la nueva hegemonía

Imagen: Hamilton Grimaldi
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

la nueva hegemonía

por CAIO BUGIATO*

Ensayo sobre la burguesía asociada en Brasil

La investigación sobre la llamada comunidad empresarial brasileña, o la burguesía brasileña, ya es tradicional en el país y constituye un área de estudio vasta y compleja. Tal investigación tiene una variedad de objetos, entre ellos destacamos aquellos sobre sectores o fracciones de la clase dominante en Brasil, como es el caso de los estudios de Bruno (1997) sobre la burguesía agraria, de Diniz y Boschi (2007) sobre la industria burguesía, de Minella (1988) sobre la burguesía bancaria, de Campos (2017) sobre la burguesía de la construcción civil. Igualmente relevantes son los estudios que investigan más directamente la relación entre la burguesía y el Estado brasileño, como es el caso de Mancuso (2004).

Más recientemente, han surgido investigaciones más amplias sobre el papel de la burguesía en el proceso político nacional, como los estudios de Boito Júnior (2018). Sólo por nombrar algunos temas y autores. Sin embargo, lo que llama nuestra atención en esta área es el poco énfasis que la investigación le da a lo que llamamos la burguesía asociada.

Los clásicos del pensamiento social brasileño (Jacob Gorender, Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, Ruy Mauro Marini, Florestan Fernandes, entre otros) ya apuntaban a la existencia de una fracción de la clase dominante, en una formación social capitalista periférica y dependiente, que es un agente político asociado al capital internacional. En este sentido, para una noción general, recurrimos brevemente a Gorender, quien presenta algunos aspectos de las relaciones entre la burguesía brasileña y el capital extranjero: por un lado, la perspectiva del nacionalismo burgués, de confrontación con las empresas extranjeras y sin aceptación de asociación; por el otro, grados de asociación, desde una asociación marginal en la que el control y la dirección de las fuerzas productivas permanece en manos de los capitalistas nacionales hasta la pérdida del control y la dirección junto con la completa subordinación política al capital internacional. El autor también recuerda que todas estas relaciones se reproducen en las instancias del Estado, constituyendo fuerzas que provocan malestares no siempre visibles en el escenario político (GORENDER, 1982)

Sin embargo, es en la teoría marxista del Estado donde encontramos el esquema teórico para analizar la relación entre las luchas de clases y el Estado capitalista en una determinada formación social, particularmente para nuestro interés el análisis de la burguesía asociada y su agencia política. En su teoría del Estado capitalista, Nicos Poulantzas (1977) atestigua el papel del Estado en el mantenimiento de la unidad de una formación social capitalista, que es también el objetivo básico de la burguesía en su conjunto: el mantenimiento de las relaciones sociales existentes y, para materializarlos, por tanto, es imprescindible la conservación del Estado. Esta práctica de la burguesía de conservación de las relaciones sociales es la que da unidad a la clase y aliada a su funcionamiento ideológico, que “consiste en el hecho de intentar imponer, a la sociedad en su conjunto, un 'modo de vida' a través del cual la El Estado será vivido como representante del 'interés general' de la sociedad, como poseedor de las claves de lo universal, frente a los 'particulares'” (POULANTZAS, 1977, p. 209), lo constituye como fuerza social. El Estado burgués “no representa directamente los intereses económicos de las clases dominantes, sino sus intereses políticos: es el centro del poder político de las clases dominantes en la medida en que es el factor organizador de su lucha política” (POULANTZAS, 1977, p. 185) Asegurar la dominación de clase es parte del papel del Estado, ya que el Estado como institución no tiene poder propio. Vale la pena señalar que el poder, para Poulantzas, es la capacidad de una clase o fracción social para llevar a cabo sus intereses específicos.

