por DANIEL COSTA*
Comentario al libro recién publicado de Carlos Fernando Cunha, Nathalia Sarro y Vinícius Natal
“Valeu Zumbi: \ El fuerte grito de Palmares \ Que recorrió tierras, cielos y mares \ Influyendo en la abolición \ Zumbi valeu \ Hoy la Villa es Kizomba \ Es batuque, canto y baile \ Jongo y maracatu \ Kizomba” (Rodolfo, Jonas y Luis Carlos da Vila).
No es nuevo que sectores de la sociedad debaten y luchan por un acercamiento entre la Universidad (especialmente la pública) y el público externo, tema que ni siquiera debería suscitar debate por ser tan obvio, al fin y al cabo el trípode que sostiene a la Universidad. es la docencia, la investigación y la extensión.
Atentos a este debate y conscientes del papel que debe desempeñar una Universidad pública, un grupo de profesores universitarios decidió demostrar que si bien el samba no se enseña en las escuelas, la universidad debería abrir sus puertas a los maestros de este ritmo forjado en los patios traseros. , tiendas de campaña y colinas. Con este espíritu surgió en los pasillos de la UERJ el proyecto Acervo Universitário do Samba, hoy coordinado por la profesora Andressa Lacerda y con supervisión editorial del profesor Luiz Ricardo Leitão, el proyecto de extensión vinculado al Centro de Tecnología Educativa de la UERJ (CTE- UERJ) y la Dirección de Comunicación Social (Común) de la Universidad ha llevado al público obras de referencia para pensar sobre la samba y el carnaval, especialmente de Río.[i].
Desde el lanzamiento del primer volumen en 2015, la biografía del compositor Aluísio Machado, escrita por Luiz Ricardo Leitão, el proyecto se ha convertido en una referencia para quienes buscan comprender el desarrollo de este festival que, a pesar de las dificultades, aún puede ser considerado uno de los más democráticos y populares del país. Con el lanzamiento de Kizomba en Vila Isabel: festival de negritud y samba, escrito por Carlos Fernando Cunha, Nathalia Sarro y Vinícius Natal, el lector tendrá la oportunidad de seguir el proceso de construcción de un desfile de carnaval, desde la concepción de la trama hasta el día en que se abren los sobres con la revisión de los jueces. el del desfile.
El lector que estudia minuciosamente las páginas que retratan esta verdadera Sal, tendrá la oportunidad de seguir la concepción del “épico desfile de Vila Isabel de 1988, sin duda una de las expresiones más notables de resistencia cultural en la samba de Río. La sorprendente y victoriosa procesión es un hito no sólo en la historia de nuestras fiestas, sino también dentro de la comunidad de Morro dos Macacos y de la bulliciosa tierra de Noel”.
A lo largo de diez capítulos – preguntas, el lector recorrerá las raíces de Vila Isabel, conociendo la trayectoria del barrio creado a mediados del siglo XIX y la escuela fundada en 1946, pasando también por la construcción e idealización del trama; alegorías, fantasía y atrezzo; la composición argumental de la samba, un clásico atemporal del carnaval; pasando por los tambores, corazón de la escuela, hasta llegar a la vieja guardia y las baianas, puntal de cualquier agrupación.
El libro va acompañado del documental. Kizomba: 30 años de un grito negro en Sapucaí, dirigida por la historiadora y cineasta Nathalia Sarro, producida por el Departamento de Cultura del GRES Unidos de Vila Isabel y que se puso en marcha en 2018 para celebrar las tres décadas de este desfile simbólico.
Según los editores de la publicación, “en tiempos de profunda intolerancia étnica, religiosa y social, además de espurias manifestaciones de racismo en Brasil y en el extranjero, siempre es oportuno revisitar la procesión realizada en el año del centenario de la supuesta abolición del esclavitud".[ii] Para los autores del trabajo, “la Kizomba No marcó el tiempo sólo porque fue un desfile considerado, por muchos, como uno de los mejores que pasaron por Sapucaí. Además, su componente político, en diálogo con la Constitución de 1988, es admirable en medio de un proceso de reinvención de la política nacional”.
