Las elecciones de 2021 y el salario mínimo en Alemania

Imagen: Ingo Joseph
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por JOSÉ VERÍSSIMO TEIXEIRA DA MATA*

Las consecuencias políticas, sociales y económicas del salario mínimo legal en Alemania

Entre los temas más candentes que se pudieron notar en la elección del nuevo Bundestag que se llevó a cabo en Alemania, donde luego de complicadas negociaciones, el 23 de octubre finalmente se llegó a un acuerdo para la formación del nuevo gobierno,1 está la cuestión del salario mínimo2 cool, que existe allí desde 2015, aunque modestamente Süddeutsche Zeitung, en su número del 20 de septiembre de 2021, lo llamó tema marginal (randthema) de la contienda electoral.

La introducción, en Alemania, del salario mínimo legal en 2015, como puede verse, con retraso, fue un proceso doloroso en el que la resistencia de los organismos conservadores logró movilizar a la práctica totalidad de sus componentes, y sería injusto olvidar su argumento favorito, al que, sinceramente, apelaban: el salario mínimo pondría en dificultades a una serie de empresas, o su enunciado más precisamente catastrófico: el salario mínimo con su punto de partida de 8,50 euros, el nivel legal de sus inicios, aumentaría el paro , como advertía en 2015 Lars Feld, entonces uno de los cinco miembros del Consejo de Sabios Económicos de la República Federal de Alemania (Funf Wirtschaftweise).

Es cierto que la creatividad germánica no logró formular un argumento como el de la genialidad surgida en Brasil, donde incluso se llegó a imaginar, incluso después de décadas de vigencia del mínimo constitucional, que el salario mínimo llevaría a la reducción de la los salarios más bajos y del propio salario mínimo, o incluso, lo que de hecho nos parece aún más excepcional, que el salario mínimo esté eventualmente vinculado de alguna manera al estándar mínimo familiar, en el caso de que dos miembros de la familia trabajen, verse obligado a dividir el enorme salario en dos, para que quedara verdadera y lógicamente mínimo.3

Vale recordar que Brasil es un país donde la legislación formal en la materia puede considerarse avanzada en comparación con varios de los países locomotoras.4Europa, aunque no hemos podido explorar todas las dimensiones de su implementación y el tema sigue muy abierto.

En Alemania, lo cierto es que, seis años después de la implementación del salario mínimo, parece que la realidad ya es otra, tanto que el mencionado órgano informativo, de Munich, la capital de Baviera, y uno de los más importantes periódicos en Alemania, reconoce sin rodeos que la introducción del salario mínimo legal fue un factor en el desarrollo de la economía alemana. En lugar de causar desempleo, lo que se vio -dice el Süddeutsche Zeitung – fue la disminución del desempleo, con el límite del salario mínimo que no costó puestos de trabajo en los tramos de ingresos más bajos de los trabajadores. Y como han señalado los economistas, la introducción del mínimo legal fue muy positiva allí: los trabajos mal pagados y más improductivos fueron reemplazados por trabajos más productivos. Esto es tan cierto que, en buen alemán, sentencia el Süddeutsche Zeitung: “el salario mínimo ayuda no sólo a los que ganan menos, sino que actúa positivamente sobre el crecimiento económico”.

Hay, sin embargo, trabajadores en un número significativo (tres millones ochocientos mil trabajadores) que aún perciben un valor por debajo del mínimo legal, como recuerda el Reuters [Folha do Comércio], uno de los periódicos económicos más respetados de Occidente, en su edición del 23 de noviembre de 2020, con base en un estudio del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW). Este problema, nos parece, sólo puede tener una solución razonable si se afronta tanto con apoyo a las empresas como con un correcto seguimiento.

La consolidación del salario mínimo en Alemania desde 2015 se aprecia en la progresión de su valor desde los 8,50 euros la hora de trabajo hasta los 9,60 euros en 2021, lo que hoy supone un salario de 1600 euros al mes durante unas cuarenta y cinco una hora semanal. . La propuesta del candidato de la Unión Demócrata Cristiana (partido de Angela Merkel), Armin Laschet, derrotado en las pasadas elecciones, sería subir la tarifa mínima horaria a 10,45 euros, propuesta, además, que ya había formulado el Gobierno que ahora se retira.

