por ERIK CHICONELLI GOMES*
La implementación de escuelas cívico-militares se inserta en un contexto político específico, marcado por una agenda conservadora que busca reforzar valores tradicionales y jerárquicos.
Como historiador, no puedo evitar reflexionar sobre las implicaciones históricas y sociales de las escuelas cívico-militares en Brasil, especialmente en un contexto de creciente militarización de la educación.
La historia de la militarización de la educación brasileña no es un fenómeno reciente. Desde la dictadura militar (1964-1985), hemos visto intentos de insertar valores militares en la formación educativa de los jóvenes. La Constitución de 1988, en su espíritu democrático, no menciona el papel de los militares en la política educativa, una elección deliberada para eliminar los restos autoritarios. Sin embargo, los movimientos políticos recientes buscan revivir prácticas que deberían quedar relegadas al pasado.
El Plan Nacional de Educación y la Ley de Directrices y Bases de la Educación Nacional, que son hitos de la educación democrática en Brasil, tampoco incluyen este enfoque militar. Esto demuestra que la inclusión de escuelas cívico-militares es una anomalía, un intento de insertar un modelo obsoleto y autoritario en un sistema que debería valorar la libertad y el pensamiento crítico.
Altos costos e ineficiencia.
Las escuelas cívico-militares tienen un costo por alumno tres veces mayor que las escuelas públicas convencionales. Para respaldar la afirmación de que las escuelas cívico-militares tienen un costo por estudiante significativamente mayor que las escuelas públicas convencionales, podemos citar algunas fuentes oficiales.
Según información presentada por el Ministerio de Educación (MEC),[i] De hecho, el costo de las escuelas cívico-militares es elevado. El programa que establece estas escuelas, denominado Programa Nacional de Escuelas Cívico-Militares (Pecim), fue detallado en varios documentos e informes. Por ejemplo, el informe de Agência Brasilia[ii] Destaca que la inversión necesaria para mantener estas escuelas es considerablemente mayor debido a la necesidad de pagar los servicios adicionales de los soldados de reserva, además de los costes comunes de las escuelas regulares.
Además, la encuesta realizada por la Secretaría de Educación del Distrito Federal muestra que el modelo cívico-militar implica costos adicionales con la infraestructura necesaria para dar cabida a las actividades militares y el pago de bonificaciones al personal militar que labora en estas instituciones.
En un país con enormes desigualdades sociales y educativas, esta elección parece más un desperdicio de recursos que una inversión efectiva en educación. Según el diputado Andrea Werner (PSOL), “la escuela cívico-militar cuesta por alumno el doble que las escuelas normales y no ofrece el doble de resultados positivos”.[iii]
Además del costo, la eficiencia de estas escuelas es cuestionable. El modelo de educación militar no necesariamente es el adecuado para la formación integral de los estudiantes. Una disciplina rígida y un enfoque en la obediencia pueden sofocar la creatividad y el pensamiento crítico, habilidades esenciales para el desarrollo personal y profesional de los jóvenes en una sociedad democrática.
Ideologización de la enseñanza
La expansión de las escuelas cívico-militares es también un movimiento ideológico. El gobierno de Jair Bolsonaro, al establecer el Programa Nacional de Escuelas Cívico-Militares, impulsó una cosmovisión que privilegia el orden y la disciplina militar en detrimento de la diversidad y la libertad de pensamiento. Este movimiento puede interpretarse como un intento de adoctrinamiento, buscando formar ciudadanos que acepten pasivamente la autoridad y no cuestionen las estructuras de poder.
Históricamente, los regímenes autoritarios siempre han buscado controlar la educación para moldear las mentes de las generaciones futuras. Las escuelas cívico-militares representan un paso atrás en este sentido, yendo en contra de los principios democráticos que deben guiar la educación pública en Brasil.
El impacto en la calidad de la educación.
El análisis de la calidad de la educación en diferentes países revela disparidades significativas en la inversión y los resultados educativos. Países como Luxemburgo, Suiza y Noruega, que ocupan posiciones destacadas en el escenario educativo mundial, cuentan con sistemas educativos sólidos e inclusivos. En estos países el foco está en el desarrollo integral del estudiante, promoviendo un ambiente que valore la diversidad, la creatividad y el pensamiento crítico.
Estas inversiones están dirigidas a la formación continua de los docentes, la mejora de las infraestructuras escolares y el desarrollo de planes de estudio que fomenten la inclusión y la innovación pedagógica.