Según el cantante y compositor Martinho da Vila, uno de los creadores de la trama, Sal “es una palabra del Kimbundu que significa el encuentro de personas que se identifican entre sí en una fiesta de celebración”, según el poeta de Vila de Noel, “el ritual de Sal el canto, el baile, la comida y la bebida son partes inherentes, así como las conversaciones en reuniones y conferencias que tienen como objetivo meditar sobre problemas comunes”.[iii]
También según el trío de autores, “vale la pena señalar que el libro no tiene sólo la intención de contar, de manera reflexiva y desde las voces de quienes marcharon ese año, cómo fue el histórico campeonato. Mucho más que este propósito, también tiene la idea de mostrar cómo una mirada atenta a un desfile puede despertarnos a reflexiones profundas sobre la negritud, la samba como proyecto de la nación brasileña y sus disparidades sociales y, finalmente, las memorias subterráneas presentes. en cajones y cabezas de los sambistas vilaisabelenses”.[iv]
El vínculo de los autores con la escuela es un punto crucial para el desarrollo de la narrativa, con la profusión de trabajos académicos sobre el universo de la samba y las escuelas, lo que podría ser algo auspicioso a veces se vuelve problemático, especialmente cuando el investigador no está presente. en la vida cotidiana de esos lugares, sin ver las contradicciones y disputas –positivas y negativas– que ocurren en esos espacios. En la obra que nos ocupa no tenemos este problema, ya que el trío de autores tiene vínculos con la escuela y el barrio, lo que permite construir una narrativa que abarca todos los matices que implica la construcción de un desfile.
El historiador y profesor Vinícius Natal, nieto de Doña Ivanísia, reconocida compositora de la escuela, comenzó a asistir a los ensayos de batería de la escuela, la swingueira de Noel, a los 14 años, allí, según él: “aprendió a ser sambaista, rítmico y ciudadano a través del bastón por Master Taza[V] y por el cariño de Tía Cirene y Tía Beta”, hoy Vinícius continúa trabajando en el colegio como docente.
La historiadora, cineasta y periodista Nathalia Sarro, a pesar de no provenir de una estirpe de cantantes de samba, se crió y aún vive en el barrio Noel. Al igual que Vinícius Natal, Nathalia Sarro fortaleció sus vínculos con el club a los 14 años, cuando su madre la llevó a la cancha del colegio para ver la competencia de samba. Según Nathalia Sarro, “Vila Isabel me ganó el corazón enseguida, allí se me apareció un mundo nuevo en ese momento. En 2005 descubrí mi lugar en el mundo, casi a la vuelta de la esquina de casa. El lugar donde la vida tiene más sentido y la felicidad se apodera de todo el cuerpo”. Miembro del Departamento Cultural de la asociación desde 2014, actualmente ocupa el cargo de directora del grupo.
Finalmente tenemos al cantante, compositor, docente e investigador Carlos Fernando Cunha, quien a pesar de ser hijo de un portuense y una mangueirense quedó cautivado por Vila a los trece años cuando veía desfilar la escuela desde la tierra de Noel. en la pasarela de samba de la televisión. Sin embargo, sería “a partir de 1997, después de trabajar un tiempo, que pasaría a formar parte del swingueira, primero en el pandero, luego en la trampa, hasta llegar a la caja”, hasta el día de hoy Carlos Fernando se mantiene firme y fuerte desfilando en la asociación Vila Isabel.
A juicio de los autores de la obra, el punto que unió la trayectoria del trío, que culminó en la obra comentada, “fue el oficio en la Historia y la preocupación por la memoria de parte de nuestra identidad, la samba y una mirada diferenciada y atenta a la historia de Villa Isabel. Si hubo una narrativa que privilegió las realizaciones del barón de Drummond y la construcción de un barrio diseñado según el modelo francés, ¿por qué no hablamos, por ejemplo, de las familias negras descendientes de esclavos que, en la era post-abolición ¿Fueron los encargados de ocupar los cerros locales? Existe, por tanto, un privilegio blanco a la hora de contar la historia del barrio. Para esto, el Kizomba Nos despertó y despertó nuestra curiosidad. ¿Dónde estaban las personas que construyeron ese espacio y quiénes fueron, por qué fueron silenciados?”
Leyendo Kizomba en Vila Isabel: festival de negritud y samba, el lector será invitado a viajar a través del épico desfile de Unidos de Vila Isabel en el carnaval de 1988, con un argumento escrito por Martinho da Vila y la inolvidable samba del trío compuesto por Luiz Carlos da Vila,[VI] Jonás y Rodolfo.[Vii]
En unas declaraciones dadas al Departamento de Cultura del GRES Unidos de Vila Isabel y reproducidas en el libro, Jonas afirma que tras recibir la sinopsis se dio cuenta de que Vila era un colegio muy negro. Para los autores, “a pesar de una historia oficial que insistía en señalar a Vila Isabel únicamente como un barrio que coqueteaba con un estilo europeo y heredero de una intención civilizatoria francesa,[Viii] la historia de la esclavitud negra estaba ahí. La ascendencia cosió las calles y callejones. Morro dos Macacos y sus divisiones también habían sido quilombos y eso había que valorarlo”.
