por ANDRÉ LUIZ DOS SANTOS RODRIGUES*
La obra de Maia establece un contacto contradictorio con las tendencias actuales en la representación de la realidad contemporánea.
La escritura de Ana Paula Maia se basa en inconsistencias. Componentes dispares coexisten natural y estrechamente en el entorno creado por la ficción novelesca del autor: nombres típicamente brasileños conviven con nombres extranjeros; se combinan elementos que ubicarían el espacio de la narrativa en Brasil con elementos que imposibilitan definirlo categóricamente; los objetos arcaicos se utilizan en la misma medida que los modernos; el tema de la destrucción y la violencia no perturba el orden simétrico de las narraciones, claramente compuestas por un principio, un desarrollo y un final; Los personajes creen tanto en la religión cristiana como en las manifestaciones del alma.
Son fricciones que, combinadas con la voz narrativa –elaborada en una tercera persona que no se sorprende por este insólito espacio-tiempo y hechos abyectos– causan malestar, al confundirse los índices de realidad que guiarían la interpretación de la lectura.
Ana Paula Maia ya ha publicado un número razonable de novelas, destacando De ganado y hombres (2013) Tanto en la tierra como debajo de la tierra (2017) y Enterrar a tus muertos (2018). Además de las características antes mencionadas, su obra revela de manera recurrente técnicas de escritura, especialmente aquellas derivadas de guiones, y algunas referencias literarias y de la cultura de masas, sin buscar, eso sí, ser parte de la tradición de la literatura nacional o de las tendencias contemporáneas.
En este sentido, la memoria, los traumas familiares, el género y la fragmentación formal no forman parte de sus preocupaciones ficticias. Aunque cada obra permite una lectura independiente, Maia utilizó la trilogía dos veces. Sin apegarse a una secuencia propiamente cronológica, la trayectoria de ciertos personajes –Edgar Wilson, Bronco Gil, Erasmo Wagner, Ernesto Wesley y Tomás– se retoma libro a libro, ya sea por un mayor grado de protagonismo o por la ausencia de cada uno de ellos.
Si bien las narrativas se desarrollan en diferentes espacios –un matadero de cerdos, el vertedero de una ciudad sin nombre, un crematorio, una mina de carbón, un matadero de ganado, una colonia penal a punto de ser desactivada y caminos cerca de los cuales opera una cantera–, todos ellos comparten algunos motivos recurrentes: sequedad (cuando hay agua, está contaminada, estancada o a punto de secarse), temperaturas extremas (la naturaleza es despiadada, ya sea fría o caliente), personajes aislados (parecen abandonados, como si fueran sobrevivientes de una catástrofe), el horizonte bloqueado (por montañas, murallas, un cielo cerrado o infinito que termina en la nada) y la vaguedad de las coordenadas espacio-temporales (si las hay, son ficticias, como es el caso de la comarca de Abalurdes, en Carbonizarse [2011], y el Vale dos Ruminantes, en De ganado y hombres [2013]).
El adelgazamiento del entorno, que pierde lo que le es característico y se reduce a su esquema, corresponde al adelgazamiento del lenguaje, conciso, tenso y sin recursos estilísticos. Este despojo nos revela las cosas en su límite último: los huesos, los dientes, el árbol sin hojas, el esqueleto, imágenes que atestiguan la falta de trascendencia que rige este universo ficticio. Las cosas desnudas dan fe de que, más allá de lo visible, no hay nada, aunque los personajes crean lo contrario.
Las primeras líneas de Tanto en la tierra como debajo de la tierra (2017) destacan algunas de estas características: “Quedaba poco, ya fueran hombres o animales. Hoces y azadones permanecen tirados en los rincones de las plantaciones resecas por la falta de lluvia. Un estrecho y maloliente arroyo suministra agua, pero disminuye visiblemente día tras día, absorbida por el intenso calor que la evapora y deja el aire húmedo y pesado. Todavía hay movimiento en el gallinero y algunos gruñidos en la pocilga, lo que garantiza carne en la olla para los próximos días; Además, la escasez es motivo de preocupación”. (MAIA, 2017, págs. 9-10)
El extracto compone un mundo agonizante, olvidado y descuidado. Un mundo que poco a poco pierde sus contornos. La amenaza de finitud que lo rige se refleja en la estructura sintáctica privilegiada por la voz narrativa del autor: frases organizadas en orden directo, relativamente cortas y con escasas subordinaciones, imponiendo pausas en el flujo de la lectura hasta el denso silencio que pesa sobre los personajes.