En Luxemburgo, la inversión por alumno en educación básica supera los 26.370 dólares, mientras que en Suiza y Noruega los valores son 17.333 y 16.008 dólares, respectivamente.[iv] Estas inversiones dan como resultado sistemas educativos que priorizan el desarrollo integral de los estudiantes, abordando no solo el rendimiento académico sino también el bienestar emocional y social de los estudiantes.[V]
Países como Finlandia, Canadá y Nueva Zelanda son ejemplos notables de sistemas educativos inclusivos que priorizan el bienestar y el desarrollo integral de los estudiantes. En Finlandia, el sistema educativo es ampliamente reconocido por su enfoque centrado en el estudiante, donde la atención se centra en el aprendizaje personalizado y el apoyo individualizado. Profesores altamente cualificados y en continua formación son la piedra angular de este sistema, que también valora la igualdad de oportunidades y la inclusión de todos los estudiantes.
En Canadá, la diversidad cultural se celebra en las aulas y el plan de estudios está diseñado para reflejar las diversas comunidades que componen el país. La inclusión de tecnologías educativas es una práctica común, que permite a los estudiantes desarrollar habilidades para el siglo XXI. Además, se fomenta la participación activa de la comunidad escolar, creando un ambiente colaborativo que apoya el crecimiento académico y personal de los estudiantes.
Nueva Zelanda también destaca por su enfoque inclusivo. El sistema educativo de Nueva Zelanda es conocido por su compromiso con la equidad y la justicia social, brindando apoyo adicional a estudiantes de grupos minoritarios y con necesidades especiales. La educación en Nueva Zelanda promueve la participación activa de los estudiantes en la toma de decisiones sobre su propio aprendizaje, fomentando un sentido de responsabilidad y autonomía.
La elección de un modelo militarizado empeora las desigualdades en el sistema educativo brasileño. En lugar de promover la igualdad de oportunidades, este modelo tiende a crear una educación dual, donde los recursos se desvían a un segmento específico, dejando a la gran mayoría de las escuelas públicas en una situación vulnerable. La falta de inversiones adecuadas en formación docente, infraestructura y currículos inclusivos impide que el sistema educativo brasileño avance hacia un modelo más equitativo y de calidad.
Desafíos de la política de militarización
La implementación de escuelas cívico-militares se inserta en un contexto político específico, marcado por una agenda conservadora que busca reforzar valores tradicionales y jerárquicos. Sin embargo, este enfoque choca con los principios democráticos establecidos por la Ley de Directrices y Bases de la Educación (LDB) y la propia Constitución Federal de 1988, que promueven una educación centrada en la ciudadanía, la pluralidad y el respeto a los derechos humanos.
Históricamente, los regímenes autoritarios han utilizado la educación como herramienta de control social y adoctrinamiento. La militarización de las escuelas, además de aumentar los costos, representa un intento de moldear el pensamiento de las nuevas generaciones según una ideología específica, que favorece la obediencia ciega y el conformismo en detrimento de la autonomía y el pensamiento crítico. Este movimiento es preocupante, ya que podría resultar en la formación de ciudadanos menos preparados para afrontar las complejidades de una sociedad plural y democrática.
Mientras los países exitosos adoptan prácticas que promueven la inclusión, la diversidad y el pensamiento crítico, Brasil parece retroceder al implementar un modelo que enfatiza la estricta disciplina y obediencia.
La resistencia a este modelo no solo proviene de sectores progresistas de la sociedad civil, sino también de expertos en educación, que defienden el valor de los profesionales de la educación y la adopción de políticas públicas que fortalezcan la educación inclusiva y de calidad. La exclusión del personal militar de la educación, defendida por varios investigadores y entidades, se basa en el entendimiento de que la formación ciudadana debe estar guiada por la libertad, la diversidad y el respeto a los derechos humanos.
Las experiencias internacionales demuestran que los sistemas educativos más exitosos son aquellos que invierten en la formación continua de los docentes, la inclusión de tecnologías educativas y la participación activa de la comunidad escolar en la gestión de las instituciones. Por tanto, la adopción de un modelo militarizado en Brasil va en contra de las mejores prácticas educativas observadas en todo el mundo.
Educadores como Sueli Carneiro y Bell Hooks han postulado la importancia de una educación inclusiva que valore la diversidad y la equidad. Sueli Carneiro,[VI] Reconocido intelectual y activista brasileño, destaca la necesidad de una educación antirracista e inclusiva que reconozca y valore las diferencias. Sostiene que la educación debe ser un espacio de emancipación y transformación social, donde todos los estudiantes, independientemente de su origen, tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
ganchos de campana,[Vii] a su vez, enfatiza la pedagogía del amor y la inclusión, argumentando que la educación debe ser una práctica de libertad que capacite a los estudiantes para pensar críticamente y cuestionar las estructuras opresivas. Para Bell Hooks, la educación debe ser un proceso participativo y democrático, donde la voz de cada estudiante sea escuchada y respetada.
