por CARLOS EDUARDO BELLINI BORENSTEIN*
La izquierda tiene el reto de evitar la fragmentación de candidaturas en el campo progresista
La encuesta divulgada el domingo 26 de diciembre por el instituto Atlas muestra a Edegar Pretto (PT) y Onyx Lorenzoni (DEM) liderando la disputa de 2022 por el Palacio Piratini con 18,6% y 17,8% de las intenciones de voto, respectivamente. La encuesta también trajo otra información importante. La izquierda, que además de Edegar Pretto tiene las precandidaturas de Beto Albuquerque (PSB) y Pedro Ruas (PSOL), concentra ahora el 34,8% de las intenciones de voto -18,6% para Edegar, 8,4% para Ruas y 7,8% de Beto.
A pesar del liderazgo numérico de Edegar Pretto, la izquierda enfrenta el desafío de evitar la fragmentación de candidaturas en el campo progresista. En las elecciones de 2018, por ejemplo, Miguel Rossetto (PT) obtuvo el 17,76 % de los votos válidos, Jairo Jorge (PDT) obtuvo el 11,08 % y Roberto Robaina (PSOL) obtuvo el 0,64 %. Sumando los porcentajes de Rossetto, Jairo y Robaina, la izquierda ganó el 29,48% en la primera vuelta. El porcentaje fue inferior al 35,90% de Eduardo Leite (PSDB) y al 31,11% de José Ivo Sartori (MDB). Sin embargo, si el campo progresista estuviera menos pulverizado, las chances de estar en la segunda vuelta aumentarían.
Manteniendo las debidas proporciones, la configuración del directorio en ese momento, si no hay un acuerdo político entre la izquierda, corre el riesgo de que el escenario de 2018 se repita en 2022. Si bien los nombres mencionados del PSDB (Ranolfo Vieira Júnior) y el El MDB (Alceu Moreira) aparece mal posicionado en la encuesta, quien represente al gobierno de Eduardo Leite (PSDB) tiene muchas posibilidades de estar en la segunda vuelta. Y nos queda el campo bolsonarista, hoy dividido entre Onyx y Luis Carlos Heinze (PP).
Ante este escenario, es importante observar la historia reciente de las elecciones para gobernador en RS. De 1994 a 2018 -las últimas siete elecciones- PT, PSB y PCdoB estuvieron juntos en 1994, 1998 y 2010. En dos ocasiones, 1998 (con Olívio Dutra) y 2010 (con Tarso Genro) la izquierda eligió al gobernador. La única derrota cuando estos tres partidos se vincularon desde la primera vuelta fue en 1994. Aun así, en esa disputa, cuando Antonio Britto, entonces en el PMDB, derrotó a Olívio, el PT tuvo una victoria política, ya que Olívio dejó el 34,73% en la primera vuelta al 47,79% en la segunda vuelta.
Otra pieza importante en este ajedrez es el PDT. Aunque en 1998 los pedetistas habían competido con la entonces senadora Emília Fernandes en la primera vuelta, el apoyo a Olívio en la segunda vuelta fue decisivo para la victoria sobre Britto. En 1994, el PDT, que en la primera vuelta de esa elección se enfrentó a Sereno Chaise, fue neutral en la segunda vuelta. Y en 2010, aún teniendo el PDT a Pompeu de Mattos como vicepresidente de José Fogaça (PMDB), parte del PDT se sumó a Tarso, que ganó en primera vuelta.
En otras elecciones, con excepción de 1994, cuando PT, PSB y PCdoB no estuvieron juntos, el campo progresista siempre salió derrotado. En 2002, Tarso Genro contó con el apoyo del PCdoB, PCB y PMN. El PSB lanzó Caleb de Oliveira y el PDT apoyó a Antonio Britto (PPS). En la segunda vuelta entre Tarso y Germano Rigotto (PMDB), el PDT optó por Rigotto. Y el PSB siguió a Tarso.
En 2006, Olívio Dutra fue apoyado únicamente por el PCdoB. PSB lanzó Beto Grill. El PDT competía con Alceu Collares y el PSOL con Roberto Robaina, que contaba con el apoyo del PCB. En segunda vuelta, el PDT apostó por Yeda Crusius (PSDB) y el PSB apoyó a Olívio, que acabó perdiendo ante Yeda. En las elecciones de 2014, Tarso contó con el apoyo del PCdoB, PTB, PTC, PROS, PR y PPL. El PSB apoyó a José Ivo Sartori (PMDB) y el PDT compitió con Vieira da Cunha. En la segunda vuelta entre Tarso x Sartori, ganada por el PMDB, el PDT optó por Sartori.
Y en 2018, Miguel Rossetto solo contó con el apoyo del PCdoB. El PDT lanzó a Jairo Jorge, que contó con el apoyo de PV, SD, Podemos, Avante, PMB y PPL. Y el PSOL competía con Robaina, que tenía al PCB como aliado.
Si bien cada elección tiene su dinámica, es importante observar la historia al diseñar estrategias electorales. Y la historia demuestra que cuando PT, PSB y PCdoB están juntos desde la primera vuelta, aumentan las posibilidades de éxito electoral. Por otro lado, cuando los tres partidos se dividen, aumenta el riesgo de derrota.
Como históricamente el PDT ha tenido su propia candidatura en el estado, es improbable en este momento una alianza entre PT, PSB, PCdoB y PDT. Sin embargo, no se debe descartar una construcción política de esta envergadura. Incluso si un entendimiento entre los cuatro partidos ocurre solo en una eventual segunda vuelta, la densidad electoral del campo progresista crecería en RS.
*Carlos Eduardo Bellini Borenstein, analista de marketing, es politólogo de la ULBRA-RS.
Publicado originalmente en el portal sul21.