por ERIK CHICONELLI GOMES*
Comentario a la película dirigida por Paola Cortellesi
Todavía tenemos mañana Nos transporta a la Roma posterior a la Segunda Guerra Mundial en la década de 1940, un período marcado por la transición entre el optimismo de la liberación y las adversidades de la reconstrucción. La narrativa sigue la vida de Delia, una mujer que encuentra consuelo en su rutina familiar, pero que, poco a poco, comienza a cuestionar su rol social y sus aspiraciones individuales.
Al observar el carácter de Delia, es imposible no reflexionar sobre las condiciones materiales que moldean la vida de los individuos. La Italia de posguerra, tal como se retrata en la película, es un espacio de reconstrucción no sólo física sino también social y cultural.
Delia representa a la mujer común, cuyas expectativas fueron forjadas por un contexto de opresión y conformismo, simbolizando una sociedad que valora el sacrificio femenino en aras del bienestar familiar.
La figura de Ivano, el marido autoritario, refleja la perpetuación de estructuras de poder patriarcales, que encuentran en la familia un microcosmos de jerarquías sociales más amplias. Esta dinámica es central para comprender cómo se mantienen y naturalizan las relaciones de poder en el ámbito doméstico, sirviendo como metáfora de las relaciones sociales de la época.
El papel de Marcella, la hija mayor que ve el matrimonio como un escape hacia una vida mejor, permite analizar la continuidad de las expectativas sociales sobre las mujeres. La decisión de Marcella está impregnada del contexto histórico en el que las posibilidades de avance social de las mujeres eran limitadas, siendo el matrimonio una de las pocas formas viables de mejorar el estatus social. estado.
La llegada de una misteriosa carta, que incita a Delia a reevaluar su vida, es un punto crucial de la película. Esta carta simboliza la entrada de nuevos discursos y posibilidades a la vida de Delia, desafiando el orden establecido y ofreciendo una visión de un futuro alternativo. La inquietud de Delia refleja la tensión entre la aceptación pasiva del status quo y el deseo de transformación personal y social.
La presencia de su amiga Marisa, que ofrece consuelo a Delia, sugiere la importancia de las redes de solidaridad entre mujeres como espacio de resistencia y apoyo mutuo. Estas redes son fundamentales para construir una conciencia crítica sobre las condiciones de vida y las posibilidades de cambio, destacando el papel vital de la hermandad en la lucha por la emancipación.
La película aborda con sensibilidad la complejidad de las experiencias femeninas en una sociedad marcada por la reconstrucción de la posguerra. La dedicación de Delia a su familia, al tiempo que cuestiona su papel dentro de ella, revela la dualidad de ser mujer en un mundo que exige sacrificio y sumisión, pero que también ofrece oportunidades para la contestación y la búsqueda de autonomía.
La dirección de Paola Cortellesi es hábil al entrelazar estos temas con una narrativa que oscila entre el drama y la comedia, creando un retrato multifacético de la vida de las mujeres en la Roma de los años 1940. Las actuaciones del elenco, especialmente de Cortellesi y Valerio Mastandrea, añaden profundidad y aspecto emocional a la trama, permitiendo. al público una conexión íntima con los personajes.
En términos historiográficos, la película es una invitación a reflexionar sobre cómo las historias individuales son moldeadas por fuerzas sociales más amplias y cómo estas historias, a su vez, contribuyen a nuestra comprensión del período histórico en cuestión. Las decisiones de Delia y su familia son, en última instancia, un reflejo de las condiciones materiales e ideológicas de su época.
Todavía tenemos mañana desafía al espectador a reconsiderar las narrativas hegemónicas sobre el papel de la mujer en la sociedad, proponiendo una lectura crítica de la interacción entre la estructura social y la agencia individual. La película nos recuerda que, incluso en tiempos de adversidad, siempre hay lugar para el cuestionamiento y la transformación.
La narrativa está impregnada de una perspectiva que valora la historia desde abajo, centrándose en las experiencias de la gente corriente y sus luchas cotidianas. Este enfoque nos permite apreciar la resiliencia y resistencia de los personajes, quienes, incluso frente a las limitaciones impuestas por el contexto histórico, encuentran formas de afirmar su identidad y buscar el cambio.
La banda sonora y la ambientación son elementos que contribuyen a sumergir al espectador en la atmósfera de la época, reforzando la autenticidad histórica de la narración. La atención al detalle en la reconstrucción de la Roma de posguerra es uno de los puntos fuertes de la película, proporcionando una rica contextualización visual que complementa la trama.
Al discutir la relevancia del trabajo de Cortellesi, es fundamental mencionar el trabajo de historiadoras como Joan Scott y Sheila Rowbotham, quienes exploran la construcción social de las diferencias de género y la historia de las mujeres desde una perspectiva crítica. Scott, en particular, desafía las narrativas tradicionales al enfatizar cómo las relaciones de género se construyen históricamente e influyen en todas las esferas de la vida social.
Sheila Rowbotham, a su vez, destaca la importancia de rescatar las voces y experiencias de las mujeres comunes y corrientes, a menudo borradas de las principales narrativas históricas. Su trabajo ofrece una lente valiosa a través de la cual interpretar la historia de Delia, iluminando las formas sutiles y cotidianas de resistencia y adaptación que caracterizan la vida de las mujeres en contextos opresivos.
Todavía tenemos mañana también resuena con el trabajo de historiadores como Eric Hobsbawm, quien enfatiza la importancia de las experiencias cotidianas en la formación de la conciencia histórica. La vida y las circunstancias de Delia son ejemplos tangibles de las formas en que la gente común, especialmente las mujeres, navegan y resisten las estructuras de poder, moldeando y siendo moldeadas por las fuerzas sociales de su tiempo.
Por fin, Todavía tenemos mañana, a través de un enfoque sensible y crítico, ofrece una reflexión profunda sobre las dinámicas del poder y las posibilidades de resistencia en el seno de la familia y la sociedad. Es una obra que enriquece nuestra comprensión histórica al iluminar las vidas de las mujeres que, aunque a menudo marginadas en las narrativas oficiales, desempeñan un papel central en la construcción del tejido social.
*Erik Chiconelli Gomes es becario postdoctoral en la Facultad de Derecho de la USP.
referencia
Todavía tenemos mañana (C'è dominio ancla)
Italia, 2023, 118 minutos
Dirigida por: Paola Cortellesi
Reparto: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea
Bibliografía
Scott, Joan Wallach. 1986. "Género: una categoría útil de análisis histórico". Revisión histórica americana 91 (5): 1053-1075.
Rowbotham, Sheila. 1973. Oculto de la historia: 300 años de opresión de las mujeres y la lucha contra ella. Londres: Plutón Press.
Hobsbawm, Eric. La era de los extremos. Paz y Tierra. 1994.
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