El libro comienza pintando un cuadro del final, que es una de las principales razones de la escritura de Ana Paula Maia. En caso de Tanto en la tierra como debajo de la tierraDe hecho, el final es la premisa de la narración. En una colonia penal que pronto será clausurada, el director Melquíades emprende perversas cacerías contra los reclusos: “mata a hombres como quien mata ganado” (MAIA, 2017, p. 70). El protagonista Bronco Gil, hijo de una violación cometida por un campesino contra una mujer india, se opone directamente a Melquíades.
En esta historia también se hace énfasis en el funcionario de prisiones Taborda, quien se siente identificado con los internos, pero se comporta con la agresividad de Melquíades; Valdênio, recluso que pasó la mitad de su vida en prisión; Pablo, cuyo comportamiento insidioso le permite escapar de la colonia; y Héctor, el alguacil esperado a lo largo de la narración y que sólo aparece en el capítulo noveno (el libro está dividido en doce capítulos). En el extracto citado, la voz narrativa pinta un escenario de agotamiento y penuria, con restos, sequedad, escasez, ausencia de actividad productiva, silencio y miedo organizándolo. Se perfila un panorama de deserción, pues las actividades que le daban vida y movimiento fueron abandonadas hace mucho tiempo. A pesar de los temas (el final, los restos, la muerte), la voz narrativa permanece equilibrada y simétrica, sin ser en sí misma, al principio, un reflejo de lo que describe.
Al situar la historia en una colonia penal, y no en una penitenciaría convencional, la voz narrativa nos lleva inmediatamente a pensar en una conexión con la novela. en la colonia penal (1998), de Franz Kafka. La voz narrativa lo hace menos para remitirnos al escritor checo que para mantener la coherencia de una poética que no quiere ser del todo creíble ni fotográfica, es decir, que no busca acercarse al sistema penitenciario de forma documental o realista. . Sin embargo, hay algunos rasgos de la escritura de Franz Kafka que nos ayudan a comprender la caracterización del derecho y la justicia en Tanto en la tierra como debajo de la tierra.
Em Kafka: por unoliteratura menor, Gilles Deleuze y Félix Guattari identifican que muchas de las interpretaciones del autor se centran en “la teología negativa o de la ausencia, la trascendencia de la ley, la a priori de culpa” (2017, p. 81, modificado). Titular la historia “Tanto en la tierra como debajo de la tierra” es quitar del radar de los personajes la esperanza en la existencia del reino divino, algo que podría compensar su sufrimiento en la tierra.
En Ana Paula Maia no es posible comprender la Justicia y sus razones. Las cosas están escondidas en la parte de atrás, en la parte de atrás, en agujeros, envueltas en silencio. En su accionar, la Justicia actúa a oscuras y no prioriza la claridad y exactitud de sus criterios. La ley es una forma pura y vacía, sin contenido, cuyo objeto permanece irreconocible: la ley no puede, por tanto, ser enunciada sino en una oración, y la sentencia no puede ser captada sino en un castigo. Nadie conoce el interior de la ley. Nadie sabe cuál es la ley dentro de la Colonia; y las agujas de la máquina escriben la sentencia sobre el cuerpo del condenado que no lo sabía, al mismo tiempo que le infligen la tortura (DELEUZE y GUATTARI, 2017, p. 81).
Desprovista de argumentos convincentes, la ley en Tanto en la tierra como debajo de la tierra Está alejado de aquellos cuyos destinos decide. La ley es la voluntad de Melquíades. Aunque es el rostro de la ley, Héctor es frágil y el alcance de lo que puede hacer es corto o inexistente, considerando su impotencia ante lo que ve en la colonia y la inespecificidad de su cargo: alguacil. Es un trabajo de fachada que, con sus informes e inspecciones, no hace nada frente a las armas. Lo que prescribe es irrelevante, pues prevalece la decisión de quienes empuñan las armas: “la ley se confunde con lo que dice el tutor” (DELEUZE y GUATTARI, 2017, p. 84).
