por DANIEL COSTA*
Comentario sobre el libro recientemente publicado por Ricardo Santiago
Con la llegada de diversas redes sociales, herramientas nuevas y accesibles para la producción musical, así como para la difusión y distribución de canciones, vemos surgir nuevos artistas casi a diario. Si por un lado esta facilidad contribuye a la democratización y a la circulación de la producción musical, por otro revela el carácter efímero de muchos de estos artistas, que no logran superar la temida barrera del primer éxito.
En una sociedad marcada por lo efímero, por el éxito instantáneo y momentáneo, pocos son los que están dispuestos a mirar por el espejo retrovisor lo que se produjo en el pasado. Este borrado casi automático de nuestra memoria musical acaba contribuyendo a reforzar la imagen de algunos personajes –generalmente aquellos que tuvieron una importante producción, cuantitativa y cualitativa, además de una buena relación con sectores de la intelectualidad– como cánones, mientras que otros permanecen en una especie de limbo, a veces olvidado, a veces ocupando el espacio reservado a figuras excéntricas.
Si nos pidieran que relacionáramos a nuestro personaje con uno de los grupos mencionados anteriormente, seguramente estaría en el segundo. Si la tarea fuera ubicar a nuestro personaje en un estante específico, podría catalogarla como una legítima representante de la samba italo-paulista, pero Miriam Batucada fue mucho más que cualquier etiqueta predeterminada. Miriam no era sólo la cantante de samba con acento mezzo Desde São Paulo, mezzo El italiano, o el postropicalista participante de un disco mítico. Miriam era mucho más: artista, lesbiana, posiblemente bipolar o ciclotímica, feminista, de periferia urbana y de una familia sin tradición musical.
Para revelar las diferentes facetas de este singular personaje, el historiador paulista Ricardo Santhiago profundizó en la escena artística y cultural de São Paulo. Los resultados de la investigación precisa se pueden ver en el libro. La historia incompleta de Miriam Batucada. A lo largo de sus páginas, Santhiago invita al lector a adentrarse en el universo privado de Miriam Ângela Lavecchia, o simplemente Miriam Batucada.
Nieta de italianos, Miriam Batucada nació el 28 de diciembre de 1946 en el barrio de Mooca. Sin embargo, recién sería registrado el primer día de 1947, ganando “un año” como solían hacer algunas familias en ese período. Con sólo seis años tocaba una armónica Scandalli de 120 bajos, revelando sus aptitudes musicales desde temprana edad. Incluso a esa edad, la pequeña Miriam también llamaba la atención de vecinos y familiares por conocer la letra y melodía de canciones de los más variados géneros.
Miriam Batucada vivió hasta los veinte años en la Rua João Antônio de Oliveira; asistió al jardín de infancia en la Escola Santa Terezinha, en la Rua Javari; el grupo de la vieja escuela en la actual EE Oswaldo Cruz y el curso técnico de Brasilux. Después, hizo un curso de mecanógrafa en IBM y empezó a trabajar en la fábrica de Alpargatas, ubicada donde ahora funciona la Universidad Anhembi Morumbi, y en Arno, donde, según la propia Miriam Batucada, fue despedida por teclear.
Así, se puede decir que Miriam Batucada tuvo construida su identidad artística en Mooca, donde desde pequeña asimiló y reprodujo lo que se conoce como dialecto italiano-paulistano. También fue en el barrio donde efectivamente comenzó su carrera, cantando en fiestas de amigos y en los concursos de primer año tan habituales en la época, como el que se realizaba en el Club de Empleados de la Cia. la fábrica de calcetines Ibram, en la Rua João Antônio de Oliveira, casi esquina con la Rua da Mooca.
El origen obrero del personaje es resaltado por el autor, quien brinda detalles sobre su infancia y juventud en el barrio de la zona este de São Paulo, hecho que también destaca el periodista Pedro Alexandre Sanches, responsable del prefacio de la obra. : “La biografía que construye Ricardo Santhiago, bajo ningún concepto. La difundida fórmula 'nacimiento, gloria y muerte de una estrella' contrasta un documental rico, denso y analítico sobre un representante ejemplar de la clase trabajadora que forma la base de la industria musical y lo que del mundo del espectáculo le gusta llamarlo "fracaso". Sin dejar nunca de resaltar el talento intrínseco de su personaje, expone así la piedra en bruto escondida bajo la avalancha propagandística de las torcidas virtudes de la fama, el éxito, la fortuna y la celebridad”.
Al inicio de su carrera, Miriam Batucada surgió con una samba rítmica, con fuerte inclinación melódica, que recuerda a los clásicos de Noel Rosa, Wilson Batista y similares. Con la recuperación de lo aprendido en su infancia con una vecina conocida como Chacareira y la división de cantantes como Ademilde Fonseca que escuchaba en la radio, Miriam empezaría a adoptar un ritmo frenético al compás de cualquier samba. Sobre este aspecto, Santhiago destaca que: “su genuina capacidad musical para extraer sonidos de percusión con las manos y su voz alegre, prolija, pero también melancólica, para cantar/contar sus historias, le hicieron ganar una marca que perduró”.
