La presencia del capital minero transnacional en la Amazonía

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por JOSÉ RAIMUNDO TRINDADE*

La actual situación brasileña apunta a un escenario nada prometedor, con destrucción de derechos sociales y ambientales que afectan a las comunidades más afectadas por proyectos que involucran grandes capitales minerales.

Introducción

En las últimas décadas, la presencia de grandes capitales minerales en la Amazonia se ha convertido en uno de los principales elementos económicos de la región, siendo estas empresas, en su mayoría, empresas transnacionales que operan los flujos internacionales de producción y transacción de los principales commodities minerales de exportación brasileña. La estructura accionarial de estas empresas está formada por los tres principales agentes económicos de la modernidad capitalista: el Estado, el capital financiero y el capital industrial, tanto nacional como internacional.

El análisis aquí desarrollado, centrado en el sector mineral de la Amazonia oriental brasileña, se justifica por su importancia para la dinámica productiva regional y nacional y por el carácter estratégico de las reservas minerales allí encontradas para la acumulación de capital, y por los profundos impactos sociales y ambientales que la exploración mineral provoca en la región. La exploración mineral representa casi el 75% de la agenda exportadora del estado de Pará, el mayor segmento económico del PIB (Producto Interno Bruto) del citado estado y uno de los más significativos de la región en su conjunto, como se puede verificar en los datos de las Cuentas Regionales.[i]

El sector minero ha sido históricamente un segmento fuertemente monopolizado, especialmente en los segmentos de mineral de hierro y aluminio (bauxita), esto como resultado en parte de tres aspectos que posibilitaron una fuerte concentración y centralización del capital, dos de los cuales ya fueron enumerados anteriormente: (i) la capacidad monopolizable espacialmente limitada para apropiarse del potencial mineral; (ii) la capacidad tecnológica para operar, especialmente en la industria del transporte de larga distancia y de gran escala (logística del transporte ferroviario y navegación oceánica) y; (iii) la intrincada relación entre el capital del sector y las instituciones estatales que definen la apropiación total o parcial de la renta mineral por parte del capital privado.

Este texto se divide en cuatro apartados, además de esta introducción. La primera sección establece la cuestión del estándar primario-exportador brasileño y los aspectos teóricos de la acumulación por despojo, tal como lo establece David Harvey (2005), condición macroeconómica directamente vinculada a la exploración mineral en la región; La segunda sección aborda la empresa transnacional del capital minero en la región, mostrando cómo las empresas transnacionales se han consolidado como base para la acumulación mineral; La tercera sección profundiza en los factores que definen la exploración del subsuelo amazónico; Finalmente, muestra cómo este patrón económico minero no produce efectos de desarrollo social y coloca al territorio ocupado en riesgo ambiental sistémico..

Patrón primario-exportador y acumulación por despojo

El sistema capitalista se configura en una dinámica de acumulación a escala creciente. Un proceso de ciclos renovados de acumulación y producción de más valor que incluye diversos espacios territoriales de reproducción, creando una dinámica reproductiva globalizada.

La Amazonia constituye uno de estos espacios locales de explotación capitalista, un territorio de acumulación en expansión que sufrió una reconfiguración económica a lo largo de los diversos ciclos del desarrollo capitalista brasileño durante el siglo XX hasta la configuración actual de una reserva neoextractiva de recursos naturales con efectos sobre su ocupación, espacio, uso de la tierra, valor, relaciones laborales y desintegración ambiental.

En las últimas décadas se ha ido instaurando cada vez más en América Latina una nueva disposición relacional con el capital global. Este patrón de desarrollo capitalista, centrado en algunos ejes comunes, se generalizó en varios países del continente, estableciendo lo que Osório (2012), centrado en una perspectiva marxista, estableció como un “patrón exportador de especialización productiva”.

En este contexto, dos aspectos son importantes: (i) el papel de la producción mineral amazónica en la lógica actual del desarrollo brasileño, centrada en la creciente reprimarización económica y; (ii) la elevada degradación ambiental producida por las formas establecidas de exploración minera, que David Harvey (2005) llama acumulación por expoliación. La reprimarización económica es un punto más evidente en las economías que han alcanzado un mayor grado de complejidad industrial, como es el caso de Brasil.

