Por Daniel Brasil*
El enorme compositor-letrista acabó eclipsando al escritor. Aldir Blanc es un cronista muy refinado, con varios libros publicados
Conmocionados por la muerte del letrista, compositor y poeta Aldir Blanc (1946-2020), comentaristas y amantes de la música popular inundaron las redes sociales con versiones de sus grandes éxitos, como El amo de los mares e El borracho y el equilibrista, realizado con el socio principal, João Bosco. Los periodistas recordaron su creatividad, su brío, sus posiciones políticas firmes, su humor sarcástico, su espíritu carioca. Algunos analistas recordaron su capacidad para traducir crónicas verídicas, escenas populares y relatos mordaces de situaciones urbanas en letras de canciones.
Nada más justo, si prestamos atención a obras maestras como Frente al crimen, incompatibilidad de genios. Al nivel de… ou Siri relleno y la baguette, retratos llenos de gracia de una cierta manera de ser carioca, entre canalla y muggle, conviviendo con la violencia, el desprecio, el amiguismo, la traición y otras desviaciones. Bebió de fuentes preciosas, como Noel Rosa, Geraldo Pereira, Wilson Batista, Billy Blanco y algunos otros. No es fácil contar una historia, crear una trama con un comienzo y un final, en unos pocos versos.
Pero el enorme compositor-letrista acabó eclipsando al escritor. Aldir Blanc es un cronista realmente refinado (o grueso, según la hora del día), con varios libros publicados. Invitado por la pandilla Pasquim, publicó su primer volumen de crónicas, Calle del Artista y alrededores, en 1978. Allí se reveló como un astuto investigador de los usos, costumbres e idiosincrasias populares, legítimo heredero de una tradición que venía del pionero João do Rio, incorporando el inconformismo de un Lima Barreto y compartiendo el sentido del humor de un Estanislao Ponte Preta.
Las siguientes colecciones (Puerta de tienda de tintes, Brasil se ha vuelto sucio, Un buen chico el 19, directo desde el mostrador) confirmó el talento literario del compositor-letrista. Su formación académica (estudios de medicina, especializándose en psiquiatría) combinó la química perfecta con su amor por la literatura, destilando su retrato experto de tipos humanos, situaciones hilarantes, pequeñas y grandes artimañas de un Brasil que cambia todos los días, deja de sonreír y muestra tu dientes. Quizá no escribió crónicas, sino diagnósticos...
Releer Aldir Blanc hoy es redescubrir esta tradición casi perdida de los cronistas satíricos metropolitanos. Los textos de humor crítico migraron a la TV, a las comedias stand-up, para redes sociales. Solo Luiz Fernando Veríssimo puede ser comparado en el contexto de la literatura brasileña contemporánea.
Incluso cuando Blanc incursionó en otros géneros, como las memorias (Vila Isabel – Inventario de la Infancia), libro de niños (Una caja de sorpresas), o sabrosos cuentos en honor a su equipo favorito (Vasco – La Cruz de Bacalao), el espíritu del “cronista carioca” quedó imborrable. Aldir Blanc aún será recordado como uno de los escritores más originales de nuestro tiempo, el último creador de un Río de Janeiro que, después de la pandemia, nunca será el mismo.
*Daniel Brasil es escritor, autor de la novela traje de reyes (Penalux), guionista y realizador de televisión, crítico musical y literario