Argentina: un desequilibrio externo persistente

Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por IGNACIO JUNCOS*

El ascenso de Javier Milei debe entenderse en el contexto de la extraordinaria inflación de los últimos dos años en Argentina

En agosto de 2023, una semana después de ganar las elecciones primarias de Argentina, el ahora presidente Javier Milei declaró públicamente que el peso argentino “valía menos que el excremento”. Durante los dos días siguientes, el tipo de cambio paralelo dólar-peso aumentó casi un 20%, intensificando la ya rápida devaluación de la moneda. Proclamaciones tan extremas eran comunes para el político Javier Milei. Aquí está el candidato, ahora elegido y juramentado, que combinó el libertarismo con el extremismo de derecha global; En el centro de su campaña, presentó propuestas para abolir el Banco Central y dolarizar la economía nacional.

El ascenso de Javier Milei debe entenderse en el contexto de la extraordinaria inflación de Argentina en los últimos dos años. En 2022, la inflación anual de precios al consumidor fue del 72,4%, colocando a Argentina entre los cinco países del mundo con mayor inflación.[i] En 2023, la situación se ha vuelto grave: el IPC anual ha aumentado a un asombroso 142,7% según la última medición de la Oficina Nacional de Estadísticas de Argentina.

Una tendencia similar se observa en el tipo de cambio dólar-peso, que pasó de US$ 173 en diciembre de 2022 a US$ 357 en noviembre de 2023.[ii] La caída del peso en el tipo de cambio paralelo es aún más pronunciada. En diciembre de 2023, tanto el tipo de cambio financiero como el informal rondaron los US$ 1.000, lo que representa un aumento de más del 185% respecto a diciembre de 2022.

La debilidad del peso y la espiral inflacionaria estimularon el apoyo popular a la propuesta de dolarización de Javier Milei. La inestabilidad de la economía, sin embargo, está vinculada a un problema externo fundamental de la economía argentina. Los desafíos de la cuenta externa de Argentina no se deben a una débil competitividad comercial o económica. Más bien, pueden atribuirse a restricciones financieras de larga data en el país; es un subproducto del papel de Argentina en la jerarquía económica global.

Las cuentas externas de Argentina

Varios estudios rastrean las raíces de la liberalización financiera argentina hasta 1976, cuando el régimen militar derrocó a Martínez de Perón y tomó el control del gobierno. En 1977, el régimen implementó una reforma financiera que incluyó la liberalización de las tasas de interés, la libre asignación de crédito y la flexibilización de las restricciones a la entrada al mercado financiero. Esta reforma acompañó una mayor apertura a los mercados de capitales y bienes.

La caída del gobierno militar en 1983 y el retorno a la democracia llevaron a Raúl Alfonsín a ser elegido presidente. En un período caracterizado por la crisis de deuda latinoamericana y la falta de financiamiento externo para la región, la política económica de Raúl Alfonsín se centró en resolver el problema de la deuda externa. Su administración mantuvo en gran medida vigentes las reformas financieras del gobierno militar.[iii] Al final del gobierno de Raúl Alfonsín, en 1989, la economía experimentaba hiperinflación y estancamiento.  

Fue en este contexto que, en 1990 –bajo las recomendaciones del Consenso de Washington– el Estado reforzó las políticas neoliberales de desregulación y liberalización. Luego de renegociar su deuda externa a través del Plan Brady, Argentina recuperó el acceso a los mercados internacionales. Este acceso se utilizó para sostener la paridad peso-dólar. Durante la década siguiente, la magnitud de los flujos de capital hacia y desde Argentina comenzó a crecer rápidamente.

El promedio anual de flujos brutos de capital hacia y desde Argentina fue de 29,9 millones de dólares entre 1990 y 1999, un crecimiento de más del 800% en comparación con la década anterior. La inversión de cartera -de carácter especulativo con horizonte de corto plazo- ganó mayor protagonismo en los flujos hacia Argentina durante este período.[iv]

Sin embargo, en 1999, los capitales comenzaron a huir de Argentina como resultado de las condiciones financieras internacionales, luego de que varias crisis financieras causaran estragos en los países emergentes de todo el mundo. Esta reversión de los flujos de capital obligó a Argentina a romper la convertibilidad de un peso por dólar en enero de 2002, devaluando el peso más del 300% en dieciocho meses.

De 2003 a 2015, el modo de acumulación de Argentina cambió, centrándose en la producción y la distribución. Durante estos doce años, la tasa de crecimiento anual promedio de la economía se mantuvo alrededor del 5%, con un crecimiento impulsado por una expansión en la producción de bienes, específicamente bienes industriales. La demanda interna también aumentó, siendo testigo de la recuperación de los salarios reales después de la cesación de pagos y la devaluación del peso en 2001-2002.