La compleja relación entre la clase dominante y sus fracciones y el Estado burgués se aclara a través del concepto de bloque de poder. El bloque de poder es la unidad contradictoria de las fracciones de la clase burguesa en torno a objetivos generales –referidos al mantenimiento de las relaciones de producción capitalistas–, unidad que no elimina los objetivos particulares de cada fracción. El bloque de poder no es un acuerdo político explícito, sino una comunidad de intereses de los propietarios de los medios sociales de producción. Su unidad está garantizada por el interés común de las fracciones de gobernar directa o indirectamente el Estado, haciéndolo atender a sus intereses generales (el mantenimiento de la propiedad privada de los medios de producción y la reproducción de la fuerza de trabajo como mercancía) y específicos de cada una de ellas. fracción. . El Estado es, por tanto, un factor de unidad política del bloque en el poder (POULANTZAS, 1977).

En la articulación del bloque de poder se tiende a la formación de un núcleo hegemónico, integrado por una (o más) fracción, la fracción hegemónica. La hegemonía se conquista a través de la capacidad de una fracción de hacer prevalecer sus intereses particulares dentro del bloque de poder, es decir, es la capacidad de la fracción de obtener beneficios prioritarios, principalmente, de la política económica del Estado (es decir, otras políticas estatales, como la política social y exterior, también son relevantes). Las políticas de Estado (especialmente la política económica) provocan la constitución de fracciones y al mismo tiempo señalan su posición dentro del bloque. La relación entre el Estado burgués y las fracciones se da en el sentido de su unidad política bajo la égida de una (o varias) fracciones hegemónicas.

La burguesía es una clase dotada de una compleja heterogeneidad. Sus clivajes económicos están dados por el ciclo de reproducción del capital (capital comercial, industrial, bancario, etc.), por la concentración y centralización del capital (grande y mediano y monopolista y no monopolista), por las relaciones con el imperialismo (nacional, interno burguesía y comprador), entre otros aspectos, así como las dimensiones políticas e ideológicas que pueden generar la formación de una determinada fracción de clase. Estos clivajes pueden combinarse de formas variadas y dinámicas y como base para la aglutinación o división política de fracciones. Que tales clivajes favorezcan o no la formación de fracciones burguesas depende de las circunstancias y de la reacción de estos sectores de la burguesía, principalmente frente a la política económica del Estado.

Nos interesan aquí las relaciones entre la burguesía y el capital/imperialismo internacional. Según Poulantzas (1976 y 1978) las fracciones de esta clase se pueden distinguir en la burguesía compradora (lo que llamamos burguesía asociada), la burguesía nacional y la burguesía interna. La burguesía compradora es la fracción cuyos intereses están directamente subordinados a los del capital extranjero y que sirve como intermediario directo para la implantación y reproducción del capital extranjero dentro de una formación social. La injerencia del capital extranjero “sólo puede, en general, desempeñar un papel decisivo en los diversos países dependientes […] articulando, en estos países, con las relaciones internas de poder” (POULANTZAS, 1976, p. 20). Esta fracción no tiene base de acumulación propia y generalmente tiene su actividad ligada a la propiedad de la tierra y la especulación, concentrada en los sectores financiero, bancario y comercial, pero igualmente capaz de operar en ramas industriales, en aquellas enteramente subordinadas y dependientes del capital extranjero. Desde el punto de vista político-ideológico, es el soporte y agente del capital imperialista. La burguesía nacional es una fracción autóctona, que tiene su propia base de acumulación dentro de la formación social y tiene autonomía político-ideológica frente al capital imperialista. En determinadas coyunturas, en alianza con las clases dominadas, esta facción puede adoptar una postura antiimperialista y/o involucrarse en una lucha de liberación nacional. La burguesía interna ocupa una posición intermedia entre la burguesía compradora y la burguesía nacional, presentando contradicciones con el capital extranjero. Tiene su propia base de acumulación, tratando así de limitar la presencia de capital extranjero en el mercado interno, pero al mismo tiempo depende de este capital en áreas como inversión y tecnología. Concentrado principalmente en el sector industrial, generalmente está interesado en el desarrollo industrial que a veces es contrario a los intereses del capital extranjero y en la intervención estatal que le asegura algunos dominios dentro del país y que también lo haría más competitivo frente a los extranjeros. capital (POULANTZAS, 1976).

