por MARCELO GUIMARÃES LIMA*
Una reflexión visual sobre la experiencia de catástrofes, cataclismos y desastres en nuestro tiempo: de lo global a lo personal
La imaginación del desastre fue una exposición que realicé, junto con la artista estadounidense Julia Townsend, en la Total Arts Gallery de Dubai (Emiratos Árabes Unidos) en 2011. El origen del tema de la exposición fue el tsunami (maremoto) que golpeó repentinamente la costa de Japón en 2011, sin ser previsto por los sistemas de alarma e información para las poblaciones locales, provocó muertes y destrucción en algunas ciudades costeras y llegó hasta la central nuclear de Fukushima, contaminando la región y potencializando un desastre nuclear de grandes proporciones. Hasta el día de hoy, según algunos autores, el tema de Fukushima no ha recibido explicaciones más completas por parte de las autoridades japonesas. Si afortunadamente se evitó el último desastre nuclear, las consecuencias de la contaminación atómica en tierra y mar se siguen sintiendo más de dos décadas después de los incidentes.
Ampliamente publicitados en su momento por los medios, pudimos ver videos en internet del curso de la destrucción material y la pérdida de vidas, grupos humanos varados y amenazados, huyendo de las aguas, siendo tragados por avalanchas de escombros, en derrumbes , la angustia de las víctimas convertidas en imágenes como espectáculo de destrucción y muerte, representaciones distanciadas en la paradoja del “aquí y ahora” de la representación mediática de la realidad. Reflejar estas imágenes y sus fuentes, los acontecimientos y sus afectaciones cercanas y lejanas, sensibles y afectivas en la intuición visible, duplicando la visibilidad que otorga otra visibilidad, tal era la “paradoja” que nos proponíamos abordar.
En el texto de presentación me basé en los escritos de Susan Sontag, especialmente en el ensayo que dio título a la exposición, cuya obra literaria, ensayística y de ficción, tematiza experiencias del límite de la condición humana, individual y colectiva, como muerte, enfermedad, guerra, sufrimiento físico y moral, uniendo de manera original la distancia del análisis de la finitud humana y la empatía de la expresión artística individualizada que se manifiesta, diría, de forma casi autónoma, es decir, donde el dimensión esencial de la expresión literaria se apodera del escritor, malgre soi, y lo convierte en una especie de sismógrafo, un instrumento para la conciencia emocional colectiva.
Nuestro tiempo parece haber multiplicado las experiencias de frontera que abarcan naturaleza y sociedad en sus esferas específicas e igualmente en sus constricciones recíprocas. La experiencia artística es, de manera esencial, lo que nos permite acercarnos a lo que quizás podamos designar como la precariedad constitutiva de la condición humana. Atributo que es, a veces, fuente de desesperanza pero, igualmente, suelo de resistencia y valorización de la vida, expresada en la creatividad, en el desafío de la historia y la cultura, es decir, del tiempo y de la acción consciente, para las colectividades, en el devenir humana, que es tarea perenne y a la vez sentido universal y cotidiano de lo que se llama existencia, o la vida tal cual es, que igualmente y necesariamente implica como puede ser, es decir, como proyecto y actividad.
Lo que sigue es una traducción/adaptación de mi texto original en inglés. Aquí un enlace para descargar el catálogo original.
Presentación
La exposición La imaginación del desastre (The Imagination of Disaster) presenta una reflexión visual sobre la experiencia de catástrofes, cataclismos y desastres en nuestro tiempo: de lo global a lo personal.
Cuando Susan Sontag escribió su célebre ensayo sobre los temas de las películas de ciencia ficción del período de la Guerra Fría, la "Imaginación del desastre" expresó en la ciencia ficción el miedo inconsciente e históricamente sin precedentes al conflicto atómico. A mediados del siglo XX, la catástrofe atómica potencializada sumó a la angustia humana de la mortalidad individual, los horrores adicionales de la súbita y total aniquilación de la raza humana.
Más de medio siglo después, las angustias recurrentes de un potencial punto de inflexión en la historia humana se recrean en nuestro contexto actual de diversas catástrofes producidas o asistidas por los hombres: continuas, acumuladas, redimensionadas, agregadas o creadas de nuevas formas, en los diversos campos. áreas interconectadas de actividades humanas y procesos de vida, desde la ecología hasta la economía, incluyendo la cultura y las artes.
El tema del desastre, señaló Sontag, es "uno de los temas más antiguos del arte". Y sin embargo, el imaginario del desastre, dentro de sus perennes dimensiones simbólicas, y entre sus diversas formas y diversos elementos, grandes y pequeños, revela también, en su actual expresión simbólica, la especificidad histórica de los dilemas, reales e imaginarios, de nuestro tiempo.
La fantasía del miedo en el cine de ciencia ficción, observó Sontag, encubrió el miedo real en el siglo XX y lo aisló de sus fuentes concretas. Más allá de la neutralización de la angustia histórica, la imaginación artística del desastre de principios del siglo XXI puede tener la tarea de deconstruir la imagen instrumentalizada e impuesta del miedo que contribuye, en el contexto actual, a paralizar la conciencia histórica y el imaginación del presente.
*Marcelo Guimaraes Lima es artista, investigadora, escritora y docente. En este enlace puedes encontrar más información sobre la obra del autor.
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