Específicamente, las condiciones de evolución de la canasta exportadora brasileña en los últimos años plantearon la cuestión del problema del desarrollo de un “patrón exportador de especialización productiva”, ya sea por la base exportadora de baja intensidad tecnológica, o por la fuerte dependencia de el ciclo de apreciación de la demanda internacional de bienes básicos o primarios.

Respecto de la acumulación por desposesión, vale la pena destacar que la acumulación por desposesión constituye un mecanismo histórico de reproducción del capital basado en la apropiación o “desposesión” de riqueza o propiedad previamente existente, capaz de dar lugar a las condiciones de acumulación de capital frente a las recurrentes crisis de sobreproducción del capitalismo. Esta forma de acumulación se refiere a las condiciones previas para el desarrollo del modo de producción capitalista, que Marx ([1867], 2013) llamó acumulación primitiva de capital.

Estas formas de acumulación desposeída son muy diversas, pero tienen como punto común ser mecanismos de un alto grado de degradación social y ambiental. De esta forma, la explotación de recursos naturales y el neoextractivismo mineral son muy característicos de un proceso de exploración a gran escala que utiliza yacimientos minerales de alto contenido y fácil prospección, propios de los grandes yacimientos amazónicos, tanto de hierro como de bauxita, ambos minerales principales. explotados en la región que tratamos.

Las condiciones específicas para la expansión de la industria minera amazónica implican la expulsión de varias poblaciones de sus territorios originales, así como un alto costo ambiental en la región, como se mostrará en este artículo. Por otro lado, la privatización de empresas estatales como la Companhia Vale en la década de 1990, junto a gigantescas áreas de bosque devastadas para garantizar la explotación mineral, son elementos que contribuyen a la identificación del actual ciclo neoextractivista como un proceso de acumulación por saqueo.

La presencia del capital minero transnacional en la Amazonía

El hecho de que la Amazonia desempeñe el papel de depósito de valores de uso primario para el gran capital crea una situación en la que ese vasto territorio posibilita un doble papel. Por un lado, garantiza una gigantesca masa de valores exportables que favorece la balanza de pagos, vía exportaciones a la economía nacional. Por otro lado, los bajos costos de producción minera posibilitan ganancias a las empresas transnacionales del sector que actúan en la región, ya sea por la calidad del mineral o por la enorme transferencia de rentas extraordinarias provenientes de las minas y de la logística, casi toda ella proporcionada por el Estado brasileño, como se demostrará.

El sector minero ha sido históricamente un segmento altamente transnacionalizado, especialmente en los segmentos de mineral de hierro y aluminio (bauxita), en parte debido a tres aspectos que han posibilitado una fuerte concentración y centralización del capital, dos de los cuales ya han sido enumerados anteriormente: (i) la capacidad monopolizable espacialmente limitada para apropiarse del potencial mineral; (ii) la capacidad tecnológica para operar, especialmente en la industria del transporte de larga distancia y de gran escala (logística del transporte ferroviario y navegación oceánica) y; (iii) la intrincada relación entre el capital del sector y las instituciones estatales que definen la apropiación total o parcial de la renta mineral por parte del capital privado. En el caso del mineral de hierro, tres grandes empresas controlan el mercado transoceánico: Companhia Vale, Companhia Rio Tinto y BHP Billiton.

El segmento de aluminio primario está controlado por las llamadas “seis hermanas”, con algunos cambios estructurales ocurridos en las últimas dos décadas: Alcoa, Alcan, BHP Billiton, Norsk Hydro, Pechiney y Comalco, siendo las dos primeras productoras integradas desde materia prima (bauxita) hasta bienes finales.

De todo esto, se puede inferir que las inversiones nacionales y, principalmente, las extranjeras, orientadas por el Estado brasileño, en este período, aseguraron la inserción del capital monopolista en la región, y mucho más que eso, garantizaron la acumulación de capital en gran escala.

Pero recientemente, se puede destacar que el papel del sector minero en la Amazonía no ha retrocedido, por el contrario, la minería en la Amazonía ha ascendido a un papel protagónico considerando el volumen de exportaciones y su participación en relación al Producto Interno Bruto (PIB) del estado de Pará, sin embargo, en lo que se refiere a una mejor distribución de los ingresos provenientes de la exploración mineral hacia la sociedad local, muy poco se ha aportado.

