por ALEXANDRE ARAGÃO DE ALBUQUERQUE*
¿Hasta cuándo Brasil será dirigido por un tonto que no sabe que la pólvora es un invento chino?
Hay un famoso dicho popular que dice así: “quien calla, consiente”. En Maranhão, llamó peyorativamente maricas a la gente de Maranhão. En un discurso público en el Palacio del Planalto, arremetió contra todos los brasileños y brasileñas que se preocupan por defender la vida, llamándolos mariquitas. Y finalmente, por enésima vez, incriminó a la clase periodística, llamándolos “buitres”. ¿Habrá una reacción de los atacados? ¿Qué tipo de reacción manifestarán las empresas y los profesionales de la comunicación? ¿Qué fuerzas le autorizan a actuar con tal falta de respeto? ¿El capital financiero y el capital ruralista avalan esta política criminal?
Todos saben que no tiene la pólvora para enfrentar el arsenal de guerra más grande del mundo y mucho menos las Fuerzas Armadas de los generales Villas Bôas y Sérgio Etchegoyen que lo han apoyado desde el primer minuto de esta patética presidencia. Pero saliva para regodearse sobre la población brasileña, la escupe a diario. Especialmente cuando se encuentra acosado por las fechorías de su hijo “Zero Um” junto al operador financiero Fabrício Queiroz, ambos denunciados por el Ministerio Público de Río de Janeiro (MP-RJ) por peculado, lavado de dinero, peculado y organización criminal (pandilla) para un esquema crack. Basado en violaciones del secreto bancario y fiscal, el MP-RJ afirma que “Zero Um” usó al menos R$ 2,7 millones en efectivo del esquema de la pandilla. Este es solo el primer capítulo de la trama.
El pensamiento de los clásicos nos ayuda porque ellos son los que siempre tienen algo que decirnos, porque al pensar, nos dieron algo en que pensar, principalmente en la forma en que enfrentaron los interrogantes de su época y les ofrecieron respuestas, enseñándonos a interrogar nuestro propio tiempo. La ignorancia es un demonio, para usar la gramática teológica tan de moda en los últimos tiempos, capaz de desarrollar muchas tragedias. Los más grandes poetas de la Grecia antigua tenían razón al representar en dramas teatrales el destino trágico imputado a los ignorantes de la realidad de los hechos.
La libertad es poder, es autodeterminación, es autonomía de acción frente a la necesidad que se nos presenta en el tiempo presente. La libertad se opone a la pasividad de aceptar que fuerzas externas determinan nuestros destinos. La libertad es determinarnos por la necesidad interior de ser lo que queremos ser. ¿Queremos ser un pueblo dirigido por un sádico que vibra por la muerte de 162 brasileños? ¿Por un ignorante incapaz de evaluar las consecuencias de sus palabras y de sus gestos públicos? ¿Para una persona sin preparación que no sabe cómo lidiar con la política internacional? ¿Por un tonto que no sabe que la pólvora es un invento chino?
En la Naturaleza nada sucede por casualidad; en la política también. Ya es hora de que Freedom haga que suceda cambiar este estado de cosas.
*Alexandre Aragão de Albuquerque Máster en Políticas Públicas y Sociedad por la Universidad Estatal de Ceará (UECE).