Estas perspectivas son fundamentales para comprender los desafíos y oportunidades del sistema educativo brasileño. La militarización de las escuelas no sólo ignora estos principios, sino que también perpetúa un modelo autoritario que sofoca la creatividad y el pensamiento crítico. Para avanzar, Brasil necesita adoptar políticas educativas que promuevan la inclusión, la diversidad y la igualdad, siguiendo los ejemplos exitosos de otros países y las lecciones de educadores visionarios.
Conclusión
Ante los hechos presentados, resulta imperativo cuestionar la necesidad real y la eficacia de las escuelas cívico-militares. Este modelo no sólo supone una carga para las arcas públicas, sino que también amenaza los principios democráticos que deberían guiar la educación brasileña. Como historiador, reitero la importancia de una educación que promueva la libertad de pensamiento y prepare a los ciudadanos para participar activamente en una sociedad democrática y plural. La historia nos muestra que la educación es un poderoso instrumento de transformación social y debemos garantizar que se utilice para promover la inclusión, la igualdad y la justicia social.
La militarización de la educación brasileña representa un retorno a prácticas autoritarias que contradicen los avances democráticos alcanzados en las últimas décadas. Al observar ejemplos internacionales exitosos, como los sistemas educativos de Finlandia, Canadá y Nueva Zelanda, nos damos cuenta de que la calidad de la educación está intrínsecamente ligada a la promoción de entornos inclusivos y a la inversión continua en la formación docente. Estos países demuestran que la educación de calidad se logra valorando la diversidad e implementando políticas educativas que satisfagan las necesidades de todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico.
Además, es crucial considerar la perspectiva de educadores como Sueli Carneiro y Bell Hooks, quienes abogan por una educación antirracista e inclusiva. Sueli Carneiro destaca la importancia de una educación que reconozca y valore la diversidad cultural y étnica de Brasil, promoviendo la equidad y combatiendo las desigualdades estructurales. Bell Hooks, a su vez, enfatiza la pedagogía del amor y la inclusión, proponiendo una educación que capacite a los estudiantes para pensar críticamente y participar activamente en la construcción de una sociedad más justa. Estas visiones son fundamentales para redefinir la educación en Brasil, alejándose de modelos autoritarios y adoptando prácticas que promuevan la libertad, la creatividad y la igualdad.
Por tanto, la adopción de un modelo educativo que valore la inclusión, la diversidad y el pensamiento crítico es fundamental para el desarrollo de una educación de calidad en Brasil. Al destinar recursos a la formación de docentes, mejorar la infraestructura escolar y desarrollar currículos inclusivos, Brasil puede avanzar hacia un sistema educativo que realmente prepare a sus estudiantes para enfrentar los desafíos de una sociedad democrática y plural.
*Erik Chiconelli Gomes es becario postdoctoral en la Facultad de Derecho de la USP.
Notas
[i] Ministério de Educación. 'Manual de Escuelas Cívico-Militares'. Disponible: https://www.gov.br/mec/pt-br/assuntos/noticias/mec-apresenta-os-resultados-do-programa-nacional-das-escolas-civico-militares.
[ii] Agencia Brasilia. 'El DF cuenta con 15 escuelas cívico-militares, conoce cómo funciona el modelo'. Disponible:
[iii] WERNECK, Andrea. “La escuela cívico-militar cuesta el doble por alumno que las escuelas normales y no ofrece el doble de resultados positivos”. El primer ministro ataca a los estudiantes que votan en las escuelas cívico-militares. Noticias ICL. Disponible: https://iclnoticias.com.br/pm-agride-estudantes-votacao-escolas-militares/.
[iv] Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo. Panorama de la educación 2023: Indicadores de la OCDE. iLibrary de la OCDE, 2023. Disponible en: https://www.oecd-ilibrary.org/education/education-at-a-glance-2023_69096873-en
[V] OCDE. Panorama de la educación 2023. Disponible en: https://www.oecd.org/education/education-at-a-glance/
[VI] CARNEIRO, Sueli. Racismo, sexismo y desigualdad en Brasil. São Paulo: Selo Negro, 2011.
[Vii] ganchos, campana. Enseñar a transgredir: la educación como práctica de la libertad. São Paulo: Martins Fontes, 2013.
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