En general, se puede observar que la participación de la industria de extracción de minerales en la composición del PIB industrial ha aumentado en todas las unidades federativas presentadas en el cuadro anterior. Sin embargo, el principal énfasis en el crecimiento recae en la creciente contribución que la industria de extracción de minerales hace a la economía del estado de Pará, pues se puede observar que la tasa de crecimiento promedio para el período de 2002 a 2021 registra un crecimiento del 30%.

Tabela 01 – Principales empresas transnacionales de exploración minera o holdings ubicados en la Amazonía

EmpresaCapital (origen)UFMunicipio de Operación
Valesujetador/japonésPAParaupebas
PAOurilandia del Norte
PACanaá dos Carajás
Valle de Salobosujetador/japonésPAMarabá
Minería CSNsujetador/japonés/chicoROItapuá del Oeste
HidroeléctricanorPAParagominas
PABarcarena
Minería Rio do NorteAus/Eng/Usa/NortePAoriximina
PerlaAusAPPedro Branca a Amapari
ImerysFraPAIpixuna
PABarcarena
AlcoaEstados Unidos/AustraliaPAJuruti
tabacaPorAMPresidente Figueredo
CadamEuaAPLa victoria de Jari
TortitaIngPAItaituba
Soldadura blancaBienROAriquemes
Minería AVBAusPAcurionópolis
PAAgua Azul del Norte
fuente: Publicación Brasil Mineral 2017.

La territorialidad de las transnacionales y la búsqueda de ganancias extraordinarias en la Amazonia: los casos de la explotación de hierro y aluminio

La variabilidad de la disponibilidad y calidad de las minas está relacionada con aspectos de ubicación, accesibilidad y calidad del mineral disponible bajo tierra. En el caso de la Amazonia, la frecuencia de yacimientos con alto contenido mineral sentó las bases para una feroz competencia entre diferentes capitales, que buscan, en última instancia, monopolizar esos recursos no reproducibles, a fin de garantizar ventajas que proporcionen un extraordinario diferencial de ganancias sectoriales.

La minería de hierro, en el Sistema Norte de la Compañía Vale, se remonta a 1985, está ubicada en Carajás, en el estado de Pará, y contiene uno de los mayores yacimientos de mineral de hierro del mundo. Las minas están ubicadas en tierras públicas para las que la empresa ha obtenido licencias de exploración. Debido al alto contenido (66,7% en promedio) de los depósitos del Sistema Norte, no es necesaria la operación de una planta concentradora en Carajás.

El proceso de beneficiación consiste únicamente en operaciones de medición, cribado, hidrociclado, trituración y filtrado. Posteriormente, el mineral de hierro es transportado por la Ferrovia Carajás (EFC) hasta la terminal marítima de Ponta da Madeira, en el estado de Maranhão.[ii]

En 2021, el beneficio neto de Vale fue de R$ 121,2 mil millones, un aumento del 2021% en comparación con R$ 354 mil millones en 26,7, derivado en gran medida del alto diferencial de ingresos apropiado en las minas de Carajás.[iii] El ingreso complementario puede ser visto como la diferencia entre los costos de producción de las minas de Carajás y los costos de producción de las minas chinas, así que considerando los valores de 2010 presentados por Vale respecto a Carajás, tenemos una diferencia de US$ 85.

En estos términos, cuanto mayor sea la diferencia entre los costos de producción, mayor será la ganancia suplementaria resultante de la Renta Diferencial I, resultante de la calidad del mineral y de la posible escala de producción, elemento central para hacer viable la estructura logística necesaria.

Otro importante sistema de explotación mineral es la producción de aluminio, controlada por un pequeño número de empresas. Desde finales de la década de 1980 y durante la década de 1990, se produjo un movimiento de reestructuración productiva y de reubicación espacial en la industria del aluminio. Como movimiento inicial, se produjo una desconcentración de las plantas de producción en los países centrales, transfiriéndose significativamente la producción a un grupo de países que contaban con la doble ventaja de contar con fuentes de energía alternativas al petróleo (hidroelectricidad, carbón, gas) y grandes yacimientos de bauxita, entre los que se destacan Brasil, Venezuela y Australia, entre otros.[iv]

