por LEONARDO SACRAMENTO*
El capital inicial de las familias de élite provino de los esclavos, el capital inicial cuantioso y oculto de casi todos los grandes empresarios brasileños.
Un gran malestar afecta a la “burguesía progresista”.[i] Autoproclamada portadora de la Ilustración con i minúscula, rechaza la pobreza social y, para algunos, la desigualdad en términos muy particulares. Sus miembros asumen el papel de una clase “ilustrada”, exigiendo impuestos para los más ricos y programas sociales para los más pobres mientras las instituciones que poseen envían ganancias y dividendos a sus cuentas nacionales y costa afuera.
Contrariamente a los gritos llorosos de los propietarios, sus instituciones defienden la permanencia de esta acumulación exigiendo el fin de los pisos constitucionales para educación y salud y la vinculación de los Beneficios de Pago Continuo (BPC) y el salario mínimo a la inflación.
Esta burguesía busca asumir lo que algunos autores del siglo XX depositaron fantasiosamente en sus antepasados del siglo XIX, una mentalidad burguesa que habría construido una sociedad capitalista. Hoy en día, los multimillonarios, descendientes de los propietarios de esclavos del siglo XIX, se presentan socialmente como filántropos, intelectuales y artistas, mientras reciben ganancias y dividendos libres de impuestos de una clase trabajadora racializada.
La sociedad brasileña es la que construyeron sus antepasados, y sus descendientes son herederos con la responsabilidad de conservarla, como una monarquía. Pero es una monarquía fresco, al estilo de la inglesa presentada por los tabloides y el Globe News.
Según un informe publicado en Folha de São Paulo,[ii] Neca Setubal buscó curar el mal de ser burgués con terapias. Imagínese al psicólogo: “No es culpa tuya ser rico. Sus antepasados de Souza Aranha esclavizaron a los africanos porque era la estructura. ¿Qué podrían hacer? ¡Eres una víctima! Repito: eres una víctima”. La constelación familiar llegó con fuerza para la clase de los mil millones.
La familia Setubal es descendiente directa de la familia Souza Aranha, o más precisamente del patriarca Francisco Egydio de Souza Aranha, uno de los mayores esclavistas de Brasil, cuando el estado de São Paulo concentraba los esclavos del país mediante el tráfico interprovincial bajo el ciclo del café. . En el árbol genealógico de Itaú-Unibanco, Francisco Egydio de Souza Aranha tuvo 10 hijos, 8 de los cuales quedaron sin nombre. ¿Quienes son?
En Rio Claro, a pocos kilómetros de Campinas, donde vivía Francisco, el barón de Grão Mogol era famoso por sus “orgías con esclavos en el sótano”.[iii] ¡Es un país mestizo, sin duda! Qué formación tan singular, como decía gente muy alfabetizada, desde Gilberto Freyre (heredero de esclavizadores) hasta Joel Pinheiro (heredero de esclavizadores). Un país de propietarios que violaban sus bienes, a los que no podían decir que no porque eran cosas comerciales.
El barón Grão Mogol era un buen tipo. Violó, pero cuando el Estado empezó a pagar indemnizaciones tras la sanción de la Ley Sexagenaria, impulsó una “manumisión”. Warren Dean demostró que, entre 1885 y 1887, sólo hubo tres manumisiones sin compensación. Por servicio, “incluido el de duración determinada”, eran 181. Según la Ley Sexagenaria, es decir, por remuneración, 543.[iv] Debe ser el perfil fluido del lusotropicalismo mezclado con la mentalidad capitalista.
Uno de los hijos asumidos por Francisco Souza Aranha, Olavo se convirtió en banquero con el capital de la explotación de esclavos en sus fincas. Es la diversificación del capital cafetalero en su esencia. Había tanto capital que la agricultura no representaba una inversión sostenible. Su hijo Alfredo fundó el Banco Central de Crédito.
Nada nuevo: su tío abuelo, Joaquim Egydio de Souza Aranha, Marquês de Três Rios, fundó el Banco de Comercio e Industria de São Paulo en 1889. Su hija María se casó con Eudoro Libânio Vilela, director del banco de Alfredo. De ahí la familia Vilela. Olavo Setubal trabajaba en el mismo banco como director. Olavo era hijo de Francisca Egydio de Souza Aranha y Paulo de Oliveira Setubal. Olavo es padre de María Alice Setubal, conocida como Neca Setubal, con Mathilde Lacerda de Azevedo, conocida como Tide Setubal, la persona homenajeada en la famosa fundación. Tide era hija de Antônio Lacerda Franco, hijo de Bento de Lacerda Guimarães, barón de Araras, esclavista de la región de Limeira, con su prima, Manuela Assis de Cássia Franco. El matrimonio es el negocio principal.
