La lógica de las ciencias sociales.

Fritz Wotruba, Homenaje sin título a Picasso (Hommage à Picasso), 1973.
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por JOSUÉ PEREIRA DA SILVA*

Comentario al libro de Jürgen Habermas

El libro La lógica de las ciencias sociales., reúne dos textos, reunidos en un mismo volumen por el autor en la edición alemana de 1982. El primero, publicado originalmente en la revista Filosofía Rundschau, en febrero de 1967, y luego como libro, en 1970, constituye en realidad el cuerpo del volumen y le da su título. Esta es la intervención de Habermas en el debate protagonizado por Karl Popper y Theodor Adorno sobre “la lógica de las ciencias sociales”, iniciado en la reunión de la Asociación Alemana de Sociología, en Tübingen, en octubre de 1961.

La participación de Popper y Adorno, junto con las aportaciones de otros participantes en la discusión, incluidas otras dos intervenciones del propio Habermas, fueron recogidas posteriormente en el libro Controversia sobre el positivismo en la sociología alemana, nunca publicado en su totalidad en portugués.

El segundo texto, “La pretensión de universalidad de la hermenéutica”, consiste en la participación de Habermas en un libro en honor al 70 cumpleaños de Hans-Georg Gadamer. Habermas mantuvo un fructífero debate con Gadamer, recogido en parte en la edición brasileña de Dialéctica y hermenéutica (L&PM).

La lógica de las ciencias sociales. ocupa un lugar particular en el cuerpo de trabajo de Habermas, en el sentido de que es quizás su único texto sustancial que aborda directamente cuestiones metodológicas o epistemológicas. A pesar de esta peculiaridad, el libro presenta algunas de las características que se hicieron predominantes en su obra madura, con especial énfasis en su preocupación por construir una teoría social que supere los enfoques unilaterales, ya sean positivistas o hermenéuticos.

El argumento de Habermas se guía por la intención de establecer un lugar peculiar para las ciencias sociales frente al dualismo que separa las ciencias naturales y las ciencias humanas en dos enfoques que se yuxtaponen, en la práctica de la investigación, como dos sistemas que pueden ignorarnos unos a otros. Aunque este dualismo no parece tener implicaciones importantes para la teoría analítica de la ciencia de Popper o incluso para la hermenéutica filosófica de Gadamer, las ciencias sociales no pueden ignorarlo.

Para Habermas, las ciencias sociales, y especialmente la sociología, no pueden contentarse con seguir los modelos de las ciencias naturales, reivindicando para sí los estado de la ciencia nomológica e ignorando el problema de interpretar el significado subjetivo de la acción social, como quieren los positivistas. Pero, por otro lado, tampoco pueden renunciar a los aportes del funcionalismo a la intelección de contextos de acción marcados por la presencia de sistemas autorregulados, como pretenden algunos enfoques interpretativos, como la hermenéutica de Gadamer.

Para demostrar las implicaciones de su tesis, Habermas reconstruye en sus principales rasgos el largo debate, que ya a finales del siglo XIX enfrentó a autores como H. Rickert y W. Windelband y que al parecer culminó en la citada controversia entre Popper y Adorno a principios de la década de 1960.

En el texto sobre la lógica de las ciencias sociales, además del mencionado dualismo que es objeto de su primer capítulo, Habermas aborda, en el capítulo II, las metodologías de diversas teorías generales de la acción social, desde los enfoques empírico-analíticos hasta los funcionalistas. unos; en cambio, el capítulo III está dedicado al problema de la comprensión del significado subjetivo, centrando su análisis en aspectos fenomenológicos (Alfred Schütz), lingüísticos (Peter Winch) y hermenéuticos (HG Gadamer); y, finalmente, en el capítulo IV, al abordar la sociología como teoría del presente, discute los límites de una sociología lingüístico-comprensiva y concluye refiriéndose al problema de la relación entre teoría y práctica, tema querido por aspectos críticos del sociología y ciencias sociales.

En el texto que trata de la pretensión de universalidad de la hermenéutica, el argumento va en la dirección de impugnar esta pretensión, a lo que opone un modelo de teoría crítica inspirado en el psicoanálisis freudiano.

El desarrollo de este argumento aparece claramente en conocimiento e interés, de 1968, donde Habermas elabora un modelo de teoría crítica que vincula cada uno de los principales enfoques discutidos en el libro aquí reseñado a un tipo de interés constitutivo.

Así, mientras las ciencias empírico-analíticas corresponden al interés cognoscitivo por el control técnico de los procesos objetivos, las ciencias histórico-hermenéuticas corresponden al interés práctico logrado a través de la interpretación y comprensión del significado; A nivel metodológico, los dos enfoques se refieren respectivamente a los temas de explicación y comprensión en las ciencias sociales, sin resolver el viejo problema del dualismo.

Para Habermas de la época, sólo una ciencia social fundada en la idea de la crítica de la ideología y cuyo interés constitutivo fuera la emancipación humana sería capaz de superar ese dualismo a través de una síntesis productiva que fuera más allá de los dos enfoques, sin dejar de apropiarse críticamente de las contribuciones específicas de ambos.

Por lo tanto, a pesar de presentar La lógica de las ciencias sociales. como revisión de la literatura sobre el tema, como puede verse en el prefacio de la edición alemana de 1982 (lamentablemente no traducida en esta edición), Habermas no se limita a una reconstrucción del debate. Más que eso, también pretende continuar la crítica del positivismo de Adorno y contribuir a la reestructuración de la teoría social, concebida como una teoría crítica de la sociedad.

Este modelo de teoría social crítica, marcado por preocupaciones metodológicas y epistemológicas, fue abandonado durante la década de 1970 cuando la teoría del lenguaje o competencia comunicativa pasó a ocupar el centro de su proyecto de elaboración de una teoría de la acción comunicativa, cuyo contenido intersubjetivo se ancla en la pragmática del lenguaje y ya no en el modelo de la teoría psicoanalítica.

Finalmente, cabe señalar que, además del interés estrictamente histórico por el lugar que ocupa en la extensa obra de Habermas, este libro sigue siendo una importante referencia para el debate sobre metodología y filosofía de las ciencias sociales.

* Josué Pereira da Silva es profesor de sociología de la Unicamp y autor de Trabajo, ciudadanía y reconocimiento (Annablume).

Publicado originalmente en Jornal de Resenhas n.o. 6 de octubre de 2009.

referencia


Jürgen Habermas. La lógica de las ciencias sociales.. Traducción: Marco Antônio Casanova. Petrópolis, Voces, 336 páginas.

 

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