por ARI MARCELO SOLÓN*
Comentario sobre el libro recién publicado de Andreas Höfele
El libro de Andreas Höfele es la primera presentación general de las relaciones de Carl Schmitt con la literatura. En este sentido, Andreas Höfele reconstruye la biografía intelectual de Carl Schmitt. Destacaremos, a continuación, sólo los libros que tuvieron impacto en el simbolismo jurídico.
El poeta Theodor Daubler y el Reino del Anticristo
La oposición que evidencia el poeta Daubler en torno al anticristo cobra relevancia a partir de un liberalismo de la Ilustración, es decir, a partir de la secularización del pecado original y la felicidad de un pseudo-reino celestial.
Carl Schmitt reflexiona sobre la figura de Daubler a la luz de la obra luces del norte (el amanecer), a través de la cual cobra relevancia el tema del anticristo, como se vislumbra en algunos pasajes relevantes, como el sermón de San Efraín, que afirma que la llegada del Anticristo provocará la apostasía de innumerables individuos ante la victoria definitiva de Cristo.
Es en esta figura del hombre de diálogo, de renta tranquila, apacible y de “humanista” supuestamente honesto, que Carl Schmitt buscará un contrincante. Se convierte, ante un hombre que agradará a todos y que satisfará la pretensión de trascendencia a través de conversaciones sobre espiritualidad, en una llamada “religión de la humanidad”, es decir, una “tolerancia” transformada en indiferencia, que el mencionado “enemigo” revela su forma.
El obispo mágico Hugo Ball y la esencia católica en Carl Schmitt
Reseña del libro de Hugo Ball, Teología política de Carl Schmitt, mostró la influencia de Carl Schmitt en torno a la concepción de la filosofía del derecho, que podría considerarse un triunfo de la lengua y la legalidad alemanas, con una precisión superior a la de Kant y más rigurosa, en el campo de las ideas, que una española. inquisidor. Hugo Ball afirma: “Experimenta el tiempo en forma de conciencia de su don”.
Ambos autores se opusieron, sobre todo, a la “realidad” moderna, por lo que vieron un enemigo común. Los intérpretes de Carl Schmitt a menudo minimizan o incluso mencionan el acercamiento entre los autores, que tuvo lugar el 9 de septiembre de 1924, a pesar de la influencia mutua que surgió de tal conversación, por lo que la seriedad de Carl Schmitt como pensador de realpolitik permanece intacto frente al excéntrico personaje de Hugo Ball.
Con respecto específicamente al catolicismo, Hugo Ball reforzó la idea de que el catolicismo sería la única fuerza capaz de oponerse a la desintegración de la tradición y, en Carl Schmitt, encontró su esencia, a través de la cual representó una reformulación drástica entre la racionalización y la irracionalidad que consumía. a él.
Complejo de Otelo de Schmitt
En su trayectoria, Andreas Höfele presenta la relación entre Otelo y Desdémona como un espejo de las angustias de Carl Schmitt.
La figura de la mora, hija de un senador, no le permitía crear lazos con ella, al fin y al cabo, el matrimonio no era más, a su juicio, que un contrato civil, que se consolidó, en su caso, en el año 1926. No se produjo la anulación del divorcio referente a su primer matrimonio con Pavla Dorotić, mujer croata que se hacía pasar por condesa, por lo que al contraer matrimonio con su segunda esposa, Duška Todorović, habría sido excomulgado por la no -disolución de la primera.
Carl Schmitt se enfrentó a la situación en la que amaba a su esposa, pero hubo, por otro lado, una charlatana Desdémona que se apoderó de sus bienes.
El Epimeteo cristiano según el poeta Konrad Weiss
Como figura mitológica, Epimeteo no es solo un tonto. Se puede describir como la expresión de una fe genuina. A diferencia de su hermano, Epimeteo no desafía a los dioses. En cambio, acepta tus regalos de buena gana y obedientemente sin importar qué.
Carl Schmitt fue considerado, por Weiss, el “Epimeteo cristiano”, es decir, dada la trascendencia de su propio destino, su visión de la historia y las implicaciones políticas, esta figuración contramoderna específica cobra protagonismo cuando se adhiere al nazismo, debido a la apertura de la caja de Pandora. El resultado fue la posterior admisión de culpa, que no significa una simple figura, sino que expresa una fe genuina añadida a una forma fatalista desde el punto de vista histórico-político.
Schmitt como prisionero del levantamiento de esclavos de Benito Cereno
En la obra de Herman Melville, Benito Cereno está sujeto al poder de los esclavos rebeldes, una situación en la que se le quita el poder de hablar. Cuando Carl Schmitt asume el papel de Benito Cereno, se encuentra ante un judisches Kampf símbolo, símbolo ante el cual ya no se puede atestiguar la falta de sinceridad de las declaraciones allí presentes, al fin y al cabo, cabría afirmar que hubo coacción para que actuara de determinada manera.