Es importante resaltar que, durante este período, se renegoció la deuda externa con el objetivo de lograr reducciones de principal e intereses. Pero en 2008 se produjo un cambio, con el inicio de la crisis financiera mundial. De 2003 a 2007, Argentina amplió las inversiones, las exportaciones y el superávit fiscal y comercial. De 2008 a 2015, la crisis financiera provocó una desaceleración de la acumulación de capital, cuyos efectos pueden verse en el resurgimiento de las restricciones de la deuda externa en los últimos años.[V]

En 2015, el presidente Mauricio Macri –ex alcalde de Buenos Aires que ganó como líder de la “Alianza Cambiemos”, una coalición conservadora de centro derecha– reintrodujo políticas de desregulación y comenzó a liberalizar las cuentas externas. En el primer año después de la liberalización, entre 2016 y 2017, las entradas netas de inversiones directas y de cartera más préstamos a los sectores público y privado ascendieron a más de 40 millones de dólares. Sin embargo, la mayoría de estas entradas fueron capital especulativo a corto plazo.

En marzo de 2018, las condiciones financieras globales se endurecieron a través de un aumento en las tasas de interés estadounidenses y estos flujos se detuvieron abruptamente: los flujos netos se volvieron negativos y Argentina tuvo que solicitar asistencia al FMI. En 2019, Argentina tenía una enorme deuda externa (principalmente denominada en moneda extranjera) y recibió el mayor préstamo del FMI de la historia.[VI] 

El gobierno introdujo controles de capital, una medida de último recurso que, si bien logró detener la continua devaluación del peso, solo entró en vigor después de que el peso ya se había devaluado un 40% entre julio y octubre de 2019. Cuando Mauricio Macri dejó el cargo en 2019, Después de un fallido intento de reelección, el país se encontraba en el camino de la crisis.

La balanza cambiaria

La escasez de divisas en el país desde 2019 ha sentado las bases del dilema actual. En 2021 y 2022, Argentina acumuló un superávit en cuenta corriente de casi 10 mil millones de dólares,[Vii] pero las reservas internacionales crecieron sólo 1,6 millones de dólares.[Viii] La diferencia puede atribuirse a la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio paralelo.

Con los controles de capital en vigor, el tipo de cambio real oficial se apreció y la economía recibió una enorme inyección de efectivo debido a las medidas de protección social de la era de la pandemia. Pero surgió un desequilibrio en el tipo de cambio paralelo y, como resultado, los principales exportadores cometieron evasión fiscal para escapar al mercado oficial de divisas. El pago de deudas y los intereses de préstamos y bonos de los sectores público y privado, así como la condonación de servicios públicos, también drenaron divisas de las reservas internacionales.

Para transmitir estos desarrollos en detalle, recurrimos al “balanza cambiaria” del Banco Central Argentino (BCRA). El siguiente gráfico muestra la evolución de las compras y ventas de divisas realizadas por entidades privadas a través del mercado cambiario y las operaciones realizadas directamente por el Banco Central. El cuadro desglosa los principales rubros que componen las cuentas financieras corrientes, de capital y de divisas.

Principales componentes de la balanza cambiaria de Argentina, 2021-2022. En millones de dólares estadounidenses.

fuente: Elaboración propia con datos del BCRA.

El gráfico anterior demuestra que, incluso en períodos con un comercio favorable de bienes y servicios, los componentes financieros de las cuentas externas agotan el superávit comercial. Si bien el país registró un superávit comercial de más de 22 mil millones de dólares entre 2021 y 2022, las reservas internacionales del BCRA crecieron solo 6,8 mil millones de dólares durante estos años. Además, el aumento de 6,8 millones de dólares se explica casi en su totalidad por el crecimiento de las reservas internacionales en 2022, año en el que Argentina recibió préstamos netos de distintos organismos multilaterales.

En este análisis del superávit comercial destacan dos componentes financieros: los pagos netos de intereses y los préstamos y los bonos privados. Los pagos de intereses netos incluyen pagos del gobierno y del sector privado. Los préstamos y bonos privados representan la deuda neta del sector privado. Estos resultados demuestran que las enormes deudas de los sectores público y privado de 2015 a 2019 todavía influyen en la cuenta externa a través de pagos de intereses y capital.

El sector privado fue responsable de la mayoría de los pagos de capital durante este período, a pesar de que entre 2020 y 2022, el BCRA implementó diferentes medidas para limitar el impacto de los pagos de capital del sector privado sobre las reservas internacionales. Estas incluían exigir a las empresas que refinanciaran al menos el 60% de los vencimientos de deuda por un plazo promedio mínimo de dos años y exigir a las empresas que utilizaran su propia moneda extranjera (activos externos netos depositados en el extranjero) antes de que se les permitiera comprar moneda extranjera en el mercado oficial de divisas. para pagar deudas. El BCRA también restringió el pago de deudas de una empresa a otra relacionada.