Jonas también revela que la samba de su sociedad no era la favorita del presidente de la escuela, pero contó con la total simpatía de Martinho da Vila quien, cuando viajó y no pudo seguir las eliminatorias, dejó su voto en la directiva de la asociación, asegurando así que la la samba no fue cortada. El compositor también les dice a los autores del libro que la intención de su asociación “exaltar a la princesa Isabel y colocarla en el papel de heroína de la abolición, sino más bien exaltar a Zumbi, la lucha negra y sus personajes como protagonistas”.
Ante la publicación de la obra que corona la trayectoria del desfile realizado en 1988, la Dirección de Cultura produjo un documental[Ex] y la periodista e historiadora Nathalia Sarro, coautora del trabajo, publicaron el texto Kizomba – 30 años de un grito negro en Sapucaí. Un registro plural y democrático.[X] Considerado por expertos y amantes de la juerga como uno de los desfiles más emblemáticos del carnaval carioca, la trama que coronaría como campeona a la asociación de la tierra de Noel y Morro dos Macacos se desarrolló a base de mucha lucha y sudor de los integrantes de la escuela. .
Además de convertir “al negro en el gran vencedor de aquel carnaval”, Kizomba consagró la gestión de Lícia Caniné, Ruça, activista del PCB que ocuparía la dirección de la escuela en el vacío de poder que quedó con la salida del banquero del animal, Capitán Guimarães[Xi] que dejaría la escuela llevándose consigo capital financiero. Sin embargo, si el banquero se llevaba el dinero, el capital artístico e intelectual permanecía en la escuela. Así, componiéndose “con paja, fibra y alegría sobre el asfalto de la Av. Marquês de Sapucaí” se contó la “trayectoria de miles de ex esclavos y sus descendientes”.
Como director del Departamento de Cultura del colegio, y también uno de los responsables del documental Kizomba: 30 años de un grito negro en Sapucaí, Nathalia Sarro habla del trabajo en el departamento, sacando a la luz las dificultades que aún enfrentan los investigadores cuando la tarea es contar la memoria de las asociaciones. “Los departamentos de cultura en general, no sólo el departamento de Vila, enfrentan enormes dificultades para realizar, institucionalizar, mantener y llevar a cabo este trabajo. Las juntas directivas a menudo adoptan un discurso de rescate, pero en realidad no se comprometen con él. Se cree que el objetivo más directo de cualquier grupo recreativo es izar la bandera en Sapucaí o Intendente Magalhães y que el carnaval también se compone de efímero. Sin embargo, esta urgencia compromete estructuralmente su configuración y vacía varios significados construidos a lo largo de los años. Necesitamos entender por qué ocurre este fenómeno y por qué resulta tan difícil trabajar la memoria en estos espacios”.
con el lanzamiento de Kizomba en Vila Isabel: festival de negritud y samba, el proyecto Acervo Universitário do Samba continúa cumpliendo su misión de presentar al público grandes nombres de la samba, así como momentos destacados del carnaval de Río. Como bien destacó Nathalia Sarro: “Que el legado de Kizomba seguir siendo eterno, lo cual es Kizomba seguir construyéndonos. ¡La pagoda es la fiesta popular!
*Daniel Costa Es licenciado en Historia por la Unifesp y es miembro del GRRC Kolombolo Diá Piratininga.
referencia
Carlos Fernando Cunha, Nathalia Sarro, Vinícius Natal. Kizomba en Vila Isabel: festival de negritud y samba. Río de Janeiro, Editorial Mórula / Otras Expresiones, 2023, 368 páginas. [https://amzn.to/417Sx6k]
Notas
[i] Para obtener más información sobre volúmenes anteriores, consulte: https://dpp.cce.myftpupload.com/cartografia-do-samba-carioca/
[ii] Para el compositor e intelectual Nei Lopes, que firma el prefacio de la obra, “el Kizomba da Vila” representó, sobre todo, una gran ofrenda ritual celebrada por Samba, Río de Janeiro y Brasil en honor a quienes el antropólogo belga Jan Vansina llamó los ancestros olvidados.
