capitalismo sin rivales

José Luis Cuevas, Excedentes de guerra, 1972
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por FERNANDO NOGUEIRA DE COSTA*

Comentario sobre el libro de Branko Milanović

capitalismo sin rivales Analiza las ventajas y desventajas del capitalismo político en comparación con el capitalismo liberal. Los analiza como dos modelos distintos y en competencia en el escenario de la economía globalizada.

El capitalismo político promete una gestión más eficiente de la economía y mayores tasas de crecimiento económico: el objetivo principal. El sistema centralizado, según Branko Milanović, supera los obstáculos jurídicos y técnicos que crean dificultades para el crecimiento en los países más democráticos.

Este sistema tiene autonomía en el tratamiento jurídico, permitiendo tomar decisiones sin las restricciones que impone un sistema jurídico rígido. Esta función puede acelerar la toma de decisiones y la implementación de políticas. Se logra un crecimiento económico más rápido al evitar largas deliberaciones parlamentarias sobre políticas públicas, incluido el sabotaje del gasto público.

El capitalismo político tiende a priorizar el desarrollo de infraestructura, como carreteras y ferrocarriles con trenes bala, además de la infraestructura urbana con la construcción de ciudades y viviendas. Mejoran la calidad de vida de la población.

El capitalismo político es atractivo para las élites políticas de otros países porque ofrece mayor autonomía y menos restricciones para acceder al inmenso mercado interno de China. También se vuelve atractivo para mucha gente común debido a las altas tasas de crecimiento de oportunidades profesionales e ingresos.

Según Branko Milanović, el modelo chino, en particular, sigue un camino de desarrollo similar al que Adam Smith consideró “natural” para el mercado. En ella, el Estado mantiene la autonomía en la inversión pública y la planificación indicativa sin restringir la iniciativa privada.

Entre las desventajas del capitalismo político, una de las principales es la falta de mecanismos de control democrático. La ausencia de un sistema de consulta electoral periódica a la población conlleva a que se tomen decisiones que podrían ser perjudiciales para el bienestar de los ciudadanos.

El sistema centralizado tiene más probabilidades de generar malas políticas públicas y resultados sociales negativos. No tiene un mecanismo democrático para revertir decisiones equivocadas.

La corrupción sistémica es endémica en el capitalismo político debido al poder discrecional de la burocracia y la ausencia de un estado de derecho. El uso del poder político para obtener beneficios económicos, incluidos beneficios personales, es una característica central de este modelo. La corrupción, si no se controla, socava la capacidad del sistema para crecer y legitimarse.

La ley se aplica de forma selectiva, al estilo de Maquiavelo: “favores a los amigos, ley a los enemigos”. La burocracia, de la que se espera que sea tecnocrática y eficiente, actúa arbitrariamente al aplicar las reglas.

El sistema centralizado puede conducir a una mayor desigualdad y corrupción. El poder discrecional de la burocracia puede utilizarse para beneficio personal.

Necesita demostrar constantemente su superioridad a través de altas tasas de crecimiento. Si el crecimiento no es constante, la legitimidad del sistema corre el riesgo de ser cuestionada.

La ausencia de controles democráticos dificulta cambiar de dirección si se toman decisiones equivocadas. El modelo del capitalismo político es frágil, si depende de presentarse como “socialismo con características chinas” es difícil trasplantarlo a otros países.

Una de las dificultades del sistema es separar la política de la economía, debido al papel central del Estado en la economía. Es difícil mantener una burocracia centralizada no corrupta que pueda tomar decisiones en interés nacional.

A su vez, la principal ventaja del capitalismo liberal la presenta su supuesto sistema político democrático, considerado un “bien primario”. La democracia electoral permitiría corregir tendencias económicas y sociales que podrían perjudicar el bienestar de los ciudadanos. La consulta periódica a la población sobre nuevos representantes permitiría revertir con el tiempo decisiones que conduzcan a resultados negativos.

En el capitalismo liberal se supone que hay menos problemas con la corrupción en comparación con el capitalismo político. Hay un mayor respeto por el estado de derecho.

La democracia y el estado de derecho promueven la innovación y la movilidad social. En principio, el sistema promovería la igualdad de oportunidades de éxito para todos.

