La masificación del audiovisual

Imagen: Clem Onojeghuo
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por MICHEL GOULART DA SILVA*

El cine es un arte que tiene una base industrial, cuyo desarrollo de producción y distribución está asociado a la dinámica económica internacional y su expansión a través de relaciones capitalistas.

No es difícil observar la presencia del audiovisual en la vida cotidiana de las personas, ya sea a través de breves vídeos caseros disponibles en las redes sociales, ya sea a través de la permanencia de producciones cinematográficas en todo el mundo, que trascienden aspectos económicos, políticos y culturales. El cine, desde principios del siglo XX, se ha hecho presente en la vida cotidiana de las personas, mostrando tanto imágenes que pretendían ser realistas como temas simbólicos o incluso fantásticos.

Esta masificación, que se produjo a nivel mundial, está asociada al desarrollo de tecnologías que permiten filmar y grabar y al desarrollo de un lenguaje propio de este tipo de producciones. Creado a finales del siglo XIX, el cine se convirtió en un espectáculo popular, logrando “atraer a un público indiferenciado, mayoritario y ávido de ilusiones”.[i] Otros espectáculos, como el teatro y la ópera, en la época, seguían siendo formas artísticas eruditas y costosas, restringidas por tanto a los sectores más empobrecidos de la sociedad.

El cine “era totalmente nuevo en su tecnología, en su modo de producción y en su manera de presentar la realidad. De hecho, es el primer arte que no podría haber existido excepto en la sociedad industrial del siglo XX y que no tenía paralelo ni precedente en las artes anteriores –ni siquiera en la fotografía, que sólo podía considerarse una alternativa al dibujo o al arte–. cuadro."[ii]

Inicialmente centrado en pequeñas secuencias cotidianas, como la llegada de un tren a una estación o la salida de los trabajadores de una fábrica, el cine se convirtió en entretenimiento para las masas, que quedaban encantadas (o incluso asustadas) por las maravillas que brillaban en la pantalla en frente a él. Era una forma de acercar el arte al mayor número de personas posible simultáneamente.

En este sentido, basándose en la experiencia vivida por los rusos después de los primeros años de la revolución de 1917, León Trotsky afirmó: “el deseo de distracción, de entretenimiento, de diversión y de risa, es un deseo legítimo de la naturaleza humana. Podemos y debemos proporcionaros cada vez más satisfacciones artísticas y, al mismo tiempo, debemos hacer de la diversión un instrumento de educación colectiva, sin vergüenza ni dirección inadecuadas”.[iii]

El cine, en las primeras décadas del siglo XX, se desarrolló como industria, especialmente en Estados Unidos y en algunos países europeos. Esta expansión del cine está ligada al desarrollo del capitalismo. El cine, a lo largo del siglo XX, “se desarrolló adoptando las formas de una verdadera industria del espectáculo y comenzó a producir en masa mercancías capaces de satisfacer los más variados gustos”.[iv]

Sin embargo, tuvieron que pasar algunas décadas para que el cine fuera considerado un gran arte e incluso una expresión de buen gusto, sin perder su carácter de industria del entretenimiento. Por otro lado, a lo largo de su historia, el cine también desarrolló un lenguaje propio. En el cine, “el movimiento de la cámara, la variabilidad de su enfoque, el espectro ilimitado de trucos fotográficos y, sobre todo, la posibilidad de cortar en pedazos la tira de celulosa –que lo registra todo– y ensamblarlos o reensamblarlos a voluntad se convirtieron en Inmediatamente evidentes y fueron inmediatamente explorados por los realizadores”.[V]

Este lenguaje no era algo inmutable y estático, que cambiaba con el tiempo, adquiría nuevos elementos, se metamorfoseaba y se hacía más complejo, década tras década. El desarrollo del lenguaje está indisolublemente ligado a la propia historia del cine, siendo producto de la práctica de profesionales y artistas durante más de un siglo, lo que permite definirlo como una sucesión de selecciones. Estas selecciones son elecciones hechas con ideas y objetivos claros: “eliges filmar al actor de cerca o de lejos, en movimiento o no, desde tal o cual ángulo; Durante el montaje, ciertos planos se descartan, otros se eligen y se colocan en un orden determinado”.[VI]

Este proceso de desarrollo articula ciencia y estética al mismo tiempo. Se sabe que en el cine “no surgió automáticamente un nuevo lenguaje hasta que los realizadores empezaron a cortar la película en escenas, hasta el nacimiento del montaje y el montaje”.[Vii] En este proceso, las producciones dejaron de ser una simple sucesión de escenas, pasando a utilizar planos más complejos, secuencias diseñadas con detalles y colores, movimientos y encuadres, en definitiva, un “lenguaje capaz de contar cualquier cosa”. [Viii] Este idioma se ha vuelto global y su escritura se puede interpretar en cualquier lugar.