Mineração Rio do Norte (MRN) contó con la participación del gobierno brasileño, asociado al capital extranjero en la implementación de proyectos minerales. A finales de 1971, Alcan inició la ejecución del proyecto Trombetas, que pronto fue suspendido debido a la crisis del mercado mundial del aluminio en ese momento. El aplazamiento del proyecto culminó con la intervención del gobierno brasileño para concederlo y, a partir de junio de 1972, CVRD y Alcan iniciaron negociaciones para establecer una empresa conjunta, con el objetivo de reanudar el proyecto (BUNKER, 2004). De esta forma, el Estado brasileño, a través de CVRD, adquirió el 40% del accionariado de MRN y asumió la responsabilidad de ejecutar el proyecto.[V]

La extracción y procesamiento de la bauxita metalúrgica, realizada por MRN, constituye la fase inicial del ciclo de producción del aluminio. El procesamiento, que consume mucha electricidad -principal componente del coste- pasa todavía por una fase intermedia, la producción de alúmina realizada por Alunorte y, finalmente, el aluminio primario, cuya producción realiza Albrás. MRN suministra bauxita a los complejos de Barcarena (Alunorte/Albrás) y São Luiz (Alumar).

Los límites de la extracción de minerales

Es conocido el impacto ambiental que tiene la industria extractiva de minerales, como lo destaca Penna (2009): “la actividad minera es la que ha mostrado menor nivel de compromiso social y ambiental comparada, por ejemplo, con la exploración petrolera”. La exploración en la Amazonía sigue una lógica internacional, con el agravante de que la dinámica extensiva del área minera tiende a destruir un mayor porcentaje de bosque primario.

El área de exploración de hierro de la Compañía Vale en el estado de Pará corresponde a una porción del Bosque Nacional de Carajás[VI], con exploraciones en desarrollo en varios frentes, siendo los más significativos los de Parauapebas y Cannãa dos Carajás.

Varios estudios muestran que la extracción de minerales produce cuatro efectos socioambientales perennes: (i) la destrucción del bioma “canga”; (ii) la deforestación forestal y la pérdida de diversidad biótica; (iii) el desplazamiento y el sufrimiento impuestos a las comunidades y poblaciones tradicionales; (iv) atracción demográfica y concentración en zonas cercanas.

La canga constituye un ecosistema complejo y específico de áreas de germinación de hierro, muy similar al cerrado, e incluye una gran variedad de especies de las familias Asteraceae, Fabaceae, Cyperaceae, Bromeliaceae, Cactaceae, Orchidaceae, Convolvulaceae, entre otras. Este ambiente está completamente destruido con el avance de la minería, siendo el área original del Bosque Nacional de Carajás paulatinamente revertida en su totalidad a la minería. Un impacto colateral del avance de la minería es la destrucción de la fauna que tenía como hábitat la región, como lo destaca el estudio del ICMBio (2012, p. 23), este “ambiente de presiones selectivas extremas puede resultar en un gran número de especies endémicas con adaptaciones metabólicas y anatómicas específicas”.

La deforestación y la pérdida de diversidad biótica en la Amazonía están acompañadas de diversos procesos de explotación económica, y la literatura sobre el tema aporta información básica de que, si bien la ganadería es la principal causa directa de la deforestación en la región amazónica, los frentes mineros representan un importante vector de destrucción de los bosques nativos.

Los primeros años de la última década fueron críticos en términos de devastación forestal en la Amazonía, alcanzándose 2005 km² de área deforestada en 19,01. Ese año, solo el estado de Mato Grosso fue responsable de más del 40% de la deforestación total, seguido de Pará (32%). A partir de este pico, la superficie ha ido disminuyendo paulatinamente, hasta alcanzar en 6,6 los 2017 mil km² de área deforestada, cifra todavía muy elevada. Respectivamente, la minería y la producción de soja son los dos principales procesos económicos desarrollados en estas dos unidades federativas.

En el caso de la extracción de minerales, el fuerte discurso ambientalista de las principales empresas del sector contrasta con el patrón devastador real del mismo. Cabe señalar que el ciclo minero completo consta de tres fases: (i) desmonte forestal, consistente en la eliminación de masas forestales en las áreas a explotar; (ii) la extracción de laterita y la exposición del yacimiento mineral; (iii) el abandono de la zona actual y la apertura de un nuevo frente. En algunos casos, las empresas mineras reconstituyen un bosque secundario, pero con una enorme pérdida de diversidad.