Cabría la posibilidad, entonces, de considerar que hubo un intento de Carl Schmitt de excusarse de lo ocurrido en el régimen nazi, de cara a la posguerra, pero no se limita a eso. El mito de Epimeteo es una pieza central para entender las múltiples capas interpretativas establecidas por Carl Schmitt.
Schmitt en el vientre de Leviatán
Este simbolismo jurídico, en torno a la figura del Leviatán, hace referencia a la disputa entre Carl Schmitt y Walter Benjamin sobre la interpretación de Hamlet, de William Shakespeare.
Para Walter Benjamin, es el pináculo del drama barroco cristiano, preñado de alegoría y luto por la esperanza mesiánica de Fortinbrás, el rey de Dinamarca.
Por otro lado, Carl Schmitt entiende que no hay cristianismo en el bárbaro Shakespeare, salvo contra el judío Shylock.
Hamlet, pues, ya no es cristiano medieval, pero tampoco moderno en el sentido europeo continental del Estado de Derecho y la duda se cierne sobre esta vida legal moderna de los europeos o la vida insular de la soberanía de los barcos piratas.
William Shakespeare, por tanto, queda fuera de la historia jurídica europea, ya que no existe soberanía jurídica, sino sólo una economía más poderosa que la continental poswestfaliana.
Contra la interpretación pagana de Blumenberg del mundo de Goethe
En tu autobiografía Aus miinem Leben: Dichtung und Wahrheit (De mi vida: poesía y verdad), uno de los volúmenes se anuncia con un dictum de gran perplejidad: nemo contra deum nisi Deus ipse. El latín lo arroja necesariamente a la ambigüedad, de la que no han podido rescatarlo los más abnegados esfuerzos filológicos, esfuerzos que terminan superponiendo texto y vida, poesía y verdad, en un efecto elíptico que no hizo más que intensificar el embarazo de la frase.
A raíz de su primer enfrentamiento con Carl Schmitt, con motivo de la publicación de la primera edición de La legitimidad de la nueva época [La legitimidad de la modernidad], a lo que Carl Schmitt respondió en el segundo volumen de su Teología Política, Hans Blumenberg dedicó toda la cuarta parte del libro El arte de los mitos al acertijo de Dichtung y Wahrheit. En el segundo volumen de Teología Política, Carl Schmitt hace uso de la frase al interpretar la relación intrínseca a la trinidad, como respuesta al desafío del gnosticismo.
Para el gnosticismo, el Dios del Antiguo Testamento se identificaba con el demiurgo del helenismo, el dios maligno responsable de la inadecuación de los humanos al mundo, a su existencia privada de toda providencia. Jesús, a su vez, correspondería al Dios verdadero, que provocaría la destrucción del mundo artificial, así como la derrota del demiurgo. En la medida en que la trinidad –así como otros dogmas constitutivos de la patrística, como el del pecado original– se configura como una ocupación de la posición de respuesta que ofrece el gnosticismo, apropiándose de sus materiales, la relación entre las hipóstasis sólo puede ser una relación de guerra, algo consagrado por el dicho de Goethe, en el que Deum e deus se refieren necesariamente a un solo Dios. Esta es la interpretación de Carl Schmitt.
En su reflexiva respuesta, Hans Blumenberg cuestiona la referencia propuesta por Carl Schmitt a los términos Deum e deus, viendo allí el paganismo artístico característico del poeta alemán. Al mismo tiempo, indica la persistencia latente de lo mitológico, a la manera de la dinámica de las reocupaciones, siendo las reocupaciones, para Hans Blumenberg, el modo esencial en que se desarrolla la historia. Como se analizó en el libro anterior, La legitimidad de la nueva época, la dinámica de las reocupaciones cuestiona una perspectiva sustancialista de la historia, que estaría en la raíz de la teología política de Carl Schmitt, así como en su desafío a la legitimidad del derecho público en la modernidad tardía.
Del intercambio de cartas se sabe que Schmitt no estaba de acuerdo con la interpretación de su posición como implicando una comprensión sustancialista de la historia. Asimismo, no quedó convencido acerca de la interpretación de Hans Blumenberg de la máxima de Goethe. Cabe señalar, en todo caso, que Goethe abre la última obra maestra del autor, Der Nomos der Erde (Los nombres de la tierra), para luego dar paso a Johann Jakob Bachofen. Los enigmas detrás de la fuerza y el uso de estos fragmentos mítico-literarios por parte del autor seguirán reclamando la atención de los estudiosos durante las próximas décadas. Höfele es un buen refugio seguro, consolidando lo que ya se sabía, y marcando cuánto queda por investigar.
*Ari Marcelo Solón Es profesor de la Facultad de Derecho de la USP. Autor, entre otros, de libros, Caminos de la filosofía y la ciencia del derecho: conexión alemana en el desarrollo de la justicia (prismas).
referencia
Andrés Hofele. Carl Schmitt y la literatura. Berlín, Duncker & Humblot, 2022, 523 páginas.
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