Breves consideraciones sobre el estilo de Alfred Hitchcock

Imagen: Richard Hamilton
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por VANDERLEI TENÓRIO*

Desde la perspectiva hitchcockiana, era importante que el público supiera más que los personajes para crear suspenso.

El estilo hitchcockiano incluye el uso del movimiento de la cámara para emular la mirada de una persona, convertir a los espectadores en mirones e idear tomas para maximizar la ansiedad y el miedo. El crítico de cine Robin Wood dijo que el significado de una película de Hitchcock “está en el método, en la progresión de un plano a otro. Una película de Hitchcock es un organismo, con el todo manifestándose en cada detalle y cada detalle conectado al todo”.

En colaboración para el sitio web Espejo de hechos, Miguel Cunha dos Santos describió que para Hitchcock la cámara era mucho más que un instrumento para capturar imágenes. Independientemente de lo que usara el cineasta, tenía un propósito mayor que su función principal. Las cámaras eran los ojos del espectador ya través de ellas Hitchcock contaba y construía las narrativas.

En esta oportunidad, Cunha analiza que, a pesar de ser fundamental y estar siempre presente, el diálogo para el cineasta no era más que un simple ruido en medio de tantos otros. Sirvió para contar historias porque es parte del ser humano: es lo que somos y es nuestra principal herramienta de comunicación. Aun así, en las películas del maestro del suspense, los diálogos se situaban en un plano inferior a la narrativa visual.

Desde la perspectiva hitchcockiana, era importante que el público supiera más que los personajes, para que se pudiera crear el verdadero momento de suspenso: el segundo en el que sabemos que algo está por suceder, que el personaje puede estar en peligro y que el espectador, con los nervios al límite, solo quiere gritar "¡Sal de ahí!".

Hitchcock solía incluir un asesinato o un crimen al comienzo de sus películas, para que el público sintiera curiosidad por saber cómo se desarrollaría la trama y cuál sería su desenlace. Sérgio Alpendre dice que las ideas visuales propuestas por Hitchcock siempre son llamativas, es decir, que desde sus películas mudas el director se dio cuenta de que, como no tenía el audio como colaborador, necesitaba llamar la atención a través de lo visual para retener a los espectadores.

Alpendre subraya que la muerte representada en las películas del director sería entonces un acontecimiento notable, que sitúa al espectador como testigo presencial, ya sea imparcial o simpatizante de uno de los implicados. Usualmente colocado al principio, anima al espectador a ver el resto de la película y ver cómo terminará la historia.

En 2018, el artículo publicado en la revista Displinario Scientia, escrito por Eduardo Biscayno de Prá y Michele Kapp Trevisan destacó otro gran diferencial en las películas de Hitchcock: el sonido. El inglés se dio cuenta pronto de que el tratamiento del sonido contribuía a captar la atención del público. En la tesis de maestría, titulada "La música en la construcción de la narrativa cinematográfica (Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick)”, Ana Patrícia da Silva Gonçalves explicó que en cuanto al uso del sonido en las películas, Hitchcock, desde sus primeras películas sonoras, lo consideró como una nueva expresión del arte cinematográfico – el sonido ayudaba a crear sentimientos como emoción, tensión e incluso, a expresar lo que está implícito, el subtexto tácito.

La música fue otro componente crucial en las películas del director. Hitchcock usó la música para crear o mantener el suspenso, expresar las emociones o el estado de ánimo que quería en la escena, creando una familiaridad entre el público y la película al conectar un personaje determinado con un sonido o melodía determinados. Un hecho importante, por tanto, Hitchcock se preocupó por crear una conexión a través de la emoción con los espectadores.

Para confirmar la importancia de la banda sonora para la estructuración técnica, podemos citar, como ejemplo, la memorable banda sonora compuesta por Bernard Herrmann (1911-1975) para psicosis (1960). En el largometraje, la banda sonora en sí consta de un total de 34 inserciones a lo largo de la película, basadas en diferentes temas; esto significa que, a lo largo de la película, hubo 34 escenas que contenían música, y el resto de la película se compone de diálogos. o escenas mudas.

Por ello, el audio en las películas del director se trabajaba más sobre la base de la partitura musical que sobre el discurso de los personajes, creando, en ocasiones, una atmósfera de suspenso que transmitía las intenciones perseguidas por el director. El silencio de los personajes, utilizado como pausa dramática, corroboró aumentar el ambiente de tensión, generando la curiosidad de los espectadores.

En la línea de la narrativa hitchcockiana, el cineasta inglés tenía su propio método narrativo, al que denominó MacGuffin (a veces McGuffin o Maguffin), que consistía en introducir en la trama un objeto cuya función era únicamente la de ser un pretexto para el avance de la historia. historia, aparentemente aleatoria al desarrollo de la narración.

Jorge Louraço reforzó que el MacGuffin es lo que motiva la acción del personaje, un pretexto para hacer que la acción suceda y activar la atención del espectador – para visualizar mejor, por ejemplo, el MacGuffin en la película psicosis es el dinero robado al jefe. El dinero solo se usa para llevar al personaje Marion Crane al Bates Motel, pero al llegar al motel, el dinero pierde su importancia en el transcurso de la historia.

 

Construyendo personajes:

Shana Silveira Torres describió que Hitchcock trabajó mucho en el perfil de sus personajes, ya que creía que no debían tener una identidad lineal a lo largo de la película, ya que el conflicto se revelaría de inmediato y, por lo tanto, el espectador no estaría interesado en la trama. En este punto, en cuanto a los personajes típicamente hitchcockianos, es decir, tipos de personajes presentes en las películas de la directora, los clasifica en tres arquetipos principales, a saber: la rubia helada, el villano y el héroe.