Olaf Scholz, el nuevo canciller, propuso 12 euros la hora (2000 euros al mes para una semana de aproximadamente 41 horas) y, ya durante su campaña, puso la cuestión del valor del mínimo como condición para la posible coalición que debería apoyar el nuevo gobierno5, martillando el estribillo en sus viajes por Alemania.

La fiesta Die Linke propone 13 euros la hora (unos 2166 euros al mes). Aquí según SDZ si estaría forzando demasiado e incluso podría desequilibrar el mercado laboral, lo que provocaría un aumento de la pérdida de puestos de trabajo.

Además de la cuestión de qué tan alto podría elevarse el mínimo sin perturbar de algún modo la economía, existe otra cuestión que justifica las diferentes proposiciones de los actores involucrados. Es una pugna entre jefes y empleados por lo que debe ir directamente a uno u otro, es decir, como apropiación del excedente generado o como salario.

Cabe señalar que en una economía sólida y muy productiva, como es el caso de Alemania, y con responsabilidad de actores políticos, ni siquiera se recuerda el fantasma del salario nominal.6 en las discusiones sobre la salario mínimo. Aparecerá en vísperas de los reajustes generales y anuales de salarios, pero vinculado, en parte, a la masa general de salarios y no a la fracción específica del salario mínimo, como se desprende de un artículo publicado en La Gaceta. Mundo el 28 de noviembre de 2021 ("Estos cambios de precios prometen a Alemania un escenario complicado").

Un punto importante de la pregunta es el contingente de trabajadores cubiertos directamente por el salario mínimo de 12 euros la hora en Alemania.

Asumiendo el umbral de 12 euros la hora, como propone el SPD, se alcanza, según el diario Süddeutsche Zeitung, el número de 10 millones7 de los trabajadores, quienes, con sus familias, se beneficiarían del nuevo valor. Lo que inevitablemente se observa es que cuanto más avanza el valor del salario mínimo, más aumenta el número de trabajadores que se benefician de él. Esta verdad, por inmediata u obvia que sea, tiene dos consecuencias importantes.

Por un lado, un número cada vez más significativo de trabajadores tiene ahora al Estado como uno de los responsables de la política salarial que les afecta. El salario se convierte en política, formando así un dinamismo que refuerza la exigencia de políticas públicas que lo aborden dentro del espacio nacional, como punto ineludible de la agenda económica.8

Por otra parte, permite levantar empíricamente una nomenclatura de productos que informan la canasta específica de los trabajadores que están cubiertos por el monto del salario mínimo, así como de sus familias. Esto conduce a la modelación estadística de la canasta y la proyección de su alcance tanto en el consumo como en la producción, permitiendo el seguimiento de sus variaciones y la garantía de su correcto funcionamiento con las intervenciones de política económica necesarias.

Por cierto, a modo de comparación, cabe recordar que el legislador brasileño trata pertinentemente este punto en la Ley nº 12.382, de 25 de febrero de 2011, que así lo prevé en su art. 5to:

"Arte. 5.º El Poder Ejecutivo constituirá un grupo interministerial, bajo la coordinación del Ministerio de Trabajo y Empleo, encargado de definir e implementar un seguimiento y evaluación sistemáticos de la política de valoración del salario mínimo.

Párrafo unico. El grupo a que se refiere el caput identificará la canasta básica de productos adquiridos por el salario mínimo y sus proyecciones futuras derivadas del incremento de su poder adquisitivo, en los términos que determine el decreto.”

Este dispositivo ahora en potencia en Brasil, ganando un buen nivel de concreción, podría apoyar y potenciar las esferas de producción y consumo asociadas a las políticas públicas de salario mínimo.