Los abogados, jueces, fiscales o defensores ni siquiera son mencionados en la narrativa. La justicia se compone casi en su totalidad de medios de fuerza y castigo: Melquíades, el director de la colonia, Taborda, el guardia penitenciario y policías. Lejos de ser un laberinto burocrático, como ocurre en las narrativas de Kafka, La Justicia en Tanto en la tierra como debajo de la tierra es opacidad, autoritarismo y truculencia. Es arbitrariedad, es falta de mediación, otra razón de los escritos de Ana Paula Maia y un rasgo reconocible de la sociedad brasileña.
No es raro que los personajes expresen el deseo de escapar del lugar en el que se encuentran y, al final de cada libro, si no continúan restringidos a su vida cotidiana, acaban dirigiéndose hacia otro escenario, diferente y similar. al que conocen –una concepción trágica de la vida– de tales figuras, para las cuales no hay salida ni posibilidad de trascendencia. Sin apoyo institucional y viviendo en la anomia, la ley de la venganza muchas veces prevalece en las decisiones de los personajes. La venganza, los seres humanos asesinados mediante técnicas de matanza de animales y los crímenes que no generan culpa se yuxtaponen duramente con amistades fraternales y una determinación inquebrantable de que se haga justicia.
La falta de mediación se refleja en el tono que adopta la voz narrativa, que, como el personaje Melquíades, opta por afrontar la realidad “a simple vista” (MAIA, 2017, p. 18), aceptando los límites materiales y renunciando a la trascendencia. . en la presentación de Entre peleas de perros y cerdos sacrificados (2009), la autora expone, no sin causar asombro, sus intenciones literarias afirmando que las novelas allí presentadas se centran, con un tono naturalista, en hombres-bestia, es decir, situados en el límite entre lo humano y lo animal. Al hablar de la novela Germinal, del naturalista Émile Zola, Auerbach sostiene que, en este texto, las razones “se destacan sin aspavientos, sin miedo ante las palabras más claras, ni ante los acontecimientos más feos”. Según él, este arte del estilo “sirve a la verdad desagradable, opresiva, desconsolada” (AUERBACH, 1976, p. 459).
Así, la prisión es evaluada por la voz narrativa: “El encierro de los hombres se parece a un corral de animales. El ganado se sacrifica para alimentarse; los hombres, a su vez, son masacrados para dejar de existir. No es un lugar de recuperación ni nada parecido, es un corral para que se acumule gente no deseada, muy parecido a los espacios reservados para montañas de basura, que nadie quiere recordar que existe, ver o sentir sus olores” (MAIA, 2017, pág.97).
Sin ilusiones y carente de vitalidad, la voz narrativa reflexiona sobre la prisión con el tono de quien no espera que nada cambie, el tono resignado y melancólico de quien ha sucumbido ante una verdad repugnante. En Maia, el motivo del fin –contenido en las ideas de matanza y de dejar de existir– está, entonces, vinculado al motivo de la informe –contenido en las ideas de corral, montón y basura–. En otras palabras, las cosas pierden su cara específica. La narrativa implica a todos en la barbarie: los sicarios y sus clientes; funcionarios de prisiones y agentes de policía; los burócratas que redactan las órdenes; y la sociedad, que apoyada en la ilusión de que es posible eliminar el mal de su constitución, avala la existencia y mantenimiento de esta cadena de violencia disfrazada de Justicia.
Si las razones del discurso narrativo de Maia son el aislamiento de los personajes, la interdicción del futuro, la vaguedad de las coordenadas espacio-temporales, la arbitrariedad como fundamento de las relaciones, el fin y lo informe, ¿cómo incluir al autor en la narrativa brasileña? ¿Sistema literario? ¿Cuál es el interés que su escritura puede tener para la crítica literaria, ya que no intenta, a través de la intertextualidad, insertarse en la tradición literaria del país ni en las tendencias contemporáneas, incluyendo desligar sus textos de las determinaciones espaciales del territorio nacional, salvo algunas excepciones? ??
Todo indica que el autor tiene una manera peculiar de abordar la realidad nacional, no a través del periodismo, ni a través de la autoficción, ni a través del cruce entre historia individual e historia colectiva. Su identidad como mujer negra y, por tanto, perteneciente a un grupo silenciado por la historia, no sale a la luz en las tramas. La realidad nacional se manifiesta especialmente en signos que revelan el autoritarismo, la asociación entre fe y violencia, la rígida jerarquía en nuestra sociedad y la fragilidad de nuestras instituciones.