A diferencia de la exploración minera en minas profundas, como se observa en otros países, la exploración amazónica se realiza a cielo abierto y los afloramientos minerales se producen a ocho metros del suelo, lo que implica que la exploración se desarrolla en un área cada vez más extensa, siendo el desmonte una condición permanente del ciclo exploratorio. En las minas a cielo abierto, luego de retirar la cubierta forestal, se realiza la perforación y detonación, extrayendo una masa de material estéril, para luego extraer el mineral. Así, la expansión de la extracción mineral establece, como en otros frentes de acumulación, un fuerte impacto en la deforestación forestal.

En las principales zonas mineras, tanto de hierro como de bauxita, el impacto sobre las comunidades tradicionalmente asentadas es enorme. En el estudio organizado por Fernandes et al (2014, p. 17), los autores destacan que “la contaminación del agua y la disposición inadecuada de residuos, entre otros impactos, han causado daños al ecosistema local”, y los impactos de los proyectos minerales instalados en Pará afectan a diferentes grupos poblacionales, incluyendo 12 comunidades urbanas, 04 comunidades ribereñas, 07 comunidades quilombolas y de pescadores y 04 comunidades indígenas.

Vale la pena considerar tres impactos presentes en las áreas de exploración: (i) desplazamiento poblacional y concentración demográfica acelerada; (ii) pérdida de la capacidad de subsistencia económica, social y cultural de las poblaciones tradicionales; (iii) diferentes grados de contaminación y degradación ambiental.

El intenso desplazamiento poblacional y la formación de nuevos centros urbanos son notables y son, en gran medida, resultado tanto de los cambios territoriales impuestos por la logística necesaria para la acumulación de capital minero, especialmente el Ferrocarril de Carajás, como de la estructura específica necesaria para la exploración de yacimientos minerales, que dio origen a varios municipios, destacándose por su importante crecimiento demográfico reciente los municipios de Canaã dos Carajás, Água Azul do Norte y Parauapebas.

Como muestran datos del último Censo Demográfico (2022), los indicadores sociales de los municipios mineros son muy precarios, poniéndose de manifiesto tanto la elevada expansión demográfica, fruto de la fuerte atracción que ejercen los proyectos mineros sobre las poblaciones aledañas, como la baja capacidad de transformación cualitativa de las condiciones de vida de la población.

Como destacó Coelho (2008, p.248), “con excepción de Parauapebas, los demás carecen de varios recursos, incluida la infraestructura de saneamiento básico para atender a la población”. Vale la pena destacar que incluso municipios más antiguos como Marabá presentan indicadores sociales pobres y un fuerte crecimiento poblacional reciente.

En general, la capacidad de la minería basada en grandes empresas transnacionales para modificar positivamente la realidad socioeconómica local ha sido objeto de análisis en varios países (FERNANDES et al, 2014), reconociéndose la baja capacidad para establecer “enlaces” sociales y económicos.

En el caso de Pará, dos aspectos contribuyen al efecto enclave minero: (i) el alivio fiscal que reduce el volumen de impuestos recaudados y reduce la capacidad de intervención de los gobiernos estatales y municipales, especialmente considerando la falta de principios federativos que protejan las transferencias para reemplazar pérdidas; (ii) las regalías minerales (Compensación Financiera por Exploración Mineral – CFEM) son las más bajas del mundo (varían entre 0,2% y 3% neto), lo que imposibilita a la sociedad estatal y local apropiarse de una porción de los ingresos minerales que sea significativa para establecer una agenda de desarrollo local.

De los municipios considerados anteriormente, sólo Parauapebas, Canãa dos Carajás, Oriximiná y Barcarena, por ser sedes de las principales minas en operación (N4D y SN11D, Trombetas) y plantas de reducción de alúmina/aluminio, recibieron un volumen más significativo de recursos provenientes de regalías minerales; Sin embargo, como señalamos en otro estudio (TRINDADE et al., 2014), dadas las actuales condiciones de exploración y la ausencia de planificación y políticas fiscales, lo que ocurrirá es la creciente precariedad de los indicadores sociales y la ausencia de proyectos para cuando las minas se agoten.

