por EDITORIAL CADERNOS
Presentación del primer número de la revista recién lanzada
“¡Proletarios del mundo, uníos!”
El desarrollo de las fuerzas productivas impulsado por la revolución algorítmica y el salto cualitativo en el grado de concentración y centralización del capital llevaron a un paroxismo de la capacidad del capital para explotar el trabajo a escala global. La expansión de cadenas de valor que combinan tecnología bajo el control del capital financiero de los países imperialistas con mano de obra barata dispersa en todos los rincones del planeta, pero fuertemente concentrada en las economías que forman parte del eslabón débil del sistema capitalista mundial, impulsó la formación de un sistema productivo cuyo funcionamiento trasciende más que nunca las fronteras del espacio económico nacional. La tendencia, ya manifiesta en el curso del ascenso mundial de los monopolios, fue un factor decisivo en el desencadenamiento de la era de las guerras mundiales.
La formación de fuerzas productivas transnacionales creó un circuito de producción y circulación de bienes que compromete irremediablemente la capacidad de los Estados nacionales para contener los defectos del capital. Las bases objetivas para un “desarrollo capitalista nacional” quedaron definitivamente superadas. No hay retorno posible a la era del Keynesianismo y del Estado de Bienestar, excepto de una forma sumamente degradada y, políticamente, contrarrevolucionaria. La lógica destructiva de la acumulación capitalista fue llevada a su máxima potencia. El momento de la verdad ha llegado. La humanidad tendrá que elegir entre el socialismo o la barbarie.
Es la urgencia de la necesidad histórica del socialismo lo que llama a rescatar el carácter internacional de la revolución socialista. Es un hecho reconocido – y contra el cual nos posicionamos – que la tradición histórica de debate y reflexión sobre las luchas sociales en Brasil estuvo, durante mucho tiempo, ligada exclusivamente a parámetros nacionales – cuando no nacionalistas – y guiada por la perspectiva de la lucha nacional. -desarrollismo.
Contra esta tradición, tanto como contra la trampa de las falsas y efímeras mejoras que solo engañan y capturan el potencial de lucha de los trabajadores, entendemos que el combate dialéctico, político e histórico contra el gigantesco capital global requiere la unificación de vastas fuerzas internacionales, reuniendo el movimiento obrero y otros sectores oprimidos para enfrentar a los megaconglomerados empresariales. Todas las peleas ahora son en todo el mundo. En efecto, los conglomerados globales y consorcios orgánicos de intereses involucran hoy a grandes maquinarias estatales, centros de investigación científico-tecnológica y, simultáneamente, a innumerables actores en los medios de comunicación y en el escenario político de varios países; estos grupos actúan a escala planetaria, arrastrando consigo a los productores locales y vinculando a los llamados organismos multilaterales a planes de expansión o de contracción programada – incluso en lo que se refiere a la conversión de matrices energéticas.
Entonces, sin construir un frontal o trasero reflexiones, debates y luchas a escala internacional, no habrá manera de hacer frente a los dueños del dinero y los agentes a su servicio, quienes ya no están limitados por ningún marco nacional. Hoy, la humanidad se encuentra en extremo riesgo, mutilada por prácticas de genocidio establecidas como políticas de Estado, e incluso el propio planeta, que sufre el exterminio de regiones y especies.
La constitución de una plataforma de luchas de esta magnitud, a escala internacional, presupone, a su vez, la consolidación y sustentación de una perspectiva histórica basada en la memoria internacional de las luchas de los trabajadores y demás pueblos explotados y oprimidos.
De ahí el énfasis que Cuadernos de movimientos obreros –dentro de la tradición de universalidad e internacionalismo que nació con la Primera Internacional– conducirá a la recuperación de documentos, huellas y signos de vínculos internacionales de las luchas históricas de los diversos movimientos obreros, así como de sectores y grupos explotados y desposeídos por la marcha devastadora del capitalismo. En este sentido, por el valor estratégico y ejemplar del capítulo histórico en cuestión, la revista dedicará especial atención a la tarea de develar y debatir aspectos y cuestiones del revés sufrido por la primera gran revolución proletaria de la historia. Así, pondrá de relieve en forma detallada y documental las huellas y circunstancias de las persecuciones que fueron objeto, entre otros, de quienes en la URSS pretendían avanzar en el proyecto de revolución permanente y mundial contra la explotación y la opresión.