En el artículo “Ana Paula Maia y la literatura femenina: las mujeres en su (in)debido lugar”, Lígia de Amorim Neves y Lúcia Osana Zolin citan los resultados de la investigación “Literatura femenina brasileña contemporánea: ¿opciones inclusivas?”, coordinado por Zolin. analizando un cuerpo de 151 novelas de autoras publicadas entre 2000 y 2015 por las editoriales Companhia das Letras, Record y Rocco, la investigación identificó la tendencia de los autores a autorrepresentarse en las narrativas a través de la presencia predominante de mujeres [...] Ana Paula Maia, sin embargo, hace todo lo contrario, invierte en personajes masculinos, lo que la aleja de esta trayectoria literaria que busca no sólo visibilizar a la autora y al personaje femenino, sino también crear representaciones reivindicativas de las mujeres. (NEVES y ZOLIN, 2021, p. 10)
Entre todas las características que distinguen las novelas de Maia, el enfoque en las vidas masculinas en detrimento de las femeninas es la más citada en estudios y reseñas críticas. Los investigadores llegan a una conclusión similar a la de la crítica argentina Beatriz Sarlo. En tu reseña para Tanto en la tierra como debajo de la tierra, afirma Sarlo: Maia muestra posibilidades que la literatura escrita por mujeres no suele explorar. No escribe desde la subjetividad del género ni de los conocimientos que se le atribuyen. No expone huellas del yo, ni historias que lo evoquen. El narrador es un narrador, sin marcas femeninas. […] Muestra que la literatura puede ser independiente de las vivencias de quienes ponen su nombre como autor y ejercen su poder de narrador. Finalmente, no necesita la primera persona, lo que a veces parece más una condena que una liberación de la subjetividad femenina. La literatura, en este sentido, experimental. [traducción propia] (SARLO, 2017).
Nos damos cuenta, entonces, de que la obra de Maia establece un contacto contradictorio con las tendencias actuales en la representación de la realidad contemporánea. Si algunos de sus motivos pueden encontrarse también en otros escritores del presente, se distinguen por el enfoque privilegiado por el autor, que no busca ser coherente. La predilección temática apunta en una dirección, la predilección formal apunta en otra. Visualizamos los restos y la destrucción, pero no deterioran la narración, que permanece intacta de principio a fin, dándole marco y final. Ana Paula Maia construye un mundo a la deriva, en el que flotan restos de tiempos históricos y geográficos. La existencia de este punto de fuga atestigua la inexistencia de un futuro más complejo para los personajes. El futuro es lo que se encuentra de inmediato, y no lo que se proyecta por voluntad propia.
*André Luiz dos Santos Rodrigues es estudiante de maestría en literatura brasileña en la Universidad de São Paulo (USP).
Referencias
KAFKA, F. El veredicto y En la colonia penal. Traducción, epílogo y notas de Modesto Carone. São Paulo: Companhia das Letras, 1998.
MAIA, AP Tanto en la tierra como debajo de la tierra. Río de Janeiro: Registro, 2017.
MAIA, AP Carbonizarse. Río de Janeiro: Registro, 2011.
MAIA, AP De ganado y hombres. Río de Janeiro: Registro, 2013.
MAIA, AP Enterrar a tus muertos. São Paulo: Companhia das Letras, 2018.
MAIA, AP Entre peleas de perros y cerdos sacrificados. Río de Janeiro: Registro, 2009.
AUERBACH, E. Germinie Lacertaux. En: Mímesis: la representación de la realidad en la literatura occidental. 2da edición revisada. São Paulo: Editora Perspectiva, 1976.
DELEUZE, G. y GUATTARI, F. Kafka: hacia una literatura menor. Traducido por Cintia Vieira da Silva. Belo Horizonte: Auténtica Editora, 2017.
NEVES, L. de A., & ZOLIN, LO Ana Paula Maia y la literatura de autora femenina: mujeres en su (in)lugar. En: Estudios de literatura brasileña contemporánea., (62), 2021. Disponible en https://doi.org/10.1590/2316-40186210.
SARLO, B. El libro de la semana: “Así en la tierra como debajo de la tierra”, de Ana Paula Maia. En: Télam. Artículo publicado el 17 de noviembre de 2017. Disponible en: https://www.telam.com.ar/notas/201711/223752-el-libro-de-la-semana-asi-en-la-tierra-como-debajo-de-la-tierra-de-ana-paula-maia.html.
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