Este marco teórico de Poulantzas fue utilizado por varios analistas brasileños para investigar las luchas de clases y el desarrollo del capitalismo en Brasil, en diferentes coyunturas y períodos. Perissinotto (1994), Farias (2017), Saes (2001) y Boito Junior (1999 y 2018), por ejemplo, analizan el bloque en el poder en períodos históricos, señalando la fracción hegemónica. Por ello, resumimos sus conclusiones en el siguiente cuadro:

Quadro – Bloque en el poder en Brasil

Ante esta situación, dos observaciones parecen pertinentes. Primero, la burguesía nacional nunca fue una fracción hegemónica. En la formación social brasileña, nunca llegó a ser una gran fuerza social hasta el punto de volverse hegemónica y líder del desarrollo capitalista en el país. Entre algunas explicaciones, destacamos el hecho de que el capitalismo brasileño fue introducido en el territorio nacional desde el exterior, por lo que nunca existió una burguesía nacional como fuerza social, nunca fue organizada, porque las fuerzas extranjeras prevalecieron en el país. Esto explica por qué el proyecto nacional-desarrollista fue conducido por la burocracia estatal (Era Vargas). En segundo lugar, el gran choque político-económico en Brasil se da entre las fracciones internas y asociadas. Sobre esto, veamos a continuación los capítulos más recientes, con el auge del neofascismo.

El bloque en el poder del Estado brasileño durante los 13 años de gobierno del Partido dos Trabalhadores/PT (2003-2016) se caracterizó por el ascenso y la hegemonía de la gran burguesía interna brasileña, desplazando la hegemonía de la burguesía asociada (ejercida en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso del Partido de la Social Democracia Brasileña/PSDB, 1994-2002) y poniendo sus intereses y el imperialismo (especialmente el estadounidense) en un segundo plano (BERRINGER, 2015; BOITO JR. 2018; BUGIATO, 2016, MARTUSCELLI, 2015) . Los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2006/2007-2010) y Dilma Rousseff (2011-2014/2015-2016) articularon un frente político neodesarrollista, bajo la hegemonía de la burguesía interna e integrado por fracciones de la Las clases proletarias -segmentos populares importantes comenzaron a jugar un papel político y social dentro de este frente- que sostenía a los gobiernos y cosechaba los frutos de la política de Estado. El programa neodesarrollista, que servía principalmente a los intereses de la gran burguesía nacional, consistía, entre otras cosas, en utilizar los bancos públicos (BNDES, Banco do Brasil, Caixa Econômica Federal) para incentivar la industrialización y el crecimiento económico, el uso de Petrobras como un polo de construcción de la cadena productiva del petróleo, una política de fortalecimiento del mercado interno (crédito, aumentos reales del salario mínimo, Bolsa Família y Seguridad Social), una política exterior autónoma, con énfasis en las relaciones con América Latina y África. El programa neodesarrollista era el desarrollismo posible dentro del capitalismo neoliberal en la periferia del sistema, que pasó por alto las políticas neoliberales pero no las eliminó. Varios proyectos del capital extranjero y la burguesía asociada fueron frustrados y postergados, en particular el descubrimiento y la forma establecida para la exploración del presal, que contradecía profundamente al imperialismo y la burguesía asociada.

Sin embargo, la crisis mundial del capitalismo iniciada en 2008 sacudió el programa neodesarrollista, que empezó a tener dificultades de implementación. La desaceleración económica comenzó en el primer gobierno de Dilma y se vio reforzada por las políticas económicas de exenciones tributarias y por el ajuste fiscal al inicio del segundo gobierno, convirtiéndose en una recesión económica (BASTOS, 2017). En este contexto nacional e internacional de crisis del capitalismo, la burguesía asociada y el imperialismo recuperaron el protagonismo político y volvieron al ataque, alentando, auspiciando y reconduciendo las manifestaciones populares de 2013 (originalmente contrarias a los reajustes de tarifas del transporte público) contra el Gobierno de Dilma. y el PT, teniendo como lema central la denuncia de la existencia de corrupción generalizada en el gobierno.

