por VANDERLEI TENÓRIO*
Comentario sobre la película de Charlotte Wells.
Estrenada en la 75ª edición del Festival de Cine de Cannes, donde recibió el premio French Touch de la Semana de la Crítica, Despues del sol, la primera obra cinematográfica de la directora escocesa Charlotte Wells, narra las vivencias de Sophie (Frankie Corio) durante sus vacaciones con su padre, Callum (Paul Mescal), en Turquía, en los años noventa.
Jóvenes y separados de la madre de Sophie, Callum y su hija pasan sus días junto a la piscina, explorando la región mediante paseos esporádicos, mientras se entregan a conversaciones y debates.
Mientras la adolescencia asoma en el horizonte, Callum enfrenta la carga de la vida más allá de la paternidad y ve el mundo a través de los ojos de su hija. Dos décadas más tarde, los gratos recuerdos que Sophie tiene de esas vacaciones se convierten en un retrato poderoso y conmovedor de su relación con su padre.
En este viaje, intenta conciliar la imagen del padre que conoció en aquellos días con el hombre en el que se convirtió, explorando la complejidad y evolución de este vínculo a lo largo del tiempo.
Teniendo esto en cuenta, sin pretensiones, Despues del sol se convierte en un clásico instantáneo, profundizando en las capas profundas de esta relación padre-hija. En un tema a menudo relegado a un segundo plano, la película destaca entre la extensa producción cinematográfica, que a menudo se centra en la dinámica entre padre e hijo, y entre madre e hijo.
La obra de Charlotte Wells.
Despues del sol es una obra densa, dolorosa, sensible y laberíntica en la que se entrelazan varios temas claves que son relevantes para la vida de todos nosotros: el amor filial, los desafíos del crecimiento y hasta qué punto la relación con nuestros padres moldea nuestra capacidad de interactuar con los demás y establecer relaciones más o menos sólidas y duraderas.
Es el tipo de producción que deja una huella inolvidable, provocando reflexiones profundas que sin duda resonarán en nuestra memoria por mucho tiempo. Es precisamente esta particularidad la que confiere un atractivo irresistible a la producción en cuestión, una delicadeza que se revela de manera sutil en la creación minimalista de Charlotte Wells.
Esta fascinación encuentra su origen de manera especial en los dos personajes y en los intérpretes que les dan vida.
callum y sophie
Juntos, padre e hija captan la atención del público con cada movimiento, llevándolos a reflexionar sobre la profunda complicidad entre ellos. Es un encuentro de almas, donde las palabras se vuelven prescindibles. Las miradas, sonrisas y abrazos lo comunican todo.
Pero, como en toda relación, no todo es color de rosa, ni debería serlo; los primeros desacuerdos se manifiestan como una disputa silenciosa. Despojada de cualquier exageración lírica o efusión sentimental, la narrativa de Charlotte Wells se limita a relatar objetivamente las acciones de sus personajes, llevando a la revelación paulatina del misterio “oculto”.
En esta línea, a medida que avanza hacia su conclusión, la película entrelaza varias capas; se hace añicos bajo una luz centelleante que separa los cuerpos y desdibuja los límites entre diferentes tiempos y espacios. La distinción entre pasado y presente desaparece, dejándonos en una incertidumbre que lo abarca todo. Esto es intencional, generando una conmoción con el objetivo de liberarnos, involucrando nuestra esencia y cautivando nuestra alma finita.
Entonces, aquí hay algo que necesita ser expresado, palabras que claman por ser dichas. Es algo que les servirá para mantenerlos a salvo mientras están perdidos, una especie de anclaje en medio de la confusión.
De esta manera, cada frase conlleva un significado profundo, representando la búsqueda de algo esencial, la expresión sincera y la necesidad de encontrar seguridad en circunstancias inciertas. Es una especie de antídoto para alejar el dolor, una salvaguardia contra la tristeza.
Hay un deseo de observar, de comprobar si realmente todo está bien, una atención meticulosa a los matices de la vida cotidiana. Es una búsqueda constante de comprensión, comunicación, consuelo y la cuidadosa dedicación a la serenidad del amor verdadero.
Esta historia de un joven padre y su hija va más allá de la mera búsqueda de comprensión, convirtiéndose en una entrega a las emociones que los impulsan. Quizás sea precisamente por eso que la narrativa conquistó inmediatamente al público, tocando fibras sensibles que resuenan profundamente en el corazón de los espectadores.
¿Qué queda por decir?
Al llegar al epílogo de esta trama, no sólo captura nuestros corazones, sino que también se establece firmemente en nuestras mentes y resuena en nuestras almas, manteniéndonos hasta el desenlace final. Mientras se alejan, nuestros ojos, impotentes ante los acontecimientos que se desarrollan, son testigos de lo inevitable.
¿Qué queda por decir? Lo único que nos queda es la contemplación, permitiendo que las lágrimas expresen nuestro más profundo pesar.
El futuro es incierto, pero una cosa era segura: nunca olvidarían las lecciones aprendidas durante ese verano que, por doloroso que fuera, los había cambiado para siempre.
¿Somos nosotros?
Incluso a regañadientes, debemos reconocer que el amor puede ser complicado y que las relaciones no siempre se desarrollan según nuestras expectativas. Aceptar que, en algunas situaciones, es necesario dejar ir a alguien para evitar más sufrimiento es una lección dolorosa pero crucial que aprendemos con madurez.
A medida que vamos creciendo nos daremos cuenta de que las cosas no siempre siguen el plan que nos proponemos, y que todo, por muy cliché que parezca, tiene un propósito.
Ah, y a medida que pasa el tiempo, también entendemos que nuestros padres son seres humanos falibles, como nosotros. Por mucho que intenten transmitir la imagen de superhéroes, son frágiles y, cada día, resisten y superan sus propias luchas e imperfecciones, como cualquier otra persona.
*vanderlei tenorio Es periodista y profesor/coordinador de Emancipa Itapira..
referencia
Despues del sol
Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda del Norte, 2022, 101 minutos.
Dirección y guión: Charlotte Wells.
Reparto: Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall, Paul Mescal.
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