Sin embargo, el capitalismo liberal moderno, especialmente en su forma meritocrática, genera desigualdad debido a la concentración del ingreso y la riqueza, la influencia política de los ricos y la transmisión intergeneracional de ventajas. Se impone el separatismo social: los ricos optan por sistemas privados de salud y educación y esto reduce el impacto de la redistribución del ingreso.

La influencia política de los ricos a través del financiamiento electoral y el control de los medios de comunicación conduce a la creación de políticas que los benefician exclusivamente a ellos, en detrimento del resto de la población. La necesidad de consultas electorales periódicas con la población reduce la eficiencia de la toma de decisiones económicas.

En una comparación directa, realizada por Branko Milanović, el capitalismo liberal tiene la ventaja de ser un sistema democrático. En teoría, permite una mayor corrección de los problemas económicos y sociales, mientras que el capitalismo político destaca por su eficiencia y rápido crecimiento.

 Mientras que el capitalismo liberal tiene la ventaja de la prevalencia del estado de derecho y la igualdad de oportunidades, el capitalismo político se destaca por su autonomía burocrática o arbitrariedad en los tratos legales. Este último tiene mayor tendencia a la corrupción y dificultad para cambiar de dirección, mientras que el primero tiende a generar desigualdad e influencia política de los ricos.

No existe una elección popular entre el capitalismo político y el liberal, es decir, no puede haber una compensación entre la eficiencia y la democracia, la igualdad y el crecimiento, la estabilidad del sistema y la capacidad de adaptación a las necesidades de los ciudadanos. El capitalismo político necesita demostrar constantemente su superioridad económica sobre las ventajas democráticas del capitalismo liberal que son más intrínsecas al sistema.

Sin embargo, la globalización conduce a intercambios entre las dos variantes del capitalismo. Tiene un profundo impacto en la movilidad del capital y del trabajo y altera la dinámica económica y social a escala global.

La globalización ha permitido la creación de cadenas globales de valor, donde las diferentes etapas de la producción se realizan en diferentes países. Esto es posible gracias a los avances en la tecnología, la comunicación y la coordinación, y la protección global de los derechos de propiedad.

Las cadenas de valor globales han permitido separar la producción física de la gestión y el control. Permitió a las empresas de países desarrollados controlar la producción en otros países, donde los costos de producción son más bajos. Los inversores institucionales actúan indirectamente, a través de participaciones en empresas transnacionales, en la regulación de la globalización a través del mercado de valores, incluso en bolsas alejadas del lugar de la inversión directa.

La globalización impulsa el movimiento de capital a través de las fronteras nacionales y las empresas invierten en otros países para aprovechar oportunidades de ganancias. Este movimiento de capital busca mayores rendimientos y, al mismo tiempo, acelera el desarrollo económico en los países más pobres.

La protección global de los derechos de propiedad es crucial para la movilidad del capital, garantizando que las inversiones extranjeras estén a salvo del abuso o la nacionalización. Instituciones como el FMI y los acuerdos bilaterales de inversión ayudan a garantizar esta protección.

Con la globalización, los ingresos necesarios para sostener los beneficios de la ciudadanía pueden ser deslocalizados. Parte de los ingresos de un país se generan fuera de sus fronteras y retorna a través de las utilidades del capital invertido en el exterior.

La movilidad del capital y del trabajo son vistos como movimientos capaces de equilibrarse entre sí en el largo plazo. El flujo de capital hacia los países pobres ayudaría a reducir las diferencias de ingresos y, en consecuencia, la motivación para emigrar. El movimiento de capitales hacia los países pobres, a través de cadenas globales de valor, terminaría erosionando, en el largo plazo, las “primas de ciudadanía” que motivan la migración.

*Fernando Nogueira da Costa Es profesor titular del Instituto de Economía de la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Brasil de los bancos (EDUSP). Elhttps://amzn.to/4dvKtBb]

referencia


Branko Milanovic (nacido el 10 de junio de 1961) es un jugador de fútbol profesional de la selección nacional Capitalismo sin rivales: el futuro del sistema que domina el mundo. Traducción: Bernardo Ajzenberg. São Paulo, Sin embargo, 2020, 376 páginas. [https://amzn.to/4gAhsoU]


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