La crisis creó entonces las condiciones para la ruina del programa neodesarrollista y el consiguiente abandono de la gran burguesía interna como base de apoyo del gobierno. Así, la gran mayoría de las fracciones de la burguesía se opusieron al gobierno de Dilma, ya que se mostró incapaz de superar la crisis económica. El golpe de Estado de 2016, apoyado por el conjunto de la burguesía, fue predominantemente una acción del imperialismo y la burguesía asociada que volvió al ataque para eliminar de una vez por todas el programa neodesarrollista y restaurar las políticas neoliberales a implementar por el Estado brasileño, con el fin de atender sus intereses (BOITO JR, 2018). Ese fue el carácter del gobierno de Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño/PMDB, entre 2016 y 2018, junto con una política de austeridad. Si bien el golpe de Estado fue una confluencia de varios intereses, dio voz, sobre todo, a una nueva derecha en Brasil, y la crisis económica creó las condiciones económicas y sociales para su desarrollo, especialmente dando nacimiento a lo que llamamos neo -fascismo. El ascenso del neofascismo en Brasil puede entonces ser considerado el resultado en buena parte de una ofensiva de la burguesía asociada, como argumenta Poulantzas en el libro fascismo y dictadura (1971).

El neofascismo en Brasil, en paralelo a su articulación internacional, es un movimiento político originado en la clase media alta –lo que Poulantzas (1971) consideraría la pequeña burguesía–, que quedó fuera del programa neodesarrollista, impactada por la crisis económica y la política, ésta surgida de las denuncias de corrupción en el gobierno propagadas por la gran prensa. El movimiento se concretó en las manifestaciones por la destitución del gobierno de Dilma tras su victoria en las elecciones de 2014, llevando adelante la consigna “Fora PT”. El neofascismo se puede caracterizar de la siguiente manera. Primero, es una reanudación de programas e ideologías de épocas pasadas (Italia fascista y Alemania nazi), en una nueva etapa histórica, el capitalismo neoliberal globalizado (BOITO JR, 2019). Además, se caracteriza por: la deslegitimación de la política y el Estado democrático de derecho; reaccionario moral y cultural (culto a las tradiciones), asociado a un mesianismo político; valores individualistas (neoliberales) resumidos en el binomio emprendimiento-meritocracia, contrarios a las políticas sociales y los derechos laborales; anticomunismo histérico, recordando el período de la Guerra Fría y forjando un clima artificial de “amenaza comunista” (identificado con el PT); y un nacionalismo vacío, (retórico y abstracto), declarado sólo en la apreciación de los símbolos patrios, como la bandera y el himno. El movimiento sigue siendo impulsado por la cruzada anticorrupción, dirigida política y selectivamente contra fuerzas de izquierda (y en el límite la eliminación de la izquierda) cuyos agentes son las instituciones del propio Estado (lawfare): el Poder Judicial (jueces, fiscales y procuradoras), el Ministerio Público (abogados) y Política Federal (delegados y agentes), inculcados de una misión autodelegada, moral y salvacionista (inalcanzable bajo el capitalismo): acabar con la corrupción en el país. También se puede agregar la movilización política de masas, con la constitución de un movimiento activo, agresivo y, en el límite, violento (FILGEIRAS y DRUCK, 2018 y 2019; BOITO, 2019).

