Adolescentes

Imagen: George Grosz, Explosión, 1917
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por PAULO CARRANO Y ANA KARINA BRENNER*

Comentario sobre la película recientemente estrenada dirigida por Sébastien Lifshitz

Adolescentes es un largometraje documental producido en 2019 y estrenado en Francia en septiembre de 2020. La película de dos horas y quince minutos sigue el día a día de dos chicas francesas, amigas inseparables, y sus transformaciones entre los 13 y los 18 años. El director, Sébastien Lifshitz, es autor de otras 12 películas.

No sería inútil comparar Adolescentes con la película americana Niñez (2014) quien acompañó a un niño de 12 años en diferentes etapas de su vida y desarrollo. En caso de Niñez, esto sucedió en el seguimiento de las relaciones familiares desde la infancia hasta el ritualizado inicio universitario del personaje principal, Mason. Sin embargo, si es posible encontrar similitud en la intención de filmar el desarrollo y las transformaciones entre épocas, es necesario señalar que Niñez es una película de ficción que simula la observación de la vida cotidiana, mientras Adolescentes es una inmersión documental en la vida de dos adolescentes, sus familias, escuelas y redes de amistad. En todo caso, es posible realizar el ejercicio comparativo de buscar “documentos” de la historia social norteamericana en Niñez así como tratar de vislumbrar lo que es la representación y ficcionalización de roles de los personajes en el documental francés Adolescentes.

Sin embargo, un vínculo importante entre Adolescentes e Niñez está en el esfuerzo común de construir las películas en perspectiva longitudinal. De esta manera, dialogan tanto con la dimensión sincrónica de la cotidianidad en las diferentes etapas de la vida como establecen una diacronía que permite percibir las transformaciones entre las edades de la niñez, la adolescencia y los primeros pasos de la adultez joven de los personajes de las respectivas películas. La diacronía también permite establecer vínculos entre los cambios individuales, en particular los corporales, y las transformaciones sociales de cada una de las sociedades donde se originaron las películas.

Durante más de dos horas, Adolescentes contextualiza a los personajes principales Emma y Anaïs. Los discursos de las niñas y de individuos de sus redes de relaciones formadas por familiares, profesores y compañeros de escuela se articulan con pasajes decisivos de distintas etapas de la escolarización y acontecimientos importantes de la vida francesa de la época. Se comparan hechos significativos, como los atentados terroristas contra el diario Charlie Hebdo y la sala de conciertos Bataclan y las elecciones presidenciales de 2017 que dieron la victoria al candidato centrista Emmanuel Macron frente a Marine Le Pen, candidata de extrema derecha.

La película es una composición equilibrada de imágenes y sonidos que dibuja un mosaico de situaciones que caracterizan la vida cotidiana de los adolescentes, ya sea en el ámbito escolar, en las relaciones familiares, en internet o en el mundo del ocio, la amistad y las citas.

Las escenas grabadas en espacios de ocio y tiempo libre son una oportunidad especial para que la película revele, con la cercanía de los personajes, situaciones y conversaciones sobre transformaciones en el cuerpo, en las relaciones amorosas y en compartir experiencias y deseos relacionados con la iniciación sexual.

La socióloga francesa Anne Barrère (2013) llama la atención sobre lo que ella llama la “esfera de la autonomía juvenil”. Los adolescentes de hoy realizan numerosas actividades fuera de la escuela -no solo de entretenimiento- que constituyen verdaderas inversiones personales mediadas por el gusto personal. Este verdadero “currículum” no escolar desarrollado en torno a actividades explícitamente educativas, y otras directamente relacionadas con la sociabilidad juvenil, conforman un conjunto heterogéneo de actividades que, a través de los grupos de pares y la cultura juvenil, amplían su autonomía. De esta forma, “las pruebas”, pruebas o desafíos no serían sólo los de la escuela, sino de este amplio campo de actividades ocupantes del tiempo.

En esta educación que se realiza en el tiempo libre de los jóvenes, especialmente en el dominio de las esferas digitales, radica uno de los grandes desafíos para comprender la sociabilidad y las elecciones que los jóvenes practican más allá de la escuela, pero que inevitablemente se manifiestan en nuestras rutinas escolares (CARRANO, 2017).

Podemos decir que la escuela necesita reconocer que no está sola en el “universo educativo” y que no hay garantías de que sea la institución decisiva en la constitución de los rasgos fuertes de la subjetividad juvenil. Con respecto a lo que puede llamarse la “crisis de la acción socializadora de la escuela”, Marília Sposito (2007) advirtió sobre la necesidad de adoptar una perspectiva analítica no escolar del estudio sociológico de la escuela. Y lo hace considerando que estamos ante una sociedad que se ha complejizado, diluido el peso de la tradición, radicalizado la individuación de lo social y que vive en la modernidad lo que ya se ha llamado el “declive de la institución” (DUBET, 2002).

el montaje de la pelicula Adolescentes es, en este sentido, emblemática por buscar mantener el equilibrio entre escenarios y diálogos de diferentes espacios-tiempo (familia, escuela, iniciación profesional y ocio) que se entrelazan en las vivencias y subjetividades de las adolescentes Emma y Anaïs.