Explica que Hitchcock dedicó mucha energía a la composición estética de sus musas, no le gustaba que los estudios eligieran a una actriz que no era elegante, pálida y rubia. Las rubias de Hitchcock son, en su mayoría, mujeres independientes, que trabajan y no llevan una vida limitada a las tareas domésticas, ni siquiera, socialités bien vestida y elegante.

Con respecto a los villanos, Hitchcock concibió Personas que no tenía escrúpulos. El genio del terror creía que un personaje debía despertar en el espectador sentimientos tanto de repulsión como de identificación para confundirlo, creando así vínculos. Los villanos de Hitchcock están bien construidos, principalmente porque no tienen el mismo perfil lineal a lo largo de la trama, pudiendo incluso llegar a ser la víctima al final de la película, como ejemplo cito a Kim Novak en Un cuerpo que cae (1858), que acaba cayendo al final de la película desde lo alto de la torre de una iglesia.

Y finalmente, el héroe, como el villano, no tiene una identidad lineal a lo largo de la película. Hitchcock creó a sus villanos y héroes con el mismo pretexto, para que el espectador pudiera ver tanto las cualidades como los defectos de los personajes, por lo que sólo habría certeza de su personaje al final de la película, con el desenlace. Muchos de sus héroes son acusados ​​injustamente, convirtiéndose en falsamente culpables, pero, en general, su finalidad es desenmascarar al criminal ante la sociedad.

En las películas podemos encontrar diferentes tipos de héroes, que van desde el representante de la ley, como el Marque M para matar (1954), a los que luchan por resolver un crimen, como James Stewart (1908-1997) en Ventana indiscreta (1954) quien, al percatarse de la desaparición de una vecina, sospecha que fue asesinada por su marido.

Ante esto, reitero que el héroe y el villano deben provocar diferentes sentimientos en los espectadores, haciéndolos identificar y crear vínculos con el mismo, tanto uno como otro tienen cualidades y defectos expuestos a lo largo de la película.

 

El papel femenino en las obras de Hitchcock:

Tiago Svaletti detalla que en las películas de Hitchcock las mujeres pueden tener distintos grados de visibilidad. Según él, el primero serían las mujeres ausentes u omnipresentes, que dominan la película sin aparecer nunca en pantalla. Un ejemplo es la propia Rebecca de la película. Rebecca' (1940), quien, aún muerta desde el comienzo de la película, está presente a través de comentarios sobre ella y objetos con sus iniciales grabadas.

Las mujeres opacas, en cambio, son descritas por Stivaletti como aquellas que tienen un gran misterio a su alrededor, que acaban reforzando su figura y que encantan a los personajes masculinos, que de todos modos intentarán desentrañarlas. Un ejemplo es la rubia interpretada por Kim Novak en Un cuerpo que cae.

Y, por último, las mujeres transparentes, es decir, aquellas que el espectador, y la mayoría de los personajes, conocen y tienen pleno control de sus sentimientos y pensamientos, por lo que acaban despertando menos encanto. Suelen ser víctimas de personajes masculinos, como es el caso de la ganadora del Oscar a la Mejor Actriz (1955), Grace Kelly en Marque M para matar (1954), o incluso víctimas de mujeres omnipresentes, como la ganadora del Oscar a la Mejor Actriz (1942), Joan Fontaine en Rebecca - Fontaine ganó un Oscar por Suspicaz (1941), un thriller clásico dirigido por Hitchcock, a partir de un guión adaptado de Samson Raphaelson y Joan Harrison.

Sin embargo, sostengo que no hay duda de que Hitchcock fue uno de los pioneros del cine moderno. De películas que, en su momento, manipularon a todo un público, rompió las barreras entre el terror y el suspenso, develando, aún, partes oscuras de la psique humana. El cineasta es “inmortal”, ya que contribuyó inmensamente al terror y sus subgéneros. Hitchcock no solo creó el terror moderno, sino que lo validó.

*Vanderlei Tenorio Licenciatura en Geografía en la Universidad Federal de Alagoas (UFAL).

 

Referencias


ALPENDRE, Sergio. Muerte y falsedad en el cine del joven Hitchcock. En: PINHEIRO, Mariana (Org.). Hitchcock. São Paulo: CCBB – Centro Cultural Banco do Brasil, 2011. p. 59-66.

GONÇALVES, Ana Patricia da Silva. La música en la construcción de la narrativa cinematográfica (Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick). 2014. 90f. Disertación (Máster en Mediación Cultural y Literaria) – Universidad de Minho, Instituto de Letras y Ciencias Humanas, Braga, Portugal, 2014.

LOURACO, Jorge. Figuras retóricas de lo indecible en Conversaciones con mi padre. Dossier Espectáculo – Conversación con mi padre. Sala Negra, São Paulo. v. 14, núm. 2, pág. 182-186, 2014.

TORRES, Shana Silveira. El vestuario de los dobles y personajes con doble personalidad en las películas A Body That Falls y Dial M to Kill de Alfred Hitchcock. 2012. 94f. Monografía (Graduación en Periodismo) – Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Porto Alegre-RS, 2012.

STIVALETTI, Thiago. La mujer hitchcockiana: ausencia, opacidad, transparencia. En: PINHEIRO, Mariana (Org.). Hitchcock. São Paulo: CCBB – Centro Cultural Banco do Brasil, 2011.

PRÁ, Eduardo Biscayno de; TRIVISAN, Michele Kapp. Estilo Hitchcockiano: Sistematizando sus características en la narrativa audiovisual. Revista Disciplinarum Scientia. Serie: Artes, Letras y Comunicación, Santa María, v. 19, núm. 1, pág. 45-56, 2018.

 

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