Tras la cuarta victoria del PT en las elecciones presidenciales de 2014 y la cuarta derrota del PSDB, tradicional aliado del imperialismo y representante de la burguesía asociada, este último, aún ante la posibilidad de la candidatura de Lula para 2018 y 2022, promovió una alianza con el creciente movimiento neofascista, contra las políticas de los gobiernos del PT. El capital internacional y la gran burguesía brasileña asociada confiscaron este movimiento de clase media para, en el caso del capital estadounidense y los segmentos de la gran burguesía brasileña asociados a él, perfilar el Estado y la economía brasileña junto a los Estados Unidos. De esta manera, desde el gobierno de Temer, el contenido de la política exterior, política económica y política social del Estado brasileño prioriza los intereses del gran capital internacional, principalmente de los EE.UU., y los segmentos de la burguesía brasileña asociados a él, y también sirve , aunque secundariamente, otros segmentos de la burguesía brasileña, dinámica que continúa en el gobierno de Bolsonaro, elegido en 2018. Por lo tanto, es el imperialismo y la burguesía brasileña asociada principalmente los que ocupan el poder estatal, la hegemonía del bloque de poder. La elección de Jair Bolsonaro a la presidencia de la república solidifica la alianza entre la burguesía asociada y el imperialismo con el movimiento neofascista, un movimiento activo que forma un gobierno cuyo liderazgo está encomendado al principal representante de este movimiento, el actual presidente de la república (BOITO JR, 2019).

Así, gestada en 2016 y especialmente a partir de 2019, hay una nueva hegemonía, la hegemonía del capital internacional y los segmentos de la burguesía brasileña asociados a ella. La burguesía interna, que era la fracción hegemónica en los gobiernos del PT, sufrió derrotas y fue desplazada a una posición subordinada dentro del bloque de poder. Como ya hemos señalado, en este caso brasileño, a pesar de la intervención política masiva de una clase social intermedia, el núcleo del proceso político son los conflictos entre fracciones de la burguesía: burguesía asociada y capital internacional. y no la burguesía interna.

Si bien estas notas de investigación están dirigidas a la burguesía asociada en Brasil, posiblemente sean válidas para toda América Latina, que también es una región periférica y dependiente del capitalismo global, donde prevalecen las fuerzas extranjeras, principalmente el imperialismo estadounidense.

* Caio Bugiato Profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro (UFFRJ).

Publicado originalmente en el Observatorio Estatal Latinoamericano (ODELA/UFRGS)

Referencias


BASTOS, Pedro Paulo Z. Ascenso y crisis del gobierno de Dilma Rousseff y el golpe de Estado de 2016: poder estructural, contradicción e ideología. En: Journal of Contemporary Economics, edición especial, p. 1-63, 2017. Disponible en:  http://www.scielo.br/pdf/rec/v21n2/1415-9848-rec-21-02-e172129.pdf

BERRINGER, Tatiana. La burguesía brasileña y la política exterior en las administraciones FHC y Lula. Curitiba: Ed. Manzanas, 2015.

BOITO JUNIOR, Armando. Neofascismo en Brasil. En: Boletín LIERI. N. 1, mayo 2019. Disponible en: http://laboratorios.ufrrj.br/lieri/boletim-lieri-o-neofascismo-no-brasil/

______. Política neoliberal y sindicalismo en Brasil. São Paulo, SP: Xamã, 1999.

______. Reforma y crisis política en Brasil: conflictos de clase en los gobiernos del PT. Campiñas, sp; São Paulo, SP: Editora da UNICAMP: Editora UNESP, 2018.

BRUNO, Regina. Terratenientes, señores de la guerra: el nuevo rostro político de las élites agroindustriales en Brasil. Rio de Janeiro. Medicina Forense Universitaria/EDUR, 1997.

BUGIATO, Gayo. La política de financiación del BNDES y la burguesía brasileña. 2016 (282 págs.). Tesis (doctorado) – Universidad Estadual de Campinas, Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas, Campinas, SP. 2016.

CAMPOS, Pedro Henrique Pedreira. “Extrañas catedrales”: empresas constructoras brasileñas y la dictadura cívico-militar, 1964-1988. Niterói, RJ: Editorial Universidad Federal Fluminense, 2017.

DINIZ, E. and BOSCHI R. El difícil camino del desarrollo: los empresarios y la agenda posneoliberal. Belo Horizonte: Editora UFMG; Río de Janeiro: IUPERJ, 2007.

FARIAS, Francisco Pereira de. Estado burgués y clases dominantes en Brasil: (1930-1964). Curitiba, PR: CRV, 2017.

