por EDSON LUIZ ANDRÉ DE SOUSA*
Ni 200 muertos son suficientes para que algunos tengan el más mínimo aprecio por la vida y celebren una vacuna como un logro del conocimiento
El método es demasiado conocido. Usar una posición de poder, de ascendencia sobre otra persona para cuestionar la percepción de la realidad de este otro. Esto tiene un nombre preciso, se llama abuso. En 1944 George Cukor dirigió la película Gaslight Basado en la obra de Patrick Hamilton. En esta película, un marido crea situaciones de manipulación con su mujer (Ingrid Bergman) haciéndola creer que se está volviendo loca: le esconde objetos y la acusa de pérdida de memoria, la asusta con sonidos nocturnos, pone en duda permanentemente su lectura del realidad. En 1994, Víctor Santoro publicó un estudio sobre este tema con el libro Gaslighting: cómo volver locos a tus enemigos.
Estamos experimentando esto de una manera alucinatoria a diario. Información deliberadamente falsa suspendiendo nuestra condición de memoria y percepción y llegando al absurdo de que alguien se autorice a decir algo como “no estás viendo lo que estás viendo”, “no estás escuchando lo que estás escuchando”. Es enloquecedor, como muestra muy bien la película. Como si la palabra de este maltratador pudiera ser más fiable que la propia percepción del sujeto. Así, ni 200 muertos son suficientes para disuadir a algunos de que estamos en una pandemia muy grave, ni 200 muertos son suficientes para convencer a algunos de que hay que tener cuidado de no contaminarse y de no contaminar a otros, en la mayoría de los casos a sus familiares. amigos más cercanos, ni 200 muertes son suficientes para que algunos tengan el más mínimo aprecio por la vida y celebren una vacuna como un logro del conocimiento, de la ciencia y que vacunar es más que una obligación, es una elección de vida. Pero no, eligen el sacrificio, por torpes que sean en esta ceguera.
En el cuadro de Pieter Bruegel, La parábola de los ciegos, de 1568, vemos esta situación aterradora que estamos viviendo en nuestro país: un ciego que conduce a otros al abismo que tiene delante. Aterrador en que aunque no elegimos estar en esta cola, este que fue elegido para dirigir un país, impone violentamente su percepción, y lo que es más aterrador, burlándose de los que aún caerán. Miles ya han caído en picado al desfiladero. Más de 50 países en el mundo ya iniciaron la vacunación con un plan de emergencia y como prioridad. Y aquí, en uno de los países con una de las mejores experiencias del mundo en campañas de vacunación, todavía no se ha aplicado ninguna vacuna. ¿Cuántas vidas más serán arrojadas a este abismo?
La vacuna llega como una esperanza, pero si no hay una política clara sobre la importancia de que todos se vacunen, se tardará mucho más en salir de esta pandemia.
Todos estamos muy cansados de tener que reafirmar constantemente lo obvio. Una inmensa energía gastada para reaccionar contra esta violencia. Llevamos mucho tiempo cayendo en este precipicio. Es urgente recuperar nuestra memoria y confiar en ella. Un torturador jamás podría celebrarse en pleno congreso nacional. En Chile, a fines de 2019, la presentadora Tonka Tomicic, en un programa de TV en vivo, le pidió a un abogado que se retirara del estudio por relativizar la tortura en el país. Dijo “No se puede compartir espacio televisivo con una persona que está negando parte de la historia de Chile”.
¿Qué decir de la camiseta de uno de los simpatizantes de Trump que invadió el Congreso Nacional vistiendo una camiseta de apología del nazismo con mención a Auschwitz? Si esto se tolera en un colectivo indica que el mensaje es compartido por muchas más personas. Claude Lanzmann, en su documental Shoah, sobre los campos de exterminio nazis, mostraba esta complicidad de muchos de estos “ciudadanos de a pie” que, aún con los campos de concentración en la cara, hacían la vista gorda. Contrario a prácticamente todas las democracias del mundo que de inmediato se pronunciaron con vehemencia contra la invasión del Capitolio, aquí el capitán pone en duda el proceso electoral en EE.UU. y también en Brasil, amenazando ya sobre lo que sucederá en 2022.
Puede ser que esta sea una de las últimas apuestas que tengamos: luchar por lo más preciado que tenemos: la vida. Si la vida no es una prioridad en este país, tendremos que llorar el trágico final de esta nación. Este es el principio fundamental que debe guiar a todos. independientemente de sus posiciones políticas, estéticas, psíquicas. Vamos a necesitar muchas más vacunas para seguir respirando y soñando con un mejor país para vivir.
* Edson Luiz André de Sousa, psicoanalista, es profesor jubilado del Instituto de Psicología de la UFRGS. Autor, entre otros libros, de Una invención de la utopía (Lummé).
Referencia:
Imagen: Pieter Bruegel, La parábola de los ciegos, 1568.