Lo mismo ocurre con Moreira Salles, otra filial de Itaú-Unibanco. Sería fácil relacionar a la familia con la inversión de capital esclavo, tierras y café. En el siglo XIX, uno de los patriarcas de la familia fue el coronel Saturnino Vilhena de Alcântara, uno de los mayores propietarios de esclavos y de tierras de Pouso Alegre (MG), convirtiéndose en un importante terrateniente en la década de 1880. De 1890 a 1910, realizó 35 propiedades. actas,[V] Especializados en compra y venta de propiedades.
La familia Moreira Salles se unió a la familia Saturnino Vilhena a través del matrimonio entre João Theotônio Moreira Salles y Lucrécia Vilhena Alcântara. Curiosamente se omite el origen de la familia Moreira Salles. Se da la impresión de que eran sitiadores, pero como recuerda Brandão, “su matrimonio con una hija de una familia tradicional de la región, los Vilhena de Alcântara, es una demostración de que su origen social probablemente no era el de un simple hijo de campo. trabajadores”.[VI]
El capital inicial de la familia procedía de esclavos, el gran y oculto capital inicial de casi todos los grandes empresarios brasileños, especialmente en São Paulo y Minas Gerais, que hoy se autodenominan empresarios - según la infografía de los baúles familiares, la "sexta generación de empresarios" de las familias Setubal, Vilela y Moreira Salles. Muchos de los “grandes empresarios” de Brasil son descendientes de propietarios de esclavos. Los herederos heredaron –aquí el pleonasmo es útil– el capital de la acumulación primitiva sobre la explotación y comercialización de africanos y descendientes de esclavos. En la estructura de la composición de la riqueza de los seis mayores propietarios de Pouso Alegre, por ejemplo, el 6% correspondía a propiedades rurales y el 43,5% a esclavos.[Vii]
En la década de 1890, Saturnino invirtió su capital en propiedades, especializándose en la compra y venta de propiedades. Con el tiempo, conservó sólo una propiedad a su nombre, vendiendo todas las demás. João Moreira Salles, el patriarca más reconocido, trabajaba en la Casa Ideal, propiedad de su padrino Adriano Colli. La bibliografía del Instituto Moreira Salles[Viii] dice que “le fue tan bien que asumió la dirección de la tienda cuando era adolescente”, pero es más obvio y probable que su ahijado recogiera la dirección de su padrino, todo en la familia debido a la relación de patrocinio social de la tienda. tiempo. Por “recomendaciones de su padrino”, trabajó en una mercería en São Paulo.
En 1909, João regresó a Cambuí, donde se casó dos años después con Lucrécia Vilhena de Alcântara, hija del coronel Saturnino Vilhena de Alcântara. De allí se fueron a vivir a Guaranésia, ciudad de la ruta del café, donde abrieron una tienda de mercería y mercería, “beneficiados por su ex jefe”. En ese momento, con capital de la familia Vilhena de Alcântara, se consolidó como representante comercial. En 1917 se trasladó a Mococa, ciudad del estado de São Paulo, donde abrió Salles e Alcântara en sociedad con su cuñado Pardal Vilhena de Alcântara. Con esta empresa familiar amplió la oferta de ciudades que ofrecen créditos bancarios a los agricultores.
Cuando se mudó a Poços de Caldas, en 1919, representó como comisario a 13 bancos. Compró la parte de su cuñado cuatro años después. Al año siguiente recibió autorización para ser sesión bancaria. En 1931 recibió autorización para abrir la Casa Bancária Moreira Salles. Pronto, lo que inicialmente era tierra y esclavos se convirtió en capital bancario en la acumulación ampliada de capital vinculado al café y la industria. El pecado se transformó en perdón, la enfermedad fue erradicada y la vida se convirtió en primavera.
Walther Salles, el hijo de João, se había quedado criado con sus abuelos. En 1939, Walther se convirtió en accionista del Banco Machadense y presidente del Consejo de Administración del Banco do Distrito Federal (Río de Janeiro). En 1940 se fusionaron el Banco Machadense y la Casa Bancária dos Botelhos. De la fusión nació el Banco Moreira Salles. La Casa Bancária Botelhos perteneció a la familia Botelhos, esclavistas y grandes propietarios de la ciudad de… Botelhos, que adquirió el apellido porque Joaquim Botelho de Souza donó el terreno donde se construyó la aldea y la sede dedicada a São José.
Como puede verse, el matrimonio es un instrumento de acumulación de capital:
Souza Aranha se casó con Setúbal
Quien se casó con Vilela.
Souza Aranha-Setubal-Vilela
Se casó con Moreira Salles.
Que ya estaba casado con Vilhena de Alcântara
¿Quién se casó con Botelho?
Cuando la carne se derritió.
En esta historia no existe J. Pinto Fernandes.
¡Está prohibido!