Otra comparación que se podría hacer con el salario mínimo establecido en la Constitución brasileña se refiere al estatus legal del salario mínimo alemán. En Alemania, el salario mínimo no tiene su asiento en la Constitución, sino en la Ley de Regulación del Salario Mínimo General, establecida en 2015 en el Gobierno de Groko (la gran coalición entre los dos principales partidos en Alemania, el Partido Social Partido Demócrata y la Unión Demócrata Cristiana, que eligió a Angela Merkel como canciller). Aquí no estaría de más decir que, incluso debido a la magnitud alcanzada, el salario mínimo legal pasó a formar parte de la constitución concreta de Alemania, en particular de la constitución económica (en el sentido de constitución, tal como lo utiliza Aristóteles en su Constitución de Atenas o, de alguna manera, en el sentido de la constitución de los ingleses), convirtiéndose en una importante institución de la sociedad, donde, como se indicó anteriormente, se presentó como condición para la formación del gobierno de Olav Scholz.

Debido a su rápida consolidación y al creciente peso que debe tener en la economía alemana, los problemas que genera la política de salario mínimo en Alemania merecen nuestra atención. La rapidez con la que allí se implanta y consolida el mínimo legal se convierte en una experiencia ineludible para la reflexión.

*José Verissimo Teixeira da Mata tiene una maestría en filosofía de la Universidad de São Paulo (USP). Tradujo, entre otros libros, De la interpretación, de Aristóteles (Unesp).

 

Notas


1 El nuevo gobierno alemán es una coalición formada por los partidos socialdemócrata, verde y liberal demócrata, con el canciller Olaf Scholz, quien asumió como canciller el 7 de diciembre de 2021.

2 Nuestros diccionarios registran una diferencia bizantina entre salario mínimo y salario mínimo. El primer nombre quedaría reservado para designar al trabajador que percibe el mínimo legal, mientras que la segunda expresión sin guión designa el salario. De hecho, el salario mínimo es una metonimia de la frase “el trabajador que devenga el salario mínimo”, esto ya sería razón para que ambos conceptos tuvieran la misma grafía, y, por supuesto, al ser un concepto único e indivisible, el salario mínimo debería, eso sí, escribirse con guión.

3 “Así, si el salario mínimo se fijase en el monto necesario para sacar a una familia de la pobreza, no sería necesario incorporar, en la determinación de su valor, el hecho de que los ingresos familiares ya no se generan exclusivamente a partir de un solo trabajo. ? Furtado, A. En: “Reflexiones sobre la política de salario mínimo”, Cadernos Aslegis, vol. 3, Brasília, 1999, pág. 60

4 Inglaterra tiene un mínimo oscuro relacionado con la edad... los trabajadores mayores de veinticinco años cobran más que los de 18 años... e Italia y los países nórdicos ni siquiera tienen el salario mínimo legal.

5 LO HACE. Cf. https://www.faz.net/aktuell/wirtschaft/thema/mindestlohn

6 “Otro caso fue el salario mínimo, este en mi primera campaña. Estuve de acuerdo en decir que en cuatro años duplicaríamos el salario mínimo. Pero no dijo, ni podría decir, que duplicaría el salario mínimo real. Bueno, lo doblamos, pero doblamos el salario mínimo nominal. Los salarios reales también aumentaron mucho, pero no en la misma medida. Sí, puedes saltar de 50 a 100, pero la verdadera pregunta es cuál es el valor exacto de estos 100 en comparación con los 50 anteriores, en términos de poder adquisitivo efectivo; si no se duplica es porque no se ha duplicado en términos reales. Es bastante simple, así que no te engañes a ti mismo ni a la población”. Cardoso, FH. Cartas a un joven político. Editorial Alegro. Río de Janeiro, 2006, p.151.

7 Aproximadamente 9 millones de trabajadores ganaron menos de 12 euros la hora en 2019, según la edición de Reuters 30 de octubre de 2021, según un estudio de WSI (Wirtschafts und Sozialwissenschaftliche Institut). Hay estimaciones más cautelosas que cifran en torno a nueve millones de trabajadores que se beneficiarán directamente del mínimo de 12 euros la hora.

8 Para tener una comparación con el dinamismo establecido, podemos recordar el que generó Minha Casa Minha Vida. “Para Ana Maria Castelo, [notada] especialista en construcción civil del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (Ibre-FGV), mientras duró, el MCMV fue importante porque tenía previsibilidad presupuestaria, lo que permitía a las constructoras desarrollar métodos y tecnología” para masificar y abaratar la construcción. “Número total de favelas se duplica en Brasil en diez años y 20 millones mueren de hambre"en Folha de São Paulo en 13 / 10 / 2021.

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