Su debut en los estudios de grabación se produjo en 1967, cuando grabó en el sello Artistas Unidos del sello pernambucano Rozenblit el compacto con los temas “Batucando nas Mãos” del entonces joven compositor Renato Teixeira y la sincopada “Plác-tic-plác”. -plác” de Waldemar Camargo y Peteleco, quien en realidad era el cantante y compositor Adoniran Barbosa.
En 1968, quien apostaría por la joven cantante paulista sería el sello discográfico Odeon, que la invitó a grabar un doble compacto, destacando los temas. “Linguajar do morro” y “Amor puro”. Desde el primer compacto, Miriam Batucada presentó en sus manos su famosa batucada durante las grabaciones. Durante el mismo período, comenzó a tener una gran demanda para espectáculos e incluso actuó en el extranjero. Según algunos críticos musicales, a pesar de que su samba era relativamente tradicional, Miriam era personalmente muy creativa y abierta.
Esta apertura y creatividad, resultado de la vocación antropofágica de la cultura paulista, le permitió a Miriam participar junto a Raúl Seixas, Sérgio Sampaio y Edy Star en el seminal Sociedad de la Gran Orden Kavernista presenta: Sesión a las 10.
El año 1974 le daría finalmente al cantante la oportunidad de grabar un LP individual. Publicado por Chantecler, el álbum mañana nadie lo sabe, sitúa a la intérprete al lado de cantantes como Maria Alcina (que, impulsada por el éxito de la canción de Jorge Ben, “Fio Maravilha”, lanzaría un álbum homónimo a través de Chantecler en 1973 y de Continental en 1974) y Célia (que a través de Continental lanzaría una trilogía clásica entre 1970 y 1975).
En la contraportada del disco, en un texto destinado a los oyentes, el cantante, entre alegría y sorpresa, escribe: Confieso que lo encontré un poco loco cuando me propuso grabar este tan esperado LP, pidiéndome que estuviera completamente en facilidad, libertad: hacer lo que sentía, porque quería que constara toda mi personalidad; mi batería en la mano, en mi guitarra, mi lado lastimero y mi cara feliz, consciente de que soy el único en todo lo que hago.
La personalidad y manera única de Miriam Batucada fueron algo destacable para su carrera artística, como lo destaca Ricardo Santhiago: “Miriam recorrió caminos traicioneros, pero, en la música, encontró una profesión que le permitió no sólo florecer, sino también recuperarse de una experiencia positiva. perspectiva. Afortunada: marimacha, traviesa, conversadora, llena de caprichos, testaruda, espontánea... todo lo que de niña era exceso, para disgusto de su familia y desaprobación de su entorno social, se recreaba como valor cuando se presentaba la oportunidad, fulminante. Retroceso: se estableció un abismo entre creador y criatura”.
Fruto de una extensa investigación, marcada por entrevistas a varios de los contemporáneos de Miriam Batucada y de un rico trabajo de investigación iconográfica, la obra se ha convertido en un referente desde su lanzamiento. No sólo por el personaje revelado, sino también porque permite al lector descubrir los entresijos de una industria cultural que, a pesar de ser diferente a la época contemporánea, aún conserva muchos rasgos de aquella época.
Respecto a la biografía, el autor también aclara que: “Al principio tenía pensado escribir un libro de 200 páginas que terminó siendo casi 400. Una vida es inagotable, y no creo que ninguna biografía tenga el poder de serlo ( (y no debe aspirar a ser) enciclopédico y exhaustivo. Siempre es un corte. Pero el personaje se 'complejó'... Miriam tuvo una discografía abreviada, pero una vida que no fue nada abreviada: vivió intensamente sus 47 años. Al principio, algunas personas a las que me acerqué, del mundo de la música y los medios de comunicación, se burlaron. Preguntaban “¿Por qué investigabas a Miriam?”, siempre con el subtexto que sugería que ella no había sido tan relevante. Cuando vi el libro editado y maquetado, con sus 370 páginas aproximadamente, pensé: Muy bien. Ahora nadie podrá ignorar que Miriam existió ni seguir minimizándola y borrándola, hasta después de su muerte”.
Aún sobre el reconocimiento, o mejor dicho, la falta de reconocimiento de la relevancia y trayectoria de Miriam Batucada por parte de sus pares, críticos y público, el historiador afirma que: “Definitivamente, Miriam no tiene el reconocimiento que merece en la música brasileña. Miriam era principalmente una artista escénica, que realizaba espectáculos divertidos, encantadores y electrizantes, pero –como todo espectáculo– efímeros. Dejó muchas huellas, que permanecen latentes en el underground que alimenta nuestra cultura: su extraordinaria capacidad rítmica y su originalísima percusión corporal, su humor y su teatralidad, sus espectáculos musicales, performativos y con un toque de comedia. Levántate. Espero que este libro ayude a hacer visible parte de ese legado”.
Luego de aceptar la invitación propuesta por Ricardo Santhiago de profundizar en el universo de esta mujer única, puedo decir claramente que la publicación visibilizó el legado de Miriam y abrió el camino para la reparación y reconocimiento de su talento y trayectoria.
*Daniel Costa Está cursando una maestría en historia en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).
referencia
Ricardo Santiago. La historia incompleta de Miriam Batucada. São Paulo, Letras y Voz / Popessaura, 2024, 372 páginas. [https://amzn.to/4cBGmU1]

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