Los capitales de la familia Moreira Salles tienen al menos dos orígenes familiares del Brasil Imperial: la familia Vilhena de Alcântara y la familia Botelho de Souza. En la exposición del Instituto Moreira Salles, la ciudad que lleva el nombre de la familia Botelho es sustituida por una “ciudad cercana”. No es ilustración reflejar una realidad saudí. Pero nada que no se pueda arreglar.
El texto adulatorio del Instituto Moreira Salles se ve obligado a afirmar que João Moreira Salles comenzó a invertir en el oeste de Paraná, donde fundó una ciudad llamada… Moreira Salles. ¿Pero cómo justificarlo? Convirtiéndolo en héroe, porque “con poco más de 60 años, João Moreira Salles decidió que era hora de hacer de bandeirante y decidió colonizar una parte de ese desierto”. ¡Tiene sentido! Hay una coherencia ahí: un bandeirante.
Las entidades del movimiento negro, con razón, exigen reparación monetaria y política al Banco do Brasil y a la Caixa Econômica Federal por su participación en la esclavitud y el tráfico transatlántico e interprovincial de africanos. El pedido es correcto pero incompleto. La consecución de esta insuficiencia, o más bien la continuación de la denuncia exclusiva de los dos bancos públicos, podría resultar en una evidente cobardía frente a acciones más difíciles y complejas respecto del capital privado. Los bancos públicos estaban controlados por familias de esclavos. El resultado de la acumulación de capital durante la esclavitud colonial fue la diversificación del capital cafetalero. Es necesario seguir la pista del capital. El banco Itaú-Unibanco es un gran comienzo.
El cúmulo que obstaculiza los sueños de Neca Setubal en su almohada de plumas de ganso y raso
El banco Itaú-Unibanco tiene una larga y profunda trayectoria en la articulación de políticas públicas. Hoy, por ejemplo, la Fundação Itaú Social se enfoca en educación y sostenibilidad, demostrando gran inserción en departamentos estatales y municipales y en el MEC para promover políticas públicas en línea con el programa Todos pela Educação.
Una de las fundaciones que establece una “alianza” con la Fundação Itaú Social es la Fundação Tide Setubal. La familia Moreira Salles gestiona directamente el Instituto Moreira Salles, centrado en actividades y proyectos culturales. Ambas familias están muy involucradas en los infames "proyectos sociales".
Pero esto es cosmético. Lo cierto es que el banco Itaú-Unibanco tiene una fuerte articulación política a lo largo del siglo XX –herencia del capital simbólico y social de los “patriarcas” del siglo XIX. Sin su relación de apoyo incondicional a la Dictadura Cívico-Militar, los Setubal y Vilela no habrían podido construir el Banco Itaú como un gran complejo financiero. Con la Reforma Bancaria de 1964-1965, iniciada dos meses después del Golpe, Itaú “pudo construir su banca de inversión, concentrándose en la compra de bancos más pequeños, como el Banco Sul-Americano, el Banco Americano, el Banco Aliança, el Banco Português do Brasil y Banco União Comercial. Se convirtió, en muy poco tiempo, en uno de los bancos más grandes del país”.[Ex]
Como garantes de la financiarización de la economía en la década de 1990, las familias de Itaú nunca se habían beneficiado tanto. Pero aun así, la fusión de los dos bancos (Itaú y Unibanco) tuvo un método. La remodelación estructural de los dos bancos con la financiarización de la economía a partir de la refinanciación de la Deuda Pública incluyó a Pedro Malan, ministro de Hacienda de FHC, como vicepresidente del Consejo de Administración del Unibanco en 2003. En 2008, Itaú y Unibanco se unieron , haciendo que Pedro Malán cambiara su cargo un año después al de presidente del Consejo Asesor Internacional del nuevo banco. La misión dada es misión cumplida.
Los bancos brasileños obtienen beneficios en cualquier contexto. Cuando comenzó la pandemia, el Banco Central liberó R$ 1,2 billones a los bancos privados provenientes de depósitos obligatorios, argumentando que la medida era una medida de precaución ante una probable crisis de liquidez y crédito. Sin embargo, según se informó, los bancos no liberaron los recursos, ya que los criterios para el otorgamiento del crédito dependían del análisis de los factores de riesgo. A medida que aumentaron los riesgos, obviamente no se liberó crédito porque las condiciones objetivas eran peores para las pequeñas y medianas empresas (una excusa, seamos realistas). Los bancos privatizaron los depósitos obligatorios.
En 2019, los beneficios de los grandes bancos crecieron un 18%, incluso ante el estancamiento económico. Al analizar los cinco principales bancos, tres privados, los beneficios aumentaron el 30,3%, alcanzando un total de R$ 108 mil millones. El mayor beneficio nominal fue el de Itaú-Unibanco, unos impresionantes R$ 28,4 mil millones. Los bancos cerraron 898 sucursales, liderados por el Banco do Brasil, que fue enviado por Paulo Guedes a privatización, con énfasis en el negocio fraudulento con BTG Pactual en plena pandemia.[X]
Las clases de ingresos D y E tuvieron una reducción de ingresos. La desigualdad ha aumentado en los últimos 17 trimestres hasta 2019. De 2014 a 2019, los ingresos laborales de la mitad más pobre de la población cayeron un 17,1% mientras que los ingresos del 1% más rico aumentaron un 10,11%. Los ingresos del segmento de la población considerado clase media (situado entre el 40% medio) cayeron un 4,16%. Desglosando el 10% más rico, parece que el 5% más rico aumentó sus ingresos en un 4,36%.