El siglo XX también vio el crecimiento de Hollywood, un conglomerado de grandes productoras que controlan toda una estructura no sólo de estudios y equipos sino también del mercado mundial, con menciones frecuentes de nombres como Warner, Disney, Fox, Paramount, Sony, Universal, entre otros. Estos conglomerados dominan tanto la producción como la distribución y algunos incluso controlan salas de cine, así como canales de televisión en varios países. Esta estructura remite a la descrita por Lenin para referirse al imperialismo, especialmente cuando destaca “la llamada combinación, es decir, la unión en una sola empresa de diferentes sectores de la industria”.[Ex]

En los últimos años, con el desarrollo de su propia corrientes, estos grandes conglomerados comenzaron a ocupar cuotas cada vez mayores de este mercado, que creció con la fabricación de nuevos dispositivos de visualización e Internet. Aunque la mayor parte de este mercado está ocupada por otras grandes empresas, como Netflix y Amazon, es común que formen alianzas con grandes conglomerados en la producción y distribución de películas y otros productos audiovisuales. Como parte de la dinámica económica imperialista, “se observa la formación de vastas y complejas redes de alianzas, que asocian, por primera vez, a los grandes grupos informáticos, a los grupos de electrónica de consumo y a los principales productores de semiconductores”.[X]

Sin embargo, al mismo tiempo que Hollywood comenzaba a dominar el mercado mundial, también comenzaron a desarrollarse otras cinematografías, inicialmente en países imperialistas, como Francia y Alemania, y, con el desarrollo de la dinámica política y económica a nivel internacional, en países periféricos. países, ya sean aquellos con desarrollo capitalista, como Japón, o aquellos que intentan erigirse como espacios de alternativa política, como la Unión Soviética.

En América Latina, países como Argentina, Brasil y Cuba también lograron ganar espacio, aunque pequeño, en términos del mercado global. Más recientemente, países como Corea del Sur, India y Rusia, entre otros, han intentado ocupar algún espacio en esta disputa económica global.

El reciente crecimiento de algunos mercados, especialmente en Asia, se debe en gran medida a la expansión masiva de las aplicaciones móviles. en streaming, con su variedad de películas y series e incluso la creación de algunas especializadas en cine denominadas genéricamente “alternativas”.

Sin embargo, a pesar del cambio en la forma de exhibición y el surgimiento de otras cinematografías, el cine ha seguido siendo una mercancía dominada por los grandes conglomerados económicos en Estados Unidos, utilizando mecanismos comerciales como las coproducciones o los contratos de exhibición y distribución para co- optar por productores independientes o incluso críticos.

Se observa que “el entretenimiento estadounidense es a menudo producido por multinacionales europeas, japonesas y ahora indias, mientras que las culturas locales son cada vez más coproducidas por Hollywood”.[Xi]

Por tanto, aunque incorpora o incluso difunde elementos culturales de diferentes regiones, la mayor parte del cine producido y distribuido sigue pasando por los intereses económicos de los grupos económicos de Hollywood. A través de su expansión, “organizándose para producir mercancías cada vez más estandarizadas, en forma de telenovelas, películas de la nueva generación de Hollywood, vídeos, discos y cintas musicales, y distribuirlas a escala global, explotando las nuevas tecnologías de satélite y telecomunicaciones por cable, estas industrias jugaron, al mismo tiempo, un papel importante en el refuerzo de la nivelación de la cultura y, con ello, la homogeneización de la demanda a satisfacer a nivel global”.[Xii]

Por tanto, el cine es un arte que tiene una base industrial y cuyo desarrollo de producción y distribución está asociado a la dinámica económica internacional y su expansión, a través de relaciones capitalistas. En este sentido, por un lado, el cine resulta ser una importante expresión artística y una forma de difundir ideas y elementos culturales, al mismo tiempo que constituye un producto comercializable por los grandes conglomerados económicos.

Comprender estas contradicciones a lo largo de la historia y afrontar sus producciones y manifestaciones artísticas resulta ser una forma de indagar en sus particularidades y valorar sus aportes a la cultura del último siglo.

*Michel Goulart da Silva Tiene un doctorado en historia por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) y un título técnico-administrativo del Instituto Federal de Santa Catarina (IFC)..

Notas


[i] ALEA, Tomás Gutiérrez. Diaética del espectador: seis ensayos del cineasta cubano más premiado. São Paulo: Summus, 1984, pág. 26.

[ii] HOBSBAWM, Eric. La era de los imperios (1875-1914). Río de Janeiro: Paz e Terra, 2014, p. 366

[iii] TROTSKY, León. Cuestiones de estilo de vida. Su moral y la nuestra.. São Paulo: Sundermann, pág. 35-6.

[iv] ALEA, Tomás Gutiérrez. La dialéctica del espectador: seis ensayos del cineasta cubano más premiado. São Paulo: Summus, 1984, pág. 25

[V] HOBSBAWM, Eric. La era de los imperios (1875-1914). Río de Janeiro: Paz e Terra, 2014, p. 366-7.

[VI] BERNARDET, Jean-Claude. que es el cine. São Paulo: Brasiliense, 1991, pág. 37.

[Vii] CARRIÈRE, Jean-Claude. El lenguaje secreto del cine.. Río de Janeiro: Nova Fronteira, 1995, p. 14.

[Viii] CARRIÈRE, Jean-Claude. El lenguaje secreto del cine.. Río de Janeiro: Nova Fronteira, 1995, p. 27.

[Ex] LENÍN, Vladimir. El imperialismo, la etapa superior del capitalismo. São Paulo: Boitempo, 2021, pág. 37

[X] CHESNAIS, François. La globalización del capital. São Paulo: Xamã, 1996, pág. 207.

[Xi] MARTEL, Federico. Mainstream: la guerra global de los medios y las culturas. Río de Janeiro: Civilización Brasileña, 2012, p. 447.

[Xii] CHESNAIS, François. La globalización del capital. São Paulo: Xamã, 1996, pág. 40-1.


Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

Suscríbete a nuestro boletín de noticias!
Recibe un resumen de artículos

directo a tu correo electrónico!