Este precario equilibrio se hundió en una crisis total en 2023, después de que una grave sequía azotara amplias zonas del país. Las exportaciones de materias primas –especialmente la soja– cayeron drásticamente, con efectos en toda la economía. En los primeros diez meses de 2023, Argentina exportó 56,5 millones de dólares, frente a 75,2 millones de dólares en el mismo período de 2022. La caída de las exportaciones redujo significativamente el superávit comercial, dificultando contener el tipo de cambio y mantener las reservas internacionales por BCRA. El siguiente cuadro muestra los principales componentes del saldo cambiario para 2023.

Principales componentes de la balanza cambiaria de Argentina, enero a octubre de 2023. En millones de dólares estadounidenses.

fuente: Elaboración propia con datos del BCRA.

La situación financiera de 2023 se parece mucho a la de 2021-2022 en lo que respecta a los pagos netos de intereses y los préstamos y valores privados. La suma de los pagos netos de intereses y préstamos y títulos privados en los primeros diez meses de 2023 provocó un lastre de 11,4 millones de dólares en las cuentas externas de Argentina, monto similar al de 2021 (10 millones de dólares) y 2022 (11,95 millones de dólares). ).

Aun así, entre enero y octubre del año pasado, el BCRA perdió más de 20 mil millones de dólares en reservas internacionales debido a la contracción de la balanza comercial (que cayó a 5,7 mil millones de dólares) tras la caída de las exportaciones. La balanza comercial cayó 16 mil millones de dólares en un solo año, de 2022 a 2023. Otro factor que contribuyó a la caída de las reservas: entre enero y octubre, Argentina experimentó salidas netas de capitales de organismos multilaterales, estipulada en el programa negociado por el FMI y el gobierno argentino en marzo de 2022.

La restricción financiera

Los resultados demuestran que el problema estructural de Argentina es financiero, no comercial. Las enormes deudas de los sectores público y privado, los intereses y los pagos de capital agotan el superávit comercial, mientras que las entradas de capital tienden a ser de corto plazo, especulativas y, por tanto, volátiles. Esto tiene implicaciones importantes para la política económica correctiva en el futuro. Aunque las exportaciones son importantes, centrarse únicamente en restablecer la balanza comercial mediante el aumento de las exportaciones no podrá resolver el componente financiero de la deuda externa.

Las limitaciones financieras externas de Argentina pueden estar vinculadas a las transformaciones en las finanzas globales que han ocurrido desde la caída de bosque Bretton. Como lo ha sostenido durante mucho tiempo la literatura sobre la financiarización, el crecimiento sin precedentes de los flujos de capital ha aumentado su influencia en las cuentas externas de los países periféricos en las últimas décadas.[Ex] En este sentido, la vulnerabilidad del peso puede encuadrarse dentro de lo que la literatura poskeynesiana llama “jerarquía monetaria”.[X]

Las monedas que se encuentran en la parte inferior de la jerarquía se utilizan como “monedas de inversión”, mientras que las monedas en la parte superior son “monedas de reserva”. Como consecuencia, los flujos de capital hacia países cuyas monedas nacionales se encuentran en la parte inferior de la jerarquía –categoría que incluye a la mayor parte de América Latina– son más volátiles, procíclicos y dependientes de las condiciones financieras internacionales. Reducir las vulnerabilidades externas de los países periféricos requeriría una reforma del sistema monetario internacional basado en el dólar.

Al mismo tiempo, los países periféricos difieren según las distintas características estructurales de sus economías, como el nivel de apertura financiera y las reservas internacionales.[Xi] Argentina –caracterizada por un alto grado de liberalización de las cuentas externas y reservas internacionales decrecientes– debe entonces ajustar sus políticas económicas internas en consecuencia, implementando reformas financieras internas que le permitan acumular reservas internacionales y fortalecer el peso. Estos cambios internos podrían ocurrir junto con una reforma monetaria global, salvando a naciones como Argentina de crisis financieras y sociales cada vez más profundas.

Con este objetivo, Argentina podría reintroducir políticas de control de cambios adoptadas por el gobierno de Néstor Kirschner entre 2003 y 2010, como la exigencia de permanencia mínima para el ingreso de capitales extranjeros, manteniendo la competitividad del tipo de cambio. Aunque los activos internos son necesarios para el éxito de estas políticas, los actores de élite de Argentina tienden a salvaguardar sus ganancias en el exterior. 

Por lo tanto, la reforma financiera interna también debe incluir restricciones a las clases de capital de los países periféricos, incluido un límite a las divisas mantenidas como ahorros o transferidas al exterior por las empresas. Es claro que la adopción de tales medidas implicaría un proyecto político desafiante, especialmente después de la reacción triunfante de la derecha argentina.