En 2014, el beneficio de los cinco principales bancos creció un 20% (R$ 55 mil millones). En 2015, sólo Itaú-Unibanco obtuvo un beneficio de R$ 20 mil millones, un aumento del 15,4%; los activos totales alcanzaron R$ 1,4 billones, un aumento del 12,4% en comparación con 2014. En 2016, el beneficio de los principales bancos saltó a R$ 60 mil millones, incluso con la recesión del 3,6%.
En 2017, Itaú-Unibanco obtuvo un beneficio de R$ 24 mil millones y los principales bancos obtuvieron un beneficio de R$ 63 mil millones, un aumento del 14,6% respecto al año anterior. En 2018, el beneficio de Itaú-Unibanco fue de R$ 25 mil millones y el beneficio total del sector bancario alcanzó R$ 100 mil millones, el mayor de la historia hasta entonces. Finalmente, en 2019, el beneficio de Itaú-Unibanco alcanzó R$ 26,5 mil millones. El beneficio de los cuatro mayores bancos, excluyendo Caixa Econômica, alcanzó R$ 81,5 mil millones, otro récord histórico.
En 2016, alrededor de 2,5 millones de personas obtuvieron 270 mil millones de reales en ganancias y dividendos sin ningún tipo de impuestos. Entre 2013 y 2017, la familia Moreira Salles recibió R$ 4,1 mil millones en ganancias y dividendos como accionistas de Itaú. En total, las tres familias que controlan el banco recibieron R$ 9 mil millones. Como no existe tributación sobre utilidades y dividendos en Brasil, debido a la Ley nº 9.249/1995, los recursos fueron transferidos en su totalidad.
Ni siquiera entremos en los méritos del niobio para la familia, objeto totémico de Bolsonaro que fue sustituido por la cloroquina en la pandemia, pero lo cierto es que, además de la explotación del capital por encima del trabajo, las familias nadan en los mecanismos institucionales. para transferir rentas del trabajo a través del Estado, transformándolas en rentas del capital.
Los 2,5 millones de personas corresponden aproximadamente al 1% de la población. De ello se deduce que los ingresos de capital para el 1% más rico son al menos una parte sustancial de la composición de su riqueza. No estamos hablando de simples trabajadores que se aventuraron con unos pocos reales en el mercado de valores, a pesar de los patéticos anuncios de las agencias de inversión.
Estamos hablando de la alta burguesía financiera (incluida la agroindustria), de la clase media tradicional de las capitales y de las grandes ciudades, de la burguesía industrial, que ha renunciado a producir o de ver su producción con alguna expectativa de expansión, y de algunos extranjeros, la excepción se convirtió en regla en los anuncios de las agencias de inversión. Con un poco de investigación, se descubre una nueva Betina para diversión de todos, quien sería una forastero, pero que obtuvo su capital inicial del padre tradicional de clase media.
En 2020, justo antes de la pandemia, los bancos distribuyeron R$ 52 mil millones en dividendos a sus accionistas, con excepción de Itaú-Unibanco, que distribuyó poco más del 60% del beneficio neto de 2019, alegando que los tiempos exigirían a los bancos abrir su cartera de crédito. lo cual no fue probado, se cerró la cartera; Como confesó el propio Paulo Guedes, los bancos tomaron el dinero obligatorio y lo guardaron en la caja fuerte, lo que provocó que las asociaciones comerciales se quejaran públicamente de los bancos.[Xi]
Traduciendo todo de la forma más sencilla posible, las ganancias bancarias alcanzaron récord tras récord de 2014 a 2019, mientras que los ingresos de los más pobres disminuyeron año tras año. Como regalo a este proceso, los multimillonarios brasileños se enriquecieron en 34 millones de dólares o 170 millones de reales durante la pandemia, lo que corresponde al 70% del aumento de la riqueza de todos los multimillonarios de América Latina. En un momento de la mayor caída del PIB brasileño de la historia, el mayor número de desempleados, el crecimiento de la informalidad, la caída brutal de los ingresos de los trabajadores, los multimillonarios se hicieron más ricos.