Por otra parte, investigaciones realizadas en la región demuestran cómo la apropiación de tierras por parte de las grandes empresas mineras ha llevado al despojo total de las poblaciones tradicionales, siendo muy visible en estos procesos la dinámica de lo que Harvey (2008) llama acumulación por despojo, ya sea por la pérdida de capacidad de subsistencia económica, social y cultural de estas poblaciones tradicionales, o por su utilización en procesos de producción complementarios y necesarios para la extracción de minerales, como, por ejemplo, la utilización de mano de obra en condiciones análogas a la esclavitud en la producción de carbón para su uso en las industrias de arrabio de la región.

Las poblaciones indígenas fueron las más afectadas por el conjunto de proyectos que pasó a denominarse Programa Grande Carajás (PGC), siendo el Proyecto Hierro Carajás, el Proyecto Trombetas (MRN), Albrás-Alunorte (Barcarena), Alumar (São Luís) y la UHE Tucuruí, constituyendo el núcleo del PGC y afectando a un conjunto de pueblos indígenas diversos a partir de la década de 1970, destacándose por el grado de impacto los Apinayé (Tocantins); halcones parkatêjê, parakanã, suruí y kayapó-xikrin (Pará); Buitres Pukobyê, Guajá, Guajajara, Krikatí y Kaapor (Maranhão) y las tierras indígenas Awáe Krikati que aún no habían sido demarcadas, como bien describe el trabajo reciente de Juliana Neves Barros (2024).

Los informes técnicos de Iara Ferraz (1983, 1984) para la FUNAI/CVRD todavía constituyen una importante evidencia documental de la epopeya explotadora del gran capital, aliada a la intervención estatal, sobre estas poblaciones que no tenían capacidad de defensa. De esta forma, la línea de transmisión de la Central Hidroeléctrica de Tucuruí destruyó la antigua aldea de Gaviões, que fue trasladada a una nueva aldea situada a menos de 10 kilómetros de la ferrovía de Carajás, debilitando aún más esa población (FERRAZ, 1984).[Vii]

Consideraciones finales

Se establecen varios efectos deletéreos como parte de esta dinámica, que identificamos y abordamos en una primera aproximación: (i) el desplazamiento poblacional y la concentración demográfica acelerada; (ii) pérdida de la capacidad de subsistencia económica, social y cultural de las poblaciones tradicionales; (iii) diferentes grados de contaminación y degradación ambiental.

Los datos presentados, así como la consideración de los impactos sobre las comunidades locales, la deforestación y la baja interacción económica con los sistemas de producción regionales, nos llevan a concluir que la industria extractiva de minerales necesariamente tendrá que ser regulada a través de políticas tributarias y de regalías más efectivas, además de estar sujeta a estándares de monitoreo ambiental más estrictos.

Lamentablemente, la actual situación brasileña apunta a un escenario nada prometedor, con destrucción de derechos sociales y ambientales que afectan a las comunidades más afectadas por estos proyectos y una creciente pérdida de soberanía nacional.

*José Raimundo Trinidad Es profesor del Instituto de Ciencias Sociales Aplicadas de la UFPA. Autor, entre otros libros, de Agenda de debates y desafíos teóricos: la trayectoria de la dependencia y los límites del capitalismo periférico brasileño y sus condicionantes regionales (Paka-Tatu).

Versión reducida del artículo publicado en Cuadernos del Observatorio de Desarrollo Regional, organizado por Zulene Muniz Barbosa. San Luis, EDUEMA, 2024.

Referencias


BARROS, Juliana Neves. El puño de hierro de la minería en tierras de Carajás. Londres: Cambridge University Press, 2024.

Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). GRANDES CORPORACIONES MINERAS: ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO. Boletín Sectorial No. 45, abril (2001b).

BUNKER, Stephen G. Los factores espaciales y materiales de la producción y los mercados globales. Nuevos cuadernos de NAEA, vol. 7, n° 2, págs. 67-107, Belén: NAEA, diciembre. 2004

COMISIÓN PRO-INDIANA DE SÃO PAULO. La expansión minera amenaza los territorios quilombolas, 2015. Disponible aquí.

FERNANDES, Francisco Rego Chaves; ALAMINO, Renata de Carvalho Jiménez; ARAÚJO, Eliane (Eds.). Recursos minerales y comunidad: impactos humanos, socioambientales y económicos. Río de Janeiro: CETEM/MCTI, 2014.

BERLÍN, Ira. Doble impacto: el Proyecto Carajás y los “proyectos de apoyo” a las comunidades indígenas Gaviao y Surui de Pará. Colección del Centro de Trabajo Indígena, 1984. Disponible aquí .

