.
(11) Inversión en energías renovables y, en especial, construcción de centrales nucleares, la mejor solución energética limpia.
(12) Reforma política, con la adopción de votaciones de distrito mixto y cláusulas que restringen la abundancia de partidos políticos inexpresivos.
(13) Defensa intransigente del Estado democrático de derecho.
*José de Paula Ramos Jr. es profesor del Departamento de Periodismo y Edición de la ECA-USP. autor de Lecturas de Macunaíma: Primera Ola (1928-1936) (edusp).
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