La investigación de Oxfam ¿Quién paga la cuenta? muestra que los multimillonarios brasileños se enriquecieron debido a la pandemia precisamente cuando la industria, los servicios y el comercio tuvieron sus mayores caídas de la historia reciente. La reciente investigación de Gobetti, de la Fundación Getúlio Vargas, mostró que los más ricos aumentaron sus ingresos en un 49% y el 0,01% más rico, unas 15 mil personas, aumentaron sus ingresos en un 96% de 2017 a 2024. En total, el 5% más rico Actualmente poseen el 40% de la renta nacional. En el mismo período, los más pobres, incluida la clase media, aumentaron sus ingresos sólo un 1,5%.[Xii]
Esto nos permite presentar tres aspectos del capital financiero contemporáneo: (i) los grandes capitales están predominantemente desconectados del capital industrial y comercial; (ii) el gran capital está inmerso en la búsqueda de rentas; (iii) los rentistas viven de tres condiciones en su capital que se superponen con las de otro capital (industrial y comercial):
(a) parte es la transferencia de rentas del trabajo a rentas del capital a través del sistema de Deuda Pública y el sistema fiscal regresivo. (b) La parte es ficticia. (c) Parte proviene de los paraísos fiscales y la relación entre impuestos no pagados, inversiones de capital y lavado de dinero.
¿Cómo es posible esta disparidad? Si el pastel creciera, siguiendo la falsa tesis del liberalismo brasileño, es posible que los ingresos de los más pobres caigan menos o nada. Pero la tesis falsa también tiende a sostener que en una recesión todos pierden. No fue el caso. En la recesión ganaron los millonarios y multimillonarios, y no sólo ganaron, sino que también establecieron los pilares del crecimiento ordinario y sostenible a través de contrarreformas, como la laboral y la seguridad social. Esta disparidad sólo puede explicarse por la explotación y la desigualdad.
Si los bancos crecieron en medio de estancamiento, recesión y bajo crecimiento, es obvio que crecieron en medio de la apropiación de los ingresos laborales. Asimismo, los segmentos de ingreso A y B no crearon más valor (y tampoco podrían hacerlo); se apropiaron del valor en forma de ingresos laborales. Por lo tanto, los segmentos de ingresos A y B y los bancos se apropiaron de la masa de valor producida socialmente a través de mecanismos institucionales de transferencia de ingresos de los más pobres a los más ricos, del trabajo al capital. Como nos recuerda Thomas Piketty, si la renta del capital crece más que el crecimiento total, es porque ha habido una concentración de la renta del capital.
¿Pero qué tiene esto que ver con la raza? A medida que el mundo del trabajo se racializa, en el que los más pobres son negros, lo que se expresa en una desigualdad de ingresos laborales de R$ 808 mil millones entre trabajadores blancos y trabajadores negros, según el Instituto de locomotoras;[Xiii] cómo la mayor pérdida de ingresos se produjo entre los más pobres y miserables; como se sabe estadísticamente que proporcionalmente los más pobres pagan más impuestos por parte del Estado; Como el Estado es un importante transferente de recursos a través de la Deuda Pública (deuda pública oficial más deuda comprometida) a bancos e “inversores”, se concluye que, proporcionalmente, los banqueros (multimillonarios) y los segmentos de ingreso A y B se apropiaron y enriquecieron. los ingresos laborales de los trabajadores negros.
¿Es posible que un banquero no sea racista? Dependiendo de una visión de identidad mercantil financiada por las propias fundaciones de los banqueros, sí, ya que el racismo puede superarse mediante una educación antirracista y/o libre de prejuicios. El racismo sería una cuestión cognitiva y psíquica. Sí, porque los bancos se vuelven socialmente responsables de colocar a personas negras en sus anuncios y en algunos puestos de trabajo, mostrando la notoria diversidad del pueblo brasileño – Itaú-Unibanco es bastante competente en este tipo de publicidad de manera muy similar a Red globo.
Pero los datos científicos son que los bancos nacieron de la esclavitud, de la explotación y el genocidio de los africanos; y se benefician de la transferencia de ingresos del trabajo a ingresos del capital, especialmente de los trabajadores descendientes de africanos que alguna vez fueron esclavizados por los antepasados de la “burguesía progresista” y la “burguesía orgullosa”.
Factor Moreira Salles: la afición cinematográfica para aliviar la culpa del banquero
Este breve relato, por sí solo, sería suficiente para confirmar la relación histórica entre racismo y acumulación de capital entre multimillonarios y algunos millonarios brasileños. No, no son emprendedores que nacieron de la nada, con sudor y esfuerzo. Descienden de familias de esclavos que vendieron a africanos y a sus descendientes para cultivar café. Nos explotaron hasta la muerte. Éste es el origen del capital inicial de las seis generaciones de “emprendedores” del banco Itaú-Unibanco. Pero, además de las limitaciones económicas e históricas, necesitamos analizar las limitaciones sociológicas.
Hablemos de los actuales João Moreira Salles y Walter Moreira Salles – la reproducción de los nombres y el control sobre la familia, incluido el peso simbólico del nombre, el matrimonio y la reproducción, son factores económicos, como ocurre con los actuales Paulo Setubal, Olavo Egydio y Alfredo Egydio, así como con la familia Marinho, de la que Roberto pasó a ser el apellido.