El director Sébastien Lifshitz filmó el documental en Brive-la-Gaillard, una ciudad en el interior de Francia. En 2010, la ciudad tenía alrededor de 49 habitantes. La elección territorial del director de registrar la vida de los adolescentes franceses fuera del escenario recurrente de los suburbios de París que estamos acostumbrados a ver en las películas sobre la juventud francesa es significativa.

Si analizar la cotidianidad es un acto de desciframiento (PAIS, 2003), el montaje de la película nos da, aunque sea parcamente, a lo largo de su proyección, las claves para que podamos comprender las redes de relaciones, los miedos, los desafíos, sus acciones. , deseos y expectativas de las adolescentes Emma y Anaïs.

La apuesta por realizar un documental observacional de carácter diacrónico, utilizando un dispositivo de filmación muy cercano a la cotidianidad de los adolescentes, estuvo motivada por lo que Sebástian Lifschitz denominó la “metamorfosis de los cuerpos”, es decir, una búsqueda por intentar comprender cómo la conciencia del niño se separa de los padres. Se explica, por tanto, la opción de un documental longitudinal de 5 años, ya que no es posible percibir cambios en seis meses, señala el director en una entrevista (LE PARISIAN, 2020).

Hay una clara intención de mostrar que hay una pluralidad de caminos en las formas y contenidos del “ser adolescente” y esto se expresa en el montaje del documental que alterna, en torno a núcleos temáticos, pasajes significativos en la vida de los dos. personajes a los que acompaña la película. También se apuesta por presentar la diversidad en acción, que se expresa en varios momentos en los diálogos que mantienen Emma y Anaïs sobre los más diversos temas, ya sea el camino profesional a seguir o las opciones de los chicos para salir o iniciar una relación sexual. vida.

Emma es hija única, de padres funcionarios, llevada a la escuela en automóvil por una madre que siempre está regañando, con retrasos, retrasos y las elecciones de su hija. Participa en un grupo de teatro, toma clases de baile y unos años después también inicia clases de solfeo. Descubrimos su deseo de actuar con el tiempo, pero el canto y el baile completan un amplio currículum y considerados necesarios –más por su madre que por la propia Emma– como opciones adicionales a las posibilidades profesionales que puede seguir la adolescente.

Anaïs es la hija mayor de la familia que tiene dos hermanos, un bebé y un adolescente. Ella va a la escuela sola usando el transporte público. La película muestra que sus padres son trabajadores de bajos ingresos, pero no revela cuáles son sus profesiones. La madre sufre de depresión y baja autoestima porque es obesa. Anaïs tiene un bajo rendimiento académico en la escuela y su madre le exige un mejor rendimiento.

La sucesión de escenas de una y otra adolescente demuestra relaciones muy tensas entre madres e hijas. Discusiones, prohibición del diálogo, dificultades para respetar posiciones, elecciones y deseos. La madre de Anaïs exige un buen desempeño, pero no acompaña las actividades escolares de su hija. La madre de Emma, ​​por el contrario, acompaña y exige todos los pasos escolares de su hija: estudia junta pero sin paciencia para explicar, se sienta a su lado, sin querer darle espacio para que realice sus actividades de forma autónoma. Define, impone, delimita opciones.

La escena de la tienda en la que la madre de Emma elige ropa para ella es emblemática de la relación incomunicable entre los dos. La madre interactúa con el vendedor sobre qué blusa o vestido sería más interesante como si Emma no estuviera presente. Ella, a su vez, rechaza, una por una, las “sugerencias” de la madre que siempre cuenta con la conformidad de la vendedora que también parece ignorar las preferencias de la joven Emma.

Son igualmente asfixiantes las relaciones con madres tan distinguidas. Los padres de ambos adolescentes son muy esporádicos en el documental. Aparecen pocas veces, toman un poco de postura, parecen delegar la relación cotidiana con sus hijas a sus madres. El padre de Anaïs tiene una mayor presencia durante el período en que su madre se somete a una cirugía de bypass gástrico, que tiene complicaciones y conduce a un coma inducido y una estancia hospitalaria prolongada.

A pesar de las tensiones, Anaïs les presenta a sus padres una demanda de respeto y atención de una manera más clara y directa de lo que Emma puede expresar. La comunicación entre Emma y su madre es difícil, del tipo "golpéalo, se lo llevó". El diálogo se ve obstaculizado por la dificultad mutua de escucharse.