Nuestra perspectiva es la de una revolución mundial contra el capitalismo, porque, sin la alteración estructural en la correlación de fuerzas a escala planetaria, no nos hacemos ilusiones de que eventuales conquistas, a escala local o nacional, puedan perdurar contra el cinturón de hierro sistémico con que el capitalismo hoy asfixia y corroe el planeta. Sin unión internacional, y la apertura simultánea de frentes de lucha en varios países, las eventuales conquistas a nivel local serán breves y sin margen para la consolidación de las prácticas socialistas, como un nuevo umbral para la humanidad. Abundan los ejemplos de revoluciones traicionadas o reprimidas: la URSS, China, Cuba, Nicaragua, etc.
De ahí la preocupación por contribuir a la reelaboración de una nueva memoria de las luchas obreras, así como de todas las luchas contra la explotación y contra la opresión racial y de género. Reelaboración basada en el rigor crítico y la verificación de las verdades del proceso histórico, según los criterios establecidos por Marx y la tradición abierta por el movimiento obrero, mediante la autoorganización en forma de consejos y organizaciones federativas similares.
Trabajaremos a partir de la crítica y relectura de fuentes y documentos históricos, haciendo uso de la revista hermana -la Cahiers du mouvement ouvrier, publicado en Francia desde 1998, y el acceso a los documentos y materiales obtenidos por él, después de abrir los archivos secretos rusos; archivos que estuvieron mucho tiempo en manos de burócratas y perpetradores de la lucha contra la opresión y explotación del trabajo y formas de vida en general.
Nuestro principio es la concepción de que la claridad y consistencia de las razones nacen de escuchar sin temor la confrontación de argumentos y razones, como base empírica indispensable para la crítica y la reflexión. De ahí la prioridad estratégica de los conflictos de ideas y los diferentes reportajes en la construcción de la memoria para esta publicación.
La reconstrucción efectiva del movimiento obrero y su papel clave en el proceso revolucionario de superación del capitalismo y formación del socialismo a escala internacional sólo se hará a través de las luchas de base y con la verdad histórica como verdadero sustento. Requiere, por tanto, tanto de la estrategia como de la praxis internacionalista, y la concepción de la memoria no como algo dado, sino como un proceso crítico en desarrollo, hacia un futuro socialista, fraterno y libre, alimentado por la discusión y el debate, los más amplios.
Sin memoria común no es posible la unidad de lucha. La unificación de luchas tiene como condición el compartir y universalizar las memorias en la lucha general contra la explotación y la opresión. En definitiva, el internacionalismo y la construcción de la memoria constituyen dos caras de un mismo proceso, el que cuadernos pretenden asistir, bajo el lema de que cada nueva lucha, para ser victoriosa, debe llevar dentro de sí la síntesis de todas las luchas pasadas, incluidas las vencidas. Esta es la razón de ser cuadernos y la prioridad en términos historiográficos y críticos que atribuiremos, en el transcurso del trabajo editorial, al internacionalismo ya la difusión de memorias de lucha.
“La defensa del movimiento obrero”, escribe el historiador Jean-Jacques Marie, “es también y en gran medida la preservación de su memoria, de su pasado, de su historia real, cada vez más oscurecida”. Sin embargo, ¿cómo procesar el trabajo de la memoria en estos días, en medio de tantos impedimentos que ahora involucran, además de nuevas formas de control ideológico, las más avanzadas técnicas industriales de condicionamiento de subjetividades y sociabilidad?
La respuesta se encuentra, nos parece, en el componente histórico mismo del materialismo dialéctico. Una historia crítica que examine dialécticamente las determinaciones materiales es una tarea decisiva y urgente; que no se ciña a un análisis meramente evolutivo y empirista de los hechos que involucran a la clase obrera y la situación de la clase obrera; que no se limita a una simple sucesión de hechos inconexos, sino que se percibe a partir de la lectura propuesta por Marx en la que, en la dinámica de la investigación, sólo las formas sociales más evolucionadas nos ofrecen herramientas para la comprensión de las anteriores y no al contrario ( después de todo, es por la anatomía del hombre que se conoce al mono y no al revés). Una recuperación crítica de la memoria que, finalmente, revela, a través de ciertas contradicciones, la fuerza del movimiento obrero en el curso de su confrontación con el capital en el proceso de producción de la vida material. Siempre según la percepción ideológica de que no es en la mera observación de los hechos visibles, de los hechos que se revelan, que se procesa la historia, sino, sobre todo, en lo que la burguesía busca ocultar, no exhibir en el enfrentamiento de clases. .