2005. El nuevo imperialismo. Nueva York: Routledge, XNUMX.

INSTITUTO CHICO MENDES PARA LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD (ICMBio). EL AVANCE DE LA MINERÍA EN EL BOSQUE NACIONAL DE CARAJÁS, PARÁ VERSUS LA CONSERVACIÓN DEL ECOSISTEMA CANGA. En: No vale la pena: Duplicar las ganancias privadas y los impactos colectivos, 2012. Disponible aquí.

MARX, K. El capital: crítica de la economía política, Libro I: El proceso de producción del capital [1867]. São Paulo: Boitempo, 2013.

MINERÍA DEL RIO DO NORTE. Informe anual. Río de Janeiro, 1995-1996.

OSÓRIO, J. América Latina: el nuevo patrón exportador de especialización productiva: un estudio de cinco economías de la región. En: FERREIRA, C.; OSÓRIO, J.; LUCE, M. (Orgs.). Patrones de reproducción del capital: aportes desde la teoría marxista de la dependencia. São Paulo: Boitempo, 2012.

PENNA, Carlos Gabaglia. Efectos de la minería sobre el medio ambiente. En: ((o))eco: Periodismo Ambiental. Disponible en: http://www.oeco.org.br.

TRINDADE, JRB La metamorfosis del trabajo en la Amazonia: más allá de la minería de Rio do Norte. Belém: UFPA/NAEA, 2001. 171 p.

TRINIDAD, José Raimundo Barreto; OLIVEIRA, Wesley Pereira de; BORGES, Gedson Thiago. El ciclo mineral y la urgencia de políticas de desarrollo local: el caso del municipio de Parauapebas en el sudeste del Estado de Pará. Revista de Políticas Públicas, San Luis, v. 18, n. 2, pág. 603-18, 2014.

Notas


[i][i] Cf.

[ii] En el caso del mineral de hierro, por ejemplo, cabe señalar que las reservas mundiales alcanzan los 310 mil millones de toneladas, y Brasil posee el 6,1% de ese total, detrás de China y Australia. Sin embargo, “considerando el alto contenido de mineral de hierro del 64% en promedio, el país tiene una posición diferente considerando el contenido promedio del 59% obtenido en Australia, en comparación con menos del 40% en China” (BNDES, 2001). Cabe destacar que en la Amazonia se encuentra la mayor concentración de hierro del planeta, la provincia mineral de Carajás, cuyas reservas suman más de 17 mil millones de toneladas y tienen un alto contenido de Fe.2O3, alcanzando el 66%.

[iii] Consulte el Informe Administrativo de Vale. Acceso aquí.

[iv] Brasil representa el 9,4% de la producción mundial total, siendo MRN responsable del 65,82% de ese total. Los mayores productores mundiales son: Australia (36,3%); Guinea (15,7%); Jamaica (10,4%); Brasil (9,4%).

[V] La estructura accionarial de MRN está vigente desde la década de 1970, cuando se firmó su acuerdo de accionistas, dividiendo la empresa entre: Vale (40%), BHP Billiton Metais (14,8%) Rio Tinto Alcan (12%), Companhia Brasileira de Alumínio – CBA (10%), Alcoa Brasil (8,58%), Norsk Hydro (5%), Alcoa World Alumina (5%) y Abalco (4,62%). Recientemente (2011) Vale Company vendió su participación en MRN y otras empresas del sector del aluminio, ver Informe Anual de Vale Company (2012).

[VI] El Bosque Nacional de Carajás es un área de conservación ambiental federal de Brasil, ubicada en el estado de Pará, al sur del país. Es administrada por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) y actualmente está concedida a la empresa Vale S.A. Tiene poco menos de 412 mil hectáreas, habiendo sido creada por el decreto 2.486 del 2 de febrero de 1998. La exploración minera está permitida dentro del área protegida. Consultar: http://pt.wikipedia.org/wiki/Floresta_Nacional_de_Caraj%C3%.

[Vii]Cabe destacar que los pueblos indígenas teñidos han resistido con diversas formas de luchas sociales, por ejemplo, en 2003, los indígenas de la tribu Gavião bloquearon la EFC, provocando la interrupción de las actividades de Vale (FERNANDES et al., 2014, p. 46-47).


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