*Ignacio Juncos. Es candidato a doctorado en economía en la Universidad Nacional de Córdoba..

Traducción: Eleutério FS Prado.

Publicado originalmente en el portal Pobra henomenalld.

Notas


[i] Datos del Banco Mundial, disponibles en https://www.worldbank.org/en/research/brief/inflation-database

[ii] Datos del Banco Central Argentino (BCRA), disponibles en https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/com3500.xls.

[iii] Basualdo, E. (2001). Sistema político y modelo de acumulación en Argentina. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires, Argentina.

[iv] Juncos, I. (2021). La dimensión internacional de las finanzas subordinadas: el caso argentino. Revista de Economía Política de Buenos Aires, (22), 47–72.

[V] Manzanelli, PD y Basualdo, EM (2016). Régimen de acumulación durante el ciclo de gobiernos kirchneristas: un balance preliminar a través de nueva evidencia empírica de las cuentas nacionales. Realidad Económica, (304), 6-40; Cantamutto, FJ, Schorr, M. y Wainer, AG (2016). El sector externo de la economía argentina durante los gobiernos del kirchnerismo (2003-2015). Realidad económica, (304), 41–73.

[VI] En junio de 2018, el FMI aprobó un Acuerdo Stand-By (SBA) de tres años para Argentina por un valor de 50 millones de dólares (alrededor del 1.110% de la cuota de Argentina en el FMI). Vea: https://www.imf.org/en/News/Articles/2018/06/20/pr18245-argentina-imf-executive-board-approves-us50-billion-stand-by-arrangement.

[Vii] Datos de la CEPAL.

[Viii] Datos obtenidos del Banco Central de la República Argentina (BCRA).

[Ex] Kaltenbrunner, A. y Painceira, JP (2018). Financiarización en América Latina: implicaciones de la integración financiera subordinada. Estudios sobre financiamiento en América Latina, 33-61.

[X] Bortz, PG y Kaltenbrunner, A. (2018). La dimensión internacional de la financiarización en las economías en desarrollo y emergentes. Desarrollo y cambio, 49(2), 375-393; De Conti, B., Biancarelli, A. y Rossi, P. (2013). Jerarquía monetaria, preferencia de liquidez y tipos de cambio: un enfoque keynesiano/minskyano. Congreso de la Asociación Francesa de Economía Política, Universidad Montesquieu Burdeos IV, 1-22; De Paula, L. F., Fritz, B. y Prates, DM (2017). Keynes en la periferia: jerarquía monetaria y desafíos para la política económica en las economías emergentes. Revista de economía poskeynesiana, 40 (2), 183-202.

[Xi] Carneiro, R. y De Conti, B. (2022). Privilegio exorbitante y deber obligatorio: las dos caras del SMI financiarizado. Cambridge Journal of Economics, 46 (4), 735-752.


Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Crónica de Machado de Assis sobre Tiradentes
Por FILIPE DE FREITAS GONÇALVES: Un análisis al estilo Machado de la elevación de los nombres y la significación republicana
Umberto Eco – la biblioteca del mundo
Por CARLOS EDUARDO ARAÚJO: Consideraciones sobre la película dirigida por Davide Ferrario.
Dialéctica y valor en Marx y los clásicos del marxismo
Por JADIR ANTUNES: Presentación del libro recientemente publicado por Zaira Vieira
El complejo Arcadia de la literatura brasileña
Por LUIS EUSTÁQUIO SOARES: Introducción del autor al libro recientemente publicado
Cultura y filosofía de la praxis
Por EDUARDO GRANJA COUTINHO: Prólogo del organizador de la colección recientemente lanzada
Ecología marxista en China
Por CHEN YIWEN: De la ecología de Karl Marx a la teoría de la ecocivilización socialista
Papa Francisco – contra la idolatría del capital
Por MICHAEL LÖWY: Las próximas semanas decidirán si Jorge Bergoglio fue sólo un paréntesis o si abrió un nuevo capítulo en la larga historia del catolicismo.
La debilidad de Dios
Por MARILIA PACHECO FIORILLO: Se retiró del mundo, angustiado por la degradación de su Creación. Sólo la acción humana puede recuperarlo.
Jorge Mario Bergoglio (1936-2025)
Por TALES AB´SÁBER: Breves consideraciones sobre el recientemente fallecido Papa Francisco
El consenso neoliberal
Por GILBERTO MARINGONI: Hay mínimas posibilidades de que el gobierno de Lula asuma banderas claramente de izquierda en lo que resta de su mandato, después de casi 30 meses de opciones económicas neoliberales.
Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

¡UNETE A NOSOTROS!

¡Sea uno de nuestros seguidores que mantienen vivo este sitio!