Si del materialismo extraemos la dinámica de la vida material en su día a día; si de la dialéctica tenemos las contradicciones determinadas; la reflexión histórica, en términos de materialismo histórico y dialéctico, es responsable de la conexión dinámica entre los dos. Así, los acontecimientos cotidianos de la vida producida materialmente deben ser examinados a través del filtro de sus determinaciones contradictorias. Finalmente, tenemos en mente una noción de historia nunca percibida por una causalidad lineal, sino por causas determinadas por formas sociales de producción, condicionadas por la lucha de clases como motor.
Cuadernos de movimientos obreros no. 1
Es así, por ejemplo, según textos publicados en este primer número, que se recupera la historia de la clase obrera en la percepción de Rosa Luxemburgo, quien confronta el “interés humanitario” de la burguesía, despertado por la muerte de miles a causa a un accidente natural (una erupción volcánica en Martinica), con negligencia de clase y total indiferencia ante los horrores del imperialismo. Por lo tanto, persiste la hipocresía y la duplicidad inherentes a la estrategia de clase para la explotación.
Es también de esta manera que la historia de la clase obrera se ve oculta en la lucha emprendida por la burguesía contra los trabajadores y trabajadoras de los Estados Unidos frente al “peligro rojo”. Eslabones de la misma cadena se encuentran en la muerte de decenas de trabajadores en un incendio, producto de la negligencia (clasista y criminal) de los patrones, en una fábrica estadounidense.
La postura antiobrera aún se destaca en las persecuciones impuestas por Stalin a quienes lucharon contra el régimen impuesto en la Unión Soviética como reacción a la revolución de 1917. Presentamos informes y datos concretos de varios episodios que implicaron las más feroces y formas sangrientas de represión.
Las adversidades y obstáculos históricos de la clase obrera también se revelan en la restricción a la circulación de documentos que señalan las ventajas indebidas, ganadas por algunos miembros de la dirección bolchevique, como se destaca en el informe inédito de Preobrazhensky, sobre los privilegios de los habitantes. del Kremlin, con fecha de julio de 1920, publicado aquí.
Es en esta línea que el desafío de cuadernos: recorrer la historia de la clase obrera, especialmente los momentos decisivos de la primera mitad del siglo XX, según una percepción materialista histórico-dialéctica.
En Brasil y en la mayoría de los países, el capital está a la ofensiva, sin pactos de conciliación, treguas o acuerdos, para recuperar ganancias o simplemente sacar provecho de la crisis. La guerra de clases se lleva a cabo sin compromiso. No serán las políticas reformistas y de conciliación las que revertirán este proceso. En tal contexto, los discursos nacionalistas constituyen hoy el eje común de los movimientos que promueven la degradación de la vida de las mayorías y el aumento de su explotación.
En la lucha contra el capital y las consignas neofascistas ahora en circulación, nuestra estrategia consiste en articular las dos caras, la del internacionalismo y la de la memoria, retomadas como dos caras de una misma moneda. Sólo desde su entendimiento conjunto será posible materializar la unión de trabajadores y trabajadoras -con mayorías oprimidas y desposeídas de todo el mundo- para la victoria efectiva y duradera sobre el capital.
*La redacción de los Cuadernos del Movimiento Obrero está integrado por Ana Paula Pacheco, Baptiste Grasset, Bernardo Cerdeira, Jorge Grespan, Luiz Renato Martins, Marcus Orione, Osvaldo Coggiola, Plínio de Arruda Sampaio Jr. y Rodrigo Ricupero. Editores asociados, en París: Frank La Brasca y Jean-Jacques Marie.
referencia
Cuadernos de movimiento obrero no. 1. São Paulo, Sundermann / WMF Martins Fontes, oct.2021.
Paneles de lanzamiento de revista [https://www.youtube.com/channel/UCZ1fjLXs_YBZxdMoKid-l0Q]
26/10/2021, 18:19-1:XNUMX – “CMO XNUMX y la historia del movimiento obrero: una revista contra la negación, borrado y falsificación de datos y documentos”; con
Ángela Mendes de Almeida; Roble Magnus; Zé Maria de Almeida; Luis Renato Martins.
09/11/2021, 18:19-1911:1920 – “El trabajo manual en Estados Unidos: situaciones XNUMX-XNUMX”; con Aldacy Rachidi; Atnágoras Lopes; Flavio Roberto Batista; Marco Orione.
16/11/2021, 18:19-XNUMX:XNUMX – “La descomposición del partido y el estalinismo”; con Altino Prazeres; David Maciel; Mauro Iasi (PCB); Plínio de Arruda Sampaio Junior.
23/11/2021, 18:19-XNUMX:XNUMX – “La resistencia a Stalin y la caza de trotskistas”; con Dainis Karepovs; Bernardo Cerdeira; Osvaldo Coggiola y Rodrigo Ricupero.