FILGUEIRAS, Luiz and DRUCK, Graça. El gobierno de Bolsonaro, el neofascismo y la resistencia democrática. En: Le Monde Diplomatique Brasil. Edición Noviembre 2018: Disponible en: https://diplomatique.org.br/o-governo-bolsonaro-o-neofascismo-e-a-resistencia-democratica/

______. Comprender la coyuntura: Neoliberalismo, neofascismo y burguesía en Brasil. En: Le Monde Diplomatique Brasil. Edición Mayo 2019: Disponible en: https://diplomatique.org.br/para-entender-a-conjuntura-neoliberalismo-neofascismo-e-burguesia-no-brasil/

GORENDER, Jacob. La burguesía brasileña. São Paulo: Brasiliense, 1982.

MANCUSO, Wagner (2004). “El Lobby de la Industria en el Congreso Nacional: Negocios y Política en el Brasil Contemporáneo”. Datos - Revista de Ciencias Sociales, vol 47, no. 3, págs. 505-547, 2004.

MARTUSCELLI, Danilo Enrico. Crisis políticas y capitalismo neoliberal en Brasil. Curitiba: CRV, 2015.

MINELLA, Ary César. Banqueros: organización y poder político en Brasil. Río de Janeiro - RJ; [Sl]: Espacio y Tiempo: Asociación Nacional de Estudios de Posgrado e Investigación en Ciencias Sociales, 1988.

PERISSINOTTO, Renato M. (Renato Monseff). Clases dominantes y hegemonía en la Antigua República. Campinas, SP: Editora da UNICAMP, 1994.

POULANTZAS, Nicos. Las clases sociales en el capitalismo actual. Río de Janeiro: ZaharEditores, 1978.

______. Crisis de las dictaduras – Portugal, Grecia, España. Río de Janeiro: Editora Paz e Terra, 1976.

______. Fascismo y dictadura: la tercera internacional contra el fascismo. Madrid: Siglo Veintiuno, 1971.

______. Poder político y clases sociales. São Paulo: Editora Martins Fontes, 1977.

SAES, Décio Azevedo Marques de. República del Capital: Capitalismo y Proceso Político en Brasil. São Paulo, SP: Boitempo, 2001.

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Crónica de Machado de Assis sobre Tiradentes
Por FILIPE DE FREITAS GONÇALVES: Un análisis al estilo Machado de la elevación de los nombres y la significación republicana
Umberto Eco – la biblioteca del mundo
Por CARLOS EDUARDO ARAÚJO: Consideraciones sobre la película dirigida por Davide Ferrario.
Dialéctica y valor en Marx y los clásicos del marxismo
Por JADIR ANTUNES: Presentación del libro recientemente publicado por Zaira Vieira
El complejo Arcadia de la literatura brasileña
Por LUIS EUSTÁQUIO SOARES: Introducción del autor al libro recientemente publicado
Cultura y filosofía de la praxis
Por EDUARDO GRANJA COUTINHO: Prólogo del organizador de la colección recientemente lanzada
Ecología marxista en China
Por CHEN YIWEN: De la ecología de Karl Marx a la teoría de la ecocivilización socialista
Papa Francisco – contra la idolatría del capital
Por MICHAEL LÖWY: Las próximas semanas decidirán si Jorge Bergoglio fue sólo un paréntesis o si abrió un nuevo capítulo en la larga historia del catolicismo.
La debilidad de Dios
Por MARILIA PACHECO FIORILLO: Se retiró del mundo, angustiado por la degradación de su Creación. Sólo la acción humana puede recuperarlo.
Jorge Mario Bergoglio (1936-2025)
Por TALES AB´SÁBER: Breves consideraciones sobre el recientemente fallecido Papa Francisco
El consenso neoliberal
Por GILBERTO MARINGONI: Hay mínimas posibilidades de que el gobierno de Lula asuma banderas claramente de izquierda en lo que resta de su mandato, después de casi 30 meses de opciones económicas neoliberales.
Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

¡UNETE A NOSOTROS!

¡Sea uno de nuestros seguidores que mantienen vivo este sitio!