[iii] La explicación dada por Martinho se encuentra en la sinopsis elaborada por Unidos de Vila Isabel para el desfile de 1988 y fue reproducida íntegramente en la publicación comentada. Ver páginas. 30 – 43.
[iv] El trío de autores explica al lector que durante “el proceso de escucha realizado en entrevistas a ex sambistas, cuando se les preguntó cuál fue el momento más impactante, todos respondieron con una sola palabra: Kizomba. En cada declaración se repetían adjetivos como “fantástico” y “emocionante”, a menudo seguidos de lágrimas en los ojos. Este hecho llamó nuestra atención, entendiendo que se trataba de la construcción de una especie de mito urbano que reinaba en el alma del colegio”.
[V] Según los autores posteriores a Osmar Mariano, los tambores de Vila Isabel cuentan con las figuras de los Maestros Ernesto y Mug “quienes son los principales responsables de su desarrollo, de su consolidación en cuanto a definir sus secciones instrumentales y características rítmicas. Mug fue el principal impulsor de este proceso. Dirigió la batería durante décadas y fue campeón con Vila Isabel en 1979 (Grupo B), 1988, 2004 (Grupo Access), 2016 y 2013”.
[VI] Es importante resaltar que el apellido artístico “da Vila” que lleva Luiz Carlos proviene de sus experiencias en la región Leopoldina, especialmente en los barrios de Ramos y Vila da Penha, aunque su carrera estuvo marcada por su relación con la escuela y el barrio de Villa Isabel.
[Vii] Vale recordar que el mismo año en que Vila Isabel trajo la samba de Luiz Carlos da Vila, Jonas y Rodolpho al Marquês de Sapucaí, llegó Mangueira con la samba “Cien años de libertad: ¿realidad o ilusión?”. La samba compuesta por Hélio Turco, Jurandir y Alvinho dejaría el subcampeonato a la verde y rosa y su coro sigue siendo considerado uno de los mejores de todos los tiempos del carnaval carioca.
[Viii] El barrio de Vila Isabel se inspiró en el modelo de urbanización francés, pero como advierten los propios autores: “Es importante destacar que la historia de Vila Isabel va más allá de la construcción de calles abolicionistas bajo un estándar europeo, sino que también está marcada por la ocupación de sus cerros y laderas por los hijos y nietos de personas esclavizadas”.
[Ex] El documental Kizomba: 30 años de un grito negro en Sapucaí se celebró en el marco de los festejos por los treinta años del citado desfile. Luego de su estreno en una sesión en el Museo de Arte de Río, el documental pasó por salas como el Odeón, festivales y numerosas escuelas públicas y privadas del Estado de Río.
[X] El texto de Nathalia Sarro fue publicado en el libro Samba, democracia y sociedad. Para un comentario sobre la publicación ver: https://dpp.cce.myftpupload.com/samba-democracia-e-sociedade/
[Xi] Según los periodistas Aloy Jupiara y Chico Otávio, autores del libro Los sótanos de la falta. Jogo do bicho y dictadura militar: la historia de la alianza que profesionalizó el crimen organizado, el capitán Guimarães fue el tercer presidente de Liesa, en sustitución de Castor de Andrade y Anísio Abraão David. Años después de que Ruça dejara la presidencia de Vila, volvió a ejercer influencia sobre la escuela. En más de un período incluso colocó representantes en la dirección. Puede que no apareciera en la cancha, pero en reuniones en su casa se decidían los lotes y se elegían las sambas. Otro caso que involucra a Guimarães lo narra el periodista Leonardo Bruno: “La disputa fue tensa. No sólo por la calidad de las obras, sino porque detrás de escena en la escuela presenciaron una guerra silenciosa entre dos líderes del juego. El capitán Guimarães, recién llegado a Vila, amenazaba el reinado de Waldemir García, conocido como Miró, presidente de honor del club blanquiazul, donde estaba desde los años 1960. Tradicionalmente, era Miró quien escogía la samba ganadora de Vila. Pero las opiniones, en el concurso de 1985, eran contradictorias: Miro prefería la samba de Pedrinho da Flor, mientras que Guimarães quería que ganara David Corrêa. La divergencia casi terminó en sangre. Guimarães logró imponer su deseo y Miró decidió alejarse definitivamente de Vila Isabel. La salida para la familia García fue refugiarse en un colegio cercano: Salgueiro, que sería regentado por él durante los siguientes veinte años”.
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