por MARCO ANTONIO CHICARONI*
El papel de los revisores fiscales para una tributación justa y eficiente como instrumento de financiación del Estado
El Estado es un agente de desarrollo. No hay ejemplo en la historia del desarrollo sin Estado. Tampoco, desde la Antigua Roma, ha existido un Estado sin auditores fiscales, entonces llamados “publicanos” o “recaudadores de impuestos”. Si el Estado es el garante de los derechos sociales y el promotor de la competitividad en democracia, podemos decir que los revisores fiscales son los verdaderos guardianes de estos derechos. Hormiguitas –a veces incomprendidas, descuidadas, cuando no pisoteadas– que pacientemente juntan recursos para el prolongado invierno y la supervivencia de la comunidad. Servidores públicos que sientan las bases para que los derechos y la ciudadanía surtan efecto.
El papel del Estado ha demostrado ser aún más vital en tiempos de pandemia y recesión económica y se vuelve más apremiante en un país continental como Brasil, con uno de los índices de desigualdad social más vergonzosos del mundo. Para cambiar este escenario y promover el desarrollo regional y nacional, las acciones del Estado deben abarcar la provisión de servicios de justicia social, seguridad, salud y educación de calidad hasta la articulación y fomento de la economía.
Dichos objetivos necesariamente dependen de los recursos financieros. Una fiscalidad justa y eficiente se muestra como el mejor instrumento de financiación del Estado. Otras formas de ingresos, como la deuda pública y la emisión de divisas, tienen sus límites, desafíos y riesgos, que van desde la inflación hasta las altas tasas de interés para el erario y la sociedad. El balance de las cuentas públicas es de gran importancia para la estabilidad económica y social del país. Esto no solo ocurre por el lado del gasto, sino que también implica la entrada de ingresos tributarios de manera eficiente y equitativa, tarea a la que se dedican los auditores fiscales.
Si bien la inspección puede ser la vertiente de los revisores fiscales más conocida por los ciudadanos, sus atribuciones son diversas a fin de garantizar la recaudación tributaria necesaria para el erario del Estado. Los revisores fiscales son los encargados de elaborar las normas tributarias, orientar y cobrar a los contribuyentes, así como de estudiar, planificar y desarrollar todos los medios necesarios para la prestación de estos servicios.
Otra tarea fundamental que realizan los auditores se refiere a la identificación de los delitos fiscales y tributarios. La lucha contra la evasión fiscal debe redundar en interés de la sociedad y de la economía. Esto debe ocurrir no sólo restituyendo los recursos públicos malversados, y aplicando la ley a todos, sino también combatiendo la competencia desleal practicada por quienes distorsionan, degradan el mercado y buscan ventajas competitivas a través del fraude y la evasión fiscal.
Para ello, la administración tributaria demanda profesionales bien calificados para hacer frente al complejo y cambiante entorno legal, económico y político, requiriendo constantes inversiones y condiciones competitivas, no sólo materiales sino también institucionales, para el cabal cumplimiento de todas sus atribuciones.
No en vano, por lo tanto, se concedió a las autoridades fiscales la rara prioridad constitucional en cuanto a la asignación de recursos públicos para el desempeño de sus funciones. Artículo 37, Inc. XXII, de la Constitución Federal, recomienda que las administraciones tributarias son actividades esenciales para el funcionamiento del Estado y deben ser desempeñadas por servidores públicos de carrera específica, que tengan recursos prioritarios para el ejercicio de sus actividades y actúen de manera integrada.
Los desafíos sociales y económicos de Brasil, incluido São Paulo, son inmensos. Para superarlos, el papel de los recaudadores de impuestos y del revisor fiscal es fundamental en la promoción de un Estado y una sociedad en los que se garanticen a los ciudadanos los derechos esenciales a una vida digna y las oportunidades para su pleno desarrollo, en todos los sentidos. Es vital, por tanto, garantizar las condiciones necesarias para que las autoridades tributarias puedan desarrollar con solidez su misión institucional.
*marco antonio chicaroni Presidente del Sindicato de Auditores Fiscales del Servicio de Ingresos del Estado de São Paulo (Sinafresp).
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