Los actuales herederos de Salles trabajan como cineastas. La preferencia por un instituto cultural también pertenece a una elección profesional (¡sic!). João Moreira Salles es guionista, realizador de documentales y productor. creó la revista Piauí, tuvo gran relevancia para el retorno de la industria audiovisual al final de la dictadura cívico-militar y la hecatombe cultural del gobierno de Fernando Collor. Dirigió los documentales Noticias de una guerra en particular –en colaboración con Katia Lund–, crítica con la relación entre policía, violencia y narcotráfico; intermedios, sobre el detrás de escena de la elección presidencial de Lula en 2001; Es Santiago, una obra de teatro sobre su mayordomo que contaba con 30 páginas transcritas de pasajes sobre la aristocracia europea.
Su hermano Walter dirigió Brasil central, una de las principales películas de la cinematografía brasileña. El viaje de Dora hacia la redención, desde la indiferencia hacia Josué hasta la foto con monóculo de los dos juntos junto al padre Cícero, es, sin duda, uno de los viajes mejor retratados sobre las adversidades brasileñas. Aunque la película no fue escrita por los hermanos, la dirección de Walter expone la sensibilidad, complejidad, contradicciones, paradojas y durezas del texto, transformándolo en un texto sobre el texto.
Un viaje desde el detentador del poder (leer y escribir) sobre los desposeídos, que puede incluso decidir si envía o no la carta, hasta una mujer desesperada que es acogida en el regazo de Josué, algo que sólo podría ocurrir tras un viaje al centro de Brasil. De Central do Brasil al Centro do Brasil, un lugar de paso hacia la verdadera Central do Brasil, un espacio de redención y alojamiento. Sólo después de este (re)encuentro Dora pudo regresar.
Pero tomemos Santiago, donde el recorrido de la familia se hace absolutamente explícito. João Moreira Salles hizo una pieza sobre sí mismo y el documental, no la pieza en sí, sino el proceso. João logra determinar el Ser en sí y el Ser para sí: es un buen objeto de estudio para comprender a Jean-Paul Sartre y la expresión de la angustia y la náusea. El documental se rodó en la década de 1990 y se abandonó en 1992; se retomó en 2005, cuando João Moreira Salles notó el malestar, que lo hizo documentarse no como persona, sino como sujeto en una relación de poder con polos antagónicos. El final del documental es angustioso para el documentalista al darse cuenta de que las escenas fueron realizadas en base a la relación de poder entre el hijo del jefe y el ex mayordomo.
João Moreira Salles intentó construir en el espectador una percepción que reprodujera sus náuseas al verse dando órdenes de puesta en escena y despreciando el único intento de espontaneidad del ex mayordomo, permitiéndose concluir que la relación de poder entre documentalista y documentado se desbordaba. en la relación de poder entre trabajador (empleado) y burgués (hijo del propietario, hijo del jefe y heredero).
“Quédate en esa posición, piensa un rato en tu abuela y en mi madre” y “Sólo quiero que hables…” muestran una transustanciación del deseo del documentalista en el espíritu documentado/dirigido de Santiago. Cuando Santiago le propuso contar por qué “pertenece al núcleo de los seres malditos”, su único momento espontáneo, grabado en audio con la cámara apagada, João Moreira Salles respondió que “eso no tiene por qué suceder”, repetido afirmativamente por Santiago: "Eso no hace falta". Luego, contó la historia que João quería, empezando por “Joãozinho”.
“Joãozinho” o “maravilloso Joãozinho” es el “nhonhô” de Prudêncio, en el que, incluso siendo libre, actúa cognitivamente con Brás Cubas bajo la sugerida imposición de la estructura económico-social utilizando los términos típicos de la relación entre amo y sirviente cuando legalmente no. Es más bien un sirviente. Al igual que Prudêncio, Santiago tampoco pudo liberarse de la relación histórica y económicamente constituida.
João Moreira Salles concluye que la relación de poder no ha sido superada. Es la piedra angular de la relación que se expresa no sólo entre Prudêncio y su esclavo, sino en el Prudêncio libre que se ve a sí mismo como un sirviente de Brás Cubas, el antiguo dueño, mientras azota sus mercancías. El mayordomo se encontró mayordomo frente al hijo del jefe, a pesar de que ya no era mayordomo.
La cuestión es que no se puede, aunque João Moreira Salles quisiera o quiera. No sólo por Santiago, sino por João, quien siguió siendo el polo burgués en la formación de la cosmovisión santiagueña. João no dejó de ser el polo burgués de João, de lo contrario no habría dado órdenes de actuar. Como dice Sartre, es una carga que sólo podrá superarse con una nueva sociedad. Si João pretende construir una obra que represente al individuo que realiza el encuentro entre el fenómeno y la esencia, la angustia y la náusea serán las expresiones de la imposibilidad.
João Moreira Salles es un banquero en una sociedad capitalista. Ésta es vuestra profesión en la reproducción de las relaciones sociales. João es banquero. João no es cineasta. Esta actividad es un hobby de tiempo completo, fielmente realizado porque es un burgués que no trabaja –como todo burgués–, teniendo pleno tiempo libre para sus actividades favoritas.
De la misma manera que João Moreira Salles encontró que la determinación económico-social de la relación de poder le impedía alcanzar la esencia de Santiago, cualquier burgués supuestamente progresista debe concluir lo mismo en relación con los trabajadores negros –el nuevo fetiche de la publicidad neoliberal. No hay manera de ser antirracista y al mismo tiempo ser un agente activo de una estructura que reproduce la racialización como un patrón superestructurante de acumulación de capital.
La ilustración de una formación alfabetizada no impacta en la explotación y la desigualdad racializada (economía) y la violencia jurídico-policial (Estado). Si tiene un impacto, sería en la presentación de la representación, que tiene su relevancia sociológica y psíquica para la población negra, pero, desconectada de la dimensión de reproducción de la vida (economía) negra, no es más que una Elemento conservador con ambos pies en la naturalización del racismo.
Como lo atestigua la investigación Las implicaciones del sistema tributario brasileño sobre las desigualdades de ingresos (2014) y Perfil de desigualdad e injusticia fiscal: basado en declarantes de impuestos sobre la renta en Brasil 2007-2013 (2016), de Elivásio Salvador, y datos de Oxfam, las mujeres negras pagan la mayor cantidad de impuestos en proporción a sus ingresos. Con un sistema tributario regresivo, la alta burguesía paga en promedio menos del 8% de sus activos y ganancias totales, ya que está exenta de impuestos sobre las ganancias y dividendos. En estimaciones, mientras el 10% más rico tiene el 33% de las ganancias y dividendos del ingreso total, el 0,2% más rico tiene el 70% de las ganancias y dividendos del ingreso total.
Los principales acreedores de la deuda pública son los bancos, los fondos de inversión y los fondos de pensiones. Si el pago promedio de intereses, amortizaciones y deuda en los últimos años es del 50% del presupuesto, se concluye que los bancos y los segmentos de ingreso A y B se apropian de gran parte del presupuesto federal. Pero la cuestión no es sólo esa. Además de la forma de deuda pública – a priori, no hay problema con que el Estado tenga deuda pública –está el problema de que el presupuesto se compone de impuestos pagados por los trabajadores y proporcionalmente en mayor cantidad por los trabajadores negros, con especial énfasis en las mujeres negras.
Aquí está el problema: una parte significativa de las ganancias y dividendos distribuidos a las familias Setubal y Moreira Salles son originalmente recursos provenientes de impuestos que recaen más pesadamente sobre los trabajadores negros. Las instituciones financieras defienden el mantenimiento de tal estructura y, por tanto, es una hipocresía financiar pequeños proyectos de movimientos culturales y sociales con “recursos propios” cuando se componen de apropiaciones mediante intereses sobre los ingresos del trabajo.
La defensa del racismo como elemento cognitivo-conductual permite a la clase media y a la burguesía conducir los movimientos populares hacia una posición progresista controlada, que refuerza y reproduce los mecanismos económicos de reproducción del racismo, al dejar intacta la estructura de reproducción de la explotación. desigualdad racializada. En resumen, el superhéroe antirracista gana cuando los poderes del racismo permanecen intactos para la acumulación de capital del superhéroe.
Por supuesto, la familia Moreira Salles fue utilizada como un tipo ideal (pero real) porque era intelectualmente muy superior al promedio cognitivo de la burguesía y la clase media brasileñas tradicionales, que suelen ser mediocres. Es muy probable que, individualmente, los hermanos Moreira Salles no tengan prejuicios desde el punto de vista comportamental, y que estén bastante regulados sobre lo que dicen y cómo se comportan de manera crítica ante cualquier práctica racista, misógina y homofóbica. Sin embargo, esta es exactamente la paradoja económico-política de la lucha de clases que se convierte en culpa en la autoproclamada burguesía progresista.
Llamo Factor Moreira Salles a la imposibilidad real y concreta de que la burguesía sea antirracista,[Xiv] Incluso si individual y conductualmente trato de no tener prejuicios ni ser racista. Una especie de concepto que resume esta paradoja. En resumen, no cualquier persona blanca puede ser antirracista. Por el contrario, potencialmente, incluso si supuestamente pudiera estar cognitivamente libre de prejuicios, el burgués –en Brasil, en el planeta y en el universo– es racista porque es un agente activo y apropiador del capital sobre la clase trabajadora racializada.
Esta regla se aplica a todos aquellos que se esfuerzan por controlar individualmente las prácticas racistas y la “democratización” de la representación, pero que ignoran la necesidad de destruir los mecanismos económicos de explotación, racialización y desigualdad racializada, manteniendo intacta su acumulación.