Las relaciones entre madres e hijas son de falta de respeto y exigencias mutuas. Es de esperar, sin embargo, que los padres, como adultos, tengan una mayor capacidad de escuchar, dialogar y comprender a sus hijos, inmersos en sus procesos únicos de transformación, de aprehensión del mundo desde la perspectiva de los adolescentes y ya no en la condición de niños. La relación entre estas dos madres y sus dos hijas retratadas en la película demuestra que no son adultos frente a “adolescentes problema”, como establece el sentido común. Hay que decir que, en realidad, las relaciones problemáticas se establecen entre los adolescentes y sus padres y no que se trate de adolescentes problemáticos en aislamiento. En resumen, lo que demuestra la película es que las dos madres, cada una a su manera y desde sus diferentes lugares de clase, tienen dificultades para superar la prueba del diálogo con sus hijas.

Los ataques terroristas al diario satírico Charlie Hebdo, que tuvo lugar en enero de 2015, y las que tuvieron lugar en noviembre del mismo año en la sala de conciertos Bataclan y en el Stade de France fueron objeto de debates en clase. Ambos ocurrieron en el mismo año, pero en diferentes años escolares para los adolescentes, ocurriendo el segundo evento cuando ya estaban en su primer año de secundaria, en escuelas diferentes. En el debate sobre la Charlie Hebdo, Anaïs defiende a los musulmanes de las generalizaciones que atribuyen a todos, sin distinción, características de violencia e intolerancia.

También es una oportunidad para que la película presente la dimensión cívica de la reacción francesa a los ataques terroristas. En este sentido, es emblemática la escena en la que alumnos y profesores reunidos en el patio del colegio de Emma levantan carteles en los que se rediseña el símbolo anarquista superponiendo la Torre Eiffel a la letra "A". La escuela es también un lugar de reflexión sobre los trágicos hechos. “¿Es posible reírse de todo?”, pregunta un docente en el aula, provocando un debate sobre los límites de la libertad de expresión cuando se trata de símbolos religiosos, tema central en el atentado que mató a periodistas del satírico Charlie Hebdo.

Llegar al noveno año de la “escuela secundaria” (equivalente al segundo segmento de la escuela primaria brasileña) implica hacer elecciones sobre los caminos deseados y posibles para continuar los estudios en el “liceo” (equivalente a la escuela secundaria). Los estudiantes adolescentes se enfrentan a sus notas, éxitos y fracasos escolares, que amplían o delimitan posibilidades de elección hacia la escuela secundaria. Emma sabe que sus calificaciones la pueden llevar a donde ella quiera ir (secundaria general, técnica/tecnológica o vocacional), aunque siempre está insegura de sus habilidades.

Anaïs se introduce en caminos profesionales o tecnológicos, donde sus bajas notas indican una posibilidad restringida. En conversación con quien parece ser el coordinador pedagógico de la escuela, pregunta “¿en qué me interesaría la tecnología? ¿Para que?" Y su interlocutor recuerda el interés de la adolescente por producir manga, una actividad creativa para la que la tecnología apoyaría. Pero cuando la escena muestra a la clase de Emma y Anaïs llenando un formulario sobre sus opciones para la escuela secundaria, Anaïs genera dudas en el aula sobre si la etapa vocacional en la escuela secundaria sería la forma de cumplir su deseo de trabajar con el desarrollo de los primeros años. infancia. Luego nos enteramos que en el primer año de la escuela secundaria Anaïs comenzaría a hacer prácticas y la primera de ellas es en la “École Maternelle” – Educación Infantil. El rechazo a los contenidos escolares que Anaïs revelaba con la frase “¿Para qué sirve?”, en los últimos años de la escuela primaria, se resignifica cuando inicia el internado con niños pequeños –ya en la escuela secundaria– y se enfrenta a la retos de la práctica que demandan saberes que ofrece la formación escolar.

El final de la escuela primaria implica el distanciamiento de los dos inseparables amigos de la infancia, yendo cada uno a una escuela diferente, conviviendo con otras personas y haciendo nuevos amigos. El inicio del año escolar para ambos, en distintas trayectorias de enseñanza secundaria, puede resumirse en el discurso de sus profesores. Anaïs escucha que “ya deben comportarse como profesionales” porque comenzarán a hacer prácticas en el primer semestre y Emma escucha que “tendrán mucho que estudiar”.

