por BRUNO FABRICIO ALCEBINO DA SILVA & JULIA PROTES LAMBERTI*
El debate sobre la dimisión de Joe Biden y sus implicaciones seguirá resonando en el discurso político, influyendo en la percepción pública y el rumbo de la política estadounidense en los próximos meses.
La retirada de Joe Biden de la carrera por la reelección marca un momento crucial en la historia política reciente de Estados Unidos. Esta decisión, aunque sorprenda a algunos, es consistente con una tradición de presidentes que, en diferentes circunstancias, han optado por no buscar un segundo mandato.
Históricamente, la decisión de un presidente en ejercicio de no buscar la reelección ha estado influenciada por una variedad de factores: problemas de salud, baja popularidad, crisis económicas o simplemente un deseo personal de no continuar en el cargo. Ejemplos notables incluyen a Lyndon B. Johnson, quien, en 1968, decidió no buscar la reelección en medio de la agitación de la guerra de Vietnam (1955-1975) y la creciente insatisfacción pública.
La decisión de Lyndon B. Johnson reflejó una combinación de agotamiento personal y presión política. De manera similar, Joe Biden, ante problemas de salud y una creciente presión política, decidió no continuar en las elecciones, optando por centrarse en cumplir su actual mandato.
El demócrata anunció su retirada a través de una carta pública y un mensaje en las redes sociales, destacando que cree que es lo mejor para el partido y el país que se retire de la carrera electoral. En su carta, el presidente agradeció a la vicepresidenta Kamala Harris por su apoyo y colaboración, y expresó su agradecimiento al pueblo estadounidense por la confianza depositada en él. La decisión estuvo influenciada por varios factores, incluidas las preocupaciones de salud que se han hecho más evidentes en los últimos meses.
Joe Biden, de 81 años, ha enfrentado dificultades físicas y cognitivas visibles en eventos públicos, lo que genera preocupaciones sobre su capacidad para cumplir un segundo mandato. Además, la suspensión de donaciones a la campaña del demócrata reflejó una creciente falta de apoyo financiero, lo que agravó aún más el desafiante escenario para su reelección.
Además de estos temas, las encuestas mostraron que Joe Biden no era competitivo en una posible contienda contra el expresidente Donald Trump, quien lidera las intenciones de voto entre los republicanos. La posibilidad de una derrota de Trump también puede haber influido en la decisión de Biden, considerando el impacto que tendría tanto en su legado como en el Partido Demócrata.
Con la salida de Joe Biden, Kamala Harris emerge como la principal candidata del partido. Kamala Harris, primera mujer negra de ascendencia india y jamaicana en ocupar la vicepresidencia, ha tenido una carrera marcada por puestos destacados en el poder judicial y el Senado de Estados Unidos. A pesar de enfrentar críticas por algunas de sus posturas como fiscal, Kamala Harris se ha consolidado como una defensora de los derechos reproductivos y las políticas progresistas, que pueden atraer a votantes jóvenes y de minorías.
Además de Kamala Harris, la disputa interna dentro del Partido Demócrata levanta algunos otros nombres, entre ellos la ex primera dama Michelle Obama, muy popular por su figura mediática; Gretchen Whitmer, quien destaca por su popularidad en la llamada “estados de oscilación”- los estados que, tradicionalmente, tienen un electorado bien dividido entre demócratas y republicanos, y acaban presentando elecciones muy reñidas que tienden a fluctuar entre el partido ganador; y el actual gobernador de California Gavin Newsom, figura presente en la carrera electoral de Biden.
Gavin Newsom destacó en los medios internacionales en julio tras un enfrentamiento en línea con el multimillonario Elon Musk, quien anunció la decisión de trasladar la sede de su empresa 'X' fuera de California, debido a desacuerdos con el gobernador sobre las leyes que protegen la privacidad. de adolescentes LGBTQIA+ en las escuelas de California.
En las redes sociales, Joe Biden ya ha anunciado públicamente su apoyo a la candidatura de Kamala Harris. Sin embargo, la elección de vicepresidente por parte de Harris será crucial para consolidar su apoyo dentro del partido y entre el electorado. Un vicepresidente elegido estratégicamente puede fortalecer la fórmula, atraer a diferentes segmentos de votantes y ayudar a construir una coalición sólida para enfrentar los desafíos de las elecciones.
Algunos posibles nombres para sumarse a la boleta con Kamala Harris incluyen figuras destacadas del Partido Demócrata. Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend y actual secretario de Transporte, es conocido por sus habilidades de comunicación y por atraer votantes moderados. Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, quien, a pesar de haber asumido recientemente el cargo, es visto como una estrella en ascenso. Shapiro, licenciado en derecho y exfiscal general del estado, tiene un historial de victorias contra los republicanos en un estado crucial para los demócratas.
Otras opciones incluyen a Andy Beshear, gobernador de Kentucky, quien se ha destacado en un estado fuertemente republicano por su trabajo creando empleos, apoyando la educación pública y ampliando el acceso a la atención médica, así como su fuerte postura contra las leyes que restringen los derechos y cuidados reproductivos. afirmación de género para jóvenes transgénero. Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, también es una posibilidad. Cooper es elogiado por su enfoque en el desarrollo económico y por mantener índices de aprobación relativamente altos en un estado políticamente competitivo que se inclina hacia los republicanos.
La decisión de Joe Biden de no buscar la reelección no sólo cambia la dinámica dentro del Partido Demócrata, sino que también provoca intensas reacciones entre los republicanos. Donald Trump, aprovechando la oportunidad, no tardó en criticar al presidente, llamándolo “el peor presidente de la historia” y afirmando que enfrentarse a Kamala Harris será más fácil.
Los republicanos ven la renuncia de Joe Biden como una confirmación de sus críticas a la capacidad del presidente para liderar el país. Líderes republicanos como Mike Johnson han pedido la renuncia inmediata de Joe Biden a la oficina presidencial, argumentando que no es apto para ocupar el cargo.
Esta discusión sobre la renuncia de Joe Biden refleja un escenario político polarizado, donde cada movimiento es examinado y utilizado como munición para la próxima batalla electoral. Para el Partido Demócrata, la tarea ahora es unirse detrás de Kamala Harris u otro candidato fuerte, garantizar que las divisiones internas no perjudiquen la campaña y presentar una plataforma que pueda enfrentar la retórica agresiva de los republicanos y las dificultades económicas y sociales que enfrentan. enfrenta el país.
La decisión de Joe Biden de no buscar la reelección es un momento que redefine la política estadounidense. Este giro resalta la importancia de un liderazgo que sea adaptable y receptivo a las necesidades del momento, y pone de relieve la próxima generación de líderes que darán forma al futuro del país. La capacidad del Partido Demócrata para navegar este período de transición y anunciar su nueva lista electoral será crucial para determinar su éxito en las elecciones de 2024.
Al mismo tiempo, el debate sobre la renuncia de Joe Biden y sus implicaciones seguirá resonando en el discurso político, influyendo en la percepción pública y el curso de la política estadounidense en los próximos meses. Ahora que todos los ojos del mundo están totalmente centrados en la carrera electoral estadounidense, surge la gran pregunta: ¿podrán los demócratas realizar una campaña exitosa contra Donald Trump en tan pocos meses?
*Bruno Fabricio Alcebino da Silva Es Licenciado en Relaciones Internacionales y Ciencias Económicas en la Universidad Federal del ABC (UFABC)..
*Julia Protes Lamberti Es estudiante de posgrado en Relaciones Internacionales y Ciencias Económicas de la Universidad Federal del ABC (UFABC).
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