Estos datos sociológicos no entran en conflicto con los datos históricos, en gran medida construidos por sus antepasados. Por el contrario, sólo se convirtieron en banqueros porque sus antepasados acumularon capital sobre los africanos esclavizados, y sólo siguen siendo banqueros porque los mecanismos de explotación históricamente construidos por sus antepasados son reproducidos positivamente por ellos mismos.
La liberación de la culpa implica la construcción de otra sociedad, o mejor dicho, los multimillonarios progresistas que tienen culpa sólo dejarán de tenerla cuando dejen de ser burgueses. La otra solución es reproducir, aunque existencialmente con contenido antagónico, a las madres africanas que saltaron con sus hijos por la borda del barco que los aprisionaba.
*leonardo sacramento es profesora de educación básica y pedagoga de la IFSP. Autor, entre otros libros, de Discurso sobre White: notas sobre el racismo y el Apocalipsis del liberalismo (Alameda). Elhttps://amzn.to/3xPnjXq]
Notas
[i] Este artículo está basado en el capítulo IV del libro. Discurso sobre los blancos: notas sobre el racismo y el Apocalipsis del liberalismo, publicado en 2023 por Editora Alameda.
[ii] Disponible https://www1.folha.uol.com.br/podcasts/2024/06/em-podcast-neca-setubal-fala-sobre-a-culpa-de-ser-rica-superada-com-terapia.shtml.
[iii] DECANO, Warren. Rio Claro: un sistema brasileño de grandes plantaciones (1820-1920). Traducido por Waldívia Portinho. Río de Janeiro: Paz e Terra, 1977, p. 130.
[iv] DECANO, Warren. Rio Claro: un sistema brasileño de grandes plantaciones (1820-1920). Traducido por Waldívia Portinho. Río de Janeiro: Paz e Terra, 1977, p. 133.
[V] VALE, Fernando Henrique do. Economía de oferta en una economía agroexportadora: el municipio de Pouso Alegre/MG en la transición al siglo XX. (Maestría en Historia Económica). Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo. São Paulo, 2018.
[VI] BRANDÃO, Rafael Vaz da Motta. Los Moreira Salles, los Setúbal y los Villela: finanzas y poder en Brasil, p. 274. En: Los dueños del Capital: la trayectoria de las principales familias empresarias del capitalismo brasileño. (Org.) CAMPOS, Pedro Henrique Pedreira; BRANDÃO, Rafael Vaz da Motta. 1ª edición. Autografía: Río de Janeiro, 2017, p. 271-314.
[Vii] SAES, Alexandre Macchione; AVELINO FILHO, Antoniel. La esclavitud y la trayectoria de las élites locales: Campaña y Pouso Alegre en el ocaso de la esclavitud. Cultura, Historia y Patrimonio. V.1, n. 1, 2012.
[Viii] PAULA, Sergio Va de. João Moreira Salles, el patriarca. IMS, 9 abr. 2018. Disponible en: www.ims.com.br/por-dentro-acervos/joao-moreira-salles-o-patriarca. Consultado el: 10 de julio. 2020.
[Ex] SACRAMENTO, Leonardo. El nacimiento de la nación: cómo el liberalismo produjo el protofascismo brasileño. Vol. II. São Paulo: Editora IFSP, 2023, pág. 90. Disponible en https://editora.ifsp.edu.br/edifsp/catalog/view/106/46/1093.
[X] Disponible https://www.brasildefato.com.br/2020/09/01/o-que-esta-por-tras-da-venda-de-titulos-de-creditos-do-banco-do-brasil-para-o-btg.
[Xi] Disponible https://economia.uol.com.br/noticias/estadao-conteudo/2020/04/04/recursos-liberados-a-bancos-estao-empossados-no-sistema-financeiro-diz-guedes.htm .
[Xii] GOBETTI, Sérgio Wulff. Concentración de rentas en las altas esferas: nuevas revelaciones de los datos del IRPF (Partes I y II). Observatorio de Política Fiscal, FGV, 2024. Disponibles, respectivamente, en https://observatorio-politica-fiscal.ibre.fgv.br/politica-economica/pesquisa-academica/concentracao-de-renda-no-topo-novas-revelacoes-pelos-dados-do e https://observatorio-politica-fiscal.ibre.fgv.br/politica-economica/pesquisa-academica/concentracao-de-renda-no-topo-novas-revelacoes-pelos-dados-0.
[Xiii] Disponible https://www.ibe.edu.br/desigualdade-salarial-entre-brancos-e-negros-gera-prejuizo-de-r-808-bilhoes/.
[Xiv] En el libro Discurso sobre los blancos: notas sobre el racismo y el Apocalipsis del liberalismo, el Factor Moreira Salles también se aplica a la clase media tradicional.
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