Las elecciones presidenciales introducen la dimensión de la orientación política de los adolescentes en el documental. Las cámaras muestran a Anaïs con su padre ya Emma con su padre y su madre, cada uno en sus casas, tras el anuncio de los resultados electorales por televisión. Anaïs revela su desprecio por el vencedor Macron: “¡burgués!”, exclama. Los padres de Emma apoyan a Macron. Emma también. Aunque muestra poco interés por el resultado final, dice: “Mejor Macron que Marine Le Pen”, en rara coincidencia con sus padres. Y añade: “De todos modos, no me cae muy bien”, en referencia a Macron. En resumen, el clima en casa de Anaïs es de decepción, mientras que en casa de Emma es de alivio. Esta parte de la película revela la bien documentada incredulidad en la política, los políticos y las instituciones por parte de muchos jóvenes. La adhesión de Anaïs al candidato ultraderechista parece deberse al antagonismo con Macron ya que, siendo un hombre rico, no expresaría los intereses de los más pobres.

Anaïs apuesta por un rumbo profesional, hace una pasantía en el área de cuidados, recibe apoyo de la política pública para dejar la casa de sus padres y vivir en una residencia asociada a su nuevo trabajo. Se enfrenta a momentos de autonomía y autoafirmación que antes no conocía. Emma, ​​por su parte, anclada en sus buenas notas escolares, sigue el camino propedéutico con el objetivo de ingresar al curso universitario de cine con el apoyo económico de sus padres. Y afronta con determinación el inconformismo de su madre que la critica por tener opciones limitadas e insiste en elegir el curso de cine en París. Tanto Emma como Anaïs, aunque tomando caminos diferentes, aterrizan en una nueva realidad de experimentar con la autonomía y elaborar sus propios caminos personales, lejos de la mirada vigilante y protectora de sus familias.

"Somos tan jóvenes y nos echan tan rápido". Con esta frase, Emma revela la percepción de que quizás es demasiado pronto para tomar decisiones definitivas “para el resto de tu vida”. Por su parte, Anaïs filosofa sobre las incertidumbres del tiempo futuro: “De todos modos, veremos a dónde nos lleva la vida”.

Las escenas finales de la película alternan los viajes en tren y carretera de Emma y Anaïs hacia sus nuevas y respectivas ciudades donde asumirán, en condición de emancipación y autonomía familiar, desafíos de estudio, trabajo y reconfiguración de redes de amistad. Las dos jóvenes arrastran maletas por las aceras hacia la noche. En su equipaje llevan historias, vivencias y saberes, deseos y esperanzas que tejieron durante la adolescencia.

“Adolescents” es también una puerta de entrada al conocimiento del sistema escolar francés. La escuela francesa establece una bifurcación de caminos entre la enseñanza propedéutica que apunta al ingreso a la educación superior y la formación técnico-profesional que apunta a la inserción profesional al final de la educación básica. La película revela escuelas que ofrecen una gama de opciones de formación para todos los estudiantes en los campos propedéutico o técnico-profesional. También revela cierta tensión entre la escuela y los adolescentes. La institución busca presentar conocimientos amplios que pueden ser importantes en el futuro de la vida cívica y profesional, y los adolescentes suelen preguntar “¿por qué necesito aprender esto?”. La intuición de Anaïs de que su pasantía en la “École Maternelle” requerirá conocimientos escolares que, en gran medida, había descuidado, parece ser una señal en la película de que, a pesar de los intereses inmediatos de los jóvenes, el papel de la escuela en presentar sigue siendo importante un conjunto completo de conocimientos y desarrollo de habilidades.

*Paulo Carrano Es profesor de la Facultad de Educación y del Programa de Posgrado en Educación de la UFF.

* Ana Karina Brenner es docente de la Facultad de Educación y del Programa de Posgrado en Educación de la UERJ.

Referencias


Adolescentes

Francia, Documental, 2019

Dirigida por: Sébastien Lifshitz

Reparto: Anais, Emma

Disponible en Bellas Artes – A la carta.

BARRERE, Ana. Escuela y adolescencia. Un enfoque sociológico. Lisboa: Ediciones Piaget, 2014.

NIÑEZ: De la niñez a la juventud. Director: Richard Linklater, 2014. Color, 165 min.

CARRANO, Paulo César Rodrigues. Redes sociales de Internet en una escuela secundaria: entre el aprendizaje mutuo y el conocimiento escolar. Perspectiva, Florianópolis, v. 35, núm. 2, p.395-421, abril/junio. 2017.

DUBET, François. La pendiente de la institución. Barcelona: Gedisa, 2006.

BALLET, Catalina. Pour réaliser son documentaire, le réalisateur Sébastien Lifshitz a filmé régulièrement, entre leurs 13 ans et leurs 18 ans, deux jeunes teens, Anaïs et Emma. Il nous raconte ce tournage singulier. El parisino, 09.09.2020.

SPOSITO, Marilia Pontes Sposito. Una perspectiva no escolar en el estudio sociológico de la escuela. En: Revista USP, São Paulo, n.57, pág. 